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INFORME ESPECIAL Nota 4
Producido
el 23/02/2004 para Mitos del Milenio.
Con relación a la publicación del artículo sobre el Caso Bariloche "10 preguntas y algunas respuestas" escrito por el Lic. Heriberto Janosch González y publicado en Mitos del Milenio el 14 de septiembre de 2003, quienes suscriben consideran oportuno hacer algunas aclaraciones y comentarios sobre el mismo y -¿por qué no?-, brindar también algunas respuestas. Antes de comenzar queremos agradecer la muy buena predisposición de Rubén Morales por permitir la publicación de nuestro punto de vista en su siempre destacable página Web. |
Por Juan Pablo Gómez y Oscar Adolfo Uriondo
Sobre este caso en particular realizamos una extensa investigación durante cuatro años, que incluyeron dos viajes a la ciudad de Bariloche -el primero en septiembre de 1996 y el segundo en el mes de mayo de 1998- y entrevistamos personalmente a los siguientes testigos: por el ARG674: Cdte. Jorge
N. Polanco, 1° Of. Carlos Dortona y
al piloto de la empresa y acompañante ocasional Sr. Roberto
Benavente. (al Ing. Jorge Allende, telefónicamente
y con material radial).
Además de contar con las entrevistas grabadas, solicitamos a la Fuerza Aérea copias de los informes elaborados por algunos de los empleados del aeropuerto y las transcripciones de las conversaciones entre los aviones en vuelo y torre de control, a fin de completar los testimonios. Ésta última documentación se recibió (no sin una paciente espera de meses) directamente desde el mismo aeropuerto, el 27 de agosto de 1997. Así también reunimos
una importante cantidad de material periodístico (diarios,
entrevistas radiales y televisivas) con testimonios obtenidos
en los días inmediatamente posteriores a los hechos. Por lo tanto, luego de esta tediosa pero necesaria aclaración, consideramos que nuestra opinión sobre el Caso Bariloche está bien fundamentada. En otras palabras, hablamos con conocimiento de causa.
En primer lugar, parece ser que el Sr. Heriberto Janosch González (en adelante HJG) ha arribado a una conclusión similar a la nuestra al clasificar los fenómenos observados en la ciudad de Bariloche, el 31 de julio de 1995, como "LUCES NO IDENTIFICADAS U OBJETO NO IDENTIFICADO". Clasificación que, y compartimos totalmente la opinión, no demuestra en absoluto "la presencia de una nave espacial de origen extraterrestre". En esto, reiteramos, estamos totalmente de acuerdo. Sin embargo, no compartimos algunas de las opiniones vertidas por HJG sobre ciertos aspectos del caso y de los testigos, haciendo notar además que su autor comete algunos errores de relevancia con los que supone restar extrañeza a los hechos. Y si bien parece ser que las últimas conclusiones de HJG son claras, uno termina algo confundido cuando lee el informe anexo (*) que acompaña al artículo. Iniciamos nuestro trabajo respetando el orden de las preguntas que plantea el Sr. HJG: Al Punto I ): ¿Como recuerda la gente al caso OVNI de Bariloche? La gente recuerda muy bien este incidente; es un referente toda vez que se habla del tema OVNI. Y no resulta extraño que muchos lo consideren como una probada incursión de una nave de origen extraterrestre. Son de esta opinión, también, la mayoría de los testigos participantes. Y no resulta extraño esta postura porque todos somos conscientes que para la gente, el término OVNI, es sinónimo de nave extraterrestre. Es una asociación errónea pero irremediable, arraigada fuertemente en la sociedad y alimentada durante muchos años (desde 1950 aproximadamente) por los medios de comunicación (cine esencialmente) y por haber sido el pensamiento mayoritario de la comunidad ufológica en las décadas del 60 y 70; pensamiento que al día de hoy continua en vigencia pero en menor proporción, pues el abanico de hipótesis se amplió. Por nuestra parte, no compartimos esta asociación. Como bien decíamos antes, el hecho de catalogar los avistamientos de Bariloche como inexplicados o auténticos OVNI no significa que avalemos la Hipótesis de la procedencia Extraterrestre (HET); la cual mal que les pese a muchos- no tiene asidero científico al día de la fecha. Lamentablemente, gran parte de los hombres de ciencia prefieren aún hoy en día no arriesgar su reputación investigando éste fenómeno por el prejuicio de suponerlo extraterrestre; y es por ello que los OVNIs se mantienen fuera del ámbito de la Ciencia, en un terreno donde es aprovechado por numerosos charlatanes, delirantes y comerciantes que con su accionar desacreditan aún más el tema. Claro que los negadores sistemáticos también aportan lo suyo para que esta marginación continúe. Cumpliendo el triste papel de inquisidores de la edad moderna, estos arremeten contra los testigos y los investigadores del fenómeno sin importarle demasiado las consecuencias de sus furibundos ataques; especialmente para los primeros que, en su gran mayoría de buena fe, brindan sus testimonios y a cambio reciben un descrédito sin fundamento. Para estos negadores, el Fenómeno OVNI no existe y consideran que su investigación científica es una pérdida de tiempo, llegando al extremo, incluso, de tergiversar la información o mentir para justificar y defender sus posturas. Sin embargo, y contrariando sus argumentos, numerosos estudios científicos llevados a cabo por distinguidas universidades o comités de científicos, en diferentes épocas y países, han analizado las "evidencias disponibles" del fenómeno y en todos los casos un porcentaje de avistamientos pequeño en relación con la cantidad de denuncias pero