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Los doce trabajos de Hercules


Luego del ataque de Ira al que la diosa Hera lo había expuesto y mediante el cual Hércules diera muerte a su esposa Megara y a sus hijos, el Héroe acudió a Apolo en Delfos para encontrar una manera de poder remediar el mal que había causado.
El oraculo le respondió que deberia ir a Argos y ponerse bajo las ordenes de Euristeo quien le encomendaria la realización de diez trabajos (los que mas adelante serian doce).
Euristeo quien tenia reputación de tacaño con lo cual Hércules se imaginaba que no la pasaría muy bien. Él debía servir a Euristeo durante doce años. Sin embargo no todo eran malas noticias ya que el Dios Apolo le informó que una vez cumplidos los trabajos su destino cambiaría, en lugar de morir y como todos los mortales descender al Orco de Hades, el iría al vivir con los dioses y se transformaría en un dios mas..

Los doce trabajos serán relatados mas adelante, como se podrá apreciar dichos trabajos resultaron ser algo mas que imposibles, lo cual indicaba la clara voluntad de Euristeo (aconsejado, seguramente por Hera) de deshacerse de Hércules a toda costa. Sin embargo Hércules no estará solo, contará con la ayuda de Hermes, Atenea, los titanes y sus amigos, quienes se le aparecerán en los momentos en que el héroe realmente necesitará ayuda.

Primer Trabajo, El León de Nemea
 
 

El rey Euristeo decidió que el primer trabajo de Hércules sería traerle la piel de un león invulnerable el cual estaba aterrorizando los alrededores de Nemea.

Hércules inició lo que parecía una tarea imposible de realizar, se dirigió hacia una ciudad llamada Cleonae en donde se alojó en la casa de un pobre jornalero llamado Molorchus. Cuando su anfitrión ofreció realizar un sacrificio para que él pudiera tener una cacería segura y libre de peligros Hércules le propuso esperar 30 días, si él volvía con la piel del león entonces podría hacer el sacrificio en honor a Zeus, rey de dioses, en señal de gratitud. Si, en cambio, él fallecía en su intento por dar muerte al León, entonces podría sacrificarlo a él.

Hércules siguió viaje a Nemea, una vez que arribó comenzó a rastrear a la peligrosa bestia. Uno de los primeros descubrimientos que hizo fue que sus flechas se rompían al impactar al León debido, seguramente, a que su piel, semejante a una armadura por su dureza, le brindaba una eficiente protección. Esto no desanimó a nuestro héroe, provisto de su garrote siguió al León hasta su cueva. La guarida de la bestia contaba con dos entradas una de las cuales fue bloqueada por Hércules, la entrada restante fue usada por Hércules para dar con la Bestia y tener la seguridad de que nadie se escape.

Hecho esto, agarró al león con sus brazos poderosos, sin hacer caso de sus garras de gran alcance, lo sostuvo firmemente hasta que lo estranguló dándole muerte. Hércules volvió a Cleonae, llevando el león muerto, encontrándose con Molorchus en el trigésimo día después de haber salido de cacería, y en vez de sacrificar a Hércules Molorchus pudo hacerle el sacrificio a Zeus junto a Hércules.

Cuando Hércules regresó a Micenas, Euristeo se sorprendió de como el héroe había manejado una tarea tan imposible. Hércules comenzó a preocupar al Rey quien temeroso del héroe le prohibió de entrar a través de las puertas de la ciudad. El temor que el Rey le profesaba a Hércules era tal que tenía un tarro de bronce grande hasta cierto punto en la tierra, donde él se podría ocultar de Hércules en caso de que esto sea necesario. Eurystheus envió un heraldo a Hércules, porque no deseaba tenerlo frente a frente.

Es posible identificar a Hércules en pinturas o vasijas griegas antiguas usando una piel del león. Los escritores antiguos discreparon si la piel Hércules usó era la del león de Nemea, o la del león, que Hércules matara a cuando tenia 18 años.

 
Segundo Trabajo, La Hidra de Lerna
 
 

El segundo trabajo de Hércules era matar a la Hydra de Lernea. De las aguas de los pantanos cerca de un lugar llamado Lerna, la hydra aparecía y aterrorizaba los campos. La Hydra era una serpiente monstruosa con nueve cabezas, que atacaba lanzando un mortal veneno. No era una presa fácil, porque una de las nueve cabezas era inmortal y por lo tanto indestructible.
Hércules se dispuso a cazar a la amenaza de nueve cabezas, sin embargo esta vez no fue solo. Su leal sobrino, Iolaus, estaba al lado de su lado. Iolaus, que compartió muchas aventuras con Hércules, lo acompañó en muchos de los doce trabajos. La leyenda cuenta que Iolaus ganó una carrera de carruajes en las Olimpiadas. Se lo solía representar también como auriga (el que maneja el carro) de Hércules.
Así pues, ambos se dirigieron a Lerna y llegando a los manantiales de Amymone, descubrieron la guarida de la odiosa hydra.
Primero, Hércules intentó sacar a la criatura de la seguridad de su guarida tirando a flechas llameantes dentro de ella. Una vez que emergiera Hércules la enfrentó. El monstruo no resultaba una presa tan fácil. Hércules atacó las cabezas de la hydra, pero tan pronto como le cortaba una cabeza, dos estallaban en su lugar. Y para empeorar la situación, la hydra tenía un amigo, un cangrejo enorme el cual comenzó a morder el pie de Hércules. El héroe invitó a Iolaus para que lo ayudara en esta situación difícil.

