Viajando con amigos.

 

          Seguramente una de las cosas que potencian el placer de salir a fotografiar trenes y estaciones, es la posibilidad de compartirlo con amigos. Es cierto que hacerlo en solitario, tiene su encanto, uno suele encontrarse con uno mismo junto a un paso a nivel o en el andén de una estación olvidada, con la sola compañía del viento y el canto de los pájaros.

Pero con amigos, sobre todos con esos amigos que comparten con uno el inmenso placer de fotografiar al ferrocarril y que nos convierte un poco en fotógrafos, un poco en ferroviarios y otro tanto en modernos linyeras, la cosa se pone mas que interesante.

Nunca hubiera llegado hasta donde llegué ni llegaré hasta donde esté, de no ser por la compañía de esos “hermanos del riel” que cámara en mano, me acompañan, me empujan y me alientan a seguir adelante por el camino embarrado o polvoriento, en pos de la otra estación.

La historia empieza hace mas de cincuenta años, con el “socio” Cerigliano, primera persona que encontré con quien compartir esta pasión, entonces había trenes como para ir a cualquier parte y a nuestros catorce o quince años, la sección urbana era el límite que nos contenía.

 

 

El "socio" Cerigliano en la cabina de señales de Retiro Mitre, primera mitad de los años 60.

Pero nada es casual, en alguna estación o en la puesta en marcha de algún nuevo tren, uno de pronto se encontraba con otro, que cámara en mano, estaba allí haciendo lo mismo y con el mismo interés, ese otro te contaba que tenía un conocido que hacía lo mismo, que a su vez salía a fotografiar con otro y así un día éramos como diez programando un viaje en tren a algún lugar emblemático y desconocido para la mayoría.

Como habrá sido de importante viajar con amigos, que allá en los primeros años de la triste década del 70, esta actividad observada por la autoridad con recelo, fue la génesis de Ferroclub Argentino.

 

De izquierda a derecha, Julio Angrisano, Miguel Angel Pignataro y Anibal Mucci en la estación Buenos Aires del ex CGBA.

Después había menos trenes y pocas cosas desconocidas e interesantes entorno a Buenos Aires, pero ya había un Citroen o el auto de un amigo para viajar y habíamos alcanzado la madurez de la cámara réflex con negativos de 35 milímetros. Entonces era tiempo de alcanzar todo aquello que estaba en el interior lejano, tanto o mas interesante que el ferrocarril en Buenos Aires.

 

El 13 de octubre de 1974, en Triángulo (Rosario). Encaramados en una locomotora 1800 del FC. Belgrano, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, Miguel Angel Pignataro, Miguel Curtis, Anibal Mucci, Julio Angrisano, José Casagrande y yo.

 

Hoy la tecnología nos permite, no solo publicar alguna de las cientos de fotos digitales que podemos tomar en el día y compartirlas con otros tantos amigos diseminados por todo el país, nos permite además, y esto es lo mas importante, conocer nuevos amigos a muchos kilómetros de distancia que comparten con nosotros esta pasión y cada tanto, con ellos organizar algún viaje por ramales olvidados que resultan por demás extraordinarios.

Sigo, a veces con amigos y a veces solo, buscando sacar la foto que nunca saqué y llegar a la estación en la que nunca estuve, sigo haciéndolo como un mandato de vida que me complace y de la que nunca voy a renegar.

Pedro Gutovnik en Salliqueló.

Con Daniel Paludi y Gustavo Gastaldo.

Miguel Angel Pignataro (MAP), compañero de cientos de ramaleadas en busca de locomotoras y trenes, minucioso recopilador de la historia de nuestros ferrocarriles, con él tuve y tengo la suerte de conocer todo lo que se sobre ese tema.

 

Richard Campbell, en Ingeniero White y en Empalme Lobos, con él tengo algunos miles de kilómetros recorridos buscando una buena foto.

abajo: En Las Flores, almorzando entre tren y tren de Ferrosur, con Oscar Casado, Marcos Guareschi y Horacio Fucile.

Daniel Thomas y Daniel Paludi. Con Thomas, donde hubo trocha sub métrica, allí estuvimos y a Paludi, todos los trenes lo dejan bien.

Alejandro Braulke en Paraguil y

 con Jorge Fayé en Tandil.

 

Con Héctor Guerreiro en Bahía Blanca.

Con Ariel Scolari en Chasicó.

Con Alfredo Demujica y Jorge Camporeale en San Francisco de Bellocq.

Juan Carlos Dabusti, aunque no es del palo, resultó un excelente compañero de ruta.

Fotografiando el mixto a Rosario.