de gran relevancia por su ya abultado número- superan los renovados análisis y permanecen sin explicación. Sobre esta cuestión, precisamente, los negadores sistemáticos predicen (pues solo son infundadas predicciones) que ese margen de "no identificados" en un futuro tendrán una respuesta o solución. Un argumento, por cierto, tan frágil como anticientífico. Al Punto II: Las cuestiones que plantea HJG en este punto se van desarrollando en los siguientes. Al Punto III "¿Por qué se produjo el primer apagón en la ciudad de Bariloche y el aeropuerto?". Coincidimos con el HJG en atribuir el apagón de la ciudad a una falla humana. La explicación que nos brindó el Ingeniero Etchegoyen (a la sazón encargado de la empresa ERSE) nos pareció lógica y sincera. Todo se habría tratado de un involuntario error humano cuando el operador de turno de la estación transformadora ubicada en el paraje La Paloma, realizó incorrectamente el paso de los equipos de automático a manual. Traspaso obligatorio para poder abastecer la ciudad de Bariloche en el horario de máximo consumo. Nicolás Araya, el observador meteorológico, que en ese entonces desempeñaba sus tareas en el aeropuerto, y que fuera testigo del paso de uno de los fenómenos. (Foto J P Gómez) En los días posteriores, Etchegoyen revisó personalmente los registros que arrojan las protecciones digitales de los transformadores cuando ocurren fallas de esta naturaleza y todo indicaba que el problema había estado dentro de la estación transformadora, avalando de esta forma la explicación manifestada por el operador de turno. Al Punto IV: " ¿ Hay una explicación alternativa para la luz observada "a las once"?". Dice Janosch: " Durante el suceso, tanto desde la torre de control de Bariloche como desde el avión de Aerolíneas Argentinas, concluyen que la luz "a las once" es el avión de Gendarmería Nacional. En opinión de quien esto escribe esta alternativa no debe ser descartada". Para nosotros esta suposición es errónea pues resulta imposible que la luz "a las once" haya sido el avión de Gendarmería Nacional (GN-705). Y nos explicamos: Cuando el ARG 674 reporta a la torre, por primera vez, la presencia de un tránsito en rumbo convergente, estaban realizando el alejamiento desde la vertical del aeropuerto con rumbo 120 grados (Sudeste), y en descenso desde 10.000 pies hacia los 6.400 pies. El torrero, Suboficial Ayudante Alfredo Blanco que obviamente conocía el rumbo que llevaba la aerolínea- al recibir la notificación y la consulta del ARG-674 por un tránsito "a las once" de su posición, es decir, al frente y levemente a la izquierda (Este), le responde negativamente, ya que si bien había otra aeronave reportada (el GN 705), ésta todavía estaba a unas 40 millas del aeropuerto, con una altura de 16.000 pies, ingresando por "Limay", es decir, por el N/NE. Lo que sigue es la transcripción de las conversaciones entre los aviones y torre de control, que ratifica lo dicho: ARG 674 - BARILOCHE ARGENTINA
SEIS SIETE CUATRO, TIENE UN TRANSITO AL FRENTE NUESTRO REPORTADO?
Desde el ARG-674 temiendo que
los gendarmes habían confundido su rumbo -o la torre estuviera
equivocada- insisten con lo que ven: ARG 674 - AHI ESTA, A LAS
ONCE , AHI CAMBIO DE RUMBO EN ESTE MOMENTO.- El avión de Gendarmería, recordemos estaba a 35-40 millas de distancia hacia el N-NE del aeropuerto, ingresando por Limay. Es decir, en una ubicación muy diferente que el "tránsito" que denunciaba el ARG-674 y además en un nivel de vuelo superior de, por lo menos, 8.000 pies de altura. (El ARG674 descendía hacia los 6.400 pies y el GN 705 estaba próximo a los 16.000 pies). Por lo tanto, es imposible que el tránsito " a las once" denunciado por la tripulación de Aerolíneas Argentinas fuera el avión de Gendarmería. Al Punto V: "Por qué se produjo el segundo apagón solo en el aeropuerto?". A los pocos minutos de ocurrido el apagón general (20.15 h.), el aeropuerto comenzó a operar con el grupo electrógeno propio para permitir el aterrizaje de los dos aviones. Cuando la energía eléctrica se restableció en la ciudad (aproximadamente 20,31 h) desde el aeropuerto, y a pesar que los aviones todavía no habían iniciado el procedimiento de aproximación uno estaba sobrevolando el lago Nahuel Huapí y el otro ingresando a la terminal de Bariloche, a poco más de 40 millas de distancia-, prefirieron continuar operando con el equipo electrógeno. El cambio a la energía de la ciudad lo realizarían con los dos aviones en tierra. En cuanto a las causas de la caída del grupo electrógeno, las opiniones entre el personal del aeropuerto están divididas. Todo apunta que la caída del equipo se debió a una sobrecarga cuando el torrero prende las luces de la pista. Blanco dijo al respecto: ...En un momento el técnico
de turno de la usina me avisa por medio del HT, el equipo a baterías,
que mantenga los equipos al mínimo y que no prenda, todavía,
las luces de la pista ni de las plataformas porque los equipos
