Vino
un gran fuego:
Y
hubo un tiempo cuando don chiiquí les comunico a
ellos un mensaje diciendo:
- Hermanos míos, sé esta anunciando que la
tierra va a ser quemada. Dios la va a destruir totalmente.
Y
mucho tiempo después de este anuncio, el mismo Chiiquí
predijo otra vez:
- Ya sé esta encendiendo la tierra, hermanos míos,
nada bueno podemos esperar de esta vida. Aunque tengamos
alas para volar al cielo no vamos a encontrar la manera
de entrar allí. Porque es muy distinta nuestra forma
y aunque tenemos alas nuestra creación esta adecuada
al sistema de la tierra. Y además estoy seguro que
las llamas del fuego van a llegar hasta el cielo. Entonces
nadie podrá salvarse. No hay escapatoria, hermanos
míos.
Entonces
aquellas gentes comenzaron a llorar. Este anuncio era verdad,
porque cuando llegaba la noche y oscurecía, se veían
las llamas del fuego fulgurante. Pero nadie sabia cuando
llegaría. Así pasaron mas de dos años.
También continuaron otros años, hasta que
llego el momento. Y algunas señales del fin hicieron
su aparición, como los tigres y aguara- guazues,
cruzando cerca de los hogares.
Y un Jabalí mientras huía entonaba esta canción
de lamento:
- Ya estoy cerca de aquella orilla, ya estoy cerca, ya estoy
cerca, cerquita estoy.
Y
cuando llego enfrente de aquellas gentes, dijo:
- Ya esta llegando el fuego, estoy tratando de escapar,
pero es difícil como ven.
Así
paso de largo el jabalí. Rato después paso
un aguará guazú. Detrás de el
paso un ciervo, cantando su canción de lamento. Todos
ellos cruzaban con un mensaje sobre aquel desastre. No había
escapatoria.
Pero en ese momento había uno entre ellos al que
fue comunicado el siguiente mensaje:
- Mete debajo de la tierra a tu gente. Que todos lleven
barro en los bolsos, para que cuando sientan el calor del
fuego, con el barro reboten las paredes de la tierra. Porque
el fuego que ustedes ven, en un momento pasara por donde
ustedes están.
De esta manera fueron metidas estas gentes debajo de la
tierra pero hubo otros que se quedaron en la superficie
y fueron totalmente quemados.
Y después que paso aquel fuego, entonces comenzó
a llover muy fuerte, de tal modo que la ceniza fue aplastada
como un manto. Entonces el que los estaba guiando dijo:
- Estén tranquilos mientras salgo a ver el desastre
de arriba. Estoy seguro que no quedo ningún monte.
Entonces
el guía se asomo afuera del pozo teniendo sus ojos
cerrados hacia abajo. Después de un rato levanto
su mirada despacito para mirar sobre la tierra y vio la
tierra como si fuera que ella tocaba el cielo, de un extremo
a otro, desde la derecha hasta la izquierda, y todo era
ceniza.
Y después volvió abajo, donde estaban los
demás, y les dijo a ellos:
- Ya podemos subir, pero cuando lleguen arriba, no deberán
levantar la vista para mirar enseguida, para que no les
pase nada malo y sean transformados en animales.
Pero
algunas personas no obedecieron, y apenas llegaron a la
boca del pozo, una pareja comenzó a mirar, y otros
hicieron lo mismo, y de inmediato fueron transformados en
animales. Algunos se transformaron en ciervos y avestruces
y animalitos. Así paso con aquellas gente. Al final
de todos salieron dos mujeres jóvenes que eran solteras,
y también fueron avisadas de que no debían
mirar inmediatamente, pero apenas llegaron a la salida se
pusieron a mirar y se transformaron en osos hormigueros,
y se fueron. Por eso hasta el día de hoy no existe
varón entre los osos hormigueros, solamente hembras.
Y al ultimo de todo salió el salvador. A el no le
paso nada malo, pero no tenia hijos. Después de un
tiempo aquel hombre rogaba por tener uno, diciendo:
- Ojalá que el creador de nuestra vida me diera un
hijito.
Y
le llego un mensaje, diciendo:
- Hombre tranquilízate, pronto se te va a mandar
dos criaturas. Una mujer y un varoncito. Debes enseñarle
a tu esposa que no debe temer por los dos hijos.
Pero aquel hombre no contó nada a su mujer hasta
que ella quedo encinta.
Y cuando la mujer dio a luz eran unos mellizos, mujer y
varón fueron sus hijos.
Y fueron aumentando las familias y aquellas gentes otra
vez se hicieron numerosas y vivían separadas en comunidades.
Otro
gran fuego:
Y
después de mucho tiempo, otra vez se recibió
un anuncio de un desastre de fuego. Y cuando ya se estaba
acercando el momento final, un hombre recibió instrucción,
y comenzó a cavar una fosa. Y todos decían
que estaba loco. Pero había sido que ya había
recibido el mensaje, y cuando ya estaba todo terminado,
el hombre recibió la ultima instrucción:
- Ustedes deben elegir a los que deseen conservar, y los
que no les gusta los tienen que dejar nada se puede
hacer para salvarlos.
Con
esto se decía que la tierra fue dos veces quemada.
Y cuando paso aquel desastre, aquellas gentes comenzaron
a crecer otra vez en numero.
Una
Mujer caníbal:
Mucho
tiempo después de estos sucesos, apareció
una mujer caníbal. Pero aquellas gentes lucharon
contra ella hasta que la vencieron, echándola en
un fuego.
