Revista cubana Juventud Técnica
Encuesta
Ideas prácticas

ENLACES

PANORAMA

Ensayos Clínicos

1,2.3... probando          

Medicamentos, vacunas, productos biológicos y naturales, terapias tradicionales, equipos médicos, procedimientos quirúrgicos deben pasar un riguroso proceso de comprobación de su calidad, seguridad y eficacia antes de ser registrados



Por Dania Ramos Martín
9 Julio, 2012

1,2.3... probandoUna escena se repite en las series médicas televisivas. El clínico, delante del paciente -o de su representante legal- advierte sobre los riesgos o beneficios de ciertos productos o intervenciones “novedosas” que deben ser aún suficientemente probadas.

De consentir, el enfermo pasa a formar parte de un experimento planificado, denominado ensayo clínico, que tiene siempre como objetivo evaluar la calidad, seguridad y eficacia de los productos que serán utilizados posteriormente en la práctica clínica en humanos.

El resultado de la investigación es necesario para obtener el registro médico, carta blanca para comercializar y usar en la profiláctica o la terapéutica cualquier formulación que quiera ser implementada a gran escala con un alto grado de certidumbre.

Gracias a este mecanismo puede hablarse -pongamos un solo ejemplo- de la efectividad de la Azitromicina como antibiótico en el tratamiento de infecciones respiratorias, de la piel y de tejidos blandos; o de enfermedades genitales sin complicaciones, transmitidas por vía sexual.

En la actualidad, alrededor de diez mil tipos de medicamentos circulan en el planeta. Un proceso constante de renovación tecnológica en el desarrollo de nuevos productos o procedimientos, origina la aparición de nuevas formulaciones e innovadores sistemas de liberación. El uso de fármacos se ha triplicado en la última década, con lo cual los me­canismos de vigilancia se han arreciado. En este escenario, los ensayos clínicos devienen exigencia fundamental no solo como instrumento de prescripción, sino como garante del respeto a la vida.

Kilómetro 0

formulaciones genéricas

Para producir formulaciones genéricas –también llamadas me too- cuya patente ha expirado, solo se requieren estudios de bioequivalencia que avalen la calidad del preparado. (Foto: Alexander Isla)

No todos los productos requieren ensayos clínicos. Julián Rodríguez, Máster en Farmacia Clínica, e investigador del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (CENCEC), comenta a JT que son sometidos a este proceso “medicamentos, vacunas terapéuticas, productos biológicos y naturales, terapias tradicionales, equipos médicos y procederes quirúrgicos que no cuenten con suficiente información para demostrar que son realmente óptimos en el tratamiento de una enfermedad.

“En cambio, los suplementos nutricionales, cuya influencia sobre el organismo humano se conoce bien, solo exigen especificaciones de la materia prima que se empleará y un control en la calidad y en el proceso de producción”.

El largo y costoso camino que debe recorrer un medicamento antes de ir a parar al organismo humano comienza con la gestación del producto y el establecimiento de sus características químico­farmacéuticas y biológicas. Luego, un estudio en animales permite evaluar sus cualidades fármaco­toxicológicas.

La etapa de desarrollo clínico, la última en la evaluación del producto, se estructura en ciclos, conocidos como las cuatro fases del ensayo clínico.

En las tres primeras se estudian los aspectos farmacológicos y se inician las pesquisas de seguridad; se planifica la demostración del efecto terapéutico, profiláctico o diagnóstico; se determinan los esquemas de dosis que se prevé del producto; y se contra el cáncer y enfermedades crónicas, por ejemplo, necesitan un camino más expedito, y las autoridades sanitarias permiten que, con un mínimo de estudios clínicos que muestren su beneficio, se emita un registro, que se denomina condicionado. Por otra parte, algunas enfermedades de baja incidencia requieren de ensayos clínicos multinacionales para conseguir muestras representativas”.

Los estudios experimentales requeridos en formulaciones nuevas comienzan por seleccionar una muestra de la verdadera población de pacientes con la enfermedad de interés, seguida de una asignación aleatoria de los participantes en cada una de las modalidades de tratamiento. Luego se aplican las intervenciones previstas a los grupos de tratamiento y, finalmente, examinan a los pacientes con el fin de conocer los resultados de las pesquisas.

Bajo ningún concepto se incluirán en la muestra personas que no hayan decidido participar voluntariamente y con una información adecuada. El consentimiento informado es uno de los principios éticos básicos, según el cual el paciente accede a someterse al estudio solo después de conocer con detalle los beneficios, riesgos e importancia del experimento.

En cada uno de los pasos anteriormente citados pueden aparecer sesgos que distorsionen la impresión que el investigador tiene de cada uno de los tratamientos probados. Por ello, la concepción y ejecución de un ensayo clínico debe ser cuidadosa desde las primeras etapas.