no dan más... Ahora bien, lo que no resulta muy claro es porqué el equipo electrógeno estaba a su máxima potencia cuando la iluminación del aeropuerto permanecía restringida al máximo; no habiendo luz ni en la pista de aterrizaje ni en las plataformas de estacionamiento de aeronaves. Si se trataba de un grupo electrógeno que debía abastecer a un aeropuerto, en un lugar donde suele ser frecuentes los cortes de energía según los lugareños, entonces el mismo tendría que estar preparado para soportar una importante demanda de energía. Según nos manifestó el Sr. Enrique Bressa (civil, encargado del equipo), en una conversación telefónica, esa noche se utilizó el grupo primario (no secundario o de reserva, como se publicó en otra versión) y que éste ya se había utilizado en otros cortes de luz sin inconvenientes. El suboficial auxiliar Andrada, la otra persona a cargo del equipo (quién se negó a declarar, según argumentó, por un expreso pedido de gente de la fuerza que investigó el suceso) atribuyó su caída a una falla propia del grupo debido a su antigüedad. Contradiciendo esta versión, el Suboficial Principal Daniel Garcia (jefe de turno en el aeropuerto, ante la ausencia del Mayor Oviedo) expresó que si bien el equipo fue cambiado al año siguiente, era un equipo apto para situaciones como la que se vivió esa noche, estando incluso autorizado para su utilización, en la actualidad, por la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000. El propio García sobre éste problema escribió en su informe: "Posteriormente cuando se producen los despegues del ARG y de la aeronave de Gendarmería, el personal de usina / técnica me relatan lo sucedido con el grupo electrógeno, que inicialmente la causa del apagado del mismo se debía a una falla mecánica en el grupo, pero que habían efectuado un chequeo del mencionado grupo, procediendo a ponerlo en marcha nuevamente cosa que ocurre sin inconveniente." El suboficial Ayudante Alfredo Blanco, quién cumplía el turno en la Torre de Control, no hizo referencia al posible origen de la falla del grupo electrógeno pero si manifestó su extrañeza ante el comportamiento de algunos instrumentos de torre apenas ocurrido el segundo corte de energía y al momento en que la aerolínea iniciaba el escape, sobrevolando (supuestamente junto al OVNI) la proximidad de la vertical del aeropuerto. Nosotros no tenemos una opinión formada respecto al apagón del aeropuerto. Sigue siendo una de las cuestiones irresueltas. Pensamos que muy probablemente se trató de una sobrecarga pero no podemos definirnos si la misma fue el resultado del uso de un equipo electrógeno deficiente o por la presencia cercana de uno de los fenómenos. Para la primera postura cabe
la siguiente pregunta: ¿Si el equipo electrógeno
no estaba en condiciones de soportar la demanda de energía
que requería el aeropuerto, por qué prefirieron
mantenerlo en funcionamiento durante todo el procedimiento, cuando,
por otro lado, la energía eléctrica de la ciudad
se había restablecido?. Tomando en cuenta que la luz se
restableció en la ciudad cuando los aviones no habían
iniciado aún el procedimiento de aproximación para
el aterrizaje (el vuelo de Aerolíneas Argentinas ARG674-
estaba recién alcanzando la vertical del aeropuerto y
el avión de Gendarmería -GN 705- estaba aún
demasiado distante) ¿ no tenían tiempo suficiente
para hacer el cambio a la red eléctrica de Bariloche?... Para la segunda postura, juega
en pro: Juega en contra: ¿Por qué afectó
al aeropuerto y no al avión de aerolíneas? Todo hace pensar que esta cuestión quedará pendiente de respuesta. Excepto, claro, que aparezca una nueva y confiable información proveniente de alguna fuente alternativa. ¿Oficial?. No sabemos. Pero si nos atenemos a los dichos de Andrada, alguien más investigó estos hechos y esperamos (o rogamos) alguna vez conocer sus resultados. Al Punto VI "¿ Sólo luces o también un objeto?". Todos los testimonios sobre las observaciones registradas esa noche (excepto el del Comandante Jorge Polanco), hicieron referencia a "luces", si, pero no meras y simples luces, sino luces con cierta particularidad. Veamos: Por el lado del ARG-674 El Comandante Jorge Polanco afirmó haber observado un cuerpo o "fuselaje" con forma bien definida ("de plato sopero invertido") en el fenómeno que los formó. El resto de la tripulación -es decir, el Copiloto 1er. Of. Carlos Dortona, el Ing. de vuelo Jorge Allende y el acompañante ocasional Roberto Benavente-, si bien no vieron la silueta o cuerpo del fenómeno que los escoltó si coinciden con el piloto en la distribución que las luces tenían (dos verdes en los extremos y anaranjada/ámbar intensa en el centro); con una cadencia o pulsación en ésta última que era más grande que la de los extremos (cadencia que no notó Allende pero sí Polanco, Dortona y Benavente). Esa conformación luminosa que no se rompió durante el descenso- les dejó la impresión a todos ellos que se trató de un cuerpo con tres luces y no de tres luces independientes. Por lo tanto, en este punto no existe una contradicción lisa y llana sino una diferencia de apreciación del fenómeno observado, apreciación en la que juegan lógicamente varios factores.
Por el lado del matrimonio Cabral, en Dinahuapi. Silverio y Berta Cabral describieron el fenómeno observado como una masa luminosa, de un tamaño visual semejante al faro de los aviones que acostumbran sobrevolar su casa (a unos 3000 m. de altura), que variaba su intensidad luminosa, de coloración ámbar (por momentos anaranjado intenso) y tonalidades verdes azuladas. La particularidad del fenómeno era que su luz era irradiada hacia abajo comparándolo gráficamente como el agua que sale de "una ducha de baño". Por el lado del GN-705: Se hace referencia a una luz con la siguiente particularidad según el testimonio de los pilotos: "Era una luz ámbar
que aumentaba y disminuía de intensidad, aumentaba y disminuía,
a medida que iba pasando... Se veía como una luz ámbar,
solamente ámbar, del tamaño de una perlita de aro
que usan las mujeres, de ese tamaño...si uno ve cualquier
luz en la noche despide como rayitos, cualquier luz, la de un
avión, de un auto, una casa, una estrella, tienen rayitos.
