Allá
en el principio de los tiempos, cuando los hombres peleaban su lugar
y su predominio sobre las otras criaturas en su mundo recien salido
de las manos sagradasde futa chao, el Dios Padre resolvió
darles un guía... Ese guía saldría de ellos
mismos, sería llamado Chamán y encaminaría
su pueblo por la vida...
La
antigua historia no se detiene, y cuenta también el viaje
al más allá del "elegido". Así sabemos
del vuelo mágico hacia el Centro del Mundo, donde hundesus
raíces el legendario Arbol Cósmico. Allí el
que será chamán deberá subir los tapty (peldaños
del árbol chamánico) y se detendrá para venerar
en su camino a la Luna y Sol...y también dormirá un
largo sueño en sus ramas, comohuevo empollando por el Ave
sagrada, hasta que esté formado y listo para la misión
Divina.
Muchas
culturas del Tierra hablan del Arbol Divino. ¿Una misteriosa
coincidencia más?... Lo diferente es la especie, aunque se
mantiene la constante sagrada.
Entre
los yakutes es un abeto gigante, en cambio una hermosa leyenda urankhaia,
la de los trágicos amores de bo-khan, el primer chamán,
y una doncella celeste, cuenta que el fruto del amor humano- divino
fué un niño que su madre despechada abandonó
bajo un árbol para que éste lo nutriera con su savia.
Ese árbol era un álamo, y de él se dice que
desciende la raza de los chamanes...Seguramente este sea el origen
del porqué el chamán asiático sube los siete
peldaños simbólicos en un altar hecho con madera de
álamo...
Sin
embargo entre los Araucanos y Mapuches de la Patagonia el árbol
sagrado por excelencia es el folle o canelo, en el que cuentan se
siente Nguenechén, el dios de las raza indígena...
Los indios respetuosos del mito milenario saben que bajo su sombra
no se puede mentir o hacer promesas vanas... porque la amenaza de
castigo es terrible para el transgresor, y también han aprendido
que con el run run (giro en círculos), y una varita de canelo
anuda un hilo se ahuyenta a huecuvú, el maligno.
Más
todavía: en el sur de Chile el cultrún propiciador
y también el rehue (o altar ceremonial), con sus siete escalones
por donde sube la machi, estan hechos con las madera del canelo
sagrado para que la hechicera logre el máximo de inspiración
divina. Los mapucehs de la argentina austral, en cambio, quizás
porque el canelo allí no es especie arbórea sino arbustiva,
lo han desplazado como madera para el altar de las ceremonia; en
su lugar emplean doce cañas de colihue, que sólo por
esta razón adquieren un toque mágico... el que se
extiende inclusive a las cañas cuando llevan en alto las
banderas de cada lonco (tribu) en las fiestas rituales.
Dicen
que en la flora austral cada especie tiene un espíritu guardían
que reside en ella y la proteje... Por eso el aborígen, antes
de cortar la más pequeña rama o recojer un fruto,
deberá pedir permiso a su invisible "señor".
Los dueños de los árboles más venerados y propiciados
con ofrendas materiales son los del canelo, del maitén, del
boldo, ... y del pehuén. Cada uno tiene su rango divino,
y el aura mítica lo envuelve a los ojos azorados del indígena...
Su
antigua creencia le explica que el Dios vive en el maitén,y
que por eso su porte elegante y su floraje brillante. Al mismo tiempo
se siente protegido por él... sino ¿cómo abría,
sin el maitén, para contrarestrar los efectos de las plantas
demoníacas o malignas?
La
tradición le ha enseñado que el sagrado boldo es una
del las apariencias del Am o "alma externada" de los que
han ido poco tiempo, y por eso los repeta y cuida... Si el árbol
crece sano y en abundancia: ¿qué mejor garantía
para la abundancia en las cosechas y en los ganados?. Es más,
la leyenda afirma que quien consuma su fruto vivirá larga
vida, sobre todo si recoge el medio de una noche obscura y tormentosa...
Eso sí: luego de permiso al "dueño" y de
obsequiarlo con el consabido tributo.
El
pehuén, en especial, recibe el cariño y la veneración
de los antiguos habitantes del sur, sobre todo en neuquén.
Lo sienten tan profundamente propio que lo han elegido como un emblema,
y se llaman así mismo los "pehuenches" . E incluso
como los hijos suyos buscan para el casamiento la bendición
del mítico pehuén, la que les asegurará una
unión buena y fecunda. Y es forma que lo consiguen... si
el primer encuentro ente los esposos se realiza bajo las ramas protectoras
de la especie sagrada.
