EL VACÍO Y LA NADA

La nada existe y es algo. Es el vacío de algo. Cuando miras dentro de una caja y esta vacía se dices "no hay nada" que significa: "Hay nada". Luego el concepto de nada implica un continente que contiene nada. Si me dices que el hecho de que exista la caja o contenedor es que ya hay algo es absurdo pues sería una palabra sin sentido que no se usaría nunca (solo para hacer especulaciones metafísicas y rebatir conceptos usando trucos semanticos)

Las definiciones del diccionario más próximas son:

"El no ser o la carencia absoluta de todo ser" "pron. indefinido".

Ninguna cosa: �que quieres? Nada; nada quiero."

Así pues ese concepto de nada de nada sin ni siquiera el espacio es un concepto inventado y además inútil pues eso es imposible.

La palabra nada no existe, ni ha existido ni existirá, solo es un concepto abstracto e inventado que además no sirve para nada.

El espacio ha existido siempre y siempre existirá. El espacio es lo único que podemos estar seguros que es eterno y que está en todas partes y sin él nada de lo que existe podría existir. Y para eso no hace falta mas que aplicar el sentido común. No hace falta ninguna teoría por que es algo obvio.

Ni la materia, ni la energía ni las mismas leyes físicas podemos estar seguros que hayan existido siempre pero es imposible que no exista el espacio.

Distinto es hablar de la dimensión o magnitud de ese espacio ya que si está vacío (se entiende el concepto �verdad?)... ya que si está vacío no tiene sentido hablar de magnitudes de espacio ni magnitudes de tiempo a no ser que ese espacio sea un subconjunto de otro espacio mayor y se hicieran comparaciones desde fuera.

El tiempo según el diccionario es: duración de las cosas sujetas a mudanza. Si no hay cosas no hay mudanza y por tanto no hay tiempo. Si hay cosas y están quietas tampoco hay mudanza y tampoco hay tiempo. Evidentemente en el universo no existe la quietud, todo se mueve y por tanto el tiempo tiene sentido pero si por un instante el universo se parara, también se pararía el tiempo pues este no tiene sentido cuando no existe el movimiento.

Me sorprendería mucho que salieran partículas de forma espontánea del espacio pero a la vez me daría una explicación para la creación del universo sin la presencia de Dios. A no ser que Dios fuera el propio espacio.

Me resulta muy difícil imaginar una inteligencia que haya vivido desde siempre y que no tenga una causa anterior a ella por que siempre estaremos preguntado por una causa anterior. Sólo el espacio puede tener esta característica. �no será Dios el propio espacio?

Podría argumentarse que el espacio ha podido existir desde siempre, en un estado de congelación, sin movimientos, entonces no ha transcurrido el tiempo y por tanto la expresión "desde siempre".

El intervalo transcurrido dentro de ese período donde no había nada (solo el propio espacio) es un periodo de tiempo indeterminado, en realidad es un tiempo cero o un tiempo infinito desde el punto de vista dentro de ese estado. Pero desde nuestro punto de vista sí se puede hablar que desde siempre �claro que sí! �O es que queremos fulminar el sentido común de un plumazo? Entonces cómo nos expresaríamos cuando queremos referirnos a una situación temporal? �Diriamos: el espacio no ha existido? No, claro que no, por que el hecho de que el tiempo no exista no implica que no exista el espacio o cualquier otra cosa pues si esto fuera así entonces implicaría que existiría la nada, lo cual es una contradicción pues la nada por hipótesis hemos dicho que no existe.

El significado de las palabras en nuestro idioma es muy contradictorio. Una palabra tiene un significado y muchas veces se usa para expresar todo lo contrario, esto se hace y se distingue por el tono de voz dado a la palabra. Por ejemplo, nos dicen, fulanito es un listo, depende de como lo digan tu sabes que significa que es listo o que lo que es, es tonto perdido.

Dicen no hace nada de calor, el día que mas estamos sudando. Bien todas estas acepciones contradictorias las tienen y las recogen los diccionarios, el saber con que sentido se dicen, es cuestión de experiencia en el idioma, conocer el contexto en que se dice, analizar el tono de voz... todo esto el diccionario no puede recogerlo y lo dice a secas. Pero es la salsita la que lo ubica en su sitio.

