RUMBO AL SUD

Cruzando el río

Los puentes del Sud

sobre el Riachuelo



El primer obstáculo serio con que se encontró el Sud al planificar el tendido de sus rieles estaba allí nomás, a escasos tres kilómetros de Plaza Constitución, era el Riachuelo, sinuoso curso de agua que debió saltear para llegar a Barracas al Sud, primera estación de la línea en la que se ubicó el taller de la empresa.

 

Como la vía entre estos dos puntos sería doble, el puente también lo fue y aunque este pequeño río era normalmente poco caudaloso, representaba para el Sud, a mediados del siglo XIX, todo un desafío.

Se colocaron tres cilindros de acero en ambas márgenes y se los rellenó con cemento para darles estabilidad, construyéndose sobre ellos los estribos que sostendrían ambos puentes, estos dejaban 50 metros de luz en el cauce y eran del tipo cajón, armados con perfiles de acero remachado. Si bien en aquellos años, el puerto de Buenos Aires se ubicaba en la desembocadura de este río, hacia arriba y desde la Vuelta de Rocha, no era navegable por lo que este puente no necesitaba dejar una considerable luz que era de solo 4,51 metros sobre el cero de la cota del río. Sin embargo, con los años la situación cambiará y esta estructura se convertirá en un serio problema para la navegación de botes y barcazas que iban y venían al puerto establecido por el FC Oeste, allí donde tiempo después el Sud volvería a cruzar, rumbo a la estación de cargas Sola.

 

El primer puente del Sud sobre el Riachuelo, se habilitó en 1865.

 

El primer puente del Sud duró 44 años, en 1909 con la construcción del viaducto entre Plaza Constitución y Avellaneda y la posterior cuadruplicación de la vía, un puente nuevo mas alto, mucho mas grande y levadizo ocupó el lugar de aquel, cuyos cilindros de acero rellenos aún se veían y tal vez hoy se ven, en el sucio lecho del río.

 

En primer plano la estación Barracas al Norte y atras el primitivo puente sobre el Riachuelo.

 

El puente nuevo se instaló en dos etapas. La primera en las vías ascendente y descendente Este, a la izquierda del puente viejo yendo hacia Avellaneda, se habilitó en mayo de 1909 y una vez en servicio, se desmanteló el viejo para dar lugar a las otras dos vías y puentes que conformaron la cuádruple, y que estuvo concluido en diciembre de 1911, quedando el cruce del Riachuelo a un nivel que permitía el paso de chatas y pequeños vaporcitos sin necesidad de levantarlo.

 

Mirando hacia el sur, a la izquierda, en construcción la primera mitad del nuevo puente, a la derecha, el puente viejo.

Estaba construido en tres tramos, dos fijos y uno movible. El nivel de los rieles se hallaba a 10,75 metros sobre el cero, el tramo del centro, levadizo, era a báscula sistema Scherzer. El pilar para soportar los tramos sur y del centro estaba colocado en medio del Riachuelo, dejando una vía fluvial de 23,30 metros en la parte mas profunda, y otra abertura de 14 metros del lado de la Capital. El tramo fijo del lado norte tenía 40,50 metros de luz dejando una calle de 26,50 metros en la ribera de ese lado. 

 

El tramo fijo del lado sur tenía 33,50 metros de luz dejando del lado de la Provincia una calle de 27,70 metros de ancho. La luz libre entre las vigas mas bajas y el cero del Riachuelo era de 9,23 metros.

No se si alguna vez se levantó este puente por razones operativas, dicen que si se lo hizo el 17 de Octubre del 42, por orden del gobierno, para evitar el cruce de quienes reclamaban por Perón, sin embargo lo cierto es que esta estructura tenía un importante defecto, tal vez por error de cálculo o excesivo peso, sus estribos en las márgenes del Riachuelo ya rectificado, se hundían lentamente, lo que obligaba a suplementar permanentemente el nivel de la vía. 

 

En esta foto puede apreciarse la ubicación de la cabina de control del puente sobre la columna sur y la escalera caracol interior que le daba acceso desde el muelle del lado de la provincia. Aquí se ve además el tramo lado oeste levantado y andamios en el lecho del río lo que hace suponer que el puente estaba en obras de mantenimiento.

 Hacia Plaza Constitución, un tren circulando por   la vía 4 (descendente oeste) en el año 1952.

