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Filosofía y misión de la
Institución Las obras de los Hermanos de las Escuelas Cristianas encuentran su origen en el carisma de San Juan Bautista De La Salle. Hace más de trescientos años este Santo se propuso remediar el abandono en que se encontraban los hijos de los artesanos y de los pobres de Francia con una propuesta muy sencilla pero no exenta de importancia: en las ESCUELAS CRISTIANAS los niños, pasaban gran parte del día y aprendían "a leer, a escribir y la religión" preparándolos "para ayudar a sus padres y vivir luego honesta y cristianamente de su propio trabajo". Para lograr este objetivo, De La Salle se dedicó durante más de cuarenta años a la formación de maestros de escuela, consagrados por entero a su misión. Este fue el origen del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Al mismo tiempo que se involucró totalmente para que sus obras "vayan bien", Juan Bautista escribió muchas obras de tipo espiritual y pedagógico pensadas para apoyar su misión; entre ellas tenemos: "Las Meditaciones para el tiempo del retiro", dedicadas a sus Hermanos y Maestros; "La Guía de las Escuelas" y "Los Deberes de un cristiano para la organización y animación de sus escuelas". Hoy, después de más de tres siglos , estas obras de De La Salle mantienen aún vigencia pues fueron redactadas "por un hombre de Dios, un Santo que se dejó conducir por su Espíritu", otorgándoles carácter de perennidad no sólo sus escritos sino a su vida y a sus opciones evangélicas. En la obra de De La Salle está plasmada su experiencia espiritual y pedagógica. |
Es así que, el éxito de la misión de De La Salle
dependió de la opción fundamental de vida que hizo al
desplazarse en el mundo de los pobres y de los maestros
de su tiempo, con lo cual, bebió, asimiló y encarnó en
su propia vida las vicisitudes y necesidades de los
sectores populares, ofreciendo de esta manera, proponer
soluciones realistas y evangélicas, a partir de la
Escuela. El carisma Lasallista hoy El carisma de San Juan Bautista de La Salle en América Latina y, de manera muy especial, en el Perú de hoy tiene plena vigencia, pues al igual que en su tiempo, existen muchos niños y jóvenes sin educación tanto en el campo como en la ciudad, abandonados a su suerte y víctimas potenciales de los vicios. Por tal motivo, las escuelas, institutos y centros de formación que los Hermanos de las Escuelas Cristianas mantienen en todas las regiones de nuestra patria, dan fe del espíritu y el carisma que movió a nuestro Santo Fundador a entregarse en cuerpo y alma a la educación de los niños y jóvenes. Carisma que a los 75 años de la llegada de los Hermanos al Perú, se resume en el objetivo de todos los que formamos parte de la familia lasallista hoy: "A Cristo por la Educación" |