La palabra nada, muchas veces se usa con el significado de algo, que es todo lo contrario. Por eso citamos una botella vacía y decimos que no tiene nada, cuando estrictamente se debería decir no tiene algo. Y así se convierte el tiene nada, en su contrario, no tiene nada. Bien pero en el lenguaje normal a pesar de estas contradicciones, los del país nos entendemos estupendamente.

Pero cuando se hace ciencia, no se pueden dejar entrar estos devaneos contradictorios y la ciencia lo primero que hace, es decir cuál es el sentido, exacto y unívoco, con que va a hacer uso de esa palabra en esa ciencia. Y así cuando estamos en esa ciencia, nos ceñimos al sentido único en que se va a usar y dejamos aparcado en la puerta los sentidos del lenguaje, común y vulgar.

Por tanto el concepto en Física de la nada, es no espacio, no tiempo, no materia, no energía, no ......NADA.

Eso en cuanto a la definición y uso del sentido de la palabra nada en cuanto a su concepto.

Ya tenemos muy claro, que concepto usamos cuando decimos nada. Y ahora viene la segunda parte. Ese concepto, del mundo de las ideas, clarísimo y unívoco, que hemos definido y vamos a usar �existe físicamente? Una cosa es un concepto, que todos existen en el mundo de las ideas y otro que haya algo físico, que se corresponda con ese concepto.

Pero si el concepto de la nada, que lo hemos elaborado, como contraposición, al concepto de existencia, pues ya en su propia concepción, lleva que es el no existir su sentido, por tanto no existe por concepción, nada más que en el mundo de las ideas.

El vacío implica ya la noción de espacio, por lo tanto, de algo que existe. Decir que el universo se debe a oscilaciones de los cuantos en el vacío, es, aparte de hermético, una proposición condicional, desde el momento en que se debe aceptar la existencia de esos cuantos. Hace unos años leí un libro muy interesante:"Los tres primeros segundos del universo". El autor iba estudiando el universo hacia atrás con las leyes físicas que se conocen hasta llegar a un punto en que estas leyes no tienen aplicación. A ese momento se le llamaba "la barrera de Planck" en el sentido de que ni siquiera las leyes cuánticas se podían aplicar. Leí otro libro sobre mecánica cuántica en el que se describían las últimas partículas que se habían descubierto y sus características o efectos. Había una a la que, a falta de otra palabra, llamaban "color". El caso es que el autor, físico por supuesto, advertía del riesgo de rechazar alegremente el creacionismo, porque, si no de la nada, sí con muy poquitas partículas se podía organizar todo este entramado universal. Se basaba en eso que él llamaba "color". Desde una postura filosófica eso es lo que se puede aportar. O sea, nada.

Estrictamente hablando la nada es eso nada y entonces se puede afirmar que "la nada no existe" y como creo que estrictamente esta afirmación es cierta, deberíamos descartar este término pues si no existe �qué estamos hablando?, sería como discutir sobre el cociente de una división por cero, �no existe! Cuando se utiliza ese termino pienso que no habría que ser tan estricto y si se es tan estricto quitar el termino de en medio y punto.

El término nada se aplica a que algo esta vacío de todo. Y ese algo tiene que existir pues si no estaríamos en el caso que hemos descrito antes cuando mencionamos la nada ( de la que nada se puede hablar).

Y ese algo inevitable creo que es el espacio. El espacio creo que es lo único que debe haber existido siempre. Por que el tiempo esta ligado a los acontecimientos. �Cuándo el tiempo dejaría de existir? Pienso que cuando en un intervalo de tiempo las cosas que hay dentro del espacio varían de posición es cuando se puede medir el tiempo. Me explico un poco mejor. En el universo existente, el no-movimiento o quietud absoluta no existe. Si por un instante el universo se quedara congelado, también el tiempo se congelaría, es decir dejaría de existir. Esto es una conjetura pero creo que muy razonable. En este tema no tenemos mas remedio que movernos en este terreno de las conjeturas.

