Y
en la noche del tiempo sin medida hubo Luz y hubo Creación...
Y así nació la Vida, y con ella los hombres...
Cuando el sol y la luna ordenaron sus ritmos y el tiempo se
midió, los Chónek (hombres) supieron de la noche
y el día, del trabajo y el sueño, del dolor
y la risa... Y entendieron oir fín la Fiesta, la fiesta
dela vida..., la que baila Curruf la que canta Huenu Co ,
la que vibra sin pausa en todas criaturas...
Desde
entonces los viejos dueños de las tierras australes
celebraron también la Fiesta, y con ella honraron
la Vida, y con ella la gloria del gran Futa Chao, el padre
de todo cuanto existe.
Para
tehuelches, araucanos y mapuches Fiesta-Vida y Rito están
indisolublemnete unidos y acompañan instancias decisivas
de su existir. Por eso hay fiesta desde el nacimiento hasta
la muerte, y aún más allá...
La
primera ocasión festiva en la vida aborigen se da
aproximadamente al año, cuando el niño sale
de su cuna y se lo encierra en el corralito de caña
o quelquel para que ensaye sin peligro sus primeros pasos
primerizos... Es el momento del lacutún o ceremonia
de imposición del nombre...
El
rito marca cuidadosamente cada paso del lectutún
el que deberá ser respetado para que el sentido festivo
y buen augurio no sufran daño ni disminución...
De este modo el padrino es el que se propone como tal, y
con plena conciencia de su responsabilidad presente y futura
para con su ahijado, elige el nombre del niño y ofrenda
el animal para sacrificio divino. Así familiares
y amigos se congregan para esta fiesta-ceremonia, e invocan
al sagrado Nguenechen en favor de la criatura.
Poco
a poco el rito va creciendo en emoción y misterio.
La vida nueva tendrá un nombre, pero el nombre debe
consagrarse con una ofrenda de vida al Ser Supremo. Por
eso, el niño es toda promesa en los brazos del padrino,
el sacrificador hunde el cuchillo en el corazón de
la víctima propiciadora... y recoge sangre en las
cuatro jarras de la intercesión de los viejos. Las
vasijas se elevarán al cielo con la misma plegaria:
Que "el pequeño sea feliz y viva luengos años"...
y los cuatro ancianos de la tribu marcarán, a su
turno, cada uno con cuatro cruces de sangre la frente y
mejillas del niño y su padrino...
El
lacutún ha llegado a su climax: el ahijado tiene
un nombre, los taieles cantan su linaje, y lo que es mas
importante: la vida se ha consagrado... Por eso ahora la
celebración se volverá festín humano,
expresión de gozo, banquete de carne del sacrificio,
muday, canto y danza... Y luego los días seguirán
su ronda.
Pero
si es niña..., ¡no puede olvidarse el catán
cahuín!. Y entonces lacutún y catán
cahuín serán simultaneos o poco más
o poco menos... La pequeña indiecita al cumplir el
año debe tener su "fiesta de perforación
de las orejas" o no podrá usar chahuaitos(aritos),
y así no podrá estrenar su primera coquetería
de mujer. La fiesta durará dos vueltas de sol, y
parientes y amigos se sumarán al acontecimiento:
todos participarán en él.
Cuentan
quienes lo han visto que se voltea a una yegua de modo que
quede con la cabeza señalando hacia el este y se
la cubre con una matra de rica labor. Los hombres se ubican
en fila a ambos lado del animal, y las muheres en el centro,
junto al caballo ceremonial. Sobre él se sienta el
padrino, y en sus brazos sostendrá a la niña
que ha llegado hasta él luego de haber pasado de
brazo en brazo por todos los participantes de la catán
cahuín. Entre tanto el ritmo del canto femenino crece
y crece... hasta ser grito y quejido lastimero que acompaña
el dolor de la indiecita ¡es que las orejitas han
sido perforadas con la tepú de buena plata... y se
las rocía con sagrado muday !.
Es
grito de sangre el de esta ceremonia, porque es rito de
familia, de acompañamiento en el sentir... por eso
todos acompañan a la niña con su propia sangre:
padre y madre reciben pequeñas incisiones: el rodilla
el uno en la oreja o el seno la otra, y mezclarán
con su sangre las sangre de los lóbulos heridos de
su hija... y al resto de los invitados, se les hará
un tajito sobre la muñeca... ¿por qué
la sangre? ¿para qué? ¿que sacralidad
revela?.
Quizás
no lo entendemos, pero la sangre si sabe del compartir secreto
que es la vida en la vida... y es algo que el aborígen
parece haber interpretado desde hace lunas seculares, aunque
no sepa o no quiera explicarlo. Pero como sí sabe
del compartir, luego que una viejita pase la lanilla del
guanaco con vistosos blancos o rojos o azules por los orificios
para que no se cierren y pueda lucir con el tiempo la niña
sus chahuaítos, también compartirá
los regocigos y banquetes... y el tiempo que vendrá,
hasta que la catan cahuín sea solo un grato recuerdo
del ayer.
