SERRAT, VERSO A VERSO DESDE 1969
Diario EL VOCERO 11 set. 2006
Gracias a Juan Lauro.
Por: Javier Santiago
Especial para ESCENARIO
Corría el año 1969. La Fórmula V reinaba en las listas con Cuéntame. Marisol
surcaba las ondas con La nieve fría. Raphael se paseaba como el ídolo de las
multitudes. Y Rocío Dúrcal llenaba las salas de cine con sus películas
juveniles.
En aquel año en que Puerto Rico ganaba el Primer Festival de la Canción Latina
con Génesis, y al son de Che che colé, Willlie Colón y Héctor Lavoe recuperaban
terreno para la salsa, España dominaba el pentagrama con sus exportaciones
juveniles hasta que apareció un talento difícil de catalogar: Joan Manuel
Serrat.
Poco se sabía entonces de aquel joven catalán. Y menos sabían de él los
estrategas que intentaron describirlo como el ídolo que amenaza con destronar a
Raphael.
Lejos de anticipar el efecto futuro que tendría en Borinquen este portavoz de la
nueva canción, el joven que no pudo representar a España en Eurovisión cantando
en su idioma, llegó a San Juan al son del golpe a golpe musicalizado del poema
Cantares de Antonio Machado.
Su voz es suave y bien modulada. Sus gestos son pocos y controlados. Su música
viene a llenar una necesidad muy grande en la juventud, reseñó el periódico El
Mundo, días antes de su debut el 18 de noviembre de 1969 en el Teatro de la
Universidad de Puerto Rico.
En esa primera estadía, artistas como Efraín Berríos, Camille Carrión, Nydia
Caro y su compatriota, el actor Ricardo Palmerola, se congregaron en un
restaurante de Plaza Las Américas para homenajearlo. Pero ninguna experiencia en
suelo patrio le llegó más al alma que su posterior encuentro con el maestro
Pablo Casals. Aquí, en suelo boricua, conversó por largas horas con el inmortal
cellista mientras el lente de Gabriel Suau plasmaba el histórico encuentro para
la posteridad.
Un mes más tarde, contratado por Tony Chiroldes, Serrat regresaba al Ballroom
del Hotel Sheraton. Y aunque en esta ocasión era la clase pudiente la que
tendría acceso a su recital, el poeta cantor conquistó a todos por igual.
Norma Valle, del periódico El Mundo, catalogó su actuación como un triunfo... a
pesar de la mala organización, micrófonos defectuosos, tardanza en iniciar el
programa y la interferencia de sonido de un salón de baile contiguo.
Serrat no es un cantante de mayorías; él canta lo triste de un país... Mas el
tiempo dirá si el joven folklorista catalán creará un público para su música en
Puerto Rico como lo ha hecho en Europa y en la América Hispana, reseñó Valle el
25 de diciembre de 1969.
La respuesta no tardó en llegar. Ese mismo día Wapa transmitió el primer
especial musical de Joan Manuel Serrat en la televisión boricua. Y de ahí en
adelante, lo demás fue historia.
Si bien el cantautor tardó en conseguir acceso propio a las ondas nacionales,
sus canciones encontraron voces locales para difundir su mensaje. Con Tu nombre
me sabe a yerba comenzó su ofensiva en distintas versiones. Richie Ray y Bobby
Cruz le pusieron salsa a Señora. Lucecita adaptó con maestría Pueblo blanco,
Romance del curro y Canción infantil. La Lupe se unió a Tito Puente al son de
Como un gorrión. Y Marisela Verena llevó al acetato Cantares mientras en decenas
de grupos estudiantiles el poema de Machado se convirtió en tema obligado.
Pero la mayor de las influencias se dio en el naciente movimiento de la nueva
canción en Puerto Rico.
Serrat le abrió las puertas a todos al establecer que la letra era parte
fundamental de la canción. Esto lo logró a nivel comercial es una escala
popular. Y eso hizo que todos pudieran irse por esa línea de contenido, apunta
Roy Brown al analizar el impacto que Joan Manuel tuvo en la nueva cepa de
cantautores boricuas.
Así germinó la semilla que Serrat sembrara en su primera visita en 1969. Así su
obra comenzó a trascender al son de un verso a verso con el paso del tiempo.
Pere Mas
(1997-2018)