Entonces un lugar donde no hay materia ni energía ni tiempo y sólo espacio, llamarle nada creo que es razonable pues no hay "nada" que pueda inducir a error con esa palabra , ya que la nada definida estrictamente no se puede aplicar a nada, y por tanto no hay lugar a confusión.

Pero bueno, esto es una simple cuestión semantica y es un problema tan fácil de solucionar como convenir la definición del término.

Y si existen prejuicios o queremos ser puristas podremos usar el término "vacío total" aunque personalmente opino que son ganas de dificultar las definiciones.

El apasionante asunto de la creación de partículas a partir del vacío total implica que, lógicamente, ese vacío total dejará entonces de ser vacío total para convertirse en vacío total + esa partícula + tiempo + �energía? + (�materia? o/y partícula o/y ondas)

�De donde sale esa particula si allí no había nada?

La distinción entre los conceptos de nada y vacío, es esencial. Y es esencial, porque son dos palabras, que expresan conceptos distintos. Conceptos distintos que existen. Si identificamos las palabras, nos quedamos de entrada sin uno de los dos conceptos. Lo cual es perder vocabulario y no poder expresar el concepto perdido. La riqueza de un idioma, se mide por la cantidad de palabras, que expresan conceptos distintos. Así mientras nosotros tenemos una única palabra hielo y nos basta para el uso que hacemos de él, los esquimales, lo expresan con no sé... 30 palabras, que llevan su perfecta descripción, sobre su dureza, temperatura, blancura, rugosidad... lo que para ellos es fundamental.

Aparte de esto, la diferencia entre nada y vacío es esencial, la nada no tiene existencia y el vacío, si existe. Si identificamos las palabras o eliminamos la existencialidad del vacío, o conferimos a la nada cualidades. El paso para afirmar la generación espontánea, es inmediato.

No se puede decir, la nada "es algo", que esta vacío de todo. Con ello nos estamos quedando sin el concepto de la no existencia, lo cual es una mutilación del idioma y generador de errores.

Las partículas que se crean en el vacío total, ya es un concepto erróneo. Primero porque no hay tal vacío total, porque al menos hay espacio. Segundo una cosa son los conceptos y otra su existencia física. El tal llamado vacío total, no existe físicamente, porque de lo que la Física moderna se ha dado cuenta, es que hay campos, imposibles de eliminar en ese espacio vacío, por el principio de indeterminación. Y es de esos campos de donde surgen, esas partículas, que si no se tiene esto en cuenta, se convierten en surgidas por generación espontánea y ademas estarían en contra del principio de la conservación de la energía.

Está muy bien especular, siempre que esa especulación, guarde las leyes de la Física, si es que se quiere hacer Física.

Sobre que el espacio, ha podido existir desde siempre, en un estado de congelación, sin movimientos, entonces no ha transcurrido el tiempo y por tanto la expresión desde siempre, es falsa.






�AUTOCREACIÓN DEL UNIVERSO?

Algunos defensores del ateísmo argumentan de la siguiente forma:

si antes de la aparición del universo era la nada, no había nada, por tanto tampoco había DIOS puesto que si existía DIOS ya no era la nada.LOS CONCEPTOS DE DIOS Y LA NADA SON CONTRADICTORIOS. Esto es algo que pone en serios apuros a quienes afirman que DIOS creó el universo de la nada. Si existía DIOS ya no existía la nada, había algo que le llaman DIOS. Si DIOS es eterno, no nació o no fué creado nunca, ni morirá o dejará de existir, no hace falta para la cadena de la creación. Afirmo directamente que el UNIVERSO es eterno.

DIOS ES INNECESARIO. "DIOS NO HA CREADO AL MUNDO, ES EL MUNDO QUIEN HA CREADO A DIOS".

Y si antes del universo existía "la nada" o "no existía nada" y aparece el universo, hemos de llegar a la conclusión de que "este apareció por generación espontánea". Esta generación expontánea es una fluctuacion cuántica en el vacío, según lo mas probable y admitido hoy en día.

Sea como fuere, si no existía nada, el universo se creó a sí mismo.



