Fuente: Tal Cual, El Nacional y El Universal.
Para fortuna de los depositantes, como la intervención era a
puertas abiertas la cobertura aplicada a los depósitos de los clientes fue total
y por encima del seguro de tan sólo 4 millones de bolívares que prevé la ley de
Fogade para los ahorristas.
— Éste es un problema puntual –explicó el ministro de
Finanzas, José Rojas- que no afecta el sistema financiero. Entre hoy y mañana se
normalizarán las operaciones del banco y cualquier depositante puede retirar sus
recursos hasta por la totalidad de lo que tenga en su cuenta. Vamos a
recapitalizarlo lo antes posible (El Universal, 18/04/2000).
Pero en la misma declaración el jefe de las finanzas públicas
dejaba claro que, con respecto a los planes de recuperación ordenados por la
Superintendencia de Bancos, "por el contrario, en vez de cumplirlos cada vez se
alejaban más de los planes de ajuste".
— La junta directiva realizó un manejo inadecuado de la
institución –precisó este funcionario-. Quisieron financiar con flujo de caja
sus inversiones. Sin duda fue un manejo no apropiado.
Los fiscales Xavier Carrera y Rafael Pérez Mouchette
solicitaron al juez 46 de Control, Leonardo Parra Useche, prohibición de salida
del país para: Luis Vallenilla, Octavio Calcaño, Luis Hernández Solís, Pedro
Tinoco Paz, Carlos Bello, Román Rojas Cabot, Pedro Vallenilla N., Ignacio
Iribarren, Gonzalo Ramírez, Oscar Ochoa, Oscar Arnal, Alicia Espinoza, Ana María
Vallenilla de Rísquez, Pedro Vallenilla R., Félix Gonzalo Ibarra, Blas
Santander, Yrays Enríquez, Oscar Torres, Ana María Báez de Ramírez, Mercedes
Pérez Linares, Olga Méndez y Adriana Robaina. Todos pertenecían a Cavendes Banco
de Inversión y C.A. Inversiones Cavendes.
Dado el nerviosismo de los ahorristas, aprendido y
transmitido tras la crisis de 1994, el Ministro de Finanzas nuevamente volvió a
infundir tranquilidad desde el Palacio de Miraflores:
— El sistema financiero y bancario nacional es extremadamente
perfecto y goza de condiciones muy favorables –expresó José Rojas- (El
Universal, 25/04/2000).
Se había realizado una evaluación del mismo con la
participación de la Asociación y el Consejo Bancario Nacional. Un total de 14
empresas relacionadas de Cavendes fueron intervenidas también, amén de las casas
de bolsa Cavendes y Sofimerca, en su "mayoría de carácter inmobiliario y
ubicadas en la Isla de Margarita" declaró el presidente de Fogade, Carlos
Calderón (El Universal, 25/04/2000).
El dirigente de Izquierda Democrática, Luis Manuel Esculpi se
preguntaba: "¿Por qué el gobierno de Hugo Chávez, teniendo conocimiento de las
denuncias contra Cavendes y las conclusiones que arrojó el informe elaborado en
1998 por el Congreso, y que fue firmado por gente del MVR, no actuó a tiempo?.
En lugar de eso, se procedió exactamente igual que en 1994, cuando todos los
organismos de control financiero sabían que se estaba gestando una crisis
general y no hicieron nada para evitarla" (El Universal, 25/04/2000).
La mención a 1998 radicaba en que en ese año el Congreso de
la República había intervenido en una investigación porque la quiebra de la
sociedad financiera Profimerca había impactado a los ahorristas de Cavendes,
quienes ahora se veían en una situación más crítica.
Para el momento de la intervención, Cavendes registraba
obligaciones con terceros por el orden de los 131 mil millones de bolívares,
mantenía ahorros del público por 4 mil millones de bolívares y depósitos
oficiales del tenor de los 30.260 millones de bolívares. "Las señales de alarma
en el caso Cavendes datan de 1998. El informe de la Superintendencia de Bancos
indicaba que en diciembre de ese año, el margen financiero, indicador básico de
solvencia y que registra la diferencia entre ingresos y egresos, cerró negativo
en 1.765 millones de bolívares. La luz roja se mantuvo encendida durante todo el
año 1999... El margen de intermediación financiera, que mide la rentabilidad del
negocio estrictamente bancario es negativo desde 1998", nos ilustraba el ya
citado periodista Víctor Salmerón (El Universal, 26/04/2000).
El presidente Chávez se pronunció por vez primera en torno a
la intervención el 25 de abril: "reivindico la amistad con Luis Vallenilla, pero
eso para nada influirá en el manejo del caso. Él no forma parte del Movimiento V
República, pero tenemos amistad desde hace varios años. Más allá de los rumores,
se tomó una decisión muy importante. Yo fui informado y di luz verde para
proceder" (El Universal, 26/04/2000).
El abogado Jorge Luciani, quien antes de la crisis bancaria
de 1994 era el segundo en la Vicepresidencia de Protección y Seguridad
Industrial del Banco de Venezuela en la era Bouza-Álvarez Stelling, acudió a la
Fiscalía para solicitar prontitud en los procedimientos penales de la quiebra de
Cavendes. Representaba, como interventor de la Sociedad Mercantil Promotora de
Mercado de Capitales C.A. (Profimerca) los intereses de 240 inversionistas que
aspiraban a cobrarle viejas cuentas a la familia Vallenilla.