Esa no, esa era opaca, como que estaba adentro de una opalina
; pero aumentaba y disminuía de intensidad, que a mí
me hizo creer que era el beacom de un avión, que se prende
y se apaga, se prende y se apaga..." . "El
mecánico (Sargento Joaquín Gómez)...pudo
ver que cruzó por debajo y nos dice él textualmente
: - "una luz del tamaño aparente de la uña
de un dedo pulgar, por ejemplo, color ámbar; y a la par,
a un centímetro más o menos de distancia, tenía
una luz verde muy pequeña". El mecánico nos
dice: "era un objeto con dos luces o eran dos objetos los
que nos cruzaban". " Era una luz ámbar.
Un amarillo detrás de una tulipa, algo así; que
aumentaba y disminuía de intensidad pero se desplazaba
horizontalmente a una altísima velocidad". Los datos corresponden únicamente a la descripción del fenómeno que los sobrepasó, a un nivel de vuelo inferior al que ellos llevaban (unos 1.500 metros de distancia, aproximadamente), y no a las maniobras que realizó. Por el lado del aeropuerto: De las observaciones registradas en el aeropuerto se puede afirmar que no había una particularidad especial en las descripciones, siempre se hizo mención a una luz brillante e intensa de tonalidad blanca o ámbar. En resumen, nos animamos a concluir que en todas las observaciones registradas esa noche, se observó un fenómeno (o fenómenos), si bien luminosos, con particularidades bien definidas. Dejando la sensación mejor dicho, el convencimiento- en todos los testigos de haber observado los focos de un objeto ( o "aeronave") y no "simples" luces, que puedan ser el resultado de reflejos en la atmósfera de cualquier tipo de luminaria terrestre. En este mismo ítem, HJG al reflexionar sobre las maniobras efectuadas por el fenómeno observado por el GN 705, mientras el ARG-674 viraba sobre el lago (última instancia de las observaciones), concluye: "El movimiento de la luz en la observación 4 indicaría que era solo una luz, pues un objeto del tamaño similar a un avión de línea no podría desplazarse en al atmósfera a unos 5.000 KMS. /H (calculado en base a los testimonios) y frenar bruscamente a más de 300 G. (también calculado en base a los testimonios) sin producir un boom sónico o destruirse" (Fin de la cita). Con este comentario, HJG, apunta
(si bien no lo dice expresamente aquí pero si en el anexo)
a intentar catalogar la luz observada por los gendarmes, con
el reflejo en las nubes de luces terrestres (hipótesis
ampliada en el anexo). Huelga decir que nosotros disentimos totalmente
con la sugerencia de Janosch. Ya vimos las particularidades del
fenómeno observado por los gendarmes. Dada las características
de la luz, lo primero que pensaron fue en un avión de
combate. Suposición que debieron descartar cuando el fenómeno
realizó el ascenso en un ángulo de 90 grados a
una velocidad pasmosa, con una detención brusca, maniobras
imposibles hasta para este tipo de aeronave. Pero dejemos nuevamente
al Comandante Principal Cipuzak que lo relate: "... -
ahí va lo que la aerolínea estaba viendo- pensando
que era un Jet, por su velocidad, cuando en ese momento este
objeto que se iba desplazando horizontalmente hizo un ascenso
vertical, formando un ángulo de 90 grados; pero
esa velocidad vertical fue una cosa más que vertiginosa,
yo diría instantánea, esos 1.000 a 1.500 metros
que calculo que estaba por debajo nuestro, ascendió instantáneamente
al nivel de vuelo donde se detuvo, se estacionó, paró
de golpe ; pero a esa velocidad que fue una cosa explosiva, instantánea...Se
detuvo como esperándolo al avión de línea,
se detuvo casi en la trayectoria final del avión de línea,
en su viraje, a unos 10.000 pies." Conste aquí que cuando el ARG674 sale de esa "capita de nubes" -como expresa Cipuzak- la luz continúa observándose a su lado, y luego en el momento que pasa por debajo del GN705 es el mecánico de abordo Sgto. Joaquín Gómez quién, desde una de las ventanillas de atrás y gracias a un movimiento de inclinación en el avión que hace Gaitán, observa lo que luego expresaría a los pilotos: "una luz del tamaño aparente de la uña de un dedo pulgar, por ejemplo, color ámbar; y a la par, a un centímetro más o menos de distancia, tenía una luz verde muy pequeña"... "era un objeto con dos luces o eran dos objetos los que nos cruzaban". |
Finalmente el mecánico alcanza a observar que el fenómeno se separa de la aerolínea y ascendiendo en un ángulo de 45 grados se aleja raudamente en dirección Sur. El piloto, Comandante J. D. Gaitán dice al respecto de la maniobra: "....mientras Polanco
está realizando, ya alcanzado los 10.000 pies, está
realizando un giro en aproximadamente sobre la Isla Huemul en
esa posición, a 8 millas del aeropuerto de Bariloche,
nosotros ya alcanzamos la vertical del aeropuerto con 3300 metros
de altitud (11.000
pies), es decir,
no sobre el piso sino sobre el mar. Está medido de esa
manera. En ese momento el copiloto, que era el Comandante Principal
Cipuzak, empieza a observar una luz que nos sobrepasa por debajo
y a la derecha, y cuando él me avisa yo también
