Complementando los argumentos presentados, se puede dejar ya planteada la exploraci�n fundamental. Es la posibilidad de poder despreocuparse del sistema operativo S6 que monitorea y supervisa el avance del proceso. La idea es presentarlo como un resultado que emerge de una arquitectura especial de la red formada por las diversas subrredes. Esto salvaguarda el parlamento de la mente, con subrredes que votan asincronicamente y en paralelo, con una arquitectura que satisface autoorganizadamente los requisitos de las funciones monitoras. Esto recuerda el caso de las sememas, grafemas, fonemas y capas de limpieza de Hinton, en serie (par.20). All� no se requiere supervisor alguno para entregar una respuesta final aceptable al est�mulo inicial. Entonces una simple configuraci�n en serie-paralelo suplir�a a S6. Ya se ha se�alado antes (par.7, par.20) la importancia de la arquitectura como variable rectora de un sistema, a tal punto que ella sola transformaba un sistema simple en otro con las caracter�sticas reconocibles de la complejidad.
En general la natura se esmera en sistemas inmunol�gicos y en tejidos - y el hombre se esmera en pa�ses y en econom�as - por incurrir en organizaciones espont�neas sin hacer uso de un organizador central (Langton CG en Brockman J, p 330). Las arquitecturas muy compartimentadas y masivamente paralelas se desenvuelven en forma mucho m�s robusta, adaptable, flexible e innovadora que si se basasen en un controlador central.
Es muy asombroso que la ciencia y la tecnolog�a humanas empiecen a poder llegar a estas conclusiones. �C�mo es que se puede reconstru�r, hasta cierto punto, lo que sucede en la cabeza? Es como si, despu�s de estudiar, cada uno pudiera decirse: yo soy un detective y un reportero de mi cerebro B reconociendo a A, porque realmente tengo estas capacidades en mi cuerpo. Y sin embargo, parecen ser at�picas redes, no los t�picos bloques de los analistas de sistemas.
29.mar.2000
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Ra�l Barral - Carlos von der Becke: Biotermodin�mica del Cerebro - 2000