Para Luciani, "Profimerca fue un detonante en la intervención
de Cavendes. Existe una relación entre el caso Profimerca y Cavendes, aunque
desde hace años se decía que esa entidad financiera estaba en problemas" (El
Universal, 03/05/2000). Las pérdidas de Profimerca estaban calculadas en
unos 7.000 millones de bolívares.
El ex constituyente Luis Vallenilla se dejó ver por vez
primera cuando acudió ante el juez Parra Useche. El 3 de mayo declaró brevemente
lo siguiente:
— Pronto convocaré una rueda de prensa, pero por los momentos
no voy a hablar porque así me lo han recomendado mis abogados... Hay mucha
desinformación en relación con este caso. Todo el mundo habla y dice lo que
quiere sin saber. Nunca tuve vinculación con el Banco del Pueblo y no estuve en
Roma ni en ningún otro lugar. No me iré del país. Yo ponto aclararé, pero por
los momentos debo seguir las recomendaciones de mis abogados (Héctor Orlando
Monagas, Manuel Benítez y Julio César Peraza) (El Universal, 04/05/2000).
Una semana más tarde se dejó entrevistar por Globovisión y
aseguró que no tenía ninguna relación accionaria con una empresa domiciliada en
Aruba, que cuenta con depósitos por el orden de los 25 millones de dólares
(El Universal, 09/05/2000).
— Esa compañía tiene unos activos. Si esos activos están
intervenidos por Fogade, entonces no van a poder hacerse líquidos para pagar
–explicó-. Habrá que hacer arreglos, me imagino que habrá que tener ciencia. Yo
tengo metidos en esa compañía 4 millones de dólares.
Se trataba de "una empresa mercantil no regida por la
supervisión bancaria de Aruba y, dado que tampoco tiene la cobertura de compañía
financiera en Venezuela, todas las captaciones son ilegales", dejaba caer el
balde de agua fría el presidente de Fogade Carlos Calderón (El Universal,
11/05/2000). Un grupo de venezolanos tenía depositados en esta compañía 25
millones de dólares. Había sido constituida con 6 mil dólares y era operada por
empleados de Cavendes. "La compañía, a decir de los depositantes, operaba en el
piso cuatro de Cavendes... Como directores de la misma aparecen registrados
Humberto Cataldo Rotondo, Jorge Márquez y Bernardo Méndez, quienes según el
presidente de Fogade, son venezolanos y empleados de Cavendes", (El
Universal, 11/05/2000). Surgió otra compañía denominada Billdeck Capital
Markets, cuya relación fue negada por la familia Vallenilla, desde donde también
se captaban depósitos en dólares y se adeudaba a unos 125 venezolanos acreedores
más de 23 millones de dólares.
La idea que tenía el presidente de Fogade, Carlos Calderón,
era subastar a Cavendes. De hecho declaró que "en muy poco tiempo será
convertido en banco comercial para que tenga productos y desprenderle los
activos turísticos. Tenemos proyectado, y así queremos, hacer la subasta a
finales de este año (2000), a mediados de noviembre" (El Universal,
15/07/2000).
Para fines de julio el fiscal Javier Elechiguerra anunció que
las investigaciones realizadas por el Ministerio Público arrojaban una primera
lista de imputados bajo los delitos de captación e intermediación financiera
ilícita o no autorizada: Luis Vallenilla, Pedro Vallenilla, Ana María
Vallenilla, Humberto Cataldo, Fernando Danielli y Rosa Cardoni (El Universal,
28/07/2000).
El vicefiscal Alí Núñez dejó claro el 16 de agosto que la
Fiscalía había finalizado la instrucción del expediente y que sólo esperaba que
los imputados ejercieran el derecho a la defensa, para proceder con las
acusaciones.
— Avanzando en las averiguaciones nos encontramos con
elementos y empresas susceptibles de ser investigadas, que a su vez originaron
nuevas indagaciones, entre las que podemos mencionar el caso de Billdeck Capital
Markets AVV, cuyos dueños eran los Vallenilla y que originalmente se investigaba
dentro del grupo Cavendes.
En este último caso particular el tribunal 46 de Control
decretó nuevas medidas de prohibición de salida del país por 60 días contra Luis
Vallenilla, Ana María Vallenilla, Pedro Vallenilla, Rosa Cardona, Fernando
Danielli y Humberto Cataldo (El Universal, 17/08/2000).
La fiscal que venía instruyendo el expediente, Raiza
Rodríguez, aportaba que, si bien el Ministerio Público disponía inicialmente de
un lapso de 6 meses para levantar acusaciones, adicionalmente se contaba con
otros 30 días, bajo la promesa de acusar antes de que finalizara el año 2000.
— Yo me responsabilizo ante el país sobre los resultados de
esta investigación. Hay que recordar –expresó el fiscal Javier Elechiguerra- que
uno de los implicados en el caso cambió recientemente de abogado, por lo que hay
que darle cierto tiempo para continuar con el proceso... Si bien es cierto que
la investigación es compleja, pues no hay el personal suficiente para cubrir las
necesidades requeridas, yo garantizo que dará resultados en su momento (El
Universal, 20/10//2000).
