Las
bodas de Tetis y Peleo
Tetis
es una de las hijas de Nereo. Es una divinidad marina hermosa,
deseada por todos los dioses. Sin embargo, un oráculo ha
profetizado que su hijo será muy superior a su padre. Ningún
dios se atreve a acercarse a ella. Así que, como siempre,
deciden pasarnos el marrón a los mortales.
El
elegido es Peleo. Pero no le va a ser nada fácil conseguir
a la novia. Antes tiene que atraparla. Peleo espera sentado en
la playa hasta que Tetis aparece, entonces la agarra entre sus
brazos. Tetis intenta que la suelte. Para ello se transforma una
y otra vez, con la esperanza de que su captor se asuste y suelte
su presa. Pero Peleo ya está prevenido y la aprieta con
fuerza contra sí. Cuando Tetis termina su ciclo de metamorfosis,
pues no puede transformarse eternamente, se rinde y acepta a Peleo.
La
boda se realiza en lo alto de una montaña, lugares donde
los mortales y dioses están más cercanos. Todos
los dioses son invitados. Bueno, todos no. La diosa de la Discordia
no ha recibido invitación y es que siempre estropea los
acontecimientos. Pero la cosa no se iba a quedar así. Se
presenta sin ser invitada y le trae un regalito a los novios.
Es una manzana de oro que tiene una inscripción: "Para
la más bella".
Tres
diosas creen merecer la manzana: Atenea, Hera y Afrodita.
Las
tres miran hacia Zeus, esperando que él decida. Zeus piensa.
"Si
elijo a Hera me dirán que lo hago porque es mi esposa.
Si elijo a Atenea dirán que ,lo hago porque es mi hija.
Si decido por Afrodita dirán que quiero ligar con ella"
Así
que de nuevo, nos pasan la pelota a los mortales. Zeus
elige al príncipe Paris.
Alejandro
Príamo
y Hécuba son los reyes de Troya. La reina está embarazada.
Una noche sueña que el hijo que espera se convierte en
un incendio. Consultan un oráculo y éste les contesta
que el hijo que tengan será la perdición de Troya.
Así, cuando nace es entregado a un sirviente para que lo
abandone en el campo.
El
abandono de niños es muy común entre los reyes.
Es mucho mejor que mancharse las manos de sangre. Se abandona
el niño y si es voluntad de los dioses que sobreviva, pues
ellos se encargarán. Lo malo es que cuando uno de estos
niños sobrevive, es mucho más fuerte porque ha vencido
a la muerte.
El
criado siente pena por el niño y se lo entrega a unos pastores.
Los pastores lo crían como si fuera su hijo y lo llaman
Alejandro. Pronto Paris se descubre como un joven fuerte y hermoso.
Para
las fiestas de Trota se solicita un toro que el mismo Alejandro
ha criado. Le tiene mucho cariño y decide ir con el a Troya
para impedir su muerte. Allí participa en todos los juegos
y sale vencedor. Un hijo de Príamo, Deífobos (su
hermano), está loco de rabia.
Su
hermano siente envidia e intenta matarle. Alejandro se refugia
en el templo donde su hermana Casandra le descubre. Inmediatamente
sabe quien es pero nadie la cree. Alejandro muestra los pañales
con los que le envolvieron de niño. Sus padres le reconocen
por fin y le acogen en su casa locos de contento.
Así
lo encuentran las diosas. Cuidando el ganado de su padre.
El
juicio de Paris
Paris
ve como se acercan volando un grupo de dioses. Hermes y las tres
diosas que disputan, se plantan frente al sorprendido Paris.
Paris
las mira con la boca abierta. No sabe si no será mejor
echar a correr y no parar hasta llegar a Troya. Los dioses pocas
veces se muestran a los mortales y casi siempre es el mortal el
que termina mal parado.
Las
tres diosas le dirigen la mejor de las sonrisas mientras Hermes
le explica que debe decidirse por una de ellas. Paris no tiene
escapatoria.
Hera
le ofrece el poder, Atenea la victoria en la guerra y una especial
inteligencia, Afrodita le ofrece el amor de la mujer más
bella del mundo.
