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"Portada" fue para mi lo más significativo de mi
infancia. Se trataba de dos muros a lado y lado, unidos por un arco debajo
del cual estaba una puerta grande. Era la entrada a la finca de mi abuela
paterna, "Sajonia", en el pueblo donde nací, Tuluá, Valle
del Cauca, Colombia. Es este valle el paisaje más lindo de mi país,
una grande extensión plana encerrada entre dos grandes cordilleras,
la occidental y la central.
Pasada la portada había unos bellos árboles frutales:
mangos, tamarindos y otros. Seguía una casona, con largos corredores,
techos de teja de barro y la finca, propiamente, detrás, compuesta
por varias hectáreas de tierra y pastizales para el ganado, pues
mi abuela tenía una lechería. Muerta ella se enseñoreó
la violencia en 1.948, con los "pájaros" como se llamaba el grupo
conservador que se dedicó a matar liberales, dirigido por León
María Lozano, "El Cóndor" por ser el pájaro mayor.
Quién creyera que fue el defensor de mi abuela y su familia, liberales
todos, pues él se caso con una mujer que trabajó con "mamá
Leonor" y ésta les daba leche para llevar a su casa.
Qué infancia más feliz pasamos. Muerta la abuelita mi
papá tumbó la casa y loteó la tierra en donde hoy
hay una urbanización que se llama "Sajonia". Él era un hombre
"echao pa' lante" como llaman acá a la gente de avanzada. Pero salido
de Tuluá jamás fue feliz acá en Cali.
El "Portal de Belén" es ahora famoso porque allí precisamente,
estaba el pesebre en donde nació Jesús y es el punto principal
de la guerra entre judíos y palestinos. Hoy está la Iglesia
de la Natividad, invadida por estos últimos y ametrallada por los
primeros, con riesgos graves para los seguidores de Arafat y los monjes
franciscanos que cuidan el santuario.
¡Qué cosa horrenda es la violencia! La vivimos nosotros
desde la juventud hasta hoy, la viven muchos países por tener sus
soldados combatiendo en donde hay guerra. El Señor de la Paz no
quiere ya volver su rostro hacia nosotros. Así sea.
Leonor Uribe de Villegas
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