Cavendes Banco de Inversión llegaba a los seis meses de
intervenido. Ante este hecho el juez 46 de Control, Leonardo Parra Useche, dictó
una medida que limitaba a la Fiscalía a acusar en un plazo no superior a los 35
días o finalizar la investigación. El mismo fue apelado por el Ministerio
Público que solicitó a la Inspectoría Nacional de Tribunales una investigación
para determinar el interés del juez Parra Useche por presionar la finalización
del expediente. (El Universal, 27/10/2000).
Finalmente el 30 de octubre el Fiscal General acusó por
intermediación financiera ilegal a Pedro Vallenilla, Ana María Vallenilla,
Fernando Danielli y Rosa Cardone. Mientras que sobreseyó de cargos a Luis
Vallenilla y Humberto Cataldo. Se argumentó en la ocasión que a Luis Vallenilla
no se le habían encontrado indicios suficientes de culpabilidad y, en el caso de
Cataldo, el criterio era que según el principio de la oportunidad, su
participación había sido considerada como marginal en el curso de los
acontecimientos.
El subcaso que se ventilaba era en lo atinente al expediente
de la empresa Billdeck Capital Markets, propiedad de Cavendes Banco de Inversión
y de Inversiones Cavendes, la cual captaba depósitos en dólares al margen de la
ley. Dado este paso, el resto de la investigación continuaba, además de la de la
Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional. Un debate de 114 votos a favor,
11 abstenciones y solamente 2 en contra en la Asamblea Nacional, había
autorizado otra investigación sobre el comportamiento de la Fiscalía General de
la República por la exoneración inicial de Luis Vallenilla. Los dos votos en
contra, por cierto, fueron de los diputados del MVR: Pedro Carreño y Osmar Gómez
(El Universal, 03/11/2000). Se trataba de una moción presentada por la
diputada Liliana Hernández, de Alianza Bravo Pueblo, que tomó por sorpresa a los
diputados del Movimiento V República, en particular a este par de miembros de la
Comisión de Contraloría.
"La impunidad en los fraudes bancarios ha generado, tanto en
la crisis de 1994, como en la de 2000, la percepción del riesgo moral por parte
de los agentes financieros, lo que hace más difícil el cumplimiento de la
normativa establecida, se desprende de un informe emanado de la Superintendencia
de Bancos (Sudeban)", reportaba el canal de televisión Globovisión desde su
página web, el 6 de noviembre de 2000.
En el interín, el presidente de Fogade, Carlos Calderón,
renunció por conflictos insalvables con la presidenta de la junta interventora
de Cavendes, Maite Aizpúrua. Fue sustituido por el economista Rómulo Henríquez
Navarrete. Pero Calderón dejó tras de sí una estela de denuncias en cuanto a lo
que había sido la intervención de la institución. Una primera versión al
respecto fue que se había negado a seguir dando auxilios a un "tonel sin fondo"
llamado Cavendes y por eso puso el cargo a la orden. Estaba negado a reflotar la
institución. Su tesis era subastarla, una vez reconstituida financieramente.
Así surgió a luz pública el enfrentamiento que privadamente
sostenía con la presidenta interventora Maite Aizpúrua, quien, supuestamente,
había "dejado sin efecto la decisión del tribunal que reconocía la nulidad de
una operación de última hora realizada por Luis Vallenilla antes de la
intervención, que consolidó el traspaso de los activos turísticos del grupo
Cavendes a la empresa Valores 9200, propiedad de Vallenilla", (El Universal,
20/11/2000).
El asunto se sumaba a las investigaciones que venía
desarrollando la Asamblea Nacional. Aizpúrua había llegado a la presidencia de
Cavendes por haberse desempeñado como titular de la junta interventora del banco
de inversión. Su enfoque sobre el futuro inmediato del banco era diferente.
— De manera formal digo –se explayó Calderón- que en el
Cavendes de hoy hay que preocuparse. En Cavendes algo huele mal. La presidenta
actúa a espaldas de la Junta de Regulación Financiera, la directiva de Fogade y
la propia junta interventora... En distintas oportunidades se le ha solicitado a
la Presidencia de Cavendes que dé cumplimiento a las decisiones tomadas por la
Junta y el Directorio del Fondo (Fogade) que es el propietario del 100% de
Cavendes. Esto significaba acelerar la venta de la institución y acometer
acciones administrativas para presentarla a la subasta (El Universal,
21/11/2000).
La situación tendió a enredarse porque la Contraloría Interna
de Fogade resolvió investigar, de un momento para otro, los gastos publicitarios
en los que había incurrido Calderón como presidente del Fondo. Se buscaba,
aparentemente, el pago de sobreprecios en la colocación de desplegables y otros
trabajos publicitarios.
— De mí se ha dicho cualquier cosa desde el mes de abril
–replicaba Calderón (El Nacional 22/11/2000).
Mientras que la presidenta de Cavendes, se defendía:
— Sus declaraciones son subjetivas y no las comparto, pero lo
respeto como ser humano... Nunca he actuado de tal modo y siempre mantuve
informada a la Junta de Regulación Financiera de lo que hacía (El Nacional,
22/11/2000).
