Deng Xiaoping
UN PAÍS, DOS SISTEMAS
(JUNIO, 22-23, 1984.)
El
gobierno chino está firme en su posición, principios y políticas sobre Hong
Kong. Hemos establecido en varias ocasiones,
que después de que China recupere el ejercicio de su soberanía sobre Hong
Kong en 1997, el actual sistema
económico y social de Hong Kong permanecerá sin cambios. Su ordenamiento
legal tampoco será básicamente alterado. Su forma de vida y su condición de
puerto libre y centro internacional de comercio y finanzas no cambiará y podrá
mantener o establecer relaciones económicas con otros países y regiones.
También, hemos establecido repetidamente que aparte de estacionar tropas
allí, Beijín no asignará funcionarios
al Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong. Esta política
también permanecerá sin cambios. Estableceremos tropas allí para resguardar
nuestra seguridad nacional, no para interferir en los asuntos internos de Hong
Kong. Nuestras políticas con respecto a Hong Kong permanecerán sin cambios por
cincuenta años, y lo decimos en serio.
Aspiramos a una política de “un país, dos
sistemas”. Más específicamente, esto significa que al interior de la República
Popular de China, el continente con mil millones de personas, conservará el
sistema socialista, mientras que Hong Kong y Taiwán continuarán bajo el sistema
capitalista. En los últimos años, China ha trabajado duro por superar errores
“de izquierda” y ha formulado sus políticas concernientes a todos los campos en
concordancia con el principio de proceder desde la realidad y buscando la
verdad de los hechos.
Después de cinco años y medio las cosas
han empezado a mejorar. Es en contra de este trasfondo que nos hemos propuesto
resolver los problemas de Hong Kong y Taiwán, permitiendo la coexistencia en el
país de dos sistemas.
Hemos discutido la política de “un país,
dos sistemas” más de una vez. Ha sido adoptado por el Congreso Nacional
Popular. A algunas personas les preocupa que pueda cambiar. Yo digo que no. Lo
esencial de este problema, el factor decisivo, es si la política es correcta.
Si no lo es, cambiará; de otra manera, no lo hará. Además, ¿hay alguien que
pueda cambiar la actual política china de apertura al mundo exterior y
vigorizar la economía doméstica? Si esto cambia, el nivel de vida del 80% de la población china descenderá y
habremos perdido el apoyo popular. Si estamos en la senda correcta y
disfrutamos del apoyo popular, la política no cambiará.
Nuestra política hacia Hong Kong
permanecerá igual por mucho tiempo, pero esto no afectará al socialismo del
continente. La mayor parte de China debe continuar bajo el socialismo, pero se
permitirá la existencia del sistema capitalista en algunas áreas como Hong Kong
y Taiwán. Abriendo un grupo de ciudades del continente dejaremos entrar algún
capital extranjero, el cual servirá como suplemento a la economía socialista y
ayudará a promover el desarrollo de las fuerzas productivas socialistas. Por
ejemplo, cuando el capital extranjero es invertido en Shanghai, esto
ciertamente no significa que toda la ciudad se haya convertido en capitalista.
Lo mismo vale para Shenzhen, donde el socialismo prevalece aún. La mayor parte
de China continúa siendo socialista.
El concepto de “un país, dos sistemas” ha
sido formulado de acuerdo a la realidad china y esto ha atraído la atención
internacional. China, no sólo tiene que atacar el problema de Hong Kong, sino
además el de Taiwán. ¿Cuál es la solución a estos problemas? Para el segundo,
¿debe el socialismo tragarse a Taiwán?, O, como en el “Principio de los tres
Pueblos” predicado por Taiwán, ¿debe éste tragarse al continente? Ninguna de
estas es la respuesta. Si el problema no puede ser resuelto en términos
pacíficos, entonces deben ser resueltos por la fuerza. Ningún lado se
beneficiará con esto. La reunificación de la patria es la aspiración de toda la
nación. Si esto no puede lograrse en cien años lo será en mil. Como lo veo, la
única solución radica en el funcionamiento de dos sistemas en un país. El mundo
enfrenta la elección entre métodos pacíficos y no pacíficos de resolución de
conflictos. De una forma u otra deben resolverse. Nuevos problemas deben ser
resueltos por nuevos mecanismos. La exitosa resolución de la cuestión de Hong
Kong puede promover elementos útiles para la solución de conflictos
internacionales. ¿Ha perseguido algún gobierno en la historia mundial, una
política tan generosa como la china?, ¿Hay algún registro, en la historia del
capitalismo, de que algún país occidental haya hecho algo similar? Cuando
nosotros adoptamos la política de “un país, dos sistemas” para resolver el
problema de Hong Kong, no actuamos por impulso o engañando, sino procediendo
desde la realidad y teniendo totalmente en cuenta las circunstancias pasadas y
presentes de Hong Kong.