me inclino para verla. Era una luz ámbar. Un amarillo
detrás de una tulipa, algo así; que aumentaba y
disminuía de intensidad pero se desplazaba horizontalmente
a una altísima velocidad. Carta de vuelo con inscripciones
hecha por el Comandante Principal Rubén Cipuzak. Evidentemente lo observado por los gendarmes no se corresponde en absoluto, por sus maniobras y velocidades, con una aeronave convencional. Pero tampoco, por las características de lo descripto, se ajustaría a un posible reflejo de luces terrestres. El argumento de la ausencia del boom sónico para respaldar la hipótesis de que se trató de una luz y no un objeto con masa, no es incorrecta. Ciertamente según las leyes de la física y la inercia conocidas, una aeronave que efectúa semejantes maniobras y alcanza velocidades supersónicas amén de destruirse tendría que producir el clásico estampido. Sin embargo, no olvidemos que nos enfrentamos ante un fenómeno que ha demostrado durante todos estos años la particularidad de no respetar estas leyes. Y esa demostración esta muy bien documentada y respaldada por numerosos casos (y en buena parte de ellos investigados por organismos competentes), en los cuales el fenómeno no era necesariamente una mera luz sino objetos sólidos, bien definidos, y de tamaños variados. Y en muchos de estos incidentes, el radar actuó como testigo de ello. Por lo tanto, las objeciones a las maniobras imposibles y a la ausencia del boom sónico, en este caso, si bien es válida para cualquier tipo de avión no alcanza para el Fenómeno OVNI, de naturaleza aún desconocida. Todos sabemos que en la mayoría de los estudios científicos que se han realizado del Fenómeno OVNI se ha revisado y discutido, entre varios de sus aspectos de alta extrañeza, su capacidad de efectuar maniobras "imposibles" o alcanzar aceleraciones y velocidades sorprendentes. De estos estudios se desprende un desconcierto total en estos aspectos y no, por cierto, una descalificación de los casos, pues generalmente estas revisiones se efectúan frente a incidentes bien documentados y correctamente investigados. Incluso el polémico análisis efectuado por la Universidad de Colorado, en 1968, conocido como Informe Condon concluyó en su apartado sobre este particular, a cargo de William Blumen, con el siguiente concepto: "...la ausencia total de boom sónico de los OVNIS en vuelo supersónico y pasando por rápidas aceleraciones o intrincadas maniobras, particularmente cerca de la superficie de la tierra, no puede explicarse sobre la base de los conocimientos actuales. Por el contrario, en tales condiciones serían de esperar intensos estampidos sónicos".( Citado por V.J.Ballester Olmos en Los OVNIs y la Ciencia. De. Plaza y Janes.1981) Al punto VII ¿ El fenómeno fue avistado desde tres lugares al mismo tiempo?. Los testigos que menciona HJG son correctos, salvo que falta agregar en tres de los cuatro grupos mencionados, a las siguientes personas: Al grupo del ARG674: Sr. Roberto
Benavente (acompañante ocasional en cabina); Existirían presumiblemente otros testigos que fueron mencionados oportunamente por diversas fuentes, tal es el caso de un tal Daniel Bereau citado por un cable informativo y los nombrados por el suboficial principal Daniel García en su informe (enfermero y conductor de la ambulancia de gendarmería). Las personas mencionadas no pudieron ser localizadas durante nuestra investigación, por lo tanto no las hemos tomado en consideración. ¿Está comprobado que se hubiera visto el fenómeno o fenómenos desde tres lugares al mismo tiempo?. Con certeza está comprobado que se observaron desde dos lugares simultáneamente, y con posibilidades, si se considera una versión del Comandante Principal Cipuzák, de tres lugares distintos. Veamos: La primera observación simultanea y desde dos lugares diferentes ocurrió cuando el ARG-674 estaba realizando el viraje de procedimiento, con la luz al frente ("a las once"). Desde una de las ventanas el Suboficial Principal García asegura haber observado como esa luz, que desde el ARG674 pierden de vista por la inclinación de su aeronave en el viraje, se ubica próximo al ARG-674 luego de finalizada ésta última maniobra. El Suboficial Ay. Alfredo Blanco, en su puesto de trabajo, era el torrero de turno la noche del 31 de julio de 1995. (Fotografía de Juan Pablo Gómez) Minutos después y cuando
la tripulación del ARG-674 denuncia la presencia de la
configuración luminosa de tres luces a su derecha, desde
tierra, el anteriormente mencionado García, observó
desde la ventana de la Jefatura del aeropuerto, en el primer
piso del edificio, una luz blanca-ámbar, intensa ("brillante"),
muy próxima al avión. Y otro testigo, el Sr. Jorge
Ezquerra, afirmó también haber observado esa luz
próxima al ARG-674, pero este se encontraba en la ventana
de la oficina de Operaciones de Aerolíneas, oficina ubicada
más al centro del edificio y también en la primer
planta. Pero existe un dato interesante
que brindó en una entrevista el Comandante Principal Cipuzak.
