Teseo
combate contra las amazonas
Teseo
ahora era ahora rey y héroe de Atenas, pero esto puso fin
a sus aventuras. Él enfrentó a las Amazonas dos
veces y en una batalla memorable.
Las
Amazonas, mujeres guerreras que vivían en las orillas del
Mar Negro, eran expertas jinetes y especialmente expertas con
el arco. Vivian separadas de los hombres y tenían contacto
con ellos solamente con el fin de producir a niños para
su tribu.
El
noveno trabajo de Hércules consistía en llevarle
al rey Euristeo el cinturón de Hipólita, la reina
de las amazonas, en dicha oportunidad Teseo lo acompañó
en su tarea. La reina Hipólita, a pesar de su reputación
de "come hombres", estaba dispuesta a darle el cinturón
a Hércules. Pero la diosa Hera, que odiaba a Hércules,
generó la discordia entre las amazonas diciéndoles
que los hombres que habían llegado de Atenas tenían
la intención de secuestrar a la reina Hipólita.
Como consecuencias de esto una gran batalla sobrevino en la cuál
murieron muchas Amazonas y entre ellas la reina Hipólita.
Si
querés saber mas de esta aventura fijate en la sección
de Hércules (Los
trabajos).
Al
finalizar dicha aventura, Teseo secuestró una de las Amazonas
más bonitas la princesa Antiope y se la llevó a
Atenas con él. Teseo y Antiope se casaron y tuvieron un
hijo a quien llamaron a Hipólito en honor a la reina amazona
muerta.
Pero
las Amazonas, le declararon la guerra a Atenas y después
de un viaje largo por tierra, conquistando todas las ciudades
que se encontraban camino a Atenas. Las guerreras demandaban que
su princesa Antiope fuera devuelta a su pueblo por lo que se generó
una batalla amarga y sangrienta cerca de Pnica.
Los
atenienses, bajo el mando de Teseo resultaron victoriosos en esta
batalla y expulsaron a las Amazonas de Ática. Antiope luchó
airosamente contra sus antiguas camaradas al lado de Teseo, ya
que ella no deseaba volver a su tierra. Sin embargo terminó
regresando a su tierra.
La
bravura de las Amazonas, su atrevida expedición a Atenas,
y el hecho de recorrer una enorme distancia con el único
fin de reclamar a su princesa había conmovido a los atenienses.
Por muchos años los atenienses recordaron la batalla de
Pnica y también a las Amazonas. Esta batalla contra las
Amazonas aparece en las esculturas del Partenón, creada
por el gran escultor, Fidias.
Fedra,
Hipólito, Celos e indiferencias
Años
más tarde se casa con Fedra, la hermana pequeña
de Ariadna. Fedra va a vivir a Atenas junto a Teseo e Hipólito.
Hipólito fue enviado a la región de Trecén
(donde se crió Teseo) allí lo acogió hospitalariamente
el rey Piteo quien lo nombró su heredero.
A
Hipólito le gustaba mucho la caza y la vida en naturaleza
por lo que siempre estaba realizando ofrendas a Artemisa y despreciaba
los amores femeninos, lo cual enfadó a Afrodita y decidió
vengarse.
Entonces,
para vengarse, Afrodita promovió en Fedra un apasionado
amor por su hijastro Hipólito. Fedra trata de ocultar sus
sentimientos, pero su matrona la descubre y decide hacer de alcahueta
a pesar de las negativas de Fedra.
Intenta
convencer a Hipólito de que ame a su señora, éste
monta en cólera y huye del palacio. Hipólito se
dirigió a su encuentro para convencerla de que ese era
un amor imposible y que no podía engañar a su padre,
y cuando lo hizo, Fedra, perdida por el amor que sentía,
se ahorcó, no sin antes dejar escrita una nota para su
marido en la que acusaba a Hipólito de querer seducirla.
Cuando
Teseo descubrió lo sucedido pidió a Poseidón
que enviara la muerte a su hijo. Un día, que Hipólito
iba camino de su hogar en su carro de caballos por las costas
de Trecén, un horrible monstruo emergió de las aguas,
asustando a los caballos, que desbocados, terminaron lanzando
el carro de Hipólito y a éste, hacia unos peñascos.
Ocurrida tal desgracia, Ártemis, enojada por todo lo sucedido,
buscó rauda a Teseo, diciéndole la verdad de todo
lo sucedido, y éste aún tuvo de tiempo de encontrarse
con su hijo, a punto de expirar, y pedirle perdón. Artemisa,
entonces, aseguró que se vengaría de Afrodita (lo
que llevó a cabo provocando la muerte de Adonis) y prometió
fastuosas honras fúnebres y que las generaciones futuras
sabrían a la perfección de su virtud y el pecado
de Fedra.
Tras
su muerte, Hipólito fue honrado en la región como
un héroe. Las jóvenes le ofrecían un bucle
de sus cabellos antes de casarse y muchos creían que había
sido convertido en la constelación del Cochero. Otra leyenda
afirma que Asclepio le resucitó y que Artemisa le convirtió
en un dios menor, llamado Virbio (que significa "hombre dos
veces"), en un santuario italiano, cambiándole el
nombre y prohibiendo la presencia de caballos en la zona para
que no recordase su pasado. Tal vez allí estuvo al cuidado
de la ninfa Egeria.
Teseo
Rey
Cuando
Teseo se convirtió en Rey, procedió a unificar a
los habitantes de Ática en una ciudad. En el pasado, la
población se encontraba dividida, y no fue fácil
unirla. Teseo resolvió los conflictos que las distintas
comunidades podrían llegar a tener entre sí y las
convenció de que era mejor vivir en paz bajo un gobierno
central. La gente pobre aceptó el nuevo sistema político,
y obtuvo la cooperación de los más poderosos prometiendo
el final de la monarquía, y a la institución de
una democracia, en la cual el rey no sería más que
el comandante en jefe y el protector de las leyes.
Aquellos
que tenían reservas al respecto le temían a la energía
y determinación de Teseo, así que los prefirieron
ser persuadidos antes que ser forzados para conformarse. Teseo
suprimió todas las cortes locales y oficinas administrativas,
e hizo a Atenas la única sede del gobierno. Entonces, como
lo había prometido, delegó su poder real.
Aristóteles
nos dice que Teseo fue el primer rey en formar una democracia
voluntariamente. Para conocer el futuro de su nueva empresa política,
Teseo viajó a Delfos para consultar el oráculo,
allí obtuvo la siguiente respuesta:
"Muchas
serán las ciudades se acercaran y se unirán a la
tuya. Por lo tanto no desesperes; la flota cruzará el violento
océano."
Para
agrandar a su ciudad, Teseo invito a los extranjeros a establecerse
y vivir en Atenas, donde gozarían de los mismas derechos
civiles que los atenienses. Para preservar orden, dividió
a los ciudadanos en tres clases, cada una con diversos deberes
y privilegios. Estas tres clases eran los nobles, los granjeros,
y los artesanos.
Los
nobles estaban a cargo de religión y de la ley, incluyendo
la selección de jueces. Los granjeros tenían más
abundancia, los artesanos eran más numerosos, sin embargo
los nobles tenían más prestigio, de modo que existía
una especie de balance del poder entre las clases de Atenas.
Teseo
instituyó los juegos Istmicos, en honor de Neptuno (Poseidón),
así como Hércules había instituido los juegos
olímpicos en honor de Júpiter (Zeus).