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Rush

El rock progresivo y su notable reivindicación

Ridiculizado por la crítica, alguna vez se pensó que estaba moribundo ante el embate de otros géneros que hoy ya se extinguieron. Pero su durabilidad asombra y, aún mejor para sus promotores, llena estadios. Los que siguen activos refrendan aquella manida, pero muy cierta, frase sobre los vinos

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SEPTIEMBRE., 2010. Se da como fait accompli que la siguiente gira de los Rolling Stones será la última. Aunque Mick Jagger se aproxima a la inaudita edad de 70 años pero se brinca y mueve como un adolescente, es sabido que al interior del grupo hay discusiones en torno a que no desean terminar como The Who, que sin dos miembros fundamentales se empeña en mantener giras que producen lástima en vez de nostalgia por los años que alguna vez fueron. De ocurrir la despedida el panorama de los "dinosaurios" del rock quedará vacío, aunque no del todo pues es un sitio que, de hecho, ya está siendo ocupado por una rama del rock que en su momento se creyó sería una moda pretenciosa que moriría pronto ante sus propias exigencias; de hecho el nombre en sí suena pretencioso para muchos: rock progresivo.

La muestra inequívoca de esta silenciosa venganza la constituye el grupo canadiense Rush, que hace poco más de 10 años se consideraba prácticamente extinto frente a los problemas internos y el accidente de automóvil de uno de sus miembros. Actualmente Rush realiza una gira de conciertos que próximamente abarcará América latina, territorio insospechado de fans y a donde vendrán por primera vez. Hace algunos años la revista Rolling Stone les dedicó portada, algo que no habían hecho desde que los canadienses surgieron allá en el lejano 1975. El año no es casualidad: fue cuando Patty Smith tenía enloquecidos a los críticos y cuando grupos como The New York Dolls o Television eran considerados el futuro del rock. La señora Smith tuvo una influencia innegable, pero difícilmente la veremos llenar un recinto con 75 mil personas como lo ha hecho Rush casi por costumbre. Pero bueno, la entrada al Salón de la Fama del Rock and Roll ya no debe estar muy lejos.

El rock progresivo tiene sus raíces directas en los experimentos del llamado rock clásico a fines de los sesenta. Temas como "Night in White Satin" de The Moody Blues y "A Whiter Shade of Pale" de Procol Horum llenaron el pentagrama de cómo mezclar todo con ritmos clásicos. Cuando esa corriente feneció tras un breve éxito mundial, en Gran Bretaña se le fueron asimilando otros elementos, los cuales buscaban romper todos los esquemas convencionales --de ahí lo de "progresivo"-- entre los que se incluían canciones que no podían pasar de los cuatro minutos, lo que, a juicio de sus exponentes, limitaba la creatividad de los músicos. También poseía ambiciones literarias: su ambiente estaba directamente inspirado en libros como Lord of the Rings de Tolkien, o bien intentaba representar mundos y bestias legendarias así como expediciones vikingas y aun episodios históricos. Fue así como aparecieron muestras claves del género como Voyage to the Center of the Earth y The Wives of Henry VIII de Rick Wakeman. Pero Wakeman no sabía cuando detenerse por lo que muchos de sus discos resultaban abrumadores, con lo que resultaba difícil conseguir nuevos fans.

Otros que caminaban por los rumbos de Wakeman eran Emerson, Lake and Palmer. Fundados por el incansable Keith Emerson y ampliamente conocidos como ELP, incluso llegaron a colocar los temas "In the Begining" y "Lucy Man" y su versión de "Ode to a Common Man" en el Top Ten. Pero como Wakeman, ELP tampoco sabían cuándo parar de modo que su música se hizo redundante y, al final, aburrida. Emerson fundaría más tarden el supergrupo Asia junto con el ex Yes Trevor Horn y que conseguiría varios hits en los 80. Pero las rarezas de este músico continuaron: en 1986 lanzó el disco Emerson, Lake and Powell, en sustitución del tecladista Carl Palmer y del cual salió "Touch and Go".

