Agosto 8 de 2.000 SABER HABLAR, SABER CALLAR |
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Qué fácil es ser inoportunos con ciertos comentarios, en especial cuando se vive en un medio como el nuestro, tan polarizado. Los países en desarrollo no estamos aún globalizados pero los que si lo están conforman comunidades de naciones que son bien críticas cuando de juzgarnos se trata. Que los rebeldes ganan la batalla, dicen unos; que no deben ayudarnos aconsejan otros porque los militares hacen más la guerra que la mismas guerrillas. Que se nos ayude pero con supervisión, o mejor, con intervención, etc, etc. Entonces, como siempre, volvemos los ojos a Jesucristo y recordamos que treinta años de su vida los pasó en silencio y que solo en los tres últimos asombró al pueblo con su sabiduría y con sus milagros. Cuando lo apresan para ser juzgado no les responde palabra ni a Herodes, ni a Pilatos. Su silencio rebosa de paciencia y amor. ¡Qué diferentes somos los humanos! Hablamos y hablamos, así seamos culpables. Cuenta el doctor Jorge Carvajal, médico bioenergético colombiano quien ejerce en Medellín y a quien tuve el don de conocer, que en los largos tres años que ejerció la medicina rural en el Chocó, una región sobre la Costa Pacífica bañada por grandes ríos y poblada de selvas, hay aún mucha práctica médica ejercida por curanderos. Hubo uno que los impresionó mucho porque "había en él ese silencio misterioso del sabio". "No había prisa. No había pausa. En el diálogo del universo, cada ser, cada silencio, ocupaba su lugar y su tiempo". Cosa increíble pero se da en el enriquecimiento del saber humano en su diálogo con manos y con miradas, sin palabras. Se labora intensamente en pleno silencio. En la mirada del enfermo se refleja su dolor y por ella se conoce su padecimiento. Jesús lo supo. Don Alfonso, el amigo del Dr. Carvajal, "el chaman", también conoció el valor del silencio. Imitémoslos. Leonor Uribe de Villegas
* "Un arte de curar" se llama el libro publicado por el Dr. Jorge Carvajal.
Puede conseguirse en transversal 32EE # 75B-05.
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