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Con este dicho, muy común entre los colombianos, se les está
pidiendo que tengan prudencia. Cuántas personas en riesgo de secuestro
se pasean orondas en sus flamantes carros por sitios en donde, seguramente,
hay guerrilleros o delincuentes comunes.
Ayer le escuché ese consejo a una bella niña de 12 años,
perteneciente a la sociedad de Cali, quien fue secuestrada por guerrillas
de las FARC al ir en el bus del Colegio para su casa, al medio día,
hace 8 meses. Seis estuvo con el grupo que la cuidó, en especial
con 5 mujeres que se hicieron muy amigas de ella.
Mario Fernando Prado le hizo una entrevista para la televisión
local. Al preguntarle que aconsejaría ella a quienes son secuestrables,
dijo: "No dar papaya". O sea, no se expongan bobamente. Ellos persiguen
a sus presas por meses, hasta que los agarran. La "papaya" más notoria
en días pasados en Colombia, fue la que dio el gobernador de Antioquia
al ir en una marcha de protesta desde Medellín (la capital del departamento)
a un pueblo llamado Caicedo. Tres días de reto y antes de llegar
a la meta lo secuestraron, junto con Gilberto Echeverri y un sacerdote
amigo. ¡Pensar que en esa marcha iban hasta obispos!
¿Qué dirá mi amiguita, dándole vueltas
al lindo collar de piedras que le hizo su mejor compañera de las
que la cuidaban, Tatiana? Pues que los antioqueños dieron papaya
por partida triple. Allá los retendrán en el monte, como
a la candidata presidencial Ingrid Betancourt hasta que pasen las elecciones
del próximo 26 de mayo.
Ojalá nuestro candidato Álvaro Uribe Vélez, no
se exponga más, sobre todo después de esa escapada milagrosa
que le sucedió en Barranquilla cuando le lanzaron una bomba al paso
de su salvador jeep blindado. Que Dios lo bendiga y nos bendiga.
Leonor Uribe de Villegas
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