"COSMONSEFUANAMENTE"
Por: Carlos Bancayán Llontop
Alfredo José, en gráficas captadas por Arturo
Rodríguez
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en el Instituto Nacional de Cultura- Lambayeque
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Alfredo José Delgado Bravo es poeta por vocación y
por formación. Nacido en la Ciudad de las flores, Monsefú, el 4 de marzo
de 1924, a los once años empezó a escribir, nutrido su espíritu
inquieto y talentoso en la Escuela Americana fundada por los esposos Mc
Henry en su terruño natalicio.
Su instrucción secundaria la realiza en el colegio nacional
San José y en el colegio particular San Carlos en Lima, desde donde
ingresa luego a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; allí se
vincula estrechamente con jóvenes poetas que después serían los
exponentes de la llamada Generación del Cincuenta: Alberto Escobar, Pablo
Guevara, Washington Delgado, Francisco Bendezú, Carlos Zavaleta, Pablo
Macera, entre otros.
Desde estudiante se dedicó también a ser maestro. Los
conflictos políticos de 1949 lo obligaron a trasladarse de Lima a
Chincha, donde ejerció la docencia en el colegio particular Simón Bolívar
hasta 1954.
En 1955 casó con la dama chiclayana Alicia Elías Rodríguez,
constituyendo con ella una feraz unión conyugal cuyos frutos son sus
hijos Iván Antonio, Magali, Carmela, Dulce María y Erica, quienes a su
vez les han dado, a él y a su Alicia de toda la vida, un racimo de nietos
y biznietos.
La obra de Alfredo José Delgado Bravo es rica y versátil.
En poesía: Las horas naturales, bello conjunto de sonetos que son
"un perenne hontanar de vivencias", al decir de Luis Rivas
Rivas; Testigos de cargo, donde canta al albañil, al panadero, al
canillita, al pescador... Como ensayista ha publicado Los móviles
existenciales de Trilce y un enjundioso estudio sobre José Eufemio Lora,
habiendo escrito también sobre la obra de Nixa y numerosos artículos de
crítica literaria.
Tiene como valiosos trabajos inéditos: Eguren, Poeta mago de
la Fantasía, ensayo, y dos libros de literatura pedagógica: Introducción
a la Historia del Arte y Lecciones Preliminares de Linguística, este último,
producto de sus clases dictadas en la Universidad Nacional Pedro Ruiz
Gallo desde 1969 hasta 1981. Su talento creativo alcanza también al
teatro y a la narrativa.
"Aldea Junto al Cosmos", escribió el poeta, y por
sentirse "cosmonsefuano", es decir, universal, ha volcado
siempre su espíritu solidario a una continua vocación de servicio: fue
concejal de cultura en la Municinalidad de Monsefú y en la de Chiclayo,
dos veces director del Instituto Nacional de Cultura-regional Lambayeque,
director del Instituto Superior Tecnológico República Federal de
Alemania, y director de la Subregión II de Lambayeque (1991) en el área
de Cultura, Bienestar, Deporte y Recreación.
De Alfredo José Delgado bravo ha expresado María de los
Santos Exebio, estudiosa de su vida y obra: "Es una de las más
proliferas plumas de nuestro ámbito y, por ende, una de las voces más
reconocidas. Su poesía, llena de mensaje y belleza, es el mejor
testimonio de la calidad literaria del poeta, pues consiste en dar al
hombre la oportunidad de ser más libre, justo y humano.
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"AMO LA TIERRA Y TODO
LO QUE CARGA"
Por: Carlos Bancayán Llontop
El poeta cosmonsefuano ha muerto.
Lo han recibido ya en las celestes esferas donde moran,
Emiliano Niño con lágrimas fraternas y Jelil con un beso en la frente
anchurosa y morena.
Sus Testigos de cargo están de duelo. El panadero dedícale
una Loa, un Requiem la maestra, un Ofertorio el labrador...
¿Cuántos de sus alumnos hoy lo lloran? ¿Cuántos de
quienes nos vimos insuflados de su fe en la vida? ¿Cuántos de sus
lectores? ¿Cuántos de quienes escucharon sus conferencias enjundiosas y
amenas?
"Amor, humor y rigor" fue su lema de vida, que
compartió con las jóvenes vocaciones de por allá los años sesenta.