Entre
todos los pehuénes el Picún Chao del cajón
del manzano es el pino santo por excelencia... ¿Cómo
no homenajiarlo y congregarse en trono a él si el milagro
lo ha marcado visiblemente?. Es que una tormenta perdida en el tiempo
del Hachadel temible Pillán araucano, el rayo lo abatió...
pero resurgió de sus cenizas en un retoño vivoroso,
símbolo del trinfo de la vida sobre la muerte. Por eso, en
las festividades principales, promesantes de distintos puntos de
la patagonia peregrinan hasta el Picún Chao y no le dejan
su ofrenza incompleto silencio, respetuosos del portento de este
misterio de la naturaleza.
En
memoria colectiva de las comunidades aborígenes vive el recuerdo
de las sacralidad del coíhue, o el alerce... o del seco y
retorcido algarrobo del gualicho. muchos ya han olvidado los porqué
o las causas primera del mito, pero de generación en generación
los patagonienses han cuidado celosamente la preservación
del culto a los árboles y su presencia mágica.
Para
el blanco una planta es... una planta. De ella podrá obtener
utilidades varias, pero segirá siendo sólo un vegetal.
Para el indio, en cambio, una planta es vida espiritual también,
y le reconocen no sólo usos sino sobre todo virtudes. Por
eso hablarán de plantas divinas, diabólicas o mágicas...
y con cada una trabarán relaciones especiales.
Los
viejos muy viejos han enseñado a los jovenes a distinguir
a las planta diabólicas como el litre y el latué en
Chile, o el parasitario quintral, el que busca el trueno, en las
laderas y largos cordilleranos de la argentina austral. A ellas
le quemarán como leña para extripar al demonio, pero
se persignarán al tocarla, y escaparán del humo maléfico
que suele traer erupciones y conjuntivitis a los incautos. Y si
solamente pasarán a su lado durante un viaje si no deberán
olvidar el conjuro: "-yo soy el litre y tú Juan (dice
el indio Juan)" de modo que el árbol se equivoque y
descargue su veneno sobre sí mismo. Claro que otras culturas
de la región son más expenditivas: prefierne el método
directo del azote... y castigan al maligno con las ramas divinas
del maqui, del natre o del maitén.
Verdaderos
especialistas en plantas mágicas son los dunguves , los adivinos
y curanderos del amor, los que dominan los secretos estimulantes,
propiciadores y afrodisíacos del pailahua, el llaquén
o paramel, el mellico lahuén... y otras plantas hueñan
hue para el deseo. ¿Cómo no recurrir al pailahue si
se quiere recuperar el amor del hombre infiel?. ¿O al nüume
lahuén para obtener el amor? ¿O al latué que
debitao a nula la personalidad... con cuidado en no excederse en
las dósis por que la muerte puede llevarse a la persona deseada?.
El
conocimiento del reino vegetal no puede descuidar los usos y peligros
de plantas venenosas de probada eficacia como los hongos, el pichoga,
el chamico y el colliguay, que da modo aprenden la historia de caiquenito
distraído, el que se quedó, en las tierras templadas
del norte cuando su tribu retornaba a los pagos sureños.
Dicen que su madre lo fué a buscar y lo entregó a
un genio de la naturaleza para que le diera el correctivo más
eficaz... Y el indiecito se convirtió en calafate, la planta
del fruto penitente que si se come atrae irresistiblementeal sur.
Y
así coinciden la leyenda del origen de la violeta amarilla
o pilún dewu, la creación del Gran Pillán araucano,
que empezó con el otro viviente bello y resistente de esta
flores, el otro oro mineral que ambicionaba para su ruca divina
y que tan generosamente le entegará Lil, el rico sin alegría...
O
la leyenda de la ñaculahuén, la hierba sagrada que
cura las úlceras... y que recuerda el entrañable amor
del bravo Cacique Loncopán y de Pilmaiquén, la enamorada
esposa que diera su vida y sus fuerzas para que Loncopán
sanara el terrible mal que lo llevaba a la muerte...
O
la leyenda de la mutisia, o la leyenda del pehuén.. ¡Y
de tantas otras leyendas y mitos! .Los indios de las tierras patagónicas
saben que un mismo hilo sagrado une a Ngen Lemú, a los árboles
sagrados, las plantas mágicas o diabólicas, o las
hierbas medicinales o alucinógenas y a la flora de leyendas
y tradiciones... Y lo preservan y lo respetan, enseñando
a sus descendientes hacerlo también. Porque en el más
austral rincón del planeta la llama divina no se apagado...
Quizás
se deba a que las culturas aborígenes no han echado al olvido
la única gran verdad, el misterio de los misterios: la Vida.
Y la celebran...
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