ESTO ES LO QUE OPINA UNA GRAN CANTIDAD DE ATEOS. AHORA RESPONDAMOS:

Decir que el universo sale de la nada y a renglón seguido decir que sale de las fluctuaciones cuánticas del vacío, supone un error de terminología ya explicado anteriormente.

El concepto de autocreación es contrario a la primera ley de la termodinámica, aquella que nos asegura que nada puede crearse por si mismo, ni destruirse totalmente. Va contra el principio universal de la conservación de la energía y la materia. Pero no es absurdo, es consecuencia de un razonamiento a partir de la existencia y el tiempo, de los que tenemos consciencia, deducir la existencia necesaria de un Ser Creador de todo.

Se razona fuera de razón, la existencia eterna de un pasado del universo.

Añado un razonamiento sobre ésto que Newton se hacía: Partiendo de ver que el universo está en evolución. �Como si tiene un pasado infinito de tiempo, aún sigue evolucionando y no ha llegado ya a un estado de equilibrio?

Habiendo pasado un tiempo infinito �No ha tenido tiempo todavía de conseguirlo?

Que la nada, se convierta en algo, va contra la razón y las leyes más elementales de la física.

No queda más remedio que formular la más que probable hipótesis de que el universo haya sido creado por un Ser, al que se conoce como Dios. Y esta conclusión da una explicación satisfactoria, la única que la tiene y no tiene contradicciones lógicas.

Dios y las ideas

Análisis genético del principio de razón suficiente

El principio de razón suficiente viene a decir:

1) Todo es por una razón (según el axioma: de la nada, nada sale);

2) Todo lo que es tiene más razones para ser que para no ser;

3) Todo lo que es también es mejor que lo que no es (por el punto 1: al ser más racional, contiene más ser), y, por consiguiente, es lo mejor posible (en base al axioma: lo que contiene más ser es mejor que lo que contiene menos ser).

De ahí la tesis del mejor de los mundos, esto es, aquel "dotado de mayor variedad de fenómenos en base al menor número de principios", que el simple de Voltaire no entendió ni por asomo.






DIOS Y LO REAL

I.

Premisas epistemológicas

Las ideas no son simples sememas, piezas aleatorias de un gran juego de construcción lingüística. Existe una correlación natural entre ellas.

Como dije en otra ocasión, cualquier palabra presupone todo el lenguaje que la soporta. El valor de verdad de una idea se toma en relación a un sistema verificativo.

Así pues, los conceptos claros y distintos, aunque no tengan correlato real o empírico, son siempre verdaderos. Sólo por el hecho de no entrañar contradicción hemos de considerarlos tales.

La música (y también la idea de música) es verdadera porque es. Un gato (y también la idea de gato) es verdadero porque es.

Y no hay verdad sin coherencia, ni coherencia sin verdad.

La verdad, además, ha de ser siempre apriorizable. Eso le da el carácter universal que la distingue de la opinión.

II.

Inferencias ontológicas

No hay 'posibles' que hayan quedado fuera de la realidad, excepto por una exclusión de sistema. Hablo, claro está, de la realidad sub specie aeterni.

No entiendo la posibilidad como mera imaginabilidad (opinión), sino como idea clara y distinta, es decir, no contradictoria, y en consecuencia verdadera (existente).

Todo lo posible existe, pero -y esto es una prueba en favor de la Inteligencia ordenadora del mundo- sólo lo mejor deviene real.

La Inteligencia, pues, es lo único que restringe el ser real de lo intrínsecamente posible; lo único que establece un límite entre lo real y lo idealmente existente. Es, propiamente hablando, el demiurgo.

Sólo lo mejor, digo, deviene real. Entiendo por "mejor" aquello que permite la máxima expresión de fenómenos. Y ahí me baso en el axioma, que doy por sabido y aceptado, "lo lleno es mejor que lo vacío".

Nuestro mundo comprende el máximo despliegue de fenomenos, y lo hace en tanto que un mundo que sólo no admita lo contradictorio es más rico que otro que añada a ésta, que es la mínima, otras restricciones de tipo moral o estético (las críticas ateas o gnósticas al demiurgo por el mal existente en el mundo serían de esa índole).