A la corriente también se incluyeron otros, como Yes, quienes incluso tenían un dibujante ex profeso que les hacía sus portadas referentes a ese mundo, lleno de acantilados, lagos y paisajes lunares (Wakeman también fue miembro del grupo por algunos años). También estaba Genesis, con un extravagante Peter Gabriel que guió al grupo por el sendero del rock progresivo hasta su salida, con lo cual, y una vez que el batería Phil Collins cimentó su mando, se fueron hacia un rock bien hecho, aunque mucho menos ambicioso. También entraron al caldo gente como Uriah Heep, con integrantes que incluso habían estudiado en conservatorio y quienes grabaron The Magician's Birthday en 1972, una de las obras maestras del género.

Otro que también exploró el rock progresivo, al menos por en sus inicios, era el archiconocido grupo Queen, quienes en sus tres primeros discos realizaron cosas bastante experimentales e inusitadas para el momento, como mezclar ópera con el rock, algo considerado poco menos que sacrílego (algo similar realizaban los holandeses de Focus y su "Hocus Pocus", con resultados mixtos). Pero a partir del descomunal éxito de "Bohemian Rhapsody" --irónicamente considerada una de las obras maestras del rock progresivo-- Queen emigró hacia terrenos más convencionales aunque para 1982 ya eran una caricatura de sí mismos.

Emerson, Lake and Palmer

Naturalmente que aquí no podían faltar los soberanos del rock progresivo y quienes iniciaron como otro gurpo hippie de la escena londinenses. Comandados por Syd Barrett, sus principios fueron totalmente sicodélicos hasta que en 1970 Barrett tuvo que ser recluido en un hospital siquiátrico a causa de su abuso de drogas. Entonces el liderazgo lo asumió el bajista Roger Waters, con lo que iniciaría la brillante trayectoria de Pink Floyd, quienes a lo largo de los setenta refrendarían su talento en discos como Dark Side of the Moon, Wish You Were Here y The Wall. Sin embargo después de este último disco la directriz del grupo fue retada por el guitarrista David Gilmour con lo que Waters abandonó al grupo en medio de fuertes disputas. Pink Floyd siguió lanzando discos aunque de mucho menor octanaje mientras que Waters obtuvo cierta ventaja al grabar The Wall Live en 1990 en Berlín, como celebración por la caída del Muro de Berlín.

De todos aquellos grupos sólo queda uno que sobrevive --por ahí sigue Queen con Paul Rodgers en vocales pero, la verdad ¿a quién interesa oír a Queen con Paul Rodgers en vocales?-- y que cumple varias curiosidades. En primer lugar, son canadienses y no británicos, sitio donde el rock progresivo tuvo su veta más completa y, segundo, su rock es muy preciso, casi cronometrado, y rara vez cae en los excesos que han contaminado al género. Lo extraño es que tal perfección jamás fue admirada por los críticos quienes veían a Rush como si fueran el equivalente a un circo de tres pistas que sólo buscaba impresionar. Pero al final Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart tienen la última carcajada: este año realizan una de las giras más lucrativas y que además de Estados Unidos y Canadá abarcará América latina, área donde el rock progresivo siempre ha tenido muy buena acogida.

Al final todo resulta extraño si asumimos que las glorias del género ocurrieron hace ya cuatro décadas, mientras que de los exponentes del grunge y el rock alternativo, que hace apenas tres lustros parecían conquistar el mundo del rock (con el aplauso y la venia de la crítica), no queda uno solo vigente aunque, inevitablemente, y como lo demuestra la reciente reunión de Soundgarden y Smashing Pumpkins, ya se está formando un incipiente circuito nostálgico del género.

Por lo pronto el rock progresivo lleva adelante su feliz revancha, nada más reivindicativo para un género del cual dijo Paul Gambaccini, legendario crítico, "será olvidado antes que amanezca".

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1 comentarios

art_dominguez escribe 11.09.10

Hay una omisión muy importante en este texto ¿donde quedó Jethro Tull, el grupo fundado por el maestrazo Ian Anderson? Con discos magníficos como Thick as a Brick y Aqualung creo que los Tull tienen muy bien ganado su lugar entre los grandes del rock progresivo, estos musios ingleses son unos genios que lamentablemente han sido menospreciados pues siempre será más sexy tocar la guitarra que una flauta en público 

 

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