El vespertino Tal Cual no perdió oportunidad frente a la
situación: "¡Viva la pepa!... El chino Calderón, a diferencia de tantos
funcionarios que una vez destituidos se enconchan, dio la cara y soltó un misil
que, por lo pronto perfora el edificio de Finanzas, en Carmelitas, y todavía no
se sabe dónde va a aterrizar. En dos platos, el ex Presidente de Fogade... dijo
que las marramucias de Luis Vallenilla se extienden hasta después de intervenido
el banco y que ellas han sido posibles por lo que parece una actitud cómplice de
la Interventora de Cavendes. Pero esta señora no puede, evidentemente, estar
actuando por su cuenta y sólo respaldos de alto nivel explicarían la
tranquilidad con que lo hace. El ministro de Finanzas, José Rojas, está
emplazado por las declaraciones de Calderón" (21/11/200).
La explicación de Calderón al respecto fue la siguiente:
— Luis Vallenilla intentó una operación mediante la cual se
traspasaban los activos a otra compañía por 3.500 millones de bolívares, cuando
su valor supera los 50.000 mil millones de bolívares. Los interventores el 29 de
septiembre intentaron una acción de nulidad ante el Tribunal 9 Civil y Mercantil
que tuvo una sentencia favorable. Pero el 15 de diciembre la Presidenta de
Cavendes solicitó al mismo tribunal que se dejara sin efecto la decisión de
nulidad" (El Universal, 21/11/2000).
Aizpúrua dio la siguiente argumentación al respecto:
— Los demandantes realizaron la acción sin mi presencia y
éramos tres los interventores. Además la demanda daba por realizada la operación
y debemos partir del hecho de que es una supuesta operación que no se
materializó. Tenemos estudios que señalaban a esta negociación nula de toda
nulidad. De manera que el escrito tenía visos que no eran adecuados a los
intereses del Estado venezolano (El Universal, 22/11/2000).
El otro punto de discordia era que a Maite Aizpúrua la Junta
de Regulación le había aprobado un plan de rehabilitación de Cavendes en cuatro
años, lo cual echaba por tierra la subasta promovida por Calderón.
El caso llegó al límite de lo insospechado cuando una
auditoría contratada a la firma Espiñeira Sheldon y Asociados al 30 de junio de
2000 reveló los siguientes aspectos, hasta ese momento desconocidos (El
Universal, 23/11/2000):
Luego de la intervención,
Cavendes siguió prestando a las empresas relacionadas 6.232 millones de
bolívares.
No se ha podido realizar la
valoración de los inmuebles o inversiones inmovilizadas debido a que las
filiales carecen de balances y estados financieros.
Ante el vencimiento del plazo para realizar acusaciones en el
caso Cavendes Banco de Inversión, el fiscal Elechiguerra aclaró públicamente que
Luis Vallenilla, Ana María Vallenilla, Pedro Vallenilla Rodríguez, Jorge Luis
Figueira y Manuel Valentín Bolívar, estaban acusados por distracción de fondos
públicos en forma continuada y suscripción de balances inexactos
(Globovisión, 24/11/2000). Sorpresivamente agregó: "algunos fiscales que
comenzaron a actuar en el caso están sometidos a procedimientos disciplinarios
por no comportarse a la altura de la circunstancia" (Alí Marquina, Javier
Carrera, Rafael Pérez Mouchett y José Gregorio Moreno, según citó El Nacional).
En cambio, se solicitó sobreseimiento para las siguientes
personas: Félix Gonzalo Ibarra, Ydays Henríquez, Ana María Báez de Ramírez,
Mercedes Pérez Linares, Olga Méndez de Aggierni, Adriana Robaina, Octavio
Calcaño, Luis Hernández Solís, Pedro Tinoco Paz, Carlos Bello, Román Rojas Cabot,
Gonzalo Ramírez Cubillán, Carlos Luciani, Oscar Ochoa, Ignacio Iribarren, Oscar
Arnal, Alicia Espinoza de Otero, Nancy da Silva y Juan Andrés Wallis Brandt.
Figueira y Bolívar se presentaron ante el juez Useche e
inmediatamente recibieron medidas sustitutivas a la privación de libertad, al
tiempo que los ahorristas de la empresa Billdeck Capital Market se reunieron y
formularon una acusación privada por estafa contra Luis Vallenilla y el resto de
la directiva de la organización off shore, con sede en Curazao.
La comisión de Contraloría realizó una serie de
interpelaciones públicas por donde desfilaron: Maite Aizpúrua, presidenta de
Cavendes intervenido, luego sustituida por Febe de Haddad; el juez 46 de Control
Leonardo Parra Useche; Carlos Calderón, ex presidente de Fogade; y Luis
Vallenilla.
— Los problemas de la institución se presentaron entre los
meses de octubre y enero de este año, período en el cual estuve fuera de la
institución por estar en la Asamblea Nacional Constituyente... La tesorería se
vino al suelo y se comió el encaje legal. La situación era desastrosa, pero yo
no controlaba la tesorería. Tuve que hablar con los presidentes de los fondos
gubernamentales para solucionar las dificultades –reveló Vallenilla en la
interpelación de la que fue objeto el 5 de diciembre de 2000.
Rómulo Henríquez, desde la presidencia de Fogade, había
retomado la idea de vender la institución al mejor postor. Al ser juramentado
por el presidente Chávez declaró (El Universal, 09/2172000):
— Una de las metas es vender Cavendes y sus activos a más
tardar en el primer trimestre del año (2001). Los auxilios que se entreguen
serán reintegrados debido a que existen interesados en el banco de inversión.
