* Una segunda visi�n incorpora la perturbaci�n muy alejada del equilibrio
al sistema. Las matrices (1) a (6) incorporan el resultado final, paso a
paso, de dicha perturbaci�n generadora de estructuras disipativas. Se
inicia el an�lisis en el estado de mente distra�da, matriz (1), a punto de
ser excitada por una pregunta. Corresponde al valle de la derecha del
biestable Fig 17, d. Una pregunta act�a de est�mulo (perturbaci�n y
excitaci�n). Al aparecer la pregunta, el biestable con la pregunta
tensionante incorporada al sistema, adquiere la forma de la Fig 17, e. Con
el nuevo perfil, el biestable muestra que el tr�nsito hacia
la anterior [99]
cumbre pasa a ser espont�neo. Est� claro que el perfil cambi� con la pregunta, con la perturbaci�n. La anterior cumbre cambi�. La mente excitada que madura su situaci�n - con distintas constantes de tiempo segun el caso - procesa los votos y se autoorganiza de tal manera que todo el tr�nsito desde mente distra�da a mente relajada sea un deslizamiento barranca abajo con pocos requisitos energ�ticos.
* Para tensar otros GL y garantir asincron�a, se pueden proporcionar:
(1) tiempo para que el cerebro, como sistema complejo, logre replegarse sobre s� mismo para proveer una mayor complejidad, a trav�s de los mecanismos de Edelman enumerados en el Ap�ndice 4; y
(2) fluctuaciones biol�gicas adicionales, de signo apropiado, en condiciones alejadas del equilibrio.
La energ�a de c�mputo modificada, mide el orden neto robado al entorno y a la perturbaci�n. Ese robo se halla presente y se manifiesta como tensi�n de los GL. La energ�a de tensi�n de los GL gradualmente excitados, se libera al sobrevenir la siguiente etapa de esclavizaci�n y con ello aporta al mismo proceso autoorganizado asincr�nico.
* Este proceso mental no termina en un atractor sin necesidades energ�ticas an�malas. Al contrario. La soluci�n hallada (Fig 24) anidada en un primer pozo de energ�a en que cay�, debe seguir minimizando la ec.(5). As� debe
* escapar de la regla de DeBono por la que el pensamiento trata de abolir al pensamiento, usando la concentraci�n como herramienta;
* con ella, trepar por los desniveles del atractor para deslizarse a otro atractor de presumiblemente menor energ�a, como sucede en los chips de redes neurales cuando son regidos por un algoritmo que excita a la soluci�n a cambiar de atractor;
* lograr asincron�a en las decisiones conjuntas no estrictamente paralelas, con fluctuaciones generadoras de esa asincron�a;
* acercarse o ingresar a condiciones de caos disipativo, donde la disipaci�n de calor redunda en posibilitar autoorganizaciones desde donde la disipaci�n resulta recuperable. El caos disipativo reflejado por las ondas del electroencefalograma implica un caos controlado que es algo m�s que un subproducto accidental. Es una de las principales caracter�sticas, si no la principal, que diferencia al cerebro de las m�quinas de inteligencia artificial.
* En caos disipativo, en aparente desorden, el cerebro A les confiere a sus protomentes nuevos patrones de actividad. Adem�s de la meta que parecen satisfacer, satisfacen otras metas. El sistema operativo B, como unidad, permite lograr decisiones asincr�nicas por aproximaciones sucesivas. Esas decisiones "emergen" quiz�s de la misma estructura adoptada por las relaciones entre las protomentes. Como explica Crick (p 11), el benceno, compuesto de seis �tomos de carbono ligados ciclicamente, tiene nuevas propiedades f�sicas "emergentes" de su interesante estructura, que poco tienen que ver con las propiedades f�sicas "emergentes" del hexano, formado por seis carbonos en serie. Es razonable aplicar esto tal cual a las propiedades "emergentes" de las N protomentes.
* �Qu� se puede concluir de la operaci�n conjunta? El cerebro es tan complicado - y cada protomente es tan individual y tan diferente de un ser humano a otro - que quizas nunca podamos llegar al conocimiento detallado de c�mo emerge una cascada de sensaciones o de conductas o de razonamientos l�gicos, a partir de las interacciones, enlaces y sistemas operativos de sus partes. Por lo cual, aunque parezca una tautolog�a, el detalle que se est� buscando ser� lo que emerge de las subrredes que constituyen la red de
* Mirada a vuelo de p�jaro, la tarea de demostrar un teorema, consiste en combinar un conjunto de afirmaciones que muestre la mayor probabilidad de poder sedimentar en una conclusi�n (Crick, p.180). Esa conclusi�n, repetida, permite que, qui�n accede a ella, se transforme en un experto. El experto casi por definici�n es qui�n no tiene que pensar, como Dios tampoco tiene que pensar (DeBono, Aprender a pensar). Puesto que sabe (Frank Lloyd Wright). En todo caso, tiene que pensar s�lo para reformular lo que sabe en forma �ptima para su transmisi�n. La hip�tesis de Minsky (13.5) es que qui�n lleg� a ser un experto cambi� un libreto largo para recordar lo que se debe practicar, por otro libreto m�s corto, que no compromete a las agencias de escaso aporte comparativo. Las poda.
* Como conclusi�n, el estado final constructivo y de m�nima energ�a de c�mputo, biotermodin�mico, es, por consiguiente, el del experto.
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Ra�l Barral - Carlos von der Becke: Biotermodin�mica del Cerebro - 2000