Paris,
deslumbrado por Afrodita, la elige a ella.
Ya
está formados los cimientos de la guerra.
Helena
La
mujer más bella del mundo es Helena.
Zeus,
enamorado de Leda se une a ella tomando la forma de su esposo
Tindareo. Son padres de cuatro hijos: los Dioscuros (Cástor
hijo de Tindareo, y Pólux hijo de Zeus), Clitemenestra
(hija de Tindareo) y Helena (hija de Zeus).
Crecen
y Helena es una beldad. Todos los príncipes griegos suspiran
por ella. Su padre no sabe por cual decidirse sin provocar una
matanza. Ulises es quien le saca del apuro. Le propone que Helena
elija a quien quiera, pero que antes les haga jurar a los griegos
que respetarán la decisión y acudirán en
caso que el elegido necesite ayuda.
Helena
elige a Menelao y se casa con él. Pero un día aparece
Paris, un joven exótico, de la misma edad que Helena, lleno
de encanto oriental. Menelao no sospecha que algo raro pasa entre
su esposa y su huésped, así que se marcha tranquilo
y le dice a Helena que se ocupe del invitado. Cumple su tarea
demasiado bien.
Paris
y Helena huyen hacia Troya, Eneas que forma parte de la expedición
les advierte que esto les traerá problemas. Le ignoran.
Menelao
está hecho una furia. Pide al rey Príamo que se
devuelva a su esposa. Los troyanos se niegan. Estalla la guerra.
Los héroes
Todos
los príncipes troyanos deben acudir a la llamada de Menelao.
Su hermano Agamenón es el jefe de la expedición.
Ulises
escucha las noticias, pero su esposa Penélope acaba de
dar a luz y no cree que sea el mejor momento para abandonarles.
Cuando van a buscarle se hace pasar por loco. Néstor, el
enviado, le encuentra sembrando un campo caminando hacia atrás.
Pero Néstor conoce las estratagemas de las que es capaz
Ulises, así que coge la pequeño Telémaco,
el hijo recién nacido, y lo arroja bajo los pies de los
bueyes. Ulises deja de sembrar y lo coge en brazos para que no
sufra daño. Se ha descubierto y no tiene más remedio
que partir hacia Troya.
Aquiles
también se camufla por orden de su madre Tetis, que sabe
que su hijo va a morir en Troya. Le esconde en un gineceo, disfrazado
de jovencita. Ulises llega al gineceo como un vendedor de telas.
Enseña a las muchachas su mercancía y todas le rodean
entusiasmadas. Todas menos una que solo se interesa por su espada.
Fuera toca una trompeta llamando al combate, la muchacha agarra
la espada de Ulises y sale para combatir.
Todos
los griegos acuden uno a uno. Lo mismo ocurre con los troyanos.
El sacrificio de Ifigenia
Las
naves griegas se encuentran detenidas. El viento no les es favorable.
Un oráculo profetiza que es indispensable hacer un sacrificio.
La elegida es Ifigenia, hija de Agamenón.
La
joven acude al campamento acompañada por su madre Clitemnestra.
Las dos creen que han sido llamadas para que Ifigenia se despose
con Aquiles. Agamenón tiembla al verlas. Se siente incapaz
de asesinar a su hija. Menelao no está dispuesto a rendirse.
Le importa poco que en el camino se lleve por delante a su sobrina.
Finalmente
convence a Agamenón.
"¿Cómo
vamos a pedir a todos estos príncipes que dejen sus hogares
y vayan a perder la vida lejos, si nosotros no les demostramos
que somos capaces del mismo sacrificio. No, les demostraremos
que somos capaces de un sacrificio mayor."
Ifigenia
se entera de la verdad. Pide la ayuda de Aquiles y el héroe
hace todo lo posible por salvarla. Finalmente, Ifigenia se llena
de valor y acude hacia la muerte.
Clitemenstra
jamás se lo perdonará a Agamenón.
La ira de Aquiles
Las
tropas griegas tienen en Aquiles a uno de sus mayores guerreros.
Llevan años luchando y por él es que ganan las batallas.