Pero el representante legal de la firma Camelot Asset
Management en Venezuela, Luis Andrés Guerrero, firma relacionada con Valores
9200, aclaraba que "es absolutamente incierto e irresponsable que se pretenda
decir que la operación de Valores 9200 sea un autopréstamo", con lo que echaba
por tierra la tesis de que el traspaso de activos realizado por Luis Vallenilla
antes de la intervención de Cavendes fuese un préstamo. Esto daba un nuevo giro
al caso (El Nacional, 11/12/2000).
El 14 de diciembre, la Comisión de Contraloría aprobó el
informe sobre el caso Cavendes y lo pasó a plenaria donde una mayoría holgada
señaló responsabilidades en contra de Luis Vallenilla, Pedro Vallenilla y Ana
María Vallenilla por manejos dolosos (Unión Radio, 14/12/2000).
La quiebra de Cavendes había afectado un sinnúmero de cajas
de ahorros, a saber: Fundapol, Universidad Nacional Abierta, Universidad Central
de Venezuela, Banco Industrial de Venezuela, Electricidad de Caracas,
Contraloría General de la República, Fiscalía de la República, Profesores de la
UCV, Bomberos del Distrito Federal, Colegio Universitario de Caracas, Consejo
Nacional Electoral, fideicomiso del Banco Caroní, entre otras.
En el informe, de más de 100 páginas, destacan los siguientes
hechos:
No se presentó documentación de
soporte, donde se demuestre que el Plan de Rehabilitación (elaborado por
Maite Aizpúrua) fue presentado para la aprobación de la Junta Directiva
del grupo Cavendes.
Tampoco hay evidencia de que el
mismo haya sido presentado a la Junta Directiva de Fogade para su
evaluación, antes de ser presentado para la aprobación de la Junta de
Regulación Financiera.
En el mes de abril de 1999, la
Superintendencia de Bancos determina riesgos operativos correspondientes
a operaciones con empresas que operan en el mercado bursátil, e instruye
a desincorporar la inversión, todo esto ocurre cuando el señor Luis
Vallenilla todavía se encontraba a cargo de la Presidencia de Cavendes,
por lo que se considera una ironía de él afirmar que el banco tenía una
situación holgada.
Las observaciones hechas por la
Superintendencia de Bancos y las recomendaciones formuladas no fueron
consideradas ni implementadas por el señor Luis Vallenilla, quien de
manera descarada argumentó en su defensa que no estaba en sus funciones
estatutarias el control de la Vicepresidencia de Tesorería. Esta
declaración debe tomarse como confesión de la conducta negligente que
ejecutaba en el cargo que ocupaba, pues si bien es cierto que
estatutariamente no estaba obligado expresamente a ejercer las funciones
de vigilancia, no es menos cierto que tal función es inherente al cargo
que desempeñaba, aunado al hecho de que es el accionista mayoritario de
la institución, confundiéndose en él la responsabilidad que tiene como
administrador y el cuido de su patrimonio personal.
Las conclusiones y recomendaciones del informe aprobado por
la Asamblea Nacional, quedaron registradas así:
Se determina en forma
fehaciente la responsabilidad en las irregularidades cometidas en el
Banco Cavendes y sus filiales, de los ciudadanos Luis Vallenilla, Pedro
Vallenilla y Ana María Vallenilla, al haber actuado intelectual y
materialmente desde la Presidencia, Tesorería y Administración del grupo
Cavendes en forma omisiva, habiendo causado con sus actuaciones un
gravamen irreparable a esta institución.
Debe manifestarse este órgano
legislativo, en promover una actuación eficaz y ajustada a derecho, y
hasta las últimas consecuencias, por parte de los órganos judiciales, a
fin de lograr en corto tiempo una decisión marcando la responsabilidad
penal de los ciudadanos Luis Vallenilla, Pedro Vallenilla y Ana María
Vallenilla y cualquier otro directivo de Cavendes Banco de Inversión y
C.A. Inversiones Cavendes, como lo ha planteado la representación del
Ministerio Público y, por lo tanto, les sean aplicadas las sanciones de
Ley con todo su peso.
El proyecto de rehabilitación
del grupo Cavendes no es viable y por lo tanto, recomendamos que a la
mayor brevedad posible se traspasen los activos turísticos a Fogade,
como una medida para que el Estado se asegure la recuperación en un
futuro cercano de la inversión efectuada y que una vez traspasados...
sea vendido a través de una subasta.
El informe finalizaba diciendo:
En cuanto a lo informado por
Luis Vallenilla y la doctora Joyse Zorrilla, que el grupo Cavendes pagó
cantidades en comisiones hasta por un monto de 35.000 millones de
bolívares a personas naturales y jurídicas en el lapso enero 1998 a
febrero 2000, presuntamente muchas de estas colocaciones provienen del
sector público. Se entregó al Ministerio Público la lista de estos
comisionistas.
Este detalle se convirtió en un elemento muy revelador del
estilo de las operaciones que realizaban los ejecutivos de Cavendes. Apareció
una lista de personas que, presuntamente, cobraban comisiones para conseguir
colocaciones en Cavendes. El costo del pago de estas comisiones, como ya
dijimos, remontó los 35 mil millones de bolívares:
¿Quién quiere ser millonario? (Versión publicada por
El Nacional, 15/12/2000).