Debemos tener fe en los chinos de Hong
Kong, quienes son muy capaces de administrar sus propios asuntos. La idea de
que los chinos no pueden manejar los asuntos de Hong Kong satisfactoriamente es
un resabio de la mentalidad colonial. Por más de un siglo, luego de la Guerra
del Opio, el pueblo chino fue despreciado y humillado por extranjeros. Pero la
imagen de China ha cambiado desde la fundación de la República Popular. La
imagen de la China moderna no fue creada por el último gobierno de la dinastía
Qing, ni por los norteños Señores de la Guerra, ni por Chiang Kai-shek y su
hijo. Es la República Popular de China la que ha cambiado esa imagen. Todos los
chinos tienen al menos una sensación de orgullo por la nación china, no importa
que ropas vistan o qué postura política asuman. Los chinos en Hong Kong
comparten el sentimiento de orgullo nacional. Tienen la habilidad de manejar
bien los asuntos de Hong Kong y deberán tener confianza en eso. La prosperidad
de Hong Kong a sido alcanzada principalmente por los residentes, la mayoría de
los cuales son chinos. Los chinos no son menos inteligentes que los extranjeros
y de ninguna manera menos talentosos. No es verdad que solamente los
extranjeros puedan ser buenos administradores. Nosotros los chinos somos igual
de capaces. La visión de que el pueblo de Hong Kong carece de confianza en sí
mismo no es compartida por la gente de Hong Kong.
Los contenidos de los acuerdos Sino-Británicos no se han hecho
públicos todavía, por lo que muchos residentes en Hong Kong no conocen la
política del Gobierno Central. Una vez que se familiaricen con ella, tendrán
plena confianza en la misma. Nuestra política de saldar el problema de Hong
Kong fue dada a conocer por el Presidente del Consejo de Estado en su reporte sobre el trabajo del Gobierno en la
Segunda Sesión del Sexto Congreso Nacional del Pueblo. Esto demuestra nuestra
seriedad al respecto. Si en este punto el pueblo todavía está preocupado acerca
de si puede confiar en nosotros, no teniendo confianza en la República Popular
de China y en el Gobierno chino, ¿qué sentido tiene hablar de algo? Estamos
convencidos de que la gente de Hong Kong es capaz de dirigir bien sus propios
asuntos, y queremos ver el fin del gobierno extranjero. El pueblo de Hong Kong
no estará de acuerdo con otra cosa.
Algunos requerimientos o requisitos deben
ser establecidos, con respecto a la administración de los asuntos de Hong Kong,
por la gente de Hong Kong. Debe requerirse que patriotas formen el cuerpo de
administradores, esto es, del futuro gobierno de la región especial de Hong
Kong, por supuesto, éste debe incluir a otros chinos también, así como a
invitados extranjeros que servirán de consejeros. ¿Qué es un patriota? Es aquél
que respeta a la nación china, apoya sinceramente la reasunción de la soberanía
de la patria sobre Hong Kong y no desea deteriorar la prosperidad y estabilidad
de Hong Kong. Quienes reúnan estas condiciones son patriotas, aunque crean en
el capitalismo, en el feudalismo o aún en la esclavitud. No exigimos que estén
a favor del sistema socialista chino; sólo les pedimos que amen a la patria y
a Hong Kong. Faltan trece años para
1997. Deberíamos empezar a trabajar para efectuar una transición tranquila.
Primero, deben evitarse fluctuaciones mayores o retrocesos, y la prosperidad y
estabilidad de Hong Kong deben ser mantenidas. Segundo, deben crearse las
condiciones para una toma tranquila del gobierno por los residentes de Hong
Kong. Espero que las personas de todos los estilos de vida en Hong Kong
trabajen para este fin.