Vino
una gran tiniebla:
Después
de ese suceso vino una tiniebla inmensa. Y antes de llegar
esa tiniebla vino un perro sarnoso y paso en medio de varios
campamentos donde habitaban aquellas gentes. Pero todos
lo despreciaban y decían:
- ¡ Cuidado, cuidado, cuidado, échenlo afuera!!!!
Entonces
le tiraban cascotes, hasta que le perro llego a otro campamento,
donde también fue cascoteado. Pero de noche comenzó
a recorrer las casas y anduvo mucho tiempo así hasta
que por fin llego a la ultima. En esa casa vivía
un matrimonio que no tenia hijos. Cuando vieron aquel perro
ellos dijeron:
- Pobrecito, era este, había sido el que la gente
comentaba, el perrito que ahuyentaban durante el día.
Entonces
el hombre dijo:
- Llámalo para que se arrime a nuestro fuego.
Entonces
la mujer llamo al perro y le tendieron pasto para acostarse
y le dieron de comer.
Entonces ellos se decían:
- Ahora tenemos un perrito, lo vamos a curar y va a ser
muy lindo.
Y
ya era avanzada la noche cuando ellos se durmieron, porque
ya era la medianoche. Y después que ellos se durmieron,
el hombre fue despertado y se le apareció un mensajero
que le dijo:
- Yo he venido para traerles un mensaje. Comiencen a trozar
leña de árbol Francisco Alvarez. Solamente
ese árbol. No debe ser mezclado con otro árbol.
Y cuando la leña amontonada llegue a la altura que
les señalo debajo de ese otro árbol, entonces
dejen de cortar leña y esperen. Y mientras estén
echando no tendrán hambre, solamente sed. Y después
de dos días de oscuridad ya pueden quemar la leña
para preparar su comida.
El
hombre miro bien al mensajero que le estaba hablando y vio
que sus ropas eran incomparables, de buena calidad. Y tomo
todo al pie de la letra. Luego despertó a su esposa
diciendo:
- Despiértate, tenemos una noticia.
Y
le comento el mensaje. Y al otro día bien temprano
salió con su mujer para cortar leña de Francisco
Alvarez y la fue amontonando debajo del árbol que
el mensajero le señalo hasta llegar a la altura que
le había indicado y entonces dejo de cortar. Y al
otro día al mediodía vino una llovizna.
Y entonces las gentes comenzaron a desesperarse por causa
de la leña que no ardía. Y tuvieron que recurrir
al matrimonio sin hijos. Y quisieron usar la leña
de Francisco Alvarez para hacerse fuego, pero el matrimonio
se lo impidió, para obedecer las instrucciones. (
En efecto, la madera de Francisco Alvarez seca mucho y arde
fácil por fricción y era una de las maderas
usadas por los tobas para encender fogatas, mientras que
los andinos usaban yesqueros de piedras).
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Hambre:
Tiempo
después vino otro temporal con llovizna de varios
días y comenzó a faltar el alimento, porque
no podían conseguir comida. Y era cuando vienen los
temporales del sur. Porque la oscuridad era muy profunda
para que alguien pudiese salir a mariscar. Entonces a aquellas
gentes le comenzaron a crecer los dientes, tan filosos como
de palometas. Y después los que tenían varios
hijos comenzaron desesperados a atacarlos y comerlos en
el momento mismo hasta consumírselos a todos. Entonces
comenzaron a fijarce en los mismos adultos hasta que alguno
quedaba vencido por el sueño y se arrojaban sobre
el y lo liquidaban hasta consumirlo enseguida nomás.
Porque los dientes de ellos eran como de palometa.
Un día una ancianita comenzó a pisar en un
mortero, anticipando con esta forma de comportarse que la
época de las frutas llegaba. Y dijo:
-Él
mortero me parece liviano. Es como si fuese que estoy jugando
nomás mis nietos. Pero llegara el día.
Y
realmente vino el clarear del día hasta que salieron
los rayos del sol, y hubo claridad.
Entonces la gente pudo ver bien a su alrededor y vio que
madurando las frutas de los arboles.
Y las gentes se vieron los unos a los otros, estaban flacos
de apariencia, muy pálidos, tanto hombres como mujeres.
Entonces cada matrimonio se dispuso a salir a buscar comida.
Ya estaban maduras las chauchas comenzaron a probar las
chuchas comenzaron a tener nauseas por el efecto de la carne
humana que habían comido. Después aquellas
gentes comenzaron a separarse en campamentos. Sus vidas
se normalizaron y tuvieron paz. Y volvieron a crecer en
numero.
Vino
un Diluvio
Y
mucho tiempo después de ese suceso vino un diluvio
arrasante. Pero luego se calmaba y entonces el sol salía
muy brilloso. Y al día siguiente al medio día
comenzaba a llover de nuevo arrasante y al otro día
llovía también. Y así continuo muchos
días y aparecieron peces nadando cerca de las casas.
Las gentes ya no tenían donde poner los pies. Entonces
comenzaron a alzar los fuegos para arriba de los arboles.
Y cuando comenzaba a caer otro chaparon, entonces ya se
les apagaba el fuego allí arriba y se morían
de hambre y se caían al agua y las palometas los
hacían pedazos.
Luego ceso el diluvio y bajo el agua. La mayoría
mirio. Y los sobrevivientes se establecieron en distintos
lugares en distintos campamentos. Y otra vez el pueblo comenzó
a crecer en numero.