Las 22 personas que según la Comisión de Contraloría de la
Asamblea Nacional se repartieron 35 millardos de bolívares en comisiones son, en
su mayoría, representantes de cajas de ahorros en todo el país:
Carlos García (Cafucamide)
Luis Daniel Colmenares (Caja de
Ahorros de los Bomberos del DF)
Orlando Dun (Servicio Autónomo
de Cartografía Nacional / Capivic / Caja de Ahorros del Colegio
Universitario de Caracas)
Julio Sequera (Fondo de
Jubilaciones y Pensionados de la Administración Pública Nacional)
Alberto Enrique Torres (Caja de
Ahorros del CNE)
Miloscari Pérez (Capremco)
Oswaldo Rangel (Fideicomiso
Banco Orinoco)
High Security (Banco
Metropolitano- pagos / Banco Metropolitano -Fogade)
Ildemaro Rosales (Fundapol /
Caja de Ahorros de la Universidad Nacional Abierta / Caja de Ahorros
Catupel Macaro)
Mario Cisneros (Sacven)
José G. Pernía (Cademac /
Catienam)
Griselda Rodríguez (Caja de
Ahorros de la HUC / Captimpm Upel / Caja de Ahorros del Banco Industrial
de Venezuela / Cayseca-Caja de Ahorros del personal de La Electricidad
de Caracas) / Caja de Ahorros de la Contraloría General de la República)
Paolo Demeo (Cacten / Catinn /
Caja de Ahorros de Monaca / Capeba / Cailapeca)
Pedro Matheus (Capinavi)
Solángel Lozada (Capreviso /
Camri)
Rafael Esparragoza (Caja de
Ahorros de la Fiscalía General de la República)
Juan Carlos Rodríguez (Catecym)
Alejandro Rodríguez (INAM /
Fides / Ipsfa / Gobernación del estado Apure)
Angel Infante (Servicio
Ambiental del MARNR)
Carmen Leda Cadenas (Caja de
Ahorros del Inager)
Fernando Lunar (Capremju / Caja
de Ahorros de Hogares de Cuidado Diario)
El comienzo del año 2001 trajo dos noticias respecto de
Cavendes. La primera, que la intervención cesaba por mandato de la Junta de
Regulación Financiera, según Gaceta Oficial del fin del año 2000. La otra, que
la audiencia del caso central Cavendes Banco de Inversión podría realizarse a
partir de febrero de 2001 (El Mundo, 18/01/2001). El presidente de
Fogade, Rómulo Henríquez, daba cuenta de que inversionistas franceses,
portugueses, españoles y brasileños habían manifestado interés por comprar la
institución (El Mundo, 30/01/2001).
La audiencia en cuestión fue aplazada en varias oportunidades
por estrategia de los imputados que cambiaron tantas veces como fue necesario a
los abogados defensores. El martes 13 de marzo de 2001 los ahorristas afectados
y otros implicados diferentes a la familia Vallenilla, exclamaron:
— ¡Que los traigan por la fuerza, con la PTJ o la Disip. No
importa! (El Universal, 06/03/2001).
Uno de los varios abogados defensores, Giovanni Márquez,
expresó:
— Nunca ha habido la intención por parte de los Vallenilla de
salir de Venezuela, por el contrario ambos (Luis Vallenilla y su hija Ana María)
se encuentran en sus respectivos hogares trabajando en su defensa y tratando de
llevar una vida normal –afirmó-... Él es la gran víctima de este caso (Quinto
Día, 09 al 16/03/2001).
A la séptima convocatoria de la audiencia preliminar, el juez
46 de Control, Rubén Darío Gutiérrez, accedió a demorarla para los días finales
de marzo. Efectivamente el 28 de marzo el tribunal encontró méritos para
entablar juicio, exonerando de méritos a Luis y Pedro Vallenilla por el delito
de distracción de fondos públicos, pero quedándole dos imputaciones más:
suscripción de balances inexactos y distracción de recursos no públicos. Estas
causas todavía se ventilaban a comienzos de junio de 2001.
— ¡Desgraciadamente tendré que enfrentar un juicio!- exclamó
Luis Vallenilla a las puertas del Palacio de Justicia.
Pero Luis Vallenilla sorprendió a propios y extraños cuando
el 17 de abril personalmente regresó a la sede de Cavendes, pero no como
presidente, sino como demandante de la suma de 257 millones de bolívares en
diversas bonificaciones, prestaciones sociales, vacaciones vencidas y utilidades
fraccionadas correspondientes a los años 1999 y 2000, todo sobre la base de un
sueldo mensual de 23,7 millones de bolívares. Si gana el juicio la actual
directiva de Cavendes deberá cancelar la suma.
Aunque técnicamente no es un ente intervenido, Cavendes "es
hoy una institución paralizada... no capta, no presta, pero las pérdidas
aumentan", fue la entrada que prefirió hacer el periodista Víctor Salmerón para
reportar que las pérdidas ya tocaban los 208 mil millones de bolívares para
comienzos de junio de 2001 (El Universal, 09/06/2001).