Cada vez que Hércules cortaba una de las cabezas de la hydra, Iolaus sostenía una antorcha sobre el cuello decapitado. De este modo prevenían que vuelvan a crecer nuevas cabezas. Así fueron eliminando una a una las ocho cabezas mortales hasta que finalmente cortó la novena cabeza, la inmortal. Esta ultima cabeza fue enterrada al lado del camino que conducía de Lerna a Elaeus, y como medida adicional de seguridad colocó en ese lugar una pesada roca. En cuanto al resto del desgraciado cuerpo de hydra, Hércules abrió el cadáver y sumergió sus flechas en la sangre venenosa.

Eurystheus no se impresiono con la hazaña de Hércules, y puesto que Iolaus había ayudado a su tío, este trabajo se contaría como uno de los diez.
Los autores antiguos todavía dan Hércules todo del crédito. Incluso Pausanias no consideraría que este trabajo era tan fantástico como el mito que había detrás de la criatura ya que para él, la hydra temible era solo una serpiente de agua grande.

 
Tercer Trabajo, La cierva de Cerinia
 
 

Para el tercer trabajo, Eurystheus pidió le solicitó a Hércules que le trajera a la cierva de Ceryneia. Ceryneia es una ciudad en Grecia, a unas cincuenta millas del palacio de Eurysteo en Micenas. Parecería que esta habría sido una tarea fácil para Hércules, ir a buscar un ciervo y para traerlo de nuevo a Eurysteo, sin embargo existían algunos problemas que harían las cosas mas complicadas. Este era un ciervo especial, porque tenía los cuernos de oro y patas de bronce. Y no solamente eso, los ciervos estaban consagrados a la diosa Diana, la diosa de la caza y de la luna, y este ciervo en particular se trataba de la mascota especial de la diosa. Lo cual significaba que Hércules no podría ni matar lastimar al animal que había sido mandado a buscar.
No podía arriesgarse a que Diana se pusiera en su contra puesto que ya tenia bastantes problemas con Hera.
Hércules se embarco en esta aventura de todas formas, buscó la cierva por un año entero. Finalmente, cuando la cierva agotada por la persecución, buscó un lugar para refugiarse, una montaña llamada Artemisius, dirigiéndose luego al río Ladon. Al darse cuenta que la cierva estaba por escapársele, Hércules le disparó antes que ella cruzara el rio. Tomó la cierva y la colocó en sus hombros para regresar con ella a Micenas. Cuando Hércules iba ya en camino se encontró con Apolo y Diana.
Diana estaba muy enojada porque Hércules intentó matar a su animal sagrado. Diana estaba a punto de quitarle la cierva, y seguramente castigarlo, pero Hércules le dijo que tuvo que obedecer el oráculo y hacer los trabajos que Eurystheus le encargara. La cólera de Diana se calmó, curó la herida del ciervo y Hércules llevó viva la cierva a Micenas.

 
Cuarto Trabajo, El Jabalí de Erimanto
 
 


Para el cuarto trabajo, Euristeo le pidió a Hércules que le traiga el jabalí de Erimanto vivo. Ahora, un jabalí es un cerdo enorme, salvaje con un mal genio, y colmillos que crecen fuera de su boca.

Fue llamado el jabalí de Erimanto, porque vivió en una montaña llamada Erimanto. Cada día el jabalí bajaba de su guarida en la montaña y atacaba a todos aquellos hombres y animales que se encontraba en su camino, destruyendo también todo aquello que encontrara.
Yendo Hércules de camina a la cacería de esta bestia paró para visitar a su amigo Pólux, quien era un centauro que vivía en una cueva cercana al monte Erimanto. Como sabemos, el centauro es un ser con torso humano y cuerpo de caballo.

Hércules estaba hambriento y sediento, así que el centauro le cocinó un poco de carne en la chimenea a Hércules, mientras que él comió su carne cruda. Cuando Hércules pidió el vino, Pólux dijo que él no se atrevía a abrir el tarro del vino, porque el vino le pertenecía a todos los centauros. Entonces Hércules le dijo que no tema, y lo abrió sí mismo.

Sin embargo, el resto de los centauros al oler el vino fueron hacia la cueva de Pólux. Estaban enojados porque alguien se estaba bebiendo todo su vino.
Los primeros dos quiénes se atrevieron a enfrentar al usurpador etílico entraron armados con las rocas y ramas de abeto. Hércules tomó leños ardientes de la chimenea y se los lanzó a los centauros, persiguiéndolos luego con su garrote. Luego comenzó a lanzarles flechas al resto de los centauros y los persiguió como veinte millas. Mientras los centauros huían en diversas direcciones. Uno de ellos, Quirón, recibió una herida bastante grave, casi mortal... Sin embargo lo que lr sucedió a Quirón es otra historia.

Mientras que Hércules estaba ausente, Pólux retiró de una flecha del cuerpo de uno de los centauros muertos. La observaba y se preguntaba como una cosa tan diminuta podría matar a una criatura tan grande. Repentinamente, la flecha se le resbaló de su mano clavándosele en el pie por accidente lo cual le causó la muerte. Cuando Hércules volvió, encontró Pólux muerto.
Lo enterró y se fue en busca del jabalí.

No le resultó difícil a Hércules encontrar al jabalí, podía oír que a la bestia resoplar y como si estuviera buscando algo para comer. Hércules persiguió al jabalí a través de la montaña, gritando tan ruidosamente como podía lo cual asustó al jabalí, que comenzó a huir ya sin fijarse hacia donde corría. Finalmente el animal cayó agotado en la nieve, Hércules lo metió en una red, y se lo llevó a Micenas. Euristeo, sorprendido y asustado nuevamente por los poderes del héroe, se ocultó nuevamente en su tarro de bronce.

 
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