Normas de rigor, conocidas como buenas prácticas, aseguran el cumplimiento de regulaciones éticas en el tratamiento clínico a los pacientes, la calidad en la manufactura del producto y en los procederes en laboratorios.

Cuba cuenta desde 1989 con el Centro para el Control Estatal de la Calidad de los Medicamentos, Dispositivos y Equipos Médicos efectos secundarios a largo (CECMED), Autoridad Nacional Reguladora, que debe garantizar la seguridad, protección, derechos y beneficios a todos los sujetos que se involucran en las investigaciones biomédicas, acorde con los principios éticos internacionales. La institución certifica, además, que los ensayos clínicos se realicen con un diseño, conducción y análisis en consonancia con principios científicos, dentro de los postulados de las buenas prácticas, según consta en regulaciones emitidas por el Ministerio de Salud Pública. *

Máscaras

El placebo

El placebo es utilizado en los grupos de control o testigo para comparar la eficacia del tratamiento que se está probando respecto del grupo que sí lleva intervención. Su uso en ocasiones se sustituye por un fármaco ya conocido o por la ausencia de intervención, según los objetivos y requerimientos del estudio. (Foto: cardiogus.blogspot.com)

En los ensayos clínicos controlados, la recogida y análisis de los datos pueden verse afectados por la influencia que ejercen fenómenos como el falseamiento de síntomas o la manifestación de supuestas recuperaciones en pacientes testados con una sustancia, ante la creencia de estar sometidos a un tratamiento que mejorará su condición (efecto placebo). Asimismo, la toma de decisiones por parte del personal médico pudiera estar influida por las reacciones experimentadas por los pacientes durante la pesquisa.

Los expertos coinciden en afirmar que el mejor recurso es el enmascaramiento del experimento, de modo que no solo el individuo que participa en el ensayo, sino también el investigador, desconozcan el tratamiento administrado.

Estudios abiertos, doble y triple ciego (en estos últimos tanto paciente, como médico y evaluador ignoran la intervención que se está realizando), utilizan un grupo experimental y otro de control. Cada uno de ellos está integrado por individuos que reciben la formulación que se ensaya o la estándar, respectivamente. En investigaciones sobre eficacia en los grupos de control suele usarse un placebo, sustancia inerte y desprovista de cualquier efecto específico, que facilita la comparación con formulaciones preestablecidas.

El procedimiento ha sido muy utilizado en la medicina y busca demostrar que los efectos de los tratamientos no son fruto de la sugestión humana, sino de la acción de principios activos, perfectamente com­prensibles mediante un análisis físico-químico.
Sin embargo, apunta Julián Rodríguez, “existe una tendencia muy fuerte a evitar todo lo posible el uso del placebo en los ensayos clínicos, sobre todo si existe una terapia registrada con reconocida eficacia para el tratamiento de determinada enfermedad.

 
Los estudios doble ciego son considerados una garantía para la objetividad en los resultados obtenidos. Prácticas seudocientíficas denigran el procedimiento, aludiendo que la formulación propuesta, al ser personalizada, no puede servirse de este recurso.: Andrés Diplotti/lapulgasnob.blogspot.com
 
 
Los estudios doble ciego son considerados una garantía para la objetividad en los resultados obtenidos. Prácticas seudocientíficas denigran el procedimiento, aludiendo que la formulación propuesta, al ser personalizada, no puede servirse de este recurso.: Andrés Diplotti/lapulgasnob.blogspot.com
 
 

“Hay padecimientos, sobre todo aquellos con una larga evolución, como el caso del cáncer, en los que se ha demostrado que no hay necesidad de usar el placebo durante el ensayo clínico. En estos casos se prefiere un producto de referencia, para no demorar la llegada del medicamento al registro, y para no privar al paciente de una terapia autorizada.

“En las afecciones donde puede existir una remisión propia de la enfermedad, o una incidencia alta de la subjetividad del paciente sobre sus reacciones al tratamiento, como es el caso de las dolencias siquiátricas, se usa el placebo porque hay posibilidades de sesgos y errores”.

Con todo, la implementación del placebo en estudios clínicos controlados despierta polémicas en el ruedo de las ciencias médicas. Algunas de las críticas aluden a que el uso de sustancias inertes vulnera el principio ético de que todos los pacientes deben recibir el mejor tratamiento posible, incluso si hubiera uno que se estime igual de eficiente. Por otra parte, se considera que no constituye un estímulo para las comparaciones directas entre fármacos, entre otras desventajas.

En cualquier caso, el placebo es altamente reco­mendado en estudios sobre eficiencia, siempre que se haya seguido una rigurosa justificación del ensayo, sopesando méritos y riesgos.

*Para más información consulte: http://www.cecmed.sld.cu/

 

Subir


Estadisticas Gratis
Cinco Héroes

Reflexiones de Fidel
Vuelo conjunto URSS-Cuba
La Mirilla
Gazapos
Ley 109 de Vialidad y Tránsito
Ley de Tránsito