Versión que no se consideró demasiado posteriormente
por varios motivos pero que puede ser la clave para determinar
que fueron al menos dos los fenómenos aéreos anómalos,
esa noche. Según Cipuzak, mientras ellos se encontraban
a 15 millas del aeropuerto (28 km) y a unas 10 millas del
727 (19 km)-, a él le pareció haber observado dos
luces junto al ARG-674: una blanca -del lado derecho, girando
en el sentido de la agujas del reloj- y una verde - que seguía
al avión de línea cerca de la cola, moviéndose
en zigzag-. Sin embargo, dado que su observación fue de
escasos dos segundos, porque el propio motor del ala derecha
de su avión, les obstruyó la visión- y al
no estar completamente seguro de lo observado, su respuesta a
la torre fue negativa e incluso en una posterior entrevista no
lo mencionó. Se podrá esgrimir que el testimonio de Cipuzak no es valedero por la duración de su observación y además por la inseguridad del propio testigo en respaldarla. No obstante, la existencia de dos luces próximas al ARG-674 (una formándolo y la otra en la parte de atrás) no es descabellada si se considera la observación ocurrida a posteriori, y durante el escape, que tuvo como testigos a Blanco y Cantero desde torre de control. (Ver nuestro informe completo. Parte 3, "Confusión en la Torre de Control" http://www.gacetaovni.com/0501/bariloche3.htm). Y a propósito de Blanco, es el día de hoy que todavía no llegamos a comprender como no observó el objeto a la derecha del avión, mientras éste se encontraba en final. Más aún si el objeto, como vimos, si fue visto por García y Ezquerra a través de las ventanas de las oficinas mencionadas, ubicadas unos metros por debajo de la torre. Esta cuestión permanece sin aclarar. Según HJG, no se debe
descartar la posibilidad que la luz que observó García
formando al ARG-674 fuera el GN705. Esto podría "explicar"
porqué desde la torre de control no se observó
dicha luz. Sin embargo, la Torre tampoco hizo referencia que
estuviera observando al GN-705. Finalmente, y respaldando el
testimonio de García, está la versión del
Sr. Jorge Ezquerra. Veamos: "...mirando al avión
me llamó poderosamente la atención que
a su lado venía una luz (blanca) muy fuerte ¡ pero
al lado!, y medio como que me asusté porque me preguntaba
si no era otro avión...Y bueno ahí veía
la luz muy intensa al costado del avión como que lo iluminaba...Y
me llamó la atención, pero ¿qué pasa
acá? ¿un avión o algo?.. Y medio que buscaba
a alguien que también lo vea a ver si yo estaba viendo
bien..". Con la última parte del testimonio de Jorge Ezquerra evidentemente se descarta toda posible confusión con el GN-705. Finalmente, hubo otra instancia donde el fenómeno se habría observado simultáneamente, pero en esta ocasión desde los aviones en vuelo, sobre el lago Nahuel Huapí. Cuando el GN-705 denuncia que un "tránsito" lo supera al doble de su velocidad y luego asciende velozmente hasta la futura trayectoria del ARG-674 (10.000. pies), desde éste último habrían confirmado su presencia, "como esperándolos". Esta última instancia no fue observada por el matrimonio Cabral, como erróneamente se mencionó en varias oportunidades. Esta fase aconteció, según estimamos, a las 20.53 h. aproximadamente, y la observación del matrimonio se registró durante el apagón, es decir, casi treinta minutos antes. (20.25 h.). (VIII) ¿ Por que sufrieron alteraciones los instrumentos en el aeropuerto? La cuestión del mal funcionamiento de los instrumentos es otro punto no del todo claro todavía. Lamentablemente, al igual que con el problema del equipo electrógeno, no existió una investigación profunda que incluyera una revisión completa del instrumental. Al menos, no oficialmente. Todo parece indicar que el problema ocurrió durante pocos minutos (o segundos) y luego los equipos siguieron funcionando normalmente. En la entrevista personal al torrero de turno esa noche, Sub. Ay. Alfredo Blanco, nos expresó: "En el pasaje que hizo (20.48 h.) lo que más me extrañó es que estos equipos: el que nos da el QNH, que vendría a ser la presión al nivel de la estación; el equipo que nos da la intensidad y dirección del viento; el que nos indica la altura de las bases de las nubes; es decir, una serie de equipos que no trabajan a batería se apagaron con la caída del grupo pero, cuando la aerolínea estaba prácticamente arriba de la torre, en ascenso, observo extrañado que los equipos vuelven a prenderse y comienzan a comportarse de manera muy extraña: el equipo que indicaba la dirección del viento giraba constantemente, los que indican -en números- la velocidad y la altura de las nubes subían y bajaban, al igual que el barómetro, ¡ y eso que no funcionan a baterías!; solamente el HT, que es el radio comunicador que utilizo para hablar con los aviones, continua funcionando pero a baterías... En su informe elevado a la jefatura del aeropuerto, Blanco escribió: " Haciendo notar a la jefatura por este medio que en el preciso corte de iluminación de la RWY veo que : anemómetro fuera de servicio, VOR en servicio normal, ILS en servicio normal, luz plataforma sector norte serv. Normal, estufas en torre fuera de serv. Luz pupitre torre fuera de serv.". El problema del barómetro también se registró en el equipo que está en la planta baja, en la oficina de meteorología, porque es una repetidora del de Torre de Control. El operador meteorológico Nicolás Araya describió el comportamiento del equipo a su cargo, resaltando el hecho de que comenzó a funcionar de manera anormal, como si los números que medían la presión "se volvieran loco". Es decir, no se quedaban quietos, subiendo y bajando en forma continua, durante el descalibre. En la misma entrevista se le preguntó al torrero si el problema del instrumental no podía ser atribuido a una "sobrecarga" cuando se restableció la energía eléctrica de la ciudad. A lo que Blanco respondió negativamente, porque la falla ocurrió a continuación de la caída del grupo electrógeno y realizar la reconexión a la energía eléctrica de la ciudad demora unos minutos, además eso nunca había ocurrido anteriormente. Su opinión personal, como la de la mayoría del personal del aeropuerto, es que el funcionamiento anormal de