NO HAY
UNA CONTRADICCIÓN FUNDAMENTAL ENTRE EL
SOCIALISMO Y UNA ECONOMÍA DE MERCADO (23 de octubre de 1985)
Henry Gurnwald (Editor en jefe del Time):
El Partido Comunista Chino siempre ha instado al pueblo que sea desinteresado y
que sirva a la gente. En la actual reforma económica le están diciendo a la
población que prospere, pero algunos casos de extorsión, corrupción y abuso de
poder han aparecido.
¿Qué medidas van a tomar para resolver
estos problemas?
Deng Xiaoping: Lo resolveremos principalmente a través de dos medios- educación
y ley. Estos problemas no pueden ser resueltos de la noche a la mañana. Ni
pueden ser abordados efectivamente con unas pocas palabras de unas pocas
personas. Pero confiamos en que nuestro Partido y nuestro país son capaces de
reducir gradualmente estos fenómenos negativos y eventualmente eliminarlos.
Grunwald: ¿Son estos fenómenos
indicadores de una contradicción latente que es difícil de resolver- la
contradicción entre una economía de mercado y el sistema socialista?
Deng: No hay una contradicción
fundamental entre el socialismo y una economía de mercado. El problema es cómo
desarrollar las fuerzas productivas más efectivamente. Solíamos tener una
economía planificada, pero nuestra experiencia a lo largo de los años ha
probado que tener una economía totalmente planificada pone limites al
desarrollo de las fuerzas productivas
hasta un cierto punto. Si combinamos una economía planificada con una
economía de mercado, estaremos en mejor posición para liberar las fuerzas
productivas y acelerar el crecimiento económico.
Desde
la Tercer Sesión Plenaria del onceavo Comité Central de nuestro Partido hemos constantemente hecho hincapié en la
importancia de defender los Cuatro Principios Cardinales, especialmente
el principio de mantener el sistema socialista. Si vamos a atenernos al sistema
socialista, es esencial para nosotros desarrollar las fuerzas productivas. Por
mucho tiempo hemos fallado en manejar esta cuestión satisfactoriamente. En el
análisis final, la superioridad del socialismo debe ser demostrada en un
avanzado desarrollo de las fuerzas productivas. La experiencia que hemos ganado
a lo largo de los años demuestra que
con la antigua estructura económica no podemos desarrollar las fuerzas
productivas. Es por eso que hemos estado acercando algunos métodos capitalistas
útiles. Es claro ahora que un correcto acercamiento es abrirse al mundo
exterior, combinando una economía planificada con una economía de mercado e
introducir reformas estructurales.
¿Va
esto en contra de los principios del socialismo? No, porque en el transcurso de
la reforma nos aseguraremos de dos cosas: una, de que el sector público de la
economía sea siempre predominante; la
otra es que en el desarrollo de la economía busquemos la prosperidad
común, siempre tratando de evitar la polarización. Las políticas de usar fondos
extranjeros y permitir la expansión del sector privado no debilitará la
posición predominante del sector público, el
cual es el rasgo básico de la economía como un todo. Al contrario, estas
políticas se han pensado, en última instancia, para desarrollar las fuerzas
productivas más vigorosamente y para
fortalecer al sector público. Mientras el sector público juegue un rol
predominante en la economía de China, la polarización puede ser evitada. Por
supuesto, algunas regiones y algunas personas pueden prosperar antes que otras
lo hagan, y pueden ayudar a otras regiones y personas a hacer lo mismo
gradualmente. Estoy convencido de que el fenómeno negativo que puede ser
encontrado ahora en la sociedad, va a disminuir gradualmente y va a desaparecer
eventualmente, mientras crezca la economía, mientras nuestro nivel científico,
cultural y educacional se eleve y mientras la democracia y el sistema legal
sean fortalecidos.
