LAS CARAS DE BÉLMEZ DE LA MORALEDA

El fenómeno de las caras de Bélmez de la Moraleda comenzó el 23 de agosto de 1971. María, una vecina del pueblo observó una cara en el suelo de su cocina.

A pesar de los intentos de María de borrarla del suelo, esta no desaparecía. Se levantó el suelo para eliminar la cara, pero siete días después reapareció la cara en el mismo sitio.

Al ver que no desaparecía el fenómeno, se volvió a levantar el suelo y se excavó. Dos metros y medio más abajo se encontró un gran osario con siglo y medio de antigüedad. Los huesos pertenecen a gente joven, pero no hay cráneo alguno. El lugar es un antiguo cementerio romano, luego árabe y más tarde cristiano.

Posteriormente aparecieron nuevas caras en el suelo.

Un año después se registran gran cantidad de psicofonías. Al parecer las caras "hablan". Se oyen niños llorando, quejidos, insultos, etc... Una de las frases más reveladoras fue: "El infierno empieza aquí". Esta psicofonía quedó registrada en 10 grabadoras al mismo tiempo.

Aparecen 'manos' o 'garras' en las fotos de muchos visitantes, o una cara de rostro diabólico que apareció y desapareció en unos instantes.

Para tratar de hallar una explicación, se buscó en la historia del lugar. Fue en 1858 cuando tuvieron lugar los hechos más importantes en este lugar. Por aquella época vivían en la casa Ramón Sánchez y María Antonia Martínez, abuelos maternos de Juan (el esposo de María). Ramona, la hija de nueve años, se asusta ante los quejidos y lamentos que se oyen sobre el techo de la casa. En la casa contigua, los muebles y demás objetos se mueven como por arte de magia. Sin duda alguna, nos encontramos ante lo que hoy día clasificaríamos como un fenómeno de 'poltergeist', es decir el de la infestación de la casa por uno o varios demonios. Incluso hay quien asegura haber visto un fantasma junto a una de las higueras del patio de la casa. Unas hilanderas que viven en el número 7 también soportan con terror que diversas maquinarias se muevan solas hasta el punto de bloquearles la puerta de la calle.

Ante el temor por lo que están pasando, la familia busca ayuda en una santera de la Sierra de Cazorla, una anciana que dice encontrar el origen de todos los males en el centro de la famosa cocina y realiza un ritual de exorcismo o similar que acaba con el fenómeno, o eso pensaron entonces.

Ramón murió en la habitación de las caras repitiendo una y otra vez la misteriosa frase 'esto tié que ser un alma de otro mundo'. Además de eso, dos comerciantes se acribillaron a cuchilladas hasta la muerte en la misma puerta de la casa. Por entonces aún no habían realizado el exorcismo que pondría fin a la primera tanda de fenómenos paranormales de la casa. Pero, sin duda, la muerte más misteriosa fue la del propio Juan 'El Obispo', marido de María. En sus últimos momentos de vida, Juan pidió que lo bajaran al piso de abajo a la habitación de las caras. Allí murió entre terribles dolores confesando que estaba viendo la primera cara conocida como la "Pava" sonriendo y dando vueltas alrededor de él.

En los años posteriores siguen apareciendo y desapareciendo nuevas caras, las psicofonías se suceden hasta la actualidad.

Se hizo el experimento de precintar la casa durante tres meses. El resultado fue sorprendente: multitud de caras habían cambiado de sitio, y una de ellas había girado 180 grados. Pero eso no fue lo más espectacular, en la nueva cocina de María apareció la que posiblemente sea la figura más clara aparecida hasta hoy: la 'Dama de la copa'. Esta figura variaría un poco y desaparecería posteriormente, pero aún se conservan muchas fotos de ella.

En análisis realizados en los años 1991, 1994 y 2002 se comprobó que en las caras no había ni sales de plata, ni cloruro sódico, ni hollín ni vinagre, son una composición de cemento, arena y arcilla.

Pocos meses después de su muerte, una cara idéntica a la del general Franco apareció en el suelo. Según María, las nietas de Franco estuvieron allí y pudieron comprobar por sí mismas que era cierto. Nunca ha salido la cara de ninguna persona viva. Es más, salvo casos como el de Franco, María no parece reconocer a ninguna de las caras.

Científicos e investigadores de muchos los países han estado en la casa.

Algunos visitantes de la casa notaban que les tocaban el cuello por detrás.

Muchas personas afirman haber visto cambiar en cuestión de segundos a alguna de las caras. Incluso hay quien afirma haber visto alguna cara aparecer y desaparecer completamente en cuestión de segundos.

Muchas de las caras de Bélmez tienen el aspecto de estar enterradas en vida.

Multitud de caras tienen dos pares de ojos o partes de ellas pertenecen a la vez a otras caras. Lo primero parece tener que ver con los cambios de postura de las caras: unos ojos son los que están apareciendo y otros lo que están desapareciendo.

Ha superado multitud de analíticas, multitud de investigaciones policiales en 30 años.

Resulta difícil clasificar este fenómeno como un simple fraude para atraer turistas, pues la cantidad de testimonios diferentes y variados sobre su autenticidad parecen ser una evidencia suficiente.

La interpretación de este fenómeno habría que buscarla en las almas que se encuentran en el Purgatorio y que nos claman pidiendo nuestra ayuda, a través de la oración y la penitencia, para liberarlas.

Estas almas se encuentran en una situación difícil, pues tienen pecados pendientes que no purgaron durante su vida aquí, en la Tierra, y ahora sólo pueden contar con nuestras oraciones y sacrificios para lograr su liberación.

Estas caras parecen ser simplemente una versión gráfica de las apariciones de ánimas, fantasmas, espíritus, espectros, voces de ultratumba, etc, que aparecen en todas las culturas del mundo. Y siempre pidiendo lo mismo: oración y penitencia para lograr su definitiva liberación.






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