Recibí un mensaje anónimo que me hizo meditar sobre lo anterior y quiero que lo compartan conmigo:
Te doy gracias, Señor , por este nuevo día
y lo recibo con ánimo y con gratitud. Lo recibo
dispuesto a amar, a trabajar y a servir.
Mientras otros ya partieron, yo aún puedo
recibir el calor del sol, la caricia del viento
y sentir la frescura del agua.
Cuento con el amor de mis seres queridos,
tengo fe para confiar, entusiasmo para seguir
y esperanzas para vencer.
Es cierto que en mis manos hay pétalos y hay
espinas, pero tú, Señor, me das fuerzas para no
vacilar y soportar las penas.
Sigues confiando en mi, me das un nuevo día
y me animas a insistir con la confianza del sembrador
que ya ve florecer en la semilla.
Recibo, oh Dios, este nuevo día como un regalo
y quiero llenarlo de paz y de armonía,
de luz y de alegría.
Gracias por el milagro de la vida, gracias por
el tesoro del amor , gracias señor por mi trabajo,
gracias señor por el perdón.
Recibo este nuevo día con confianza y sé que
con amor podré entender, podré servir, podré
ayudar y podré unir.