Y LA PRIMAVERA LLEGO EL 20 DE AGOSTO.
El
día 20 de Agosto Serrat regresa a Barcelona. Se acoge a la amnistía decretada.
Le acompañan Claudi Martí, director de Edigsa, Ramón Segura de Ariola y Oriol
Regás, empresario del cantante. En el aeropuerto, amigos y fans. La actriz
Mónica Randall y la cantante Guillermina Motta e encuentran entre el público.
Serrat, que desmiente un concierto de reaparición junto con la cantante Joan
Baez, recibe tentadoras ofertas para volver a tocar de forma comercial.
Pero Serrat ha decidido imprimir un nuevo
rumbo a su carrera. Y su retorno a los escenarios se produce en una serie de
conciertos, en los que actúa gratuitamente para las asociaciones de barrio de
Barcelona. “Si canto gratis para las asociaciones de vecinos es porque entiendo
que es uno de los órganos populares que pueden configurar más democráticamente
el futuro de Barcelona. Creo que mi apoyo a parte de proporcionarles unos
ingresos con los que hacer frente a sus necesidades de organización y campañas,
va estimularles...”
Los
comentaristas hablan de este “nuevo Serrat” frente al Serrat de etapas pasadas,
de cantante de Teen-Agers o de “élite bocacciana”. “Bueno, yo si algo de sido
–declara Serrat- es cantante popular. Y quiero seguir siéndolo. La imagen de
élite que haya podido tener es falsa porque me he sentido tan atraído por el
mundo singular de “Bocaccio” como por el de las Ramblas d madrugada. A
ambos mundos les une un denominador
común que es lo que me ha conducido a ellos: son nocturnos y la noche me
fascina. Como me gustan las mujeres.
Y
aunque Serrat va a mantener su carisma de cantante popular, sus recitales a
partir de ahora se presentan bajo otro signo, intentando evitar su imagen de
cantante-vedette d otros tiempos, como el mismo reconoce. “Naturalmente. Entre
otras cosas porque, en estos momentos tengo una posición de libertad y una
claridad de las cosas que tengo que hacer que antes no tenía. Lo cual no quiere
decir que antes fuera “malo” y ahora
no. Son procesos y de la misma forma que cuando llegué a la Cançó sin saber
escribir catalán y porque era muy divertido y porque podía ligarme a una nena
con más facilidad que antes, llega un momento en que sigues un proceso en que
te vas responsabilizando en tu trabajo. Te das cuenta que la labor de un
cantante popular es mucho más seria de lo que se hace ver por ahí, y no sé,
quizás hay gente que ha llegado a la Cançó con unas convicciones y una certeza
de lo que quería hacer que yo no tenia... Yo soy un hombre que dentro de la
Cançó, todavía estoy en un proceso de desarrollo que más o menos tengo claro a
donde voy, pero que no sé que errores cometeré...”
Por
supuesto que el primer recital de Serrat en su “reencuentro” estuvo marcado por
el éxito. Tres mil quinientas personas se dan cita la noche del 29 de octubre
en el Palau Blau Grana. Desde la enfermedad del dictador en octubre del 75,
Barcelona ha vivido las esperanzas democráticas tanto en la calle como en los
palacios de deporte que se han convertido en foros de encuentro de todas las
fuerzas democráticas y nacionalistas mientras los cantantes ejercen de “sumos
sacerdotes”. Primero, Raimon, después, Lluís Llach, Pi de la Serra... y ahora
Serrat. Un recital que a diferencia de los otros, no tendrá
“fila 0” ni tampoco una excesiva politización,
aunque eso sí, como pude comprobar personalmente, una identificación
público-cantante desde el primer momento. Total. Absoluta.
Para
estos recitales Serrat se acompaña del grupo Música Urbana que dirige Joan
Albert Amargós, buscando una mayor actualización d sus canciones. De todas
formas sobre las canciones, como es natural, seguirá pesando la obra de
Miralles. Serrat en su “debut” utiliza las primeras estrofas d una antigua
canción suya para celebrar el
encuentro: “Bona nit amics, veig que ja
hi som tots...(Buenas noches amigos, veo que ya estamos todos...) Después un
concierto en el que se mezclan temas antiguos como “La Cançó de matinada” o
“Me’n vaig a peu” con temas nuevos sobre poemas de Carner o Salvat-Papasseit,
canciones populares como “El ball de la civada” o “El testament d’Amèlia” con
sus temas clásicos sobre la obra de Machado y Henández. Como despedida Serrat
elige una de sus composiciones más
celebrados, “El meu carrer”, una canción que se convierte en un homenaje a los
barrios populares de la ciudad. A lo largo de las próximas semanas las
canciones de Serrat seguirán sonando en diferentes puntos de la ciudad, en los
barrios más olvidados, para acabar el 18 de Noviembre en el Palacio de Deportes
de Barcelona, con lleno absoluto. Aunque la atmósfera del recital se diferencia
poco de los recitales políticos que se han dado en los últimos meses, la
aparición de Serrat en el escenario provoca el mismo tipo de comunicación que
se establecía en el pasado...pero con miles
de velas y mecheros dándole la bienvenida. Es el saludo al vecino más
popular y querido del barrio.
