Los hombres las han tenido siempre, desde el comienzo del mundo. Los arqueólogos encuentran restos óseos de inmensos animales y humanoides, quienes vivieron hace miles de años. Murieron aplastados por rocas.

   Por ruinas de edificios y casas mueren ahora. El terremoto del eje cafetero en enero de este año, aquí en Colombia, fue un desastre que aún no se repara en lo material, porque las pérdidas humanas son irreparables. Y ahora nos sacude de nuevo el terror, con el terremoto de Turquía mas el tifón que pasó por el golfo de Méjico ( siguen sufriendo los países centroamericanos los daños de los huracanes del año pasado) y va para Texas.

   Mi hija ya ha tenido que evacuar su casa de Fort Lauderdale en una ocasión. Esa zona del sudeste de Estados Unidos tiene terribles huracanes cada año. Dios los ampare.

   Desde California, Méjico. la América Central y el Oeste de Suramérica ( en Colombia casi a diario tiembla ) tenemos eso que los científicos llaman riesgos sísmicos permanentes.

   Y si a todo ese terror añadimos la violencia de los hombres, mas cuando hay una guerra civil no declarada, (caso de Colombia) la vida a veces se vuelve casi insoportable. Corre riesgos tanto el que se queda en su casa como el que sale. el que trabaja en la ciudad como el que lo hace en una finca, estudiantes, amas de casa, conductores de vehículos. quien sea.

   Hemos tenido violencia por  muchos años, pero esta de ahora es la peor, desde que se llenó el país de cultivos de marihuana . coca y amapola. El narcotráfico acabó con alguna filosofía marxista que tuvieron los guerrilleros y esto fue el comienzo del fin que podría detenerse si naciones amigas nos ayudan.