Pero
Aquiles se niega a seguir combatiendo. Se siente ultrajado por
que le han robado a la esclava Briseida. Los griegos sufren terribles
derrotas ya que a los troyanos ya no les acobarda la figura de
Aquiles. Su amigo Patroclo decide vestirse como él y batallar
en su lugar. Va vestido de Aquiles, pero no es Aquiles. Con el
disfraz logra hacer huir a muchos troyanos pero no a Héctor,
hijo de Príamo. Los dos héroes luchan y Héctor
le mata.
Aquiles
la enterarse arde de furia y regresa al combate. Encuentra a Héctor
y lo mata. Lo ata a su carro y lo arrastra por todo el campamento
griego. Solo accede a que se le entierre cuando Príamo
acude y le pide piedad para su hijo.
Más
tarde Aquiles cae en la batalla por una flecha de Paris. La flecha
le da en el talón, su punto débil, y muere.
El caballo de Troya
La
guerra no se decide por uno de los dos bandos. Entonces Ulises
tiene una idea de las suyas. Hace construir un caballo gigantesco
y lo hace pasar por un presente de los griegos hacia la ciudad
de Troya. Los troyanos creen que en el engaño del caballo
y celebran su victoria. Meten el caballo en la ciudad y festejan
sin mesura. Pero el caballo no es un regalo. El caballo lleva
en su interior a toda la tropa griega esperando el momento adecuado.
Cuando los ecos de la celebración se extinguen, los griegos
salen de su escondite y atacan a los desprevenidos troyanos.
Los
troyanos caen derrotados.
Los desastres de la guerra
Los
griegos se comportan como cualquier otro vencedor. No se conforman
con ganar la batalla a los guerreros sino que ultrajan a las mujeres
y asesinan a los niños.
Pero
el destino no está dispuesto a perdonar la violencia de
los griegos y se encarga de castigarlos por los actos cometidos.
Pocos griegos regresas sanos y salvos y de los que lo consiguen
no todos sortean la muerte o el destierro.
Casandra
escapa de la batalla y se refugia en el templo de Atenea, pero
Áyax, uno de los griegos, la encuentra y la viola allí
mismo. Más tarde pagará el haber cometido aquel
acto violento en el templo de Atenea. Luego Casandra es entregada
a Agamenón como botín de guerra. Agamenón
la hace su amante. Ambos regresan a Grecia y Agamenón es
asesinado por su mujer y por el amante de ésta. Casandra
corre la misma suerte.
Ulises
tarda veinte años en llegar a Ítaca y por el camino
pierde a todos sus compañeros.
Diomedes
regresa al hogar para descubrir que su esposa planea matarle y
quedarse con el poder. Desesperado, él mismo se autodestierra.
El
regreso de Menelao tampoco es sencillo. Entra en Troya dispuesto
a matar a Helena, pero cuando la encuentra, ella se le muestra
desnuda y sugerente. Menelao deja caer la espada y la perdona.
Pero antes de regresar él también ha de purificar
su culpa. En ello emplea varios años.
Hécuba,
la esposa de Príamo, tiene que contemplar como los griegos
arrasan Troya y a sus hijos con ella. Luego es reducida a la esclavitud.
En venganza saca los ojos al rey de Tracia y mata sus hijos.
Andrómaca,
la esposa de Héctor, tiene que ser testigo del asesinato
de su hijo, que es arrojado por las murallas. Luego es entregada
al hijo de Aquiles, un chiquillo violento que busca en ella no
solo una amante, sino también una madre.
El
héroe Eneas huye con su anciano padre Anquises y con su
hijo Ascanio. Tras mucho vagabundear, crea un reino en Italia.
Es el único de los héroes troyanos que sale bien
parado.
La
guerra de Troya admite varias interpretaciones. Hay quien dice
que Helena jamás estuvo en Troya y que la guerra escondía
oscuras intenciones ( robar una estatua de Atenea: el Paladio,
que se encontraba en Troya). Otros dicen que fue idea de los dioses.
Hartos del ruido que hacían los humanos, decidieron que
lo mejor era acabar con unos cuantos. Visto bien, una buena guerra
devuelve la calma.