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Todo este tiempo de Pascua es ofrecido al Buen Pastor. Cómo es de
consolador para nosotros, los católicos, tener al buen Jesús
guiándonos mientras pasamos por este mundo tan lleno de violencia.
Quienes desafían a los bandidos de todas las calañas
(llámense ETA, IRA, FARC, ELN, AUC), cuentan con la ayuda esencial
de Jesús, quien los guía y los orienta.
Y hay audaces desafíos: marchan contra los violentos, muchos
ciudadanos hartos de la vida miserablemente insegura que les hacen vivir
los que no tienen ni Dios, ni ley. Encabeza la marcha de protestantes el
gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, el estadounidense Bernard Lafayette,
el ex-ministro Gilberto Echeverri y varios obispos. Los detiene las FARC
antes de llegar a la meta final, un pueblito de ese departamento llamado
Caicedo, municipio cafetero poblado por gente sana y trabajadora.
La marcha era silenciosa y sin armas. Eso no le importa a los bandoleros,
quienes quieren volver un caos peor al país para que no haya elecciones
presidenciales el 26 de mayo próximo. Han intentado ya, en dos ocasiones,
asesinar a nuestro candidato, el liberal Álvaro Uribe Vélez.
Milagrosamente se salvó en el último atentado llevado a cabo
en el centro de Barranquilla, cuarta ciudad de Colombia.
Vamos mal, con secuestros por doquier -ya les conté el de los
diputados de la Asamblea del Valle, aquí en Cali- y bombas que estallan
por pueblos y caseríos. Las más horrendas las estallaron
ayer, habiéndolas colocado sobre el cadáver de un pobre humano
a quien fueron a ayudar los soldados y al estallar mató a varios.
Pero horror causó la que pusieron sobre un viejo caballo que hicieron
estallar al llegar a un pueblo
Sólo nos queda pedir paz y misericordia al Señor, que
perdone tan horrendos hechos a colombianos enloquecidos.
Leonor Uribe de Villegas
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