Se me podría objetar que un mundo que también admita lo contradictorio será más rico en fenómenos que el anterior. Pero eso es un absurdo, porque lo contradictorio no puede darse nunca, como ya he argumentado.

Todo lo cual nos conduce a un problema de teodicea, y es si Dios debió excluir el mal (o bien menor) cuando éste no es contradictorio con el mayor bien.

Mi previsible respuesta es que no, que el mal forma parte de la creación perfecta, esto es, de la mejor creación posible.





DIOS Y LA VERDAD

Que de la verdadera inexistencia de Dios se sigue su existencia.

1) Toda verdad remite a otra. De lo contrario, el límite de la verdad sería una no-verdad, en la que aquélla encontraría su comienzo y su fin. Lo falso engendraría a lo cierto, y lo cierto a lo falso.

2) Las verdades, pues, sean cuales sean, nos conducen, mediante un encadenamiento infinito, a la Verdad suprema e inalcanzable, que es Dios.

3) Afirmar una sola verdad que sea tal, y no sólo de nombre, supone negar el límite que la cancelaría, afirmar la infinitud de la progresión y, por consiguiente, afirmar a Dios.

4) Luego, aunque esa supuesta verdad fuera "Dios no existe", al predicarse como verdad, de ella se sigue que Dios, es decir la Verdad, existe.

5) Pero, si Dios existe, la mayor es falsa, y si no existe también, pues no existe la Verdad ni tampoco las verdades. Luego, de un modo u otro, Dios existe.

* * *

�Qué es la verdad?

No debe definirse la verdad: tienes que perseguirla. Ni debe, digo, ni puede ser definida. En efecto, para lograrlo deberías presuponer que tu definición es verdadera, lo que te haría incurrir en petición de principio. De lo que deduzco que la verdad, indefinible, es aquello que los racionalistas llamaron "luz natural", "certeza" o incluso "intuición", aunque este término sea propiamente romántico.

Ahora bien, sólo puedes esbozar la verdad, nunca poseerla completamente. Nace de ahí el vocablo 'filosofía', donde el conocimiento se plantea como atracción (amor), en oposición al dominio ciego.

No sabes, pues, qué es la verdad exactamente, pero la percibes entre tinieblas, y estás persuadido de que el error absoluto no puede existir. Si el error absoluto existiera, entonces no existiría, puesto que su existencia sería cierta o certificable (y la verdad es ante todo certeza, como se ha dicho antes). Luego, la verdad y el error no pueden tener, en puridad, la misma condición, aunque nunca recibas verdades o errores puros.

Toda afirmación contiene la verdad parcializada, distorsionada. Así, un ecléctico toma de cada sistema lo que considera más pertinente, excluyendo al resto. Y, en el mismo sentido, una revolución científica o epistemológica que introduzca una "nueva verdad" estará, en realidad, ensanchando el anterior sistema de verdades, aunque haya que presuponer idealmente que éste permaneció siempre ahí.

La verdad del hombre es una ficción mudable, o, si prefieres una expresión más tranquilizadora, es una anticipación o pregustación de la verdad absoluta. Hay una diferencia de grado y no de naturaleza entre ambas clases de verdad: tan necesaria es la verdad absoluta como aquellas que, coeternas con ella, nos permiten ir a alcanzarla.




EL ACTO DE FE

1. En el acto de fe debemos distinguir ante todo el acto por una parte y el objeto por otra.�Cómo se juntan?

2.- Se juntan de esta manera: el acto consiste en asentir al objeto. Pero esto no diferenciaría el acto de fe de cualquier otro juicio. La diferencia es que cuando en un juicio se afirma el contenido de su objeto es por ser evidente, mientras que en el acto de fe asentimos a un objeto que no tiene el carácter de evidencia. Y también es un acto de fe negar ese mismo objeto no evidente.

3. -Yo no puedo no afirmar lo evidente. En cambio, cuando asiento a un objeto no evidente ha de ser porque algo me inclina a ello. Por ejemplo: cuando Juan me dice que Pedro está enfermo, lo que me mueve a asentir no es la evidencia, sino "porque me lo ha dicho Juan". La inevidencia del objeto está compensada por el testimonio de otra persona a la que doy crédito.