Para tener una idea, las pérdidas acumuladas por Cavendes,
estimadas en 170 millones de dólares (208 mil millones de bolívares), para ser
generadas por un banco que tan sólo pesaba 1% en el concierto del sistema
financiero; son justamente la mitad de los 350 millones de dólares que pagó en
subasta, por ejemplo, el Grupo Santander de España por el Banco de Venezuela,
siendo éste uno de los más grandes caídos en la crisis financiera de 1994, luego
reprivatizado.
El superintendente de Bancos, Alejandro Cáribas, descartó
cualquier otro auxilio a Cavendes: "individualmente, no es fácil su venta,
pareciera que al fusionarse con otras instituciones del Estado sería más fácil
su venta. En caso de que se plantee la aprobación de la Superintendencia de
Bancos para un nuevo auxilio tendríamos que estudiar los planes de
rehabilitación, tendríamos que verlo con un criterio bien riguroso, pero hay
otras opciones en estudio" (El Universal, 08/07/2001).
El funcionario fue aún más crítico cuando el 1° de agosto se
conocieron algunos criterios emitidos: "la sentencia absolutoria para los
directivos del Latino, tienen que servir de alerta para el ‘caradurismo de Luis
Vallenilla" (El Universal, 01/08/2001).
— La sociedad está cansada de que haya bancos quebrados sin
culpables... En Cavendes existió una gestión disparatada y las captaciones
hechas a través de Billdeck Capital Market son ilícitas... El señor Vallenilla
dice que él es un perseguido por sus ideas con criterio nacionalista, que nadie
pone en duda, pero que nada tienen que ver con la entidad que presidía: ahora
quiere hacer ver que es víctima de una persecución, lo mismo ocurre con el Banco
Capital con un caradurismo impresionante. Tratan de confundir a la opinión
pública y presionar para tratar de salir absueltos.
El 6 de septiembre de 2001 se conoció que el Tribunal Supremo
de Justicia anuló una de las sentencias que permitía salir de Venezuela o gravar
y enajenar bienes a los imputados por el caso Cavendes. Se estimó que de
proceder las medidas, se ocasionaría daño irreparable al Ministerio Público.
Antes de la debatida sentencia del 15 de junio de 2001
emanada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (la No
1.013), referida a regulaciones sobre los derechos de libertad de expresión,
información y réplica –a propósito del recurso solicitado por Elías Santana para
responder desagravios del presidente Chávez, hubo otra no menos trascendente, la
del 10 de mayo de 2001. Esta dejó sin armas a la Fiscalía General de la
República para poder dictar medidas como prohibición de salida del país o de
gravar o enajenar bienes a los banqueros que podían ser investigados por
procesos de quiebras bancarias.
La información tenía que ver con un recurso de amparo
interpuesto por el fiscal 73, José Benigno Rojas Lovera, en el caso del segundo
banco intervenido por la actual administración: el Banco Capital. Veamos el
resumen de esta información tan vital y que por mampuesto incide en la evolución
judicial pendiente del caso Cavendes (El Nacional, 22/06/2001).
"El Tribunal Supremo de
Justicia declaró –el pasado 10 de mayo- improcedente un recurso de
amparo interpuesto... en el cual se solicitó el derecho de decretar
medidas cautelares contra los banqueros que estuviesen investigados por
presuntas responsabilidades administrativas o penales por la quiebra de
una institución financiera".
"El magistrado Jesús Eduardo
Cabrera –el mismo ponente de la sentencia 1.013 que rechazó el derecho
de réplica de Elías Santana dictaminó en la sentencia que ‘la acción
incoada por el Ministerio Público estaría violando derechos
constitucionales de las personas. En este particular se refiere a la
directiva del Banco Capital, que actualmente está siendo investigada por
la Fiscalía’".
"’Ha sido criterio de esta
sala" –redactó el magistrado Cabrera- "que fuera de esos delitos... no
puede el Ministerio Público pedir la ocupación general de los bienes de
las personas, excepto de aquellos que sean identificados expresamente
como elementos pasivos y activos del delito... En el caso de los autos,
no consta que el Ministerio Público esté investigando a la junta
directiva del Banco Capital por delitos contra el patrimonio público, o
relacionados con el tráfico de estupefacientes, sino más bien, porque
los ciudadanos que conforman la junta incumplieron medidas e
instrucciones impartidas por la Superintendencia de Bancos’".
Efectivamente, el Banco Capital fue intervenido el 14 de
diciembre de 2000, en un proceso atado a una subasta de activos y pasivos, por
la Junta de Regulación Financiera, "porque había perdido su patrimonio (5.434
millones de bolívares en pérdidas) antes de que efectuar la venta de las
agencias a los nuevos bancos (interesados en comprarlas), para evitar que se le
estableciera alguna sanción por ofertar una entidad con problemas", explicó el
superintendente de Bancos, Alejandro Cáribas (El Universal, 02/05/2001).
La institución había recibido las críticas de rigor de
Sudeban desde el año 1999, siendo que sus dificultades arreciaron en mayo de
2000 cuando acusó dificultades de encaje legal. Se había ordenado reponer el
capital en 90 días "y no se hizo".
— A ello se suma que la entidad –explicó Cáribas- otorgó 22
mil millones de bolívares en créditos a empresas que no tenían el aval
suficiente y la cartera de inversiones no reflejaba su valor real (El
Universal, 02/05/2001).
Además la institución arrojaba problemas de solvencia,
adecuación patrimonial, rentabilidad y liquidez que repercutían en las
dificultades de encaje legal en el Banco Central de Venezuela.