En
resumen, la avasallante tarea en China hoy es largarnos con corazón y alma a la
carrera de la modernización.
Poniendo en juego las ventajas inherentes al
socialismo, estamos empleando también algunos métodos capitalistas, pero sólo
como métodos que aceleren el crecimiento de las fuerzas productivas. Es verdad
que han aparecido cosas negativas en el proceso, pero lo que es más importante
es el gratificante progreso que hemos sido capaces de alcanzar por iniciar
estas reformas y seguir este camino. China no tenía otra opción más que
seguir este camino. Es el único camino
a la prosperidad.
Donald
Mc. Henry (Profesor del Instituto de Diplomacia de la Universidad de Georgetown
y antiguo representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas): ¿Está
satisfecho con los cambios en los actuales cuerpos de gobierno y líderes? ¿Cree
que continuarán con la política de reforma?
Deng:
Me gustaría llamar su atención a nuestra reciente Conferencia del Partido.
Fueron tomadas dos medidas importantes allí. Primero, luego de una revisión de
la experiencia en los pasados siete años, hemos determinado una tasa de
crecimiento apropiada para la economía. También adoptamos el séptimo Plan
Quinquenal (1986-1990), el cual fue diseñado para crear las condiciones
necesarias para un prolongado y estable desarrollo en este siglo y el próximo.
Segundo, hicimos cambios organizacionales para asegurar la continuidad de
políticas; esto es, la edad promedio de los cuadros de gobierno comenzaron a
ser disminuidas, empezando con el Comité Central y los órganos de gobierno
central. La continuidad de nuestra política
depende principalmente de dos cosas. Primero, de si la política en sí
misma es correcta y este es el factor más importante. ¿Por qué deberíamos
continuar con esta política si no es correcta? Si la política es correcta y
puede promover el desarrollo de las fuerzas productivas en una sociedad
socialista, y gradualmente elevar el nivel de vida de la gente, la política en
sí misma asegura su continuidad. Segundo, eso depende de aquellos que ejecuten
las medidas, tanto en el gobierno central como en el local, debe haber gente
enérgica que se atreva a señalar nuevos senderos. Después de la Tercer Sesión
Plenaria del Onceavo Comité Central, comenzamos a bajar la edad promedio de los
cuadros y, por supuesto, también hemos tratado de asegurar que sean más
revolucionarios, mejor educados y más competentes profesionales.
Fue
en el Doceavo Congreso del Partido en 1982 que se decidió convocar la
Conferencia reciente del Partido. Como la edad promedio de los miembros de los
cuerpos gubernamentales del Partido era demasiado alta, se decidió que antes
del próximo Congreso (en 1987) se celebraría una conferencia partidaria en la
cual la edad tendiera a ser bajada.
Karsten
Prager (Editor de la edición internacional de Time): Me gustaría hacerle una
pregunta personal. En su larga carrera revolucionaria usted ha cambiado el
destino y orientación del pueblo chino una y otra vez. ¿Cómo desea que lo
recuerden cuando se haya ido?
Deng:
Espero que nunca me den demasiada prominencia. Lo que he hecho representan las
aspiraciones del pueblo chino y de los comunistas chinos, eso es todo. Y las
políticas del Partido fueron resueltas por el colectivo. Antes de la
“Revolución Cultural” era también uno de los líderes principales del Partido,
entonces debo ser considerado responsable por algunos de los errores cometidos
entonces. Después de todo, ningún hombre en la tierra carece de fallas.
LA
LIBERALIZACIÓN BURGUESA SIGNIFICA TOMAR EL CAMINO CAPITALISTA (Mayo y Junio de 1985)
(Extractos de (I) una charla con el profesor Chen Ku-ying, de la Universidad de Taiwán, el 20 de mayo de 1985. y (II) una charla con el presidente del Comité de un Simposio en la Cuestión del Continente y Taiwán, el 6 de junio de 1985)
I
El continente mantendrá el sistema
socialista y no tomará el camino equivocado, el camino capitalista. Uno de los
rasgos que distinguen al socialismo del capitalismo es que el socialismo
significa prosperidad común, y no polarización del ingreso. La riqueza creada pertenece primero al Estado, y segundo
al pueblo; es por lo tanto imposible que emerja una nueva burguesía. El monto
que vaya al Estado será gastado para el beneficio de la gente, una pequeña
porción será usado para favorecer la defensa nacional y el resto para el
desarrollo de la economía, la educación y la ciencia, y para elevar el nivel de vida y de cultura de la
población.
