Agosto 30 de 2.001 "NO MATARÁS" |
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Nos olvidamos que el hombre no es dueño de la creación, es simplemente el administrador. No somos dueños de la persona humana, ni siquiera de nosotros mismos. ¿Cuál es nuestro deber? Ser sembradores de paz y de alegría. Para ello lo más importante es saber perdonar. Herir a otros, suicidarse, abortar, son crímenes ante Dios y los hombres. También lo es negar ayuda a alguien en peligro. Ninguna ley, como en el caso del aborto, puede convertir en lícito lo que es ilícito, con el agravante de que con él se mate al más indefenso de los seres. El aborto terapéutico solo tiene excusa cuando un comité de ética lo acepta como única forma de salvar a la madre. Pero siempre hay que tener presente que el derecho a la vida es el máximo de los derechos humanos. La eutanasia es una grave ofensa a Dios. Si el fin último es acortar la vida de un enfermo que sufre, ningún ser humano tiene ese poder. Un enfermo que lleva dignamente su mal tiene temor de Dios. Los calmantes hay que darlos hasta que el enfermo los necesite. El suicidio se debe a una depresión profunda. La Iglesia hoy permite el entierro católico para el suicida porque no es consciente de lo que hace. Tampoco se culpa a quien, en ejercicio de la legítima defensa , mata a alguien por defender su vida. Pero hay muchas otras formas de matar al indefenso, por ejemplo, en la llamada fecundación "in vitro". Cuántos óvulos fecundados se pierden. Son asesinatos con fines científicos. Pero no sólo se atenta contra la vida física, también contra la vida espiritual, lo que es mucho peor. Llevar a una persona a pecar es un atentado contra el espíritu y qué grave es cuando se la lleva a usar drogas alucinógenas. Es así, pues, como los narcoguerrilleros matan con armas y también con sus cultivos de coca, amapola y marihuana. Cómo son desalmados y se creen dioses, ¿si tendrán perdón de Dios? Leonor Uribe de Villegas
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