Para
comprender los acontecimientos posteriores, primero explicaremos
que Apolo, Poseidón y Hera en una ocasión se rebelaron
contra el poder de Zeus intentando derrocarlo. Debido a este hecho,
Apolo y Poseidón fueron castigados por Zeus a trabajar
para el rey Laomedonte de Troya.
Por
encargo del rey, los dos dioses junto con Éaco, construyeron
las magnificas murallas que protegían Troya. Una vez finalizado
el trabajo, el monarca se negó a pagarles el salario que
anteriormente habían convenido, incluso amenazó
con cortarles la nariz y los expulsó de sus dominios. Cuando
Apolo y Poseidón, una vez terminado el castigo, recobraron
sus prerrogativas de dioses, se dispusieron a
vengarse. Apolo envió una peste a la ciudad y Poseidón
un monstruo marino que atacaba a sus gentes.
Mientras
retornaba a Micenas para entregar el cinturón de Hipólita,
en el noveno trabajo, Hércules pasó por Troya. En
ese momento Hesíone, hija de Laomedonte, iba a ser entregada
a la voracidad del monstruo marino, para aplacar la ira de los
dos dioses. El héroe prometió al desconsolado padre
salvar a la muchacha, a cambio de los caballos que un día
Zeus le entregó a Laomedonte, como compensación
por el
rapto de Ganímedes. Una vez muerto el engendro, el rey
intentó engañarlo entregándole otros caballos.
Hércules se marchó prometiendo vengarse.
Una
vez terminados los doce trabajos y la servidumbre hacia Ónfale,
reunió un ejercito para asaltar Troya. Llevaba a Telamón,
rey de Salamida, como lugarteniente. Tomó la ciudad y mató
a Laomedonte junto a sus hijos con excepción de Hesíone
y de Podarces, el pequeño. Hesíone fue entregada
en matrimonio a Telamón y Podarces fue salvado de la esclavitud
por su hermana, que lo pidió como regalo de bodas. Desde
ese momento el pequeño cambió su nombre de Podarces,
a Príamo (que significa comprado), nombre con el que luego
se ha hecho famoso. Hércules al marcharse, dejó
el trono de la ciudad en manos de Príamo.