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El Ave Fenix
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Este
pájaro fabuloso, cuya leyenda es originaria de Egipto,
fue honrado por los griegos y ampliamente descrito por algunos
autores de la Antigüedad.
Descripción
El Fénix, ave de plumaje parecido al águila
real, de colores brillantes e irisados y vuelo lento y majestuoso,
vivía, según cuenta la leyenda, desde hacía
varios siglos. Este pájaro no podía reproducirse,
ya que era único en su especie; sin embargo, tenía
que asegurarse una descendencia: cuando sentía próxima
la muerte, edificaba un nido de plantas aromáticas
y de hierbas mágicas en cuyo centro se instalaba,
tras haberlo incendiado. De sus cenizas renacía otro
fénix, que se apresuraba a llevar los restos de su
padre a Heliópolis, donde se adoraba al dios Sol,
cuya encarnación era el águila.
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Mitología
En la antigüedad, el fénix era el símbolo de
la inmortalidad del alma, o incluso del año que vuelve
a nacer tras haber finalizado su tiempo. En otras culturas el
ave fénix se relaciona con el "Pájaro de fuego":
El Pájaro de fuego es un espíritu sagrado para muchas
tribus aborígenes americanas. Es un elemento fundamental
en la mitología aborigen, pues de él depende el
trueno, el espíritu aéreo más importante,
como voz del Gran Espíritu que habla desde las nubes. El
trueno puede venir de los ojos del pájaro de fuego o de
su pico. Al atraer las tormentas -espectaculares en las praderas
de las tierras de muchas tribus- el pájaro de fuego cumple
su compromiso de regar la vegetación y evitar la sequía.
El pájaro de fuego va a menudo acompañado por otros
espíritus menores en forma de águilas y halcones,
tal como aparecen a veces en los tótems representados con
una cabeza extra que surge del abdomen. La importancia de este
espíritu se manifiesta también por su frecuente
presencia en otros objetos sagrados como tambores y, a veces,
en vestidos y tipís.
Historia del mito
El aspecto místico del mito del ave fénix ha perdurado
a lo largo de los siglos, desde la religión egipcia, en
la que el alma del muerto se convertía en fénix,
hasta la Edad Media, en la que el fénix era el símbolo
de la resurrección de Cristo, así como el pelícano
lo era de la naturaleza humana. La mitología china también
utilizó este pájaro fantástico y le dio una
naturaleza andrógina, macho y hembra a la vez; en consecuencia,
el ave fénix era la encarnación de la felicidad
y de la armonía supremas , el mito platónico por
fin realizado. El fénix, al igual que ocurrió con
el Toisón de oro entre los Habsburgo, se convirtió
para los Hohenzollern en una orden de caballería que simboliza
la continuidad de esta familia imperial germánica que había
dado a Alemania varios emperadores. Esta orden, en un principio
reservada a la familia imperial, se otorgó también
a los miembros de la nobleza que habían llevado a cabo
servicios importantes a favor de dicha familia y habían
contribuido de esta manera a su inmortalidad. Después de
1789, los emigrados franceses que sirvieron en el ejército
del príncipe de Condé recibieron esta condecoración
y formaron una compañía, la compañía
de lengua francesa de la orden del fénix, hasta 1815, fecha
en la que la orden, otorgada con excesiva facilidad, cayó
en decadencia. La ciencia esotérica y alquímica
también se ha interesado por el ave fénix. La garza
púrpura de Egipto, donde nació el mito, podría
ser el símbolo que caracteriza la regeneración del
mundo, es decir la alegoría del sol naciente. Esta tradición
también se encuentra en los taoístas chinos que
llamaban al ave fénix pájaro de cinabrio, término
literario que se utiliza para designar al sulfuro rojo de mercurio.
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