Andando
los soles y las lunas por fín llega el día
en que la pubertad canta su posibilidad de generar nueva
vida y con ella viene la ceremonias de la iniciación
para los jóvenes... Los varones tendrán sus
pruebas de bravura, autodominio y soledad. En las cuevas
desafiarán sus miedos y ancestrales a gualichú,
probarán ayunos y mortificaciones, harán sus
propias flechas y saldrán por bosques, montañas
o planicies para medir sus fuerza, y astucia para la cabeza...
sólo cuando consigan la presa que habla de valor
para subsistir podrán regresar... ¡y la tribu
tendrá nuevos hombres para defenderla y perpetuarla!.
Las
niñas, entanto, tienen su üllchatún o
fiesta de la nubilidad, la que reviste un caracter celebratorio
muy especial y gozozo durante cuatro largos días.
Ante las primeras manifestaciones del desarrollo se organiza
las cuatro jornadas rituales, que comienzan con el aislamiento
de la jovencita en la "casa bonita" o ruca de
la iniciación. Y mientras todos festejan afuera y
danzan y cantan, ella ayuna con agua y jugo de orejones
hervidos y se purifica...
¿Piensa?
¿añora? ¿recibe información
de las mujeres experimentales que la acompañan? ¡¿cómo
saberlo, si es un secreto de iniciación nubil?!.
Pero el cuarto día trae también la fiesta
para la niña-mujer. Vestida y adornada para la ocasión
se la pase sobre una tarima, bailan en su honor en una algarabía
de sonidos en que se entremezclan chillidos, gritos, música...,
y por fín la llevan a casa paterna. Allí precidirá
el sacrificio ritual de la yegua por una mujer, el cuereo
por otras mujeres y finalmente: o festín de la carne
asada, y las redobladas danzas y canciones... Aue continuarán
hasta el silencio arrope el cansancio y los sueños
de los fiesteros... y la vida reinicia sus causes habituales,
porque ahora hay una mujer para cuidar más su fuego
sagrado.
Y
así creciendo y madurando los cuerpos y las ansias,
un día la urgencia humana agita sus inquietudes porque
el amor entona su antigua y eterna canción. ¿Hechizo
mágico? ¿voluntad divina? ¿juego seductor
de la vida para asegurar la perpetuación de la raza?.
Acaso no importen las respuestas en un sentir tán
misterioso... Pero ha sucedido y es imposible ocultar su
fuerza... Su consecuencia natural será el nguillán
zugún o pedido de la mano a la mayor brevedad, no
vaya a ser que el alboroto de la sangre debilite la voluntad
y se vuelva al campo propicio para que el maligno gualichú
y la hechicera de los brujos.
Son
los padres los que tramitan el casamiento y acuerdan el
pago de los gastos que ha requerido la buena crianza de
la novia. Por lo que la familia del novio aporta objetos
de plata, animales, y demás, hasta completar el valor
establecido para el acontecimiento final... ¿Y se
celebran el curritún (casamiento aborigen) ? ¿A
que esperar? ¿No se han ido preparando durante todos
esos años para este momento?. Los novios se sentarán
en matras de vistosos dibujos y colores siempre mirando
al este mítico... Y a su alrededor se extenderán
cueros curtidos para los alimentos de la fiesta, para los
regalos, y para los invitados... Cuando la pareja de los
ancianos se ubica frente de los novios el silencio y la
emoción domina el entorno: porque en éllos
espera el espíritu paternal del divino futachao,
porque con ellos habla la voz de una vida... ¡Y la
experiencia tiene valor de tesora para las razas de América!.
Luego
de los consejos la fieta irá creciendo más
y más... Los recien casados comen su piuque yeguam,
que no es sino el corazón asado de un animal del
curritún, porque tiene valor simbólico de
unión: significa "quedamos en un solo corazón".
El alimento debe ingerirse limpiamente y sin ruidos o ...
El espíritu diabólico tendrá ocasión
para interferir trayendo disgustos a los recien unidos...
Sin embargo,pasado el trance de prueba que marca el buen
o el mal augurio nupcial, ya nada puede contener el desborde
de la alegría. Si hay abundancia de carne sabrosa,
vinos, cantos, baile, conjunción festiva, ¿puede
el hombre rumiar sus tristezas?.No el aborígen de
las tierras del sur...,elque tiene los secretos simples
y sabio del ritmo natural... Por eso festeja la unión,
de la que vendrá la nueva vida de los hijos y con
ellos las ceremonia festiva del al imposición del
nombre, de la iniciación puber, del casamiento...
y el ciclo de la vida rodrá sus días y sus
noches... hasta que la muerte señale el fin del "mas
aca" y el principio del "mas allá"
con otra vida y con otra vida y con otro tiempo tal vez...
El indio sabe que habrá duelo en su tránsito
a las sobras... pero aún así canta el ser
inmortal, porque confía en que su espíritu
desencarnado podrá ver a los que quedaron, y participar
en el banquete ritual, que haran los suyos cuando se cumplan
el año de su partida...
¿Cabe
una mayor exaltación del existir?
Como
antes, como siempre, Fiesta-Vida- y Rito siguen viviendo
y marcando un sentido para la tierra de los hijos del mito
y la esperanza...