La modalidad escogida para esta intervención, con venta
inmediata por subasta de activos y pasivos, se convirtió en el primer caso de
supresión de actividad bancaria sin costo para el Estado venezolano en materia
de los consabidos auxilios financieros. Claro está que las reservas de Fogade
estaban seriamente comprometidas en auxiliar a Cavendes y la caída del Capital
podía agudizar los problemas financieros del Estado y crear, adicionalmente, un
problema de opinión pública que perjudicara la imagen del gobierno.
La subasta estaba dirigida a bancos, entidades de ahorro y
préstamo y otras entes dispuestos a participar en el proceso. Así, los criterios
establecidos –cubiertos legalmente por los artículos 254 de la Ley General de
Bancos y 38 de la Ley de Regulación Financiera- facilitaba la venta de activos y
pasivos "con un precio base que no podría ser menor de 45% del valor total de
los pasivos y los activos no podían ser inferiores al avalúo" (El Universal,
16/12/2000).
El Banco Capital fue subastado por 190 mil millones de
bolívares (incluidos porcentajes de superación de las primas establecidas) el
domingo 17 de diciembre de 2000 y nueve bancos: Mercantil, Provincial,
Venezuela, Unión, Industrial, Occidental de Descuento, Central Entidad de Ahorro
y Préstamo, Banesco y Fondocomún, pagaron por los activos y pasivos (31 agencias
de atención al público), garantizándole los ahorros a los depositantes por más
de 100 mil millones de bolívares.
— Todos los ahorristas pueden dirigirse mañana a las agencias
donde tienen sus cuentas, donde serán garantizados sus depósitos –alertó el
ministro de Finanzas, José Rojas (El Universal, 18/12/2000).
Los 62 mil millones de bolívares logrados en las primas
servirían para cubrir los problemas de liquidez y solvencia arrastrados por la
institución, junto a un trato preferencial otorgado por el Banco Central a los
efectos de cubrir las deficiencias de encaje legal a ser cubiertas en un año de
plazo a tasas reducidas. El ministro Rojas "fue muy parco en las explicaciones
que ofreció sobre el proceso de subasta, incluso no fue claro al responder por
qué el Banco Unión publicó en la prensa nacional del día domingo (17 de
diciembre) el nombre de las agencias del Capital que pasaron a sus manos, antes
de que se realizara la subasta", se leía en la reseña publicada por El Universal
(18/12/2000).
— No, en lo absoluto. Este es un proceso que se venía
realizando desde hace tiempo... -atajó Rojas el comentario- Pero esto en ningún
momento significa lo que usted ha dicho. Hoy después de haber hecho la subasta,
es que cada uno de los bancos define su cartera con los activos que ha
adquirido.
"La negación de esta publicación queda reiterada por el
anuncio de la nota de prensa en la que se informa que la Junta de Regulación
Financiera anuncia que ayer fueron vendidos los activos y pasivos del Banco
Capital. Pero el aviso existe", cerraba la nota que comentamos de El Universal.
En el Banco Unión se había abierto un fideicomiso para administrar los activos
del Banco Capital, administrado por un sistema combinado por los nueve bancos
adquirientes, para cubrir la inversión.
Ya para el 8 de enero de 2001 varios medios daban cuenta de
la prohibición de salida del país dictada contra Vicente y José Reinaldo
Furiatti, Juan Cordero y otros ocho directivos y propietarios de la institución
intervenida y subastada en diciembre. Un juez, el 15 de Control: Heriberto
Durán, adicionalmente había prohibido enajenar y gravar al grupo dirigente. Se
ventilaban causas por otorgamiento de créditos ilegales y presentación falsa de
balances. El Superintendente de Bancos había solicitado la investigación al
Ministerio Público. Se habían encargado del caso los fiscales Raiza Rodríguez y
Abelardo Izaguirre, quienes tenían seis meses para acusar o sobreseer.
En abril de 2001 se conoció que el interventor del grupo
Capital, Rino de Marchena, había resuelto intervenir todas las empresas
relacionadas: Inversiones 5537645, Consorcio Partenón, Administradora Modelo,
Inversiones Furiatti, Infuca, Almacenadora Capital, Consorcio Grupo Capital,
Inversiones Modelo, Crédito Capital, al tiempo que la familia Furiatti elevaba
al Tribunal Supremo de Justicia, en particular a la sala
Político-Administrativa, un recurso que consideraba inconstitucional la
intervención. La Fiscalía solicitó ampliar las medidas cautelares, las cuales
fueron acordadas por el juez 46 de Control, Rubén Darío Gutiérrez.
La familia Furiatti argumentó desde enero vicios en la
intervención del Banco Capital, "debido a que los supuestos aplicados (por la
Junta de Regulación Financiera) para decretar el proceso carecen de validez"
(El Universal, 21/04/2001). Interpusieron un recurso de nulidad contra la
medida. "De declararse procedente el recurso de nulidad, la intervención de la
institución que tenía sede en Barquisimeto, queda anulada y de esta manera se
determinará que no hubo irregularidades dentro de la entidad, con lo cual se
desvirtúan los argumentos de la demanda penal que interpuso la Superintendencia
de Bancos a los administradores de la entidad" (El Universal, 21/04/2001).
Cifras clave de la intervención del
Banco Capital