En esta foto se advierte el desnivel de los rieles de la vía 3, producto del hundimiento de los estribos de ambas márgenes.

 

Esta estructura cerrada que hacía un ruido ensordecedor al paso de los trenes duró hasta la electrificación de la sección urbana del Roca, en el año 1982 se desmanteló y sus pedazos fueron a dar a la playa de la estación San Vicente donde se vendió en pedazos. En su lugar una estructura de hormigón pretensado sobre gruesos estribos también de hormigón cruzan el río y sobre él los trenes eléctricos y diesel hacia y desde Plaza Constitución.

 

El puente nuevo visto desde el río hacia el oeste y desde la vía descendente oeste, mirando al sur.

 

Pero no fue éste el único cruce del Sud sobre el Riachuelo, en el año 1899 esta empresa adquiere todos los bienes del Ferrocarril Buenos Aires & Puerto de Ensenada y con él un puente tendido sobre el Riachuelo, a escasos metros, río abajo del suyo propio.

 

El 18 de abril de 1872 la línea del Ensenada se inauguró hasta Quilmes, cruzando desde la capital a la provincia por un puente que el río se llevó en una inusual crecida en el invierno de 1884, desde entonces los trenes de este ferrocarril cruzaron el río por el puente del Sud hasta que pudo ser habilitada una nueva estructura el 28 de mayo de 1889. Este nuevo puente, diez años después propiedad del Sud, vio pasar trenes de pasajeros por él, entre la estación Casa Amarilla y La Plata hasta que se habilitó el empalme de la línea principal con la vía Quilmes el 1º de octubre de 1909 y todos los trenes de pasajeros partieron y llegaron a Plaza Constitución.

Segundo puente del FC BAPE, habilitado en 1889.

 

Por este puente cruzaron luego solo trenes de carga por cuatro años mas, hasta la habilitación del puente de Barraca de Peña y luego quedó inactivo hasta que por las obras de construcción de un nuevo puente Pueyrredón se lo usó para cruzar provisoriamente por él, los tranvías de las líneas al sur de Barracas y como puente peatonal. Finalizada esta obra, el puente del ex Ferrocarril a la Ensenada, se desmanteló.

Al construirse el nuevo acceso a la estación de cargas Sola desde el kilómetro 4 de la línea principal había que cruzar nuevamente el Riachuelo a la altura de la estación de cargas del Ferrocarril Oeste, el Ferrocarril del Sud utilizó para este fin la estructura del llamado Puente Chico que el ex Ferrocarril Buenos Aires & Ensenada había instalado en el cruce del arroyo Maciel y que el Sud al hacerse cargo de la línea había cambiado por otro.

En su nueva ubicación sobre el Riachuelo, este puente quedó a escasos metros río abajo de otro instalado en 1896 por el Ferrocarril Oeste para unir la estación Riachuelo con el Mercado Central de Frutos y la estación de cargas Bullrich. Años después, cuando todos los ferrocarriles estaban bajo la administración estatal, el puente del Sud fue desmantelado y los trenes siguieron cruzando en el ramal a Sola, por el que perteneciera al Ferrocarril Oeste, que es el puente que existe en la actualidad.

Puente del Sud en la vía de acceso a Sola.


Dos imágenes del puente Barraca de Peña.

Por último con las obras de rectificación del Riachuelo y previendo el abandono de la vieja traza del Ensenada por una zona ya densamente poblada, el Sud construyó e inauguró en 1913 un nuevo puente para el cruce de sus trenes de carga con destino a Puerto Nuevo y Casa Amarilla, se trata del puente Barraca de Peña, llamado así por estar ubicado frente a la vieja barraca de ese nombre sobre la ribera del lado Capital. Está construido en tres tramos, dos de 23 metros de luz y uno central, que se levanta y tiene entre pilares 25 metros de luz. Dado el movimiento de barcos y barcazas se estableció que este puente estaría levantado siempre durante el día y se bajaría solo de noche para el paso de los trenes.

El de Barraca de Peña es el único puente ferroviario del ex Ferrocarril del Sud que aún existe en este río  y que con sus 91 años a cuesta sigue soportando el cruce, aunque cada vez de menos de trenes, sobre el legendario Riachuelo.

                                                                                   Marcelo Arcas