A
finales de ese año Serrat actúa en uno de los locales mítico de la canción
francesa, el Bobino de Paris. En su estancia parisina recibe la visita de uno
de sus ídoos, el compositor francés Georges Brassens. Una revista del corazón
publica unas fotografias d su paso por la capital francesa acompañado de una
modelo sueca, una profesión esta, la de modelo que siempre ha atraído al
cantante...
El restablecimiento
de las libertades democráticas anuncia la primeras elecciones generales después
de cuarenta años. Serrat participa apoyando al Partit Socialista de Catalunya.
En la fiesta organizada en el recinto del Poble Espanyol, el cantante a parte de
cantar algunas de sus canciones más conocidas tiene una intervención especial.
Durante la actuación de la Orquesta d Chucho Orlando, Serrat aparece en el
escenario y deleita a la concurrencia con diversos boleros, entre ellos el
inmortal “Dos gardenias” de Antonio Machin. Otro de los temas-sorpresa es la
“Cançó del fanalet” que interreta mientras un tulipán de papel se le quema
entre las manos...
Mucho debe
impresionar a sus fans cuando Christa Leem, una conocida estrella de music-hall
está dispuesta a subir al escenario ligera de ropa como muestra de adhesión
condicional...
Aunque
en Madrid se le espera para animar el fin de fiesta electoral socialista,
Serrat no sale de la circunscripción catalana. Después de las elecciones
emprende una larga tournée por Cataluña, Baleares y algunos puntos del País
Valenciano. Para estos recitales Serrat se acompaña del grupo Barcelona
Tractión formado por Josep María urán, Josep María Bardají, Jordi Clua y
Francesc Rabassa, una formación que en un futuro formará el núcleo de su grupo
habitual. Junto con este grupo, un cuarteto de cuerda formado por Aureli Vila,
Pere Joseph Puértolas, Sergi Casademunt y Raimon Casademunt.
Para
Serrat esta gira supone su reencuentro con su público catalán, actuando en los
cuatro puntos cardinales. Un Serrat “provinciano” que como él aclara “es la
única forma que tengo para llegar a ser
un cantante internacional”. Se especula también con una posible actuación en el
programa de José María Iñigo “Martes noche, fiesta”, que el cantante desmiente
aunque si aparece en el programa-entrevista de Joaquin Soler Serrano, “ A
fondo”, un periodista que ha apoyado al cantante desde los primeros tiempos.
Su
única actuación fuera del ámbito catalán se produce en Madrid, ciudad donde no ha
actuado desde 1975, dentro de la “Fiesta de la Solidaridad entre los pueblos de
España y Latinoamérica” que se celebra el 12 de octubre. Junto a Serrat nombres
como el Cuarteto argentino Cedron, Daniel Viglietti, Carlos Mejía Godoy y los
de la Palacaguina, José Menese, los vascos Socorrí... Un Serrat solidario con
compañeros y amigos que en aquellos momentos conocen la experiencia del exilio,
en unos paises donde comienzan a ser frecuentes las listas de desaparecidos.
Para
las navidades de ese año –1977- aparece un nuevo disco en catalán de Serrat y
el último de su producción con Edigsa, la casa discográfica que vió su
nacimiento como cantante, y que años después acabaría por desaparecer. Realizar
un álbum dedicado a la obra del poeta catalán Joan Salvat-Papasseit era una
idea que Serrat llevaba algún tiempo meditando. Un poeta que ya había estado en su punto de mira con
la canción que le dedicó en el álbum “Serrat 4”. Y aunque el disco no tendrá la
repercusión comercial de los anteriores trabajos poéticos de Serrat –Machado y
Hernández-, los resultados artísticos son excelentes. El álbum se titula “res
no és mesquí” como la canción que abre el disco. Un poema que Salvat-Papasseit
en su momento dedicó al pintor noucentista Joseph Obiols, y que Serrat – la
música- dedica a su hijo, el socialista Raimón Obiols. Con arreglos de Joseph
María Bardají, “Res no és mesquí”
quedará como uno de los trabajos más frescos y conseguidos de su
carrera. Un disco en el que Serrat recoge la “sonoridad” mediterránea que en
aquellos momentos se produce en
Barcelona. Y así un tema como “Quina grua el meu estel”, una habanera
estilizada, queda como una pequeña joya en un disco repleto de aciertos. En
“Collita de fruits” Serrat engarza diversos poemas entre ellos “Visca l’amor”,
un tema musicalizado por Guillermina Motta y que mantendrá durante mucho tiempo
en su repertorio.
Visca l’amor que m’ha donat l’amiga
fresca i polida com un maig content
Visca l’amor
l’he cridada i venia
tota era blanca com un glop de llet.
Visca l’amor que ella també es delia:
Visca l’amor:
la volia i l’he pres.
Viva el amor que me ha dado la amiga
fresca y pulcra como mayo contento
Viva el amor
la he llamado y venia
toda ella era blanca como un sorbo de leche
Viva el amor que ella también deseaba
Viva el amor
la quería y la tuve.