los equipos no tiene una explicación y posiblemente se relacione con la aproximación del fenómeno que acompañaba a la aerolínea. Nosotros, como en el caso de la caída del equipo, no tenemos una opinión concreta al respecto. Evidentemente, la falla llamó poderosamente la atención del encargado de la torre a tal punto de exponerlo en su informe. Aunque dicha exposición, como se ve en el párrafo arriba transcripto, es confusa...tan confusa como muchas de las cosas que ocurrieron en el aeropuerto. (IX) ¿ El caso habría tenido tanta sensación si Jorge Polanco no lo hubiera interpretado como la observación de una nave espacial de origen extraterrestre?. El caso causó sensación, en primer lugar, por sus características y, luego, por la cantidad y nivel de los testigos involucrados. Y no precisamente por la creencia de uno de ellos. Como decíamos en la presentación de nuestro informe oportunamente citado, no es frecuente que la opinión pública observe a experimentados pilotos brindar públicamente sus testimonios sobre un suceso OVNI. Y no porque éstos no ocurran, sino porque lamentablemente, aún hoy, el temor de los testigos al ridículo y al descrédito continúa latente. Y ese temor está mucho más arraigado en las personas que alcanzan la categoría de "testigos científicos-técnicos", a la cual pertenecen los pilotos. No olvidemos mencionar también, que existe una creencia popular que, como tal, contiene ingredientes reales y fantásticos, según la cual este tipo testimonios (brindados por pilotos civiles y militares) normalmente no llega a ver la luz pública por prohibiciones o censuras gubernamentales o de altas esferas. Si bien es una creencia con muchos argumentos fantasiosos también tiene cierta base real, aunque no necesariamente para ocultar una procedencia extraterrestre de los OVNIs sino por motivos bien terrestres. Las opiniones y conclusiones personales a las que arribó el comandante Jorge Polanco posiblemente hayan influido en la opinión de mucha gente a la hora de evaluar el posible origen del fenómeno. Y en gran medida, no porque lo dijera Polanco sino por los motivos que expusimos en nuestra respuesta a la primera pregunta que planteo HJG, cuando decíamos que en la actualidad el término OVNI es sinónimo de Extraterrestre. (X) ¿Vieron Jorge Polanco y los demás testigos una nave espacial de origen extraterrestre?. La extrañeza del Caso Bariloche resulta difícil de evaluar. Sin duda alguna, el incidente es altamente extraño en su conjunto pero, lógicamente, al analizar las observaciones por separadas, éstas presentan diferentes niveles de extrañeza. Comparemos por ejemplo la observación desde el GN-705 con el avistamiento de DinaHuapi o la observación del ARG-674 con el avistamiento del grupo de taxistas. De esto resulta claro que las observaciones desde los aviones en vuelo resultan mucho más extrañas y difíciles de explicar que las registradas desde tierra. Como conclusión y para terminar, creemos oportuno transcribir a continuación una parte de nuestras consideraciones finales, publicadas en nuestro anterior trabajo. "La clase de certeza a que es posible arribar mediante el análisis como el implementado en el Informe Preliminar sobre el Caso Bariloche, se asemeja más al que se puede adquirir en el ámbito de las investigaciones de tipo jurídico. Tal restricción es lógica consecuencia de la metodología que nos impone la naturaleza de los datos con que debemos manejarnos en el campo de la indagación ufológica. No hay aquí, y más precisamente no la hay en los incidentes anómalos de Bariloche, datos objetivos permanentes, sino evidencias de muy diferente relevancia probatoria, a las cuales es menester evaluar minuciosamente, eludiendo en lo posible cualquier tendencia prejuiciosa y parcializada. Dentro de ese marco limitativo, el estudio analítico de los hechos, circunstancias y testimonios concernientes a los fenómenos aéreos presuntamente anómalos sobre la zona de Bariloche, reportados la noche del 31 de julio de 1995, nos permite arribar a varias conclusiones en las cuales se dan elementos de certeza, juntamente con dudas y conjeturas. En primer término, la contrastación de las hipótesis convencionales con los datos recopilados durante la investigación y evaluados de modo objetivo y racional, revela que ninguna de aquellas posee la suficiente entidad probatoria para ser calificadas como medianamente plausibles... A luz de todo lo expuesto hasta ahora en este Informe, surgen los siguientes interrogantes: ¿Hubo en realidad un solo OVNI sobre Bariloche y las desemejanzas en las descripciones obedecen a dispares condiciones y perspectivas de observación por parte de los testigos? ¿O quizá el fenómeno percibido, aunque único, posea cualidades "proteiformes", esto es, posea la aptitud de modificar, en diferentes instancias, tanto su apariencia, como sus patrones lumínicos? ¿O bien su estructura es ambigua, como un modelo geométrico equívoco, en el cual surgen diversidad de figuras, cambios en el aspecto sensible de su imagen, disímiles, pero todos ellos igualmente valederos y reales? ¿Podría argumentarse, tal vez, que el llamado caso Bariloche no se limite al avistaje de un solo OVNI como a nivel periodístico y popular se ha creído hasta ahora- sino que se trate de una pluralidad de fenómenos insólitos (al menos dos), cuyo comportamiento muestra evidente intencionalidad? Nos inclinamos a rescatar como más viable esta última presunción, aunque sin desechar una posible incidencia secundaria por parte de las otras tres opciones, al menos en una fase preliminar y con los elementos de convicción reunidos hasta hoy. Hay un aspecto relevante del fenómeno OVNI, al que hemos mencionado con alguna frecuencia: la intencionalidad., sin duda el más desusado de los ítems de extrañeza y que merece un párrafo especial. Adviértase que en ningún momento aplicamos el concepto de inteligencia para designar tal modalidad en las manifestaciones OVNI. Hay una razón de peso para esta elección: el término inteligencia resulta equívoco, habida cuenta de que por él se entienden realidades distintas, y que una precisa definición teórica plantea problemas, no habiendo sido aceptada por unanimidad desde el punto de vista psicológico. En cambio, el concepto de intencionalidad es menos comprometido. Recordemos a este propósito que, como señala el filósofo Franz Brentano, todo acto psíquico participa de esa cualidad. Es decir que los entes psíquicos que la ejercen son capaces de percibir estímulos externos y reaccionar con relación a ellos. En muchos casos los OVNIs dan la clara impresión de que advirtieran dichas presencias y orientaran su comportamiento en función directa de las mismas. En el caso Bariloche, se aprecian varias fases que sugieren actitudes y movimientos intencionales por parte de los fenómenos luminosos observados. Como los ejemplos que citamos a continuación: 1) El desplazamiento evasivo (en ángulo
