Fue el lunes 19 de marzo de 2001 cuando el vespertino El
Mundo dio "el tubazo" y comenzó a divulgar una serie de tres entregas, dando
cuenta de un cúmulo de irregularidades que el contralor, Clodosbaldo Russián,
había señalado por escrito -desde el 24 de enero anterior- en un documento
oficial enviado al General de División (Ej.) Manuel Rosendo, en su condición de
presidente de la Fundación Proyecto País.
Lo sustancial del informe filtrado, calificado como
preliminar por el Contralor, era que de un presupuesto global de 73.000 millones
de bolívares, producto de una investigación que abarcaba a 23 de los 26 Teatros
de Operaciones Sociales y Guarniciones (excepto La Fría, Guasdualito y
Tucupita), que en su conjunto habían erogado recursos por 23 mil 212 millones de
bolívares entre el 27 de febrero de 1999 y el 30 de junio de 2000; se había
detectado la desaparición de 2 mil 200 millones de bolívares (40,7%) en una
muestra analizada de 5 mil 400 millones de bolívares.
La versión posterior de El Universal, al compendiar los
"delitos más comunes" recogidos en el informe (23/03/2001), arrojó el
siguiente resultado: contratación de empresas fantasmas (al menos 12),
sobrefacturación, ausencia de controles sobre entrada y salida de materiales,
falta de seguimiento a permisos otorgados, inconsistencia entre las obras
ejecutadas y la calidad de la infraestructura, insalubridad, aguas negras,
filtraciones de aguas blancas, refacciones de mala calidad no corregidas y
diferencias en facturas no debidamente corregidas con los proveedores.
Otro vespertino, TalCual, que decidió bautizar al Plan como
Plan Billuyo a partir de aquel entonces, completó la radiografía,
comunicándole a sus lectores (22/03/2001) que las irregularidades habían
tenido lugar en las siguientes ciudades: Mérida, Maracay, Caracas, Punto Fijo,
Valencia, Maturín, San Juan de Los Morros, Barcelona, Maracaibo, Barinas, Ciudad
Bolívar, Puerto Ayacucho, San Cristóbal, Cumaná y Acarigua, entre otras.
En el documento enviado por Russián a Rosendo, se exigía a la
presidencia de la Fundación Proyecto País una respuesta a los reparos en no más
de 10 días hábiles.
El Contralor no habló en público sobre este asunto sino hasta
el martes 3 de abril siguiente, cuando presentó su primer informe a la Asamblea
Nacional y, posteriormente, ofreció una rueda de prensa en el Parlamento, donde
acudimos. Al ser inquirido sobre el informe filtrado a la prensa y que no
mencionó en su alocución a la Asamblea expresó:
— Hoy como ayer la corrupción será derrotada. Sería injusto
confinar el fenómeno de la corrupción en el sector público sin reflexionar que
detrás del funcionario corrupto está acechando el interés privado para sacar el
mejor provecho... El informe no es documento apócrifo. El General Rosendo
respondió la solicitud de la Contraloría en 10 días... Estamos evaluando los
recaudos que nos presentaron y hay que recorrer el país para determinar si las
pruebas son definitivas o hay que desecharlas. Los auditores sabemos cuando
empezamos, pero no cuando terminamos.
También acusó que había sido un "elemento desleal" el que
había filtrado el informe a los medios de comunicación social. En la edición de
Quinto Día del 20 al 27 de abril, a una pregunta del periodista Carlos Croes, el
Contralor respondió:
— ¿Quién filtró ese informe?, preguntó Croes.
— Yo creo que ese informe se filtró del Cufan, -respondió
Russián.
— ¿De la oficina del General Rosendo? -repreguntó Croes.
— Alguna persona allí.
— Alguna mano peluda, -insistió Croes.
— Alguna persona desleal —ratificó Russián su criterio-.
Porque quien filtró, desde mi punto de vista, es eso: desleal. Es posible que lo
haya filtrado alguna gente interesada en no sólo perjudicar a la Fuerza Armada,
sino a la Contraloría. Perjudicar al General Rosendo, perjudicarme a mí, al
país...
