Ariadna
y Dionisio
Por
aquellos días, Naxos, era llamada la isla de Dia (Zeus,
Júpiter), y daba la casualidad que el dios del vino, Dionisio,
estaba en la isla cuando llegaron Teseo y Ariadna.
Cuando
Dionisio vio Ariadna esa noche, se enamoró de la princesa,
por lo tanto decidió alejar a Ariadna de Teseo, casarse
con ella y hacerla inmortal.
Aquella
misma noche Dionisio apareció en los sueños de Teseo
donde le aconsejo que, cuando a la mañana siguiente, abandonara
la isla dejase a Ariadna con él o le ocurriría una
calamidad.
-
¡Pero Ariadna esta conmigo por elección propia! Respondió
Teseo en su sueño. Intento cumplir con mi promesa de casarme
con ella y hacerla reina de Atenas.
-
Yo intento lo mismo, casarla y hacerla inmortal. Le respondió
Dionisio. ¿Quién de nosotros crees que podría
hacerla más feliz? Y no te olvides de mi advertencia Teseo,
dijo el dios.
Cuando
amaneció, Teseo se despertó antes que Ariadna, fue
hasta su nave y despertó a los marineros a quienes les
ordenó que preparasen todo para abandonar la isla. De repente
una tormenta de viento se desató, la arena comenzó
a volar y los árboles eran arrancados de cuajo. Teseo corrió
hacia donde había dejado durmiendo a Ariadna pero no la
encontró, la buscó por todos lados y nada, nadie
la había visto.
-
Se la debe haber llevado el viento, pensaron algunos de sus camaradas.
-
No, debemos encontrarla. Insistió Teseo.
Entonces
se acordó de su sueño y se dio cuenta de que Dionisio
debía habérsela llevado. Y cualquier cosa que hubiera
hecho no habría funcionado ya que no había manera
de ganarle a un dios.
-
Vayámonos de esta isla, dijo con lagrimas en sus ojos.
Mientras
tanto Ariadna fue llevada a una playa alejada. Estaba a punto
de comenzar a llamar a Teseo pero en ese instante Dionisio se
le apareció sosteniendo una copa de oro con vino y su alegre
sequito de seguidores.
-
No temas Ariadna, le dijo. Has perdido a Teseo pero has ganado
un dios que se casará contigo y te hará inmortal.
Ariadna
estaba perdida, no sabia que hacer ni que decir. Dionisio le dio
de beber de su copa de vino y repentinamente una nube apareció
y los llevó al Olimpo.
Allí
Dionisio se casó con la hermosa hija del rey Minos y como
obsequio de boda le dio una diadema de oro con diamantes hecha
por Hefesto. Zeus, le dio un presente más grande, la hizo
inmortal para que pudiera vivir entre los dioses del Olimpo.
Los
Griegos antiguos estaban tan deslumbrados por la diadema de oro
de Ariadna, de que nombraron en honor a ella una constelación
de los cielos.
Otra
historia del mito de Ariadna dice que Teseo abandonó a
la princesa, debido a un hechizo que le hiciera Dionisio por el
cual perdió la memoria y se olvido de la princesa o que
él estaba enamorado de su hermana Faedra. Después
de que ella le hubiera dado dos hijos, Acamas y Demofon, a Teseo,
se enamoró de Hipólito, hijo que Teseo tuvo con
la Amazona. Pero como Hipólito la rechazó ella se
colgó debido a que su pasión fue hecha pública.
Algunos
dicen que Ariadna se colgó después de Teseo la abandonara.
Otros dicen que ella se fue con él a Chipre, en donde ella
murió mientras estaba dando a luz. Otros dicen que ella
le dio a Teseo dos hijos. No hay manera de saber cual de todas
estas versiones es la real, si es que realmente existe una.
La
Muerte de Egeo
La
nave había salido de la isla de Naxos, y navegaba rumbo
a Atenas. Todos se preguntaban por qué Teseo había
dejado a Ariadna en la isla. No podían saber del sueño
de Teseo ni de la amenaza de Dionisio. El joven príncipe
estaba sentado en la proa de la nave, por momentos le gritaba
a la tripulación y en otros no hablaba con nadie. Todos
sabían que nunca volverían a ver a Ariadna y eso
los entristecía, porque ella era la que ayudó a
Teseo a salir del laberinto vivo y por lo tanto ella también
los había salvado.
La
nave navegaba tranquilamente por el mar, llevando Teseo y a sus
compañeros atenienses liberados con sus corazones apesadumbrados
debido a la pérdida de Ariadna. Teseo se olvidó
de la señal que había acordado con su padre. Las
velas de la nave debían ser negras solamente si la expedición
concluía como en todas las ocasiones anteriores, con la
muerte de los atenienses. Con la exaltación del triunfo,
y la angustia por la pérdida de Ariadna, Teseo olvidó
izar la vela blanca.
¿Y
Egeo?
Mientras
Teseo se encontraba en Creta el viejo rey no lograba tener un
momento de tranquilidad. Teseo era seguramente un héroe
joven y fuerte, lo había demostrado, pero el Minotauro
no era solo una simple bestia. Sin embargo el mayor temor de Egeo
era el laberinto. Nadie había logrado salir vivo de ese
laberinto.
Poco
después de la salida de Teseo de Atenas, Egeo iba diariamente
a un alto acantilado a ver si a lo lejos venía la nave.
Finalmente, un día la silueta de la nave apareció
en el horizonte. Todavía la nave estaba demasiado lejos
en el horizonte como para que Egeo pudiera distinguir el color
de las velas. Su corazón palpitaba de angustia e incertidumbre
y no se atrevía quitar su mirada de la nave. Lentamente
la nave se iba acercando... y...
Egeo
vio las velas negras. Era la señal de que su hijo Teseo
y los otros trece atenienses habían muerto. El viejo rey,
entonces, sin pensarlo dos veces, se lanzó de las alturas.
No había manera de que supiera que su querido hijo estaba
vivo y el Minotauro muerto.
Teseo,
ya tenia el corazón roto por la pérdida de Ariadna,
y cuando llegara a su hogar se encontraría con una segunda
pérdida, la de su padre, el dolor era insoportable. Para
honrar a su padre, Teseo le dio el nombre de su padre al mar en
el cual este se había ahogado. El Mar Egeo.
El
Presagio del Oráculo se cumplió
Ok,
retrocedamos un poco en la historia. Si recordamos que el rey
Egeo no podía tener ningún descendiente varón
y fue por este motivo que se dirigió a Delfos a consultar
el Oráculo en donde obtuvo la siguiente respuesta:
"El
cuello que sobresale del odre de vino, Oh el mejor de los hombres;
no lo desates, antes de llegar a las alturas de Atenas, si no
quieres un día morir de tristeza".
Bien,
no soy un experto en la interpretación de los mensajes
proféticos, sin embargo el rey Egeo murió de tristeza,
y el vino, el cual no debía beber, le jugó en contra
varias veces. Primero cuando el rey de Troezen lo emborrachó
y engaño para que tuviera relaciones con su hija. Producto
de esa relación nació Teseo. Luego en la isla de
Naxos, no se sabe con certeza el motivo por el cual Teseo abandonó
a Ariadna, lo que se puede decir es que Dionisio participó
en dicho asunto, y como sabemos, Dionisio es el dios del vino.
Este ultimo evento distrajo a Teseo de su promesa de cambiar las
velas y producto de ese olvido su padre decidió suicidarse.