YO PISARE LAS CALLES NUEVAMENTE.
Después de Argentina y Uruguay, Chile comienza a
vivir su transición hacia la democracia aunque el régimen que lidera el general
Pinochet pone todos los obstáculos posibles para que esto no ocurra. Un
plebiscito popular va a decidir el futuro democrático del país. En las fuerzas
del No, se agrupa toda la oposición, democrática y progresista. Serrat aunque tiene vetada la entrada al país, viaja
con un grupo de personalidades para el cierre de la campaña del No el día 2 de
octubre. A su llegada al aeropuerto seis funcionarios de la Central de
Inteligencia le recuerdan la orden que prohibe su entrada al país. Serrat debe
volver a Buenos Aires. A pesar de su frustrado viaje, la noticia ocupa las
primeras páginas de todos los periódicos y el régimen que intenta en esos
momentos un “lavado de cara”, vuelve a poner de manifiesto su intolerancia y
falta de libertades.
De todas
formas Serrat estará presente en toda la campaña del referéndum, apareciendo en
la publicidad opositora con su tema Bienaventurados”. En unas declaraciones
manifiesta su rechazo hacia el dictador: “No creo que Pinochet sea un
demócrata. Ni alguien que sea un demócrata pueda tener respeto por la
democracia.”
El
plebiscito que se celebra el 6 de Octubre de 1988 ofrece un 54 por ciento de
votantes que rechazan el sistema representado
por el general Pinochet. El retorno de las libertades ha comenzado su
cuenta atrás.
El año
le deparará también otro tipo de satisfacciones como cantar a Brel, un cantante
y un autor que forman parte de la mitología musical de Serrat. En el teatro
Principal de Valencia, el cantante valenciano Lluís Miquel realiza un recital
con la participación de Pi de la Serra , Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat.
Componente del grupo “Els 4 Z”, Lluís Miquel se ha formado en los ambientes de
la Nova Cançò y le une a Serrat una estrecha amistad. En su producción musical
se ha destacado por las versiones de la obra de Jacques Brel y en su recital el
Teatro Principal ofrecerá varias canciones del autor belga. Una de ellas
precisamente la cantará a dúo con Joan Manuel Serrat, “La fanette”. En el disco
que se registra del recital, “Silenci, gravem” Serrat nos dejará, quizás por primera y única vez, su voz al servicio de
uno de los autores más intensos que ha dado la música popular del siglo XX.
Del
mismo carácter es el concierto que se ofrece al Palau de l Música Catalana el
24 de Febrero de 1989. en esta ocasión la figura central es Pi de la Serra,
otro hombre formado en la Cançó, y uno de los autores más personales de la
música popular realizada en España. Pi de la Serra, que durante el franquismo
estuvo encuadrado en la llamada canción de “resistencia”, cívica testimonial, se ha visto relegado con los
nuevos tiempos democráticos a cantante marginal. Paradójicamente en los
momentos en que el cantante sufre mayor olvido, sus temas ofrecen un nivel de
calidad muy por encima de la media española.
Pi
de la Serra con la “ayuda” de Serrat, Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute y Ana
Belén realiza un recital entre amigos”,
con un repaso a su discografía
musical. Serrat una vez más muestra sus dotes como intérprete, su versatilidad
para “hacer suya” una canción de un autor
tan personal como Pi de la Serra. “A poc a poc” es el tema que Serrat
interpreta y que ha quedado registrado en el disco.
Casi
veinte años atrás Pi de la Serra realizaba una de las sátiras más feroces que
se habían hecho hasta aquel momento a Serrat. La crítica en forma de canción se
titulaba “Soc el millor”, y en ella se parodiaba a un cantante bilingüe que repetía todo el rato, soc el
millor, soc el millor, de la Nova Cançó”. Ahora Serrat rendía homenaje a un
hombre que formaba parte de uno de los acontecimientos culturales más
significativos de la España Contemporánea, la Nova Cançó. Y sobretodo compartía
una velada de amistad.
En
unos momentos de desidía por parte de la instituciones autonómicas hacia los
cantantes de la Cançó, dos “viejos camaradas” con refuerzos “mesetarios” se
sentaban juntos para tocar viejas y nuevas canciones y recordarnos que les
quedaba la música.