Rumbo al sud

Un mes difícil

 

            Julio de 2016 será recordado como un mes difícil para lo que va quedando de los ferrocarriles argentinos. Un choque entre un tren de Ferrobaires y otro de cargas en la estación Rawson en el partido de Chacabuco a fines del mes anterior, puso en evidencia ante las autoridades provinciales, la precariedad con que circulaban trenes con pasajeros sobre vías concesionadas a empresas de cargas. Ello y un informe de la Auditoria General de la Nación detallando el deterioro de formaciones, vías, señalamiento y telecomunicaciones, además de la falta de seguridad en la gestión ferroviaria provincial decidió a la gobernación a cancelar preventivamente la totalidad de los servicios de Ferrobaires. Éstos volverán a prestarse paulatinamente, asegura la gobernadora, pero todos sabemos de la falta de vocación ferroviaria del gobierno de turno.

 

Ferrobaires en Empalme Gardey.
Último viaje de Ferrobaires volviendo de Vela.

 

           El que sigue apostando al ferrocarril es el gobernador de Jujuy, pero no como medio de transporte ideal y necesario en su provincia, lo hace, lo sigue haciendo como una manera fácil de hacer política, prometiendo la vuelta del tren, tan caro a los sentimientos de la gente que aún no entiende como de la noche a la mañana dejó de verlo pasar y sus calles y rutas se llenaron de camiones, el gobernador Morales anunciando la vuelta del tren a la Quebrada de Humahuaca,  me hizo acordar a Néstor anunciando el TGV a Rosario y Córdoba y mas aún al riojano patilludo contando que saldremos a la estratosfera para llegar a Japón en una hora.

 

Tramo de la vía internacional a Bolivia cerca de Humahuaca.
Antiguo depósito de locomotoras en Volcán.

 

           Pero volviendo a Ferrobaires, lo de éste mes era una muerte anunciada, quien veía pasar alguna de sus formaciones o viajaba en ellas, tenía la certeza que ante tantos años de destrucción y falta de mantenimiento, el servicio debía terminar antes que sucediera una tragedia.

Por el lado del Tren Patagónico, la otra empresa provincial, en éste caso de Río Negro, el aviso llegó a fin de mes. Un descarrilamiento a 17 kilómetros de Viedma advirtió a las autoridades provinciales que la vía sin mantenimiento está llegando al fin de su vida útil y que seguir corriendo trenes sobre ella, en el estado actual es, cuanto menos, temerario.

 

Tren Patagónico en Viedma.
La vía del Tren Patagónico en Gral. N.H.Palacios.

 

          Los trenes turísticos tampoco lo están pasando bien, el Tren a las Nubes circula solo en un pequeño tramo desde San Antonio de los Cobres hasta el viaducto La Polvorilla, por mal estado de las vías (que raro, no?) y esto no se sabe hasta cuándo. En la otra punta de la cordillera, en Esquel el Viejo Expreso Patagónico dejó de circular por falta de repuestos para las locomotoras y la imposibilidad de contar con el capital necesario para la fabricación local de las piezas necesarias, problema al que se le suma un conflicto de lugareños que han bloqueado la vía entre Esquel y El Maitén, donde está el taller en el que se realizan las reparaciones pesadas del material rodante.

 

Esquel y estación de la trochita.
Tren de La Trochita saliendo de Esquel.

 

Con los trenes de carga la situación tampoco es alentadora, según las estadísticas publicadas en Todo Trenes número 121, salvo FEPSA que incrementó en 2015 las toneladas transportadas en apenas 0,3%, el resto de las concesiones están transportando cada vez menos desde 2012.

 

FEPSA en Pehuajó.
Ferrosur en Cerro Sotuyo.

 

           Y el incremento de FEPSA podría atribuirse al hecho de estar transportando el tráfico que paulatinamente va abandonado Ferrosur en la vía Dorrego y en la línea al valle de Río Negro. No sería extraño que a corto plazo Camargo Correa venda su concesión a Techit para integrarla a FEPSA, tampoco sería extraño que a corto plazo, los trenes interurbanos en La Argentina se conviertan en un recuerdo y en un puñado de promesas políticas en tiempos de elecciones, que para eso, parecen que sirven.

 

FEPSA en Saavedra.
Ferrosur en Anzoategui.
FEPSA con locomotora de YPF sobre vías de Ferrosur.