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Y DEMÁS/Música
Gino Vanelli,
otro canadiense que la ha hecho en grande
De joven
emigró a California en busca de un contrato discográfico
para de ahí tener una de las carreras más prolíficas y
talentosas de los 70my 80 aunque siempre desde un bajo
perfil. Demos unj vistazo a la trayectoria de Gino Vanell.
Y, por cierto, con ese otro no nos referimos a Justin Bieber
Versión impresión
FEBRERO, 2019. Aunque
ya pasaron cuatro décadas desde entonces, Gino Vanelli
recordó que en ese momento atravesaba uno de sus mejores
momentos por lo que comenzó a adquirir poses de divo, "ya
sabes, esas exigencias ridículas en los hoteles donde te
quejas hasta porque la sábana de tu cama tiene una
pequeñísima arruga. Mientras desempacaba recibí una llamada
a mi habitación de
Herp (Alpert, por entonces en
copropietario de A&M Records, donde grababa Vanelli) y lo
primero que dice, sin saludarme ni nada fue 'Gino, aquí solo
hay lugar para una diva, que es la música, no lo olvides', y
colgó. Todavía sigo preguntándome cómo Herp logró
localizarme para bajarme los humos".
En esos años, y en el entendido de que quizá Gino Vanelli
tenía motivos para sentirse divo, era muy fácil localizar al
cantante en las ondas radiales, sobre todo por el sencillo
"I Just Wanna Stop", que en 1978 se escuchaba por todos
lados. Ese fue su hit más alto en las listas norteamericanas
(#4) pero había bastado para consagrarlo. Luego vendrían
otros hits los cuales aunque con una sola excepción ya no
alcanzaron el Top Ten, le garantizaban buenos llenos
en sus conciertos.
"En cierto sentido, y sin compararme en ningún momento con
su calidad, me pasaba lo mismo que con
Neil Diamond: no
podían encasillarnos de género, algo que exasperaba a los
críticos, pero de todos modos la gente iba a vernos o
compraba nuestros discos", dijo Vanelli en una reciente
entrevista quien, a diferencia de aquellos años, considera
ser mucho más realista y modesto.
Gino Vanelli ("ese es mi nombre real", suele insistir) nació
en Montreal en una familia de inmigrantes italianos. "La
idea original de mi padre era ir a Nueva Jersey pero se
cansó de tanto trámite y optó por Canadá", refirió el
cantante. Aquello le representó una ventaja pues mientras
crecía Vanelli aprendió tres idiomas simultáneamente, el
inglés, el francés que se hablaba en las calles y el
italiano con el que todos se comunicaban en casa. Años
después también aprendió el español, que igualmente habla
con soltura. Su padre era músico aficionado y le pasó el
gusto a su hijo, quien aprendió a tocar la batería y hasta formó un grupito en la preparatoria.
En 1969 la sucursal canadiense de la RCA le ofreció un
contrato discográfico con el nombre artístico de Van Elli.
Ahí lanzó un single que no llevó muy lejos. Lo más
descorazonador fue que Vanelli se dio cuenta después que esa
subsidiaria de RCA solo distribuía su material en Canadá y
que para hacerlo en Estados Unidos había que firmar un
contrato independiente en aquel país. "A decir verdad, no le
encontraba muy emocionante saber que un día me dijeran
'¡Gino, a que no sabes qué, ya eres enormemente popular en
Yukon!' Si había que hacerla en grande, no había otra más
que probar suerte en Estados Unidos".
En 1972 Gino y su hermano Joe se fueron a California en
busca de un contrato discográfico y con un par de demos en
la mano. Visitaron todos los sellos discográficos de Los
Ángeles y fueron rechazados. Entonces Gino entró a una
iglesia en la calle La Brea, y se puso a rezar. "Desde mi
adolescencia había dejado de ir a la misa pero en esa
ocasión me puse a orar esperando una oportunidad". Al salir
se paró frente a las oficinas de A&M que se encontraban
cerca de ahí; pidió que le dieran una audición e incluso
trató de colarse, pero un guardia lo atrapó y lo puso de
vuelta en la calle.