4. - Según sea el grado de autoridad que damos a un testimonio es el grado de certeza de nuestra creencia. Y si la autoridad es absoluta estamos ya en el acto de fe religiosa que se diferencia por esto del acto de fe humana que continuamente hacemos y además porque en el acto de fe humana el objeto es relativamente inevidente, mientras que en el acto de fe religiosa es absolutamente inevidente.

5. -�Cuál es la validez de un acto de fe religiosa en un objeto absolutamente inevidente? Como para que se dé ese acto son necesarias tres cosas :1.-existencia de Dios 2.-existencia de la revelación y 3. -que lo que revela no pueda ser conocido por los medios naturales de conocimiento, basta que una de estas condiciones sea negada para negar la validez del acto de fe religiosa.

6.- En el fondo está la suposición de que sólo existe lo que puede concebirse clara y distintamente por el entendimiento.

Pero la realidad rebasa con mucho las fronteras del pensamiento claro y distinto. La ontología no se ajusta a la pura lógica del conocimiento. Hay muchos modos de ser: el ser ideal, el ser físico, el ser viviente, el ser histórico y el ser sobrenatural. Y cada uno de estos modos de ser mantiene con el pensamiento una relación completamente diferente.

Y si esto es así, del ser sobrenatural puedo decir que es un objeto absolutamente inevidente, que está fuera del pensamiento evidente, que no es accesible al modo con que racionalmente el hombre conoce otras realidades.

Pero no puedo decir objeto inevidente = objeto inexistente. Lo racional es que si la fe no satisface ningún criterio de contrastabilidad, ni es falsable, ni asentada en la evidencia, tengo que compensar esta ausencia por el testimonio de otra persona a la que doy crédito. Por ahí veo yo su validez: el encuentro con un hombre digno de fe: Jesús de Nazaret. Cuando se Le sigue se comprueba que eso es lo razonable y correcto.

Hay dos principios de clasificación de los actos de fe.

El primero según la autoridad ,absoluta o relativa del declarante.

El segundo según la ausencia del objeto. Esta ausencia se nos manifiesta de cuatro modos: ausencia en el espacio, ausencia en el tiempo, ausencia mental accidental, y ausencia mental esencial

Los tres primeros son remediables, el carácter inevidente del objeto sólo lo es para mí. En cambio el objeto que está ausente con ausencia esencial no puede llegar a estar presente en ninguna mente humana ni ha estado nunca.

Son dos clasificaciones perfectamente coincidentes. Los actos de fe hechos sobre declaraciones de autoridad relativa se identifican con los actos de fe en objetos relativamente ausentes. En cambio, los actos de fe hechos sobre declaraciones de autoridad absoluta se identifican con los actos de fe en objetos absolutamente ausentes. Por eso coinciden tan perfectamente las dos clasificaciones.

Y por eso también sólo los actos de fe religiosa son actos plenos y auténticos de fe.






LA REVELACIÓN COMO INICIO DEL PROCESO (TAMBIÉN, PERO NO SÓLO RACIONAL) DE FE

Considero que es fundamental el status que se concede a lo que los cristianos llamamos Revelación, es decir, la manifestación de Dios, Su palabra, lo que dice al hombre, cuya plenitud se halla en Jesucristo, como expresión del radical "abajamiento" de Dios, que se hace uno de nosotros. Ese es el primer dato, la primera verdad, el primer conocimiento del que los creyentes partimos. Esa comunicación de Dios no es "evidente", no es "demostrable", (en ese caso sería necio no creer, o mejor dicho, no sería posible "creer"). Pero es "verdad", y como tal lo recibo. �Por qué?. Aquí sí que son distintas las respuestas personales.

Cada cual lleva a cabo un proceso de reflexión, que tiene en cuenta su experiencia, elabora una serie de juicios, inferencias, comprobaciones, etc. Cuando consigo reunir las suficientes garantías otorgo mi asentimiento.

