LA FIDELIDAD CONYUGAL, LA ABSTINENCIA SEXUAL, LOS CONDONES Y EL SIDA


La ONU asfixia a Uganda por no fomentar el condón para frenar el sida

29.09.2005 La razón

Parece todo un poco sin sentido

Uganda ha demostrado al mundo que es posible vencer al sida sin necesidad de fomentar el preservativo como única solución, tal y como otros organismos internacionales sostienen. Simplemente, usando el método "ABC" (Abstinence, Be Faithful and Condom: Abstinencia, Fidelidad y, como última vía, el condón), la tasa de infección por el VIH en las personas de entre quince y cincuenta años ha pasado del treinta por ciento a principios de los años noventa a un increíble cinco por ciento en el año 2004.

Desde 1986, el Gobierno de Uganda fomenta la fidelidad a la pareja, intenta que se retrasen las relaciones sexuales hasta el matrimonio e inculca la idea de que cambiar constantemente de pareja no es positivo. Ningún otro Gobierno en el mundo ha mantenido durante tanto tiempo esta estrategia y, quizá precisamente por esto, ninguno ha tenido tanto éxito.

�Escándalo o interés? Pero parece que las impresionantes cifras de la evolución de la infección del sida en Uganda -a las que ningún otro país del mundo ha conseguido acercarse- no bastan para seguir recibiendo ayuda económica del Fondo Mundial de la lucha contra el Sida, que depende directamente de las Naciones Unidas. Hace dos semanas, este organismo anunció que retiraba su apoyo monetario por un presunto escándalo en la gestión en el ministerio de Salud ugandés, además de una supuesta escasez de preservativos en el país. Las ayudas están paralizadas desde entonces, aunque pocos días después la misma ONU reconoció en un informe que no existía todavía "evidencia de fraude o corrupción". Algunas organizaciones denunciaron que acabar con las ayudas tenía un objetivo muy claro: presionar al país para obligarle a modificar su estrategia "políticamente incorrecta".

Aunque el Gobierno no niega la eficacia de los preservativos para acabar con la epidemia, promueve siempre antes la abstinencia y la fidelidad. Y esto es, según Catholic.net, lo que parece "escocer" a algunas ONG y a la propia organización de las Naciones Unidas, que están haciendo de la lucha contra el sida una "batalla ideológica", y que están más preocupadas por la falta de preservativos en un país que ha tenido tanto éxito que por el fracaso de la estrategia en otros países donde los preservativos abundan. De momento, y le pese a quien le pese, las cifras de Uganda han demostrado que el método "ABC" es la estrategia más segura para acabar a largo plazo con el sida. Y no es el condón precisamente la fuente de su éxito.





Lo que aconsejan los estudios.

El método "ABC" da la vuelta al mundo

En el año 2004, más de ciento cincuenta científicos y políticos suscribieron un manifiesto en la prestigiosa revista "The Lancet" en el que recomendaban la estrategia "ABC" por los espectaculares resultados obtenidos en el país africano.

Además, de acuerdo con un estudio de la Agencia para el Desarrollo de Estados Unidos, "el tremendo descenso de la prevalencia del sida en Uganda es único en el mundo. El efecto de esta estrategia ha tenido un impacto similar a una vacuna con el ochenta por ciento de eficacia. Es una estrategia basada, simplemente, en la prevención".

A pesar de todo, cientos de activistas aumentan diariamente sus críticas a ciertos países como EE UU que, al igual que Uganda, ha decidido incluir la abstinencia dentro de su estrategia a nivel nacional para acabar con una de las epidemias más terribles del siglo XX y del siglo XXI.









Sida: El preocupante éxito de Uganda

Uganda es un caso raro de éxito en la lucha contra el sida en África. La tasa de infección por el VIH de las personas de 15 a 49 años ha pasado del 30% a principios de los años noventa al 5% el pasado año. En comparación, en Sudáfrica, un país más avanzado, están infectadas el 21,5%. Hay motivos, pues, para mirar a Uganda -un país de 27 millones de habitantes, el 43% católicos- y tratar de copiar esa estrategia que tanto éxito ha tenido. Pues no. A juzgar por la prensa internacional, la situación de Uganda "preocupa". Hasta ha merecido un editorial del "New York Times" (5-09-2005). No, no es que haya aumentado la tasa de infección. Lo que preocupa es que se utilizan menos condones y se acusa al gobierno ugandés de no promoverlos.

Para la opinión pública

Es sabido que el avance en Uganda en la lucha contra el sida se debió a cambios en la conducta sexual. Desde 1986 las campañas del gobierno lanzaban un mensaje claro conforme a la estrategia que se ha dado en llamar ABC: Abstinencia, fidelidad (Be faithful), usar Condones si falla lo anterior. La llamada a dejar de tener varias parejas, ser fiel a la propia y retrasar las relaciones sexuales en el caso de los adolescentes, dio fruto. El mayor descenso de la tasa de infección por VIH y el cambio más acusado en la conducta sexual se produjeron entre los jóvenes de 15 a 19 años. La promiscuidad sexual de los mayores también bajó. Ningún otro gobierno africano sostuvo tan constantemente la estrategia ABC. Y ninguno ha tenido tanto éxito.

Pero es un éxito preocupante para algunos, por el modo en que se ha conseguido. Sthepen Lewis, antiguo embajador de Canadá en la ONU, y ahora enviado especial de la ONU para la lucha contra el sida en África, está muy alarmado. A finales de agosto declaraba en una teleconferencia que Uganda estaba poniendo más énfasis en la abstinencia y la fidelidad que en los condones. "En los últimos diez meses ha habido una significativa reducción en la utilización de preservativos, orquestada por las políticas del gobierno", dijo. Lewis aseguró que había una campaña para desacreditar el uso de preservativos, dirigida por la mujer del presidente Museveni, y que eso solo podía conducir al aumento de las infecciones.