Amor a la humanidad sufriente, nos decía; humor para lubricar las
inevitables asperezas cotidianas; rigor como disciplina, indispensable
para alcanzar calidad en el riguroso oficio de poeta.
También sus padres Alfredo, carpintero, y Carmen, maestra,
lo tienen ya en la dimensión eterna. Y desde las aulas sanmarquinas donde
estudió y rememoraba, su espíritu ha volado a reunirse con Pablo
Guevara, Alberto Escobar, Washington Delgado, Francisco Bendezú...
quienes conformaran la brillante Generación de los años 50.
Además de poeta, Alfredo José Delgado Bravo fue talentoso
ensayista. Su libro Los móviles
Existenciales de Trilce difícilmente será superado en cuanto a
penetrante análisis del numen vallejiano; La
Poesía de Jelil es un minucioso estudio del póstumo Anunciación,
libro único de José Eufemio Lora y Lora. Deja inéditos valiosos
trabajos sobre Abraham Valdelomar y José María Eguren.
Nos entregó también en vida, por su innata y fecunda vocación
de maestro, Lecciones Preliminares
de Lingüística, texto de nivel universitario, e Introducción a la Historia del Arte.
Fue además narrador, y como dramaturgo escribió El
hombre de Circunstancias, Amar
es Juego deAazar, Los sueños
Vienen del Mar.
Compuso las letras de los himnos de Chiclayo, de su Monsefú
natal, del colegio Santa Magdalena Soda, de la Sociedad Amantes de las
Artes, del Colegio de Abogados de Lambayeque...
Fue productivo concejal de Cultura y Registro Civil en su
terruño, de Cultura y Biblioteca en el Municipio Provincial. Desempeñó
dos veces la dirección del Instituto Nacional de Cultura filial
Lambayeque, asumió la dirección del Instituto República Federal Alemana
y comandó la Subregión II de Lambayeque en el área de Cultura,
Bienestar, Deporte y Recreación.
En 1955 casó con Alicia Elías Rodríguez, en quien tuvo
cinco vástagos: Iván Antonio, Magali, Carmelita, Dulce María y Erica.
El año 2005 sus hijos le celebraron sus 50 años -Bodas de Oro- de un
matrimonio ejemplar, con una hermosa fiesta que reunió a su productiva y
numerosa prole, amigos y dilectos invitados.
Largo sería enumerar los muchos galardones, reconocimientos,
preseas y homenajes que en vida recibiera. Empero, su mayor satisfacción
era recibir el respeto, la admiración y el cariño de sus alumnos, sus
amigos y su pueblo.
Al talento, Alfredo José aunaba la llaneza; a lo acerbo
infaltable, el fulgor de su enjundia. Siempre tenía a flor de labios la
palabra precisa, la ocurrencia oportuna, la chispeante e ingeniosa
respuesta.
En sus últimos meses, aferrábase a la vida de la misma
manera apasionada, intensa, con que vivió y produjo. Aun sufriente, recibía
a sus innúmeros amigos con lucidez y cordialidad.
Nos queda para siempre su obra fecunda y valiosa, la huella
indeleble de su personalidad profunda y a la vez sencilla, propia de los
auténticos aedos. "Resistió
la injusticia como un roble. / Se asombró ante lo bello como un niño. /
Fue siempre alegre y sano como un fruto Y se internó en la nada como un
barco".
Se nos ha ido físicamente un maestro, un amigo, un poeta. Un
gran poeta cosmonsefuano.
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Poema que escribió Alfredo
José Delgado Bravo, sobre Arturo Rodríguez: GRANDEZA
Y MISERIA DE CHICLAYO SEGÚN VERSIÓN DE UN VERSO-TIRADOR
Los turistas que llegan a Chiclayo
se encantan al hallar una ciudad
que por ser "Capital de la Amistad"
luce alegre y radiante como un rayo. Pero
Arturo Rodríguez, el poeta,
un horrendo Chiclayo nos descubre,
con olor a basura que se pudre
como en la edad del mulo y la carreta. CHICLAYO
TOUR, sin traicionar la esencia
de su protomochica procedencia,
nos muestra un Chiclayo suburbial en
amorfo, esquizoide crecimiento
como un epigonal asentamiento
de "DITE", la dantiana urbe infernal. Cosmonsefú
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Alfredo José Delgado Bravo
(del libro inédito CANTICOS AMICALES)
1990-1991
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