Bien nos enseña el Eclesiastés que todo debajo del sol tiene su momento (Eccl: 3, 1-8) " Hay tiempo para nacer t tiempo para morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo de reir; tiempo de lamentarse y tiempo de danzar; tiempo de esparcir las piedras y tiempo de amontonarlas; tiempo de abrazarse y tiempo de separarse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de tirar; tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz.

Hay que ser siempre oportuno, lo que en algunas ocasiones se nos olvida. En la vida diplomática es una regla absoluta y a veces no se cumple. De ahí nacen los conflictos.

Las circunstancias y acontecimientos de la vida parten de un plan divino. ¿En 1.963 qué me iba a imaginar yo que el entonces Presidente de Colombia me iba a nombrar Encargada de Negocios en Suecia ? Pero ese año había muerto mi padre y el único hijo varón que tuve, recién nacido. Estaba en una época de incertidumbre y me metí en un mundo desconocido, bien lejos de mi país, en Suecia.

Pero no fue de mi gusto ser diplomática. Me sentía mal por haber abandonado mis trabajos sociales en Cali y me devolví a los 6 meses. Mi esposo sólo pudo acompañarnos dos y las hijas lo extrañaban. Total: hay tiempo para viajar y hay tiempo para permanecer en casa .

"El tiempo es precioso, el tiempo pasa, el tiempo es una fase experimental de nuestra suerte decisiva y definitiva. De las pruebas que damos de fidelidad a los propios deberes depende nuestra suerte futura y eterna ." Pablo VI, Homilía I-1-76)

Así, pues, recordemos que ahora es tiempo de edificar, no nos fiemos de que tendremos un futuro mejor si no cambiamos.. Nadie puede asegurárnoslo .