"Regresé a la iglesia, me senté en una banca y escuché una
voz que dijo 'ahora sí, vuelve allá' --las oficinas de A&M--
eso hice y apenas un minuto más tarde apareció Herp Alpert
saliendo de las oficinas. Me acerqué a su auto mientras me
perseguía un guardia. Herp tenía miedo pues recientemente
habían tratado de secuestrar a su esposa Lani. Pidió al
guardia que me soltara y me invitó a su oficina para
escuchar los demos. Enseguida me pidió que cantara algo en
vivo. Al terminar se levantó de su asiento, extendió su mano
y dijo 'bienvenido a la familia'". Ese episodio aun suelen
erizarle la piel cuando lo cuenta.
Vanelli manejaba un estilo que trataba de mezclar el pop con
el rock y ritmos bailables, en especial el sencillo "People
Gotta Move", que fue un éxito mediano en 1974. Décadas más
tarde alguien le hizo notar que desde Gran Bretaña, un
músico que se hacía llamar
Jamiroquai prácticamente había
calcado su estilo. El canadiense no niega que se sintió
tentado a tomar acción legal pero terminó por desistir. "En
primer lugar, mi padre decía que si había que entrar a
pelear a un ring, que fuera por una razón fundada y no por
mero impulso. En segundo lugar, en este negocio todos hemos
tomado sin permiso algún ritmo, alguna melodía, ni se diga
de todo un género. Y en tercer lugar, si te imitan de ese
modo es que alguien admira y ve viable tu trabajo".
1978 fue un año clave en su carrera, no solo porque el
sencillo "I Just Wanna Stop", que en la letra homenajea a su
ciudad natal, se convirtió en hit mundial y fue nominado al
Grammy aunque en su país natal sí se llevó el premio Juno,
el equivalente a los gramófonos. Ello también significó el
alejamiento del jazz-pop para incursionar más en el terreno
de la balada romántica. Tres años después Vanelli tuvo otro
hit titulado "Living Inside Myself", seguido de una
recopilación de éxitos con lo cual también daba por
finiquitada su relación con A&M, de la cual el cantante
guarda enormes recuerdos.
"Todos éramos como una familia. Podías ver a Richard
Carpenter contándose chistes con Billy Preston, a Joe Cocker
platicando con Tommy Shaw (Styx), a Carole King a unos
metros de
Barry White. Desafortunadamente no conseguimos
llegar a un acuerdo por lo que tras un breve tiempo en
Arista se me envío a Polydor, que por entonces era una
subsidiaria de A&M".
De hecho fue ahí donde Gino Vanelli tuvo un éxito aun mayor
gracias a los temas "Hurts To Be In Love", "Black Cars", "Apaloosa"
y "Wild Horses", no solo en Estados Unidos y Canadá sino en
Europa donde siempre le ha ido bastante bien. En 1991 lanzó
un disco en directo grabado en Montreal, algo que Vanelli
siente le debía a su ciudad natal. "Parece increíble pero
hasta entonces no me había presentado ahí. También una de
sus canciones se convirtió en himno semioficial de los
Celtics de Boston donde su imagen aparecía en una pantalla
cada vez que el equipo anotaba canasta y un bailarón con una
imagen suya en la camiseta brincaba al lado de la cancha.
Y aunque hace tiempo que no visita las listas de
popularidad, Vanelli no ha dejado de trabajar e incluso
lanzó un disco de música sacra, así como una composición
dedicada a su padre que el cantante interpretó frente al
Papa Juan Pablo II.
Así pues y con una carrera
exenta de escándalos --afirmó que consumió "algunas cosas
raras" en la adolescencia "pero dejé de hacerlo pues es una
estupidez atentar contra tu propia inteligencia acudiendo a
las drogas"-- Gino Vanelli tampoco ha dejado de grabar y por
lo menos sale de gira dos veces al año mientras el resto del
tiempo es un maestro de música.
"A veces sentí que pude haber conseguido más en mi carrera,
pero ese exceso mató a otros que fueron más exitosos que
yo", reflexiona Vanelli. "No me puedo quejar pues he
conocido a mucha gente importante. Valió la pena el intento,
definitivamente".
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