de 90 grados), cuando el Boeing realiza su viraje a los 6.400
pies de altura. Como conclusión, creemos que es posible vislumbrar en los incidentes de Bariloche una intrincada estructura fáctica de insospechada complejidad; una sucesión de eventos anómalos no siempre asociados entre sí con claridad- y de no fácil integración en un panorama general. Precisamente, es debido a la antedicha complejidad que se torna difícil ensayar una valoración global de extrañeza en términos cuantitativos para todos los avistamientos involucrados. Por último, en lo que concierne a la naturaleza de estos extraños fenómenos (OVNIs o anomalías aéreas), sólo podemos movernos por ahora en un terreno conjetural y especulativo, donde por el momento no se avizoran respuestas categóricas. Este es, sin lugar a dudas, el gran desafío pendiente". |
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Con respecto al informe anexo(*) que acompaña al artículo principal de Janosch, no vamos a dar respuestas en estas páginas porque las mismas de alguna manera pueden encontrarse en nuestro trabajo anteriormente citado (El Caso Bariloche en http://gacetaovni.com/0601/bariloche4.htm II Análisis Crítico de las Hipótesis Reduccionistas ). No obstante, podemos adelantar - aunque ya lo habrá notado el lector- que no estamos de acuerdo con ciertas apreciaciones y explicaciones que se exponen en su informe, el cual - sí cabe aclarar acá- contiene numerosos errores (algunos de importancia) generados seguramente porque sus autores tienen en la prensa la principal fuente de información. Metodología inaceptable cuando se pretende realizar un análisis riguroso del caso y fundamentalmente tratar de identificar el o los fenómenos observados. Por otro lado, creemos oportuno mencionar que el Sr. Heriberto Janosch González ya había sugerido, a los pocos días de sucedido el caso, una "explicación" al avistamiento del fenómeno observado por la tripulación del avión de Aerolíneas Argentinas. Dicha sugerencia la realizó primero en un programa de televisión ("Sin vueltas", primeros días de Agosto 1995, America-Canal 2) y luego a la revista "Descubrir", que posteriormente la incluyó en el artículo de Virginia Márquez ("Visitantes de Fantasía" Año 5 N° 50- Septiembre de 1995). En una columna aparte, y con el desafortunado título "Luna engañadora"- Márquez escribía lo siguiente: "Un miembro fundador del Centro Argentino para la investigación y Refutación de la Pseudociencia, Heriberto Janosch, maneja la hipótesis de que el comandante Polanco haya confundido nuestro satélite natural con un ovni. El 31 de Julio, entre las 20 y 21, en la zona de Bariloche podía observarse la luna nueva (en forma de media luna finita, horizontal), aproximadamente hacia el oeste y a una elevación de unos 30 grados sobre el horizonte. A causa de un primer apagón que el jefe de la empresa Energía Río Negro atribuyó a un error humano, el comandante Polanco inicia su maniobra de escape,. Asciende con rumbo magnético 284 grados, y la luna disipadas las nubes existentes- aparecería delante de la máquina y podría dar la sensación de ser una nave que se acerca en línea recta al avión. Precisamente esto es lo que el piloto describe, y consulta por radio a la Torre sobre el tránsito de otra aeronave. Le contestan que solo hay una máquina de Gendarmería., pero muy alejada y en otra dirección. Otra fase del incidente ocurrió cuando el 727 |
terminaba de completar el viraje a la derecha, a 150 grados: la luna queda a la derecha y atrás del Boeing, con el planeta Marte subjetivamente visible como pegado al satélite". De acuerdo a las características del fenómeno observado por la tripulación del ARG-674, la hipotética confusión astronómica que sugería Janosch resultaba muy improbable; más aún considerando el nivel de la mayoría de los testigos involucrados. Era muy extraño y a la vez poco menos que inaceptable que experimentados pilotos confundieran objetos tan simples para su identificación como los mencionados en un cielo limpio y en condiciones óptimas de visibilidad. Esa sugerencia, a decir verdad, era como una descalificación para la capacidad de los pilotos. Pero una simple confrontación de datos terminó demostrando dos cosas: 1) Que no fueron precisamente los pilotos los engañados por la Luna y el planeta Marte, ya que ni uno ni otro (que en esas fechas estaban visualmente muy próximos) eran visibles en la posición que estuvo el "transito" desconocido. (Para más información consultar nuestro informe antes mencionado)... 2) Que Janosch al momento de sugerir su explicación no había investigado los hechos. Una actitud y metodología a todas luces reprochable. Posteriormente, cuando el autor de la hipótesis astronómica se percató del error, en su informe del mes de diciembre publicado en la revista "El ojo escéptico"* escribe: : "...se hizo evidente que la dirección del 727 cuando divisó la luz a las once y cuando el supuesto objeto lo acompañó muy cerca en el descenso descartaban a la Luna como causante de una posible confusión, motivo por el cual desechamos inmediatamente la hipótesis, de acuerdo a lo que nos impone la metodología científica que pretendemos utilizar. " (Fin de la cita) Y volvemos a estar en desacuerdo,
porque la metodología científica (al menos, la
que nosotros conocemos) obliga a realizar una exhaustiva y metódica
investigación primero para luego elaborar o sugerir una
hipótesis y no al contrario. |
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