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Obtienen por primera vez genoma de una especie extinguida, el moa
Fuente: CNN en Español (07 de Febrero de 2001)
7 de febrero, 2001

MADRID (CNN) -- Investigadores de las universidades de Oxford y Barcelona han conseguido secuenciar el primer genoma mitocondrial completo de una especie ya extinguida, el moa, el ave de mayor tamaño que ha existido en la Tierra, similar al avestruz, pero de más de 3 metros de altura.

El equipo liderado por Alan Cooper, de la Universidad de Oxford, en el que participan los investigadores Carles Lalueza, de la Universidad de Barcelona, y Jeremy Austin, del Museo de Historia Natural de Londres, ha conseguido las primeras secuencias completas del genoma mitocondrial de dos especies de moa, aves gigantes que fueron alimento de los maoríes hasta que las extinguieron hace más de 500 años.

Lalueza ha explicado el miércoles en conferencia de prensa en Barcelona que, con esta investigación, que recoge la publicación "Nature" en su último número y que ha durado dos años, "hemos recuperado cien fragmentos de ADN a partir de trozos de huesos de las patas del moa, hasta obtener el genoma mitocondrial completo".

¿Pero, supone esto hacer realidad la posibilidad planteada en la película "Jurassic Park" de volver a crear especies extinguidas? Lalueza mueve la cabeza significativamente de derecha a izquierda y explica hablando muy despacio que el ADN mitocondrial es "una pequeña molécula formada por una doble hélice circular con unas 16.500 parejas de bases, que representa el 0,0005 por ciento de toda la información genética que contiene el genoma nuclear, formado por unos 3.000 millones de nucleótidos".

"Por tanto, para recuperar todo el material genético necesitaríamos años y recursos infinitos y además un citoplasma", remarca el investigador, para quien "sería más factible crear animales transgénicos en los que se insertara algún gen recuperado de alguna especie extinguida, pero este experimento no tiene hoy un significado científico y sería éticamente cuestionable".

A estas dificultades, agrega el científico barcelonés, se añadirían otros problemas técnicos como no tener la estructura en cromosomas de los genes, ni las proteínas presentes en el óvulo que se encargan de regular la expresión de los genes durante el desarrollo embrionario.

También faltaría información básica sobre la variación genética dentro de la especie y, "quizás tampoco dispondríamos en la actualidad ni del hábitat ni de la dieta naturales de estos organismos".

La extinción de una especie, advierte Lalueza, es "un proceso irreversible y si queremos conservar la biodiversidad de nuestro planeta, la mejor estrategia es evitar la desaparición de nuevas especies con su protección".

Las aves que dejaron de volar

Según el investigador español, "el estudio tiene también interés desde un punto de vista evolutivo, ya que nos permite entender mejor la genealogía de este tipo de aves, las ratites, que agrupan a especies que perdieron la capacidad de volar como el avestruz (África), el emú (Australia), los ñandúes (Latinoamérica) o los kiwis (Nueva Zelanda)".

De este modo, apunta Lalueza, "aunque se pensaba que las moa eran muy próximas desde un punto de vista evolutivo a los kiwis, la nueva configuración de las ratites indica que las moa llegaron a Nueva Zelanda hace 80 millones de años, mientras que los kiwis en torno a los 68 millones de años".

El genoma mitocondrial, recuerda Lalueza, es el material genético que hay en las mitocondrias, pequeños órganos celulares localizados en el citoplasma y que proporcionan energía para el metabolismo de la célula.

Lalueza, profesor asociado de la Sección de Antropología del departamento de Biología Animal de la UB, trabaja en la actualidad en la recuperación del genoma de otra especie extinguida, el "Myotragus balearicus", un bóvido endémico de las Baleares y del tamaño de un conejo que desapareció hace 4.000 años.

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