Agosto 8 de 2.002 |
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 En
eso fue en lo que hizo más énfasis el nuevo Presidente de
los colombianos, el abogado Álvaro Uribe Vélez. El 4 de julio
pasado cumplió los 50 años, que han sido de estudio y trabajo.
Su vida ha sido dura, a raíz del asesinato de su padre a manos de
narcotraficantes que asaltaron su finca, en Antioquia, y alcanzaron a dispararle
en el momento de subirse a un helicóptero.
Como hijo mayor se puso al frente de los negocios familiares. Por eso tiene un carácter bien templado y hace frente a todas las eventualidades. Una falla en los equipos que lanzarían los rockets que tenían listos las FARC para boicotear la posesión de Uribe, hizo que no estallaran sino tres. Dos cayeron en una zona tugurial que se ha tratado de erradicar del centro de Bogotá, y allí hubo 17 muertos y una cifra incierta de heridos. El tercero cayó en la parte de atrás del Palacio Presidencial, llamado la Casa de Nariño, sin causar daños y unos pocos lesionados. "Esta es Colombia, Sancho", diríamos como don Quijote. Cincuenta años de violencia casi ininterrumpidos. Pero nunca los malos tuvieron armas tan sofisticadas, modernización que les ha permitido el narcotráfico que los ha hecho millonarios. "Empecemos un gobierno honrado, eficaz, austero, no milagroso, con el trabajo como emblema", dijo Uribe. Nuestro Estado es gigante en lo burocrático, ineficaz frente a la corrupción que maltrata las costumbres políticas y peligrosamente pequeño en inversión social". Ya trabajará él para corregir todo eso. Cuenta con el respaldo de más de la mayoría de colombianos que votamos por él. Y que oramos por él, por Lina María, Tomás y Jerónimo, sus hijos. Son una familia unida y ese ejemplo también lo necesitamos. Leonor Uribe de Villegas
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