Desde la caída de la Banda de los Cuatro,
una tendencia ideológica ha aparecido, que nosotros llamamos liberalización
burguesa. Sus exponentes valoran la
“democracia” y la “libertad” de los países del Occidente capitalista y rechazan
al socialismo. Esto no puede permitirse. China debe modernizarse, no debe en
absoluto liberalizarse o tomar el camino capitalista como los países de
Occidente han hecho. Esos exponentes de liberalización burguesa que han violado
las leyes estatales deben ser tratados con severidad. Por que lo que están
haciendo es precisamente, “hablar libremente” ventilando sus “opiniones”
completamente, presentando carteles con grandes testimonios y produciendo
publicaciones ilegales; todas las cuales sólo crean inquietud y vuelven a traer
las prácticas de la “Revolución Cultural”. Debemos mantener esta diabólica
tendencia reprimida. En 1980 el Congreso Nacional del Pueblo adoptó una
resolución especial para borrar del artículo 45 de la Constitución, la
disposición de que los ciudadanos “tienen derecho a hablar libremente, ventilar
sus opiniones, mantener grandes debates y escribir carteles con grandes
testimonios”- una disposición que había sido agregada durante la “Revolución
Cultural”. La gente que adora la “democracia” occidental está insistiendo
siempre con esos derechos. Pero, habiendo pasado la ordalía de los diez años de
la “Revolución Cultural”, China no puede restituirlos. Sus ideales y su fuerte
sentido de la disciplina haría imposible la adhesión al sistema socialista y
llevar adelante el programa de modernización.
En la Tercera Sesión Plenaria del Onceavo
Comité, el Partido decidió acerca de la política de abrirse al mundo exterior y
al mismo tiempo demandó restricciones sobre la liberalización burguesa. Estas
dos cosas están relacionadas. A menos que restrinjamos la liberalización
burguesa, no podremos hacer efectiva la política de apertura.
Nuestro recorrido de modernización y la
política de apertura debe excluir la liberalización burguesa. En los últimos
años ha habido un pensamiento liberal no sólo en la sociedad en general, sino
también al interior del partido.
Si se
permitió que estas tendencias se extendieran, no deben socavar nuestra causa.
En resumen, nuestra meta es crear un ambiente político estable; en un ambiente
de malestar político nos será imposible seguir con la construcción socialista o
lograr cosa alguna. Nuestra tarea principal es construir el país, y las cosas
menos importantes deberían subordinarse a eso. Aún si existe una buena razón
para tenerlos, la tarea principal debe ser prioritaria.
Las pocas personas que han defendido la liberalización
burguesa y que violaron las leyes del Estado han sido castigadas de acuerdo a
la ley. En China la liberalización burguesa significa tomar el camino
capitalista y llevar a la desunión. No estoy hablando ahora de la reunificación
de Taiwán con el continente, sino sobre la unidad en el continente.
La liberalización burguesa hundiría
nuestra sociedad en la confusión y se nos haría imposible proceder con el
trabajo de construcción. Detener la liberalización burguesa es, por lo tanto,
un asunto de principal y vital importancia para nosotros.
Su visión acerca de la forma en que lidiamos con estas pocas
personas es diferente del nuestro, porque usted piensa en estas cuestiones en
términos de derechos humanos. Me gustaría preguntar: ¿qué son los derechos
humanos? sobre todo, ¿para cuánta gente están hechos? Pertenecen estos derechos
a la minoría, la mayoría o a todo un país. Nuestro concepto de derechos humanos
es en esencia diferente a los del mundo Occidental, porque vemos la cuestión
desde un punto de vista diferente.
Traducción: María Eugenia Gantus
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