Entran en juego diversos elementos, de los cuales algunos puede que se me escapen. En primer lugar, quizá debamos hacer referencia a la congruencia y coherencia de la realidad personal que ese Dios manifiesta. Ese Dios se vuelve hacia el hombre de modo gratuito, no por necesidad. �Cómo no va a ser creíble que la Realidad más grande que podamos conocer es el amor -o no es así-, siendo que Él se ha definido como tal y así lo ha manifestado en Su Hijo?.

En segundo lugar, reflexionamos sobre el mensaje manifestado, sobre su contenido de verdad: es un mensaje dirigido al hombre, a cada hombre, al que sitúa como interlocutor valorándole en su más radical dignidad (tanto que se produce la Encarnación); es un mensaje principalmente de amor y fraternidad, de igualdad de origen, de ser y de destino común. En Jesucristo entra en la historia algo inédito e inalcanzable a la simple evolución humana: la posibilidad de que alguien valore tanto al otro (le ame) que se ponga de rodillas a servirle... llevando su coherencia hasta la muerte. Desde que esta realidad se ha hecho presente en nuestra historia no concibo mayor verdad que ésta, ni mejor camino de realización humana. En su manifestación Dios me dice la verdad más grande posible sobre mí y los demás. Esa verdad puedo contrastarla con la realidad: compruebo que quien la asume en su vida puede encontrar su mismo final (se me ocurre, p. ej. Monseñor Romero) pero adquiere un nivel de realización, de con-fraternización, de extensión de sí, de felicidad, que no otorgan otras muchas formas de realización humana, bien dignas. Y la comparo con otros mensajes que me llegan, y que son bien ciertos, evidentes: lo importante es consumir y que la economía crezca; la vida es una lucha y si no comes, te comen; hay que ser más famoso, tener más, poder más que los demás; danos tu voto y todo irá de maravilla; las posibilidades de la ciencia son ilimitadas (sí, se eliminará incluso el sufrimiento y la muerte.

...Este asentimiento (la fe), este conocimiento racional también, no lo obtengo por presión social (soy libre para creer, ni mis padres me han educado coercitivamente, ni la sociedad en la que he crecido, ni mis amistades... sólo he obtenido ofrecimiento de la posibilidad de creer), ni por iluminación especial, sino por convencimiento racional, por la "razonabilidad de creer" . Ahora bien, en alguna ocasión hemos dicho que la fe es un don. �Por qué? Porque con la sola iniciativa racional del hombre no es posible creer. Es precisa la "gracia". Se trata de poner la confianza en el Dios que se ha manifestado y pronunciado su mensaje. Y entra en juego el "riesgo" de equivocarse. La libertad implica la toma de decisiones y un riesgo de caer en el error. Pero se asume como opción libre. Es preciso realizar un despegue de la estricta racionalidad (no abandono, sino superación).

Si lo que establecemos como fundamento al edificio creyente no es aceptado (es decir, la posibilidad de que lo que conocemos no provenga únicamente de los logros de la razón humana, sino que exista una Instancia externa -Dios para nosotros- que en un momento determinado ha entrado en nuestra historia para pronunciar Su palabra, palabra que aún viniendo de fuera está referida del modo más auténtico posible a la más cierta realidad del hombre, lógicamente también se rechazará la posibilidad de la fe como conocimiento racional, porque se sustenta en una premisa considerada errónea.

Decimos que la fe implica conocimiento racional, pero no sólo, pues hay que trascender a la mera razón. Hablando en general del conocimiento, visto en cualquier momento determinado, comprobamos que no es total ni definitivo, es decir, está abierto hacia una plenitud (asumiendo tal posibilidad) que ahora mismo no tiene (si estuviera convencido de haberla conseguido rechazaría la posibilidad de avanzar más), es decir, está constantemente en crecimiento, y por lo tanto debe estarse "auto-trascendiendo" de continuo, saberse limitado. Pues de igual modo, al afrontar la realidad de la fe desde mi propia racionalidad debo hacerlo desde la conciencia de "trascender" mi propia adquisición actual hacia una posibilidad de conocimiento que ahora no poseo, que me viene de fuera de mí, pero a la que aplico mi capacidad racional, de tal forma que si lo juzgo fiable o acertado, creíble, le presto mi asentimiento y si no, me quedo al margen.









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