Definici�n: Al principio del siglo XX la corriente psicol�gica y de filosof�a de la mente de moda se denominaba conductismo o behaviorismo. Sus seguidores sol�an rechazar el tema de los procesos de la conciencia y de la subconciencia. Como en algunos robots simples, se especulaba con que los sentidos fisiol�gicos estaban directamente conectados a los m�sculos motrices y del habla. Este era, sin duda, un modelo muy sencillo - y como tal, clarificaba algunos puntos e ignoraba otros. La opini�n sobreentendida era que la conducta se pod�a explicar por mecanismos de asociaciones est�mulo - respuesta, como los mecanismos de los perros de Pavlov, que salivaban al o�r una campana que les serv�a de se�al de estar disponible la comida.
Se buscaba la regla general para la formaci�n de est�mulos - respuestas, con el convencimiento que al ser descubierta, se sabr�a todo lo necesario sobre el aprendizaje. Para ello se buscaba lo central de la tarea de aprender y se simplificaban los laberintos famosos de los jardines para sus animales, por ejemplo, la caja de Skinner. En ella la �nica conducta posible era apretar una barra (bonificandose con comida) o abstenerse de hacerlo. �Qu� otra cosa le quedaba al animal por delante? No importaba el abanico de movimientos eventuales del animal, sino solo el movimiento de la barra.
Con ello se afirma que los estados mentales del animal se ignoraban, aspecto b�sico que diferencia el conductismo (m�s simple) del funcionalismo, la otra corriente, m�s compleja, de consideraciones al respecto. El funcionalismo ni siquiera se permite a s� mismo definir el estado mental actuante (como uno de los est�mulos) por la conducta que aparece como respuesta: todo es m�s complejo. La definici�n de un estado mental necesariamente debe tener en cuenta otros estados mentales.
14.ene.1999
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Glosario de Carlos von der Becke.