Lo cierto del caso es que sin la filtración ocurrida, el país
quién sabe cuándo se hubiera enterado de las investigaciones que la Contraloría
de Russián venía adelantando sobre el Plan Bolívar 2000.
Parecía evidente que había un interés en la FAN por hacer del
conocimiento público la situación, pues en un informe de "inteligencia
corporativa" que circuló en marzo mismo entre "capitanes de empresa" se advertía
lo siguiente: "El gobierno ha diseñado una estrategia bajo la responsabilidad
del General Rosendo en la coordinación del Nuevo Plan de Gobierno Bolivariano,
concentrando (en el Plan Bolívar 2001) un poder financiero equivalente a dos (2)
Planes Bolívar 2000, con el objetivo de crear una matriz de opinión de corte
populista. Los planes han generado malestar interno en la FAN".
La primera reacción del presidente Chávez fue comentar que se
estaban revisando las denuncias relacionadas con el Plan Bolívar. "Cuando lo
decida, me comunicaré con el país si es necesario" (El Universal, 23/03/2001).
— Tengo poderosas razones para pensar —dijo en Maracay- que
son campañas orquestadas para manejar medias verdades e informaciones
preliminares y lanzarlas de manera irresponsable. El Gobierno está dispuesto a
atacar cualquier denuncia, aunque sea infundada. Es importante que puedas
denunciar e investigar, pero una cosa es hacerlo con seriedad y otra es agarrar
a los periódicos para colocar grandes titulares y sacar nombres de personas, ya
asumiendo que hay culpables.
Mientras el ex contralor Roche Lander, primer denunciante de
irregularidades del Plan Bolívar 2000 desde 1999, señalaba que "los mayores
delitos administrativos del gobierno se cometen en los programas sociales (La
Razón, 08/04/2001); el ministro de la Defensa, José Vicente Rangel, y el
propio Presidente metieron varias veces "las manos en el fuego" por el General
Rosendo, y éste anunciaba que los reparos de la Contraloría habían sido
contestados y que se reservaba las acciones legales de rigor "porque me
considero difamado" (El Universal, 05/04/2001).
Al calor de la situación, el presidente aprovechó el 31 de
marzo el marco de un evento pautado en Plaza Caracas con motivo del Día del
Reservista, para anunciar al país la incorporación de un millón de reservistas
al Plan Bolívar 2001 y dar inicio así a las unidades de producción
"cívico-militar" para atender las situaciones de pobreza, sobre inversiones
previamente comunicadas a la opinión pública del tenor de los 120 mil millones
de bolívares.
Chávez, así, ratificaba las líneas de uno de los programas
sociales del Gobierno. "Cuanto bien le ha hecho al país el Plan Bolívar 2000,
eso no se podrá contabilizar jamás, cuanto agradecimiento de nuestro pueblo
pobre, especialmente de los que no tuvieron la mano amiga de nadie" (Unión
Radio, 23/03/2001).
Mientras, el Ministro de la Defensa, José Vicente Rangel,
hablaba de otro plan, esta vez "desestabilizador", detrás de los señalamientos
al Plan Bolívar 2000. "Esta actitud adquiere cada día mayores características de
un ensañamiento en cuya base estaría un plan político dirigido a provocar a la
oficialidad y a desestabilizar el país... Nada afectará la unidad cívico-militar
enarbolada por el Jefe del Estado... No hay ninguna acusación concreta contra
ningún oficial de la Fuerza Armada" (Globovisión y El Mundo, 25/03/2001).
Agregaba, además: "asumo sin vacilaciones, hasta tanto no se
pruebe lo contrario, la decisión de reivindicar la honestidad de los generales
que han dirigido el Plan Bolívar a cargo de Cufan, Marín Gómez, García Ordóñez,
Rosendo y los 27 oficiales comandantes de los teatros de operaciones sociales".