A la vez, algunas ONG de origen occidental, como el Centro para la Salud y la Igualdad de Género, denunciaban que los condones han subido de precio, que hay escasez de preservativos gratuitos, que el gobieno los retiene, y que desde octubre del año anterior solo se han distribuido 32 millones cuando Uganda necesita entre 120 y 150 millones de condones al año. Por su parte, el "New York Times" asegura que se necesitan 80 millones. Ya se ve que no es una cifra muy "científica".

Lo que de verdad preocupa

El ministro de Salud ugandés ha respondido que el gobierno sigue manteniendo la estrategia ABC que tan buenos resultados ha dado. Niega que exista una escasez de preservativos. El gobierno, dice, "es consciente de que hay gente que tendrá que utilizar condones, como prostitutas, parejas descontentas y jóvenes sexualmente activos". Y contraataca diciendo que "existe una campaña de desprestigio coordinada por los que no quieren que se usen otras alternativas simultáneamente con los condones en la lucha contra el sida".

Pero los ataques contra el gobierno de Uganda miran sobre todo a desautorizar la política de EE.UU., que es el mayor donante mundial de fondos en la lucha contra el sida. Así, el citado Stephen Lewis ha acusado a EE.UU. de "poner en peligro" los avances que ha hecho Uganda en la lucha contra el sida. La administración Bush está apoyando programas que no se centran solo en los condones, sino en el cambio de conducta sexual por la abstinencia y la fidelidad. Esto basta para que algunos grupos denuncien que está "moralizando" un asunto que es solo de salud pública. Lo cual no les impide a su vez denunciar como "inmoral" que un gobierno limite las opciones de la gente haciendo mayor énfasis en A y B. En realidad, cuando la moral ayuda al descenso de la tasa de infección de un virus, se convierte en un buen recurso sanitario.

Quizá lo que preocupa a algunos es que el éxito de Uganda demuestre por contraste la insuficiencia y hasta el fracaso de las políticas centradas solo en los preservativos. Pero aquellos que no creen "realista" plantear un cambio en las conductas sexuales deberían al menos atender a la realidad de las cifras. Lo curioso es que gente como Stephen Lewis está más preocupada por la falta de preservativos en un país que ha tenido éxito en la lucha contra el sida que por el fracaso de la estrategia en otros países donde los preservativos abundan.






Sudáfrica: 300.000 muertos por sida y uno de cada cinco adultos infectado

Más de mil delegados asistieron en junio en Durban a la segunda conferencia sudafricana sobre el sida. La anterior tuvo lugar hace dos años. Entretanto, el sida se ha convertido en la principal causa de muerte en Sudáfrica, un país donde la estrategia de lucha contra esta enfermedad se centra en los preservativos y no invita a la continencia fuera del matrimonio ni a la fidelidad conyugal.

Evidentes contradicciones

En Uganda -país cuyo primer caso de sida se descubrió en 1982-, entre 1993 y 1998, bajó a la mitad la tasa de infección con el virus en mujeres embarazadas (dato que se usa como indicativo): en concreto bajó del 31% al 14% en la capital y del 21% al 8% fuera de ella. Aquí también se repartieron condones, pero se insistió sobre todo a los jóvenes, para que fueran responsables en su conducta sexual.

En Sudáfrica fueron unos 300.000 los muertos por sida en 2004, y están infectadas el 21,5% de las personas entre 15 y 49 años: 5,3 millones, de las que más de la mitad (2,9 millones) son mujeres y 200.000 son niños. Es la cifra de enfermos de sida más elevada dentro de un solo país en el mundo entero. El 70% de los enfermos de sida está en el África subsahariana, y la mitad de éstos es menor de 25 años. La esperanza de vida no pasa de 39 años, mientras que sin el sida sería de 70.

La principal resolución de esta conferencia fue impulsar el programa de la OMS "tres por cinco": dar medicinas contra el sida a tres millones de enfermos dentro del año 2005. En 2003, se había subrayado la necesidad de conseguir medicamentos antirretrovirales a precios reducidos. El gobierno sudafricano se comprometió a dar este tratamiento, antes de marzo de 2005, a 53.000 personas: se llegó a algo menos, 43.000, pero es que además la ministra de Educación es una fervorosa defensora de métodos de curación naturales. En cambio, para la prevención se evita referirse al control "natural" de ciertas pautas de conducta.

Lo que si funciona

Por su parte, Kofi Annan adviritió, también en junio, en un informe escrito a la Asamblea General de la ONU, de que en 2004 el sida progresó más que nunca: 4,9 millones de nuevas infecciones y 3,1 millones de muertes. Algo hay que pensar, dice el secretario general de la ONU. Una idea es la del libro "Rethinking AIDS Prevention", publicado en 2003 por Edward C. Green. Antropólogo de la Universidad de Harvard, Green se presenta como progresista, pero considera innegable que fueron los grupos cristianos promotores de la abstinencia y la fidelidad, quienes lograron que la tasa de infección bajara en Uganda del 18% de 1992 al actual 7%.

Abstiencia y Fidelidad son, respectivamente, la A y la B de la llamada estrategia ABC, que combina las citadas "tácticas" con los condones (cfr. Aceprensa 154/04). Green asegura que "la A y la B refuerzan el instinto de supervivencia, el sentido común y las enseñanzas y valores indígenas", mientras que las organizaciones occidentales se empeñan en imponer la estrategia de los condones. "Es mejor construir sobre algo que existe y tiene sentido, que esperar que la gente adopte una tecnología extraña que nadie en el mundo ha adoptado de modo sistemático".






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