La REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
llegó para quedarse

América Latina tiene una nueva esperanza
El imperio siempre está asechando...

Carta Internacional, 30 de Septiembre de 2003

Yuri Aleksander

Apuntes de Venezuela y su Revolución...

¿Quiénes estuvieron detrás del Golpe de Estado de abril del 2002?

La agencia central de inteligencia es especialista es derrocar gobiernos de países emergentes. De esto no hay ninguna duda. Y Venezuela no debería ser la excepción. Máxime que Venezuela es estratégico para el imperio. Es más. Considera a Venezuela como una colonia petrolera estratégica para los vitales intereses de Estados Unidos, y no tiene intención de permitir de ninguna manera que se le escape de su control absoluto. Para ello cuenta a sus aliados en el interior del país, los escuálidos (acción democrática y COPEI), partidos tradicionales de mínima expresión a estas alturas en Venezuela.

Como la acción de estos partidos es inoperante se recurrió a una nueva estrategia. No tengo dudas, que la estrategia para sacar a Hugo Chávez del poder tenía que cambiar. Entonces el propio empresariado expresado a través de su organización "Fedecámaras" comandada por su presidente Pedro Carmona toma las riendas de la oposición. La estrategia consiste en lo siguiente: la corporación empresaria sabe con todo el poder que cuenta. Tiene todo el poder económico y además detenta la amplia mayoría del poder en los medios de comunicación. Sabe que allí reside su poder. Pero ello no es todo. Tiene un poder de convocatoria impresionante en las clases pudientes y ricas de la sociedad caraqueña y venezolana en general. Es increíble como los ricos salen a las calles o cacerolean desde sus residencias en forma de protesta contra este "hereje" —según ellos— que es su presidente. ¿Quién puede creerles un comino? ¿Acaso las clases pudientes en Venezuela se van a dormir con los estómagos vacíos? Si algo resulta patético en este mundo, —y esto lo es— es presenciar como las clases adineradas salen a golpear cacerolas cuando temen que se les quiten beneficios o se les despoje de algún privilegio del que han hecho gala por décadas.

Los medios de comunicación en Venezuela

Los medios de comunicación siempre han ocupado un lugar trascendente en el desarrollo de los acontecimientos de un país. En cuanto a los golpes de estado, siempre han operado de una u otra manera. Pero lo que más me ha sorprendido fue el desparpajo y la más absoluta falta de compromiso con la sociedad de este país, dado por gran cantidad de medios en los acontecimientos que llevaron al derrocamiento temporal de Hugo Chávez. Sin duda, que el intento de golpe de estado en Venezuela, pasará a la historia, como la más grande campaña mediática que se tenga noticia de los últimos años a favor de la alteración institucional. Por lo menos en la región, personalmente no tengo noticias de un acontecimiento similar en los últimos tiempos.

El imperio está expectante y maquiavélico...

Hugo Chávez tiene un sueño; un sueño tan grande como Sudamérica e incluso Latinoamérica. Hoy por hoy es el único líder regional que preocupa a Estados Unidos. Hoy en día, el proyecto de Chávez, constituye un ejemplo de independencia regional y defensa de los intereses de las mayorías nacionales. Esto le preocupa a los dueños del mundo, ya que no va con sus intereses de expoliación permanente de pueblos enteros. Es por ello, que el presidente George Bush, —éste si que llegado al poder en una situación nunca del todo aclarada— seguramente asesorado por una amplia cantidad de expertos en dominación neocolonial, la CIA, y otras agencias desconocidas, pero muy operativas, se pusieron manos a la obra. Pues la política del imperio, —en estos momentos cruciales de la historia de la humanidad, quiere que no se acabe la historia de subyugación, y busca afanosamente agregarle páginas a la historia de dominación regional y mundial— es la de prevenir. La mejor medicina es la preventiva, y en asuntos internacionales es de aplicación actual, sencillamente porque EE.UU. ha conseguido afianzar el camino directo a convertirse en un estado con intereses globales y posee la fuerza militar y económica como para hacer defender esos intereses en forma real.

Venezuela preocupa a Washington pues teme que el señor Chávez tenga éxito con su proyecto. Sencillamente a Estados Unidos, le molesta el posible éxito de alguno de los países de su órbita de influencia directa, pues el único con derecho al éxito es el Imperio. Teme la propagación de las ideas de Chávez. La palabra revolución, es una mala palabra, y bolivariana también.

El gran problema del Imperio en estos tiempos es la aparición de gobiernos totalmente democráticos, llegados al poder en elecciones totalmente libres y limpias poco proclives a hacer concesiones y otros chanchullos favorables a Washington. No sabe exactamente que estrategia aplicar. Los serviles analistas del imperio norteamericano se deben estar rompiendo la cabeza maquinando la forma, el modo o la estrategia a aplicar para hacer volver "en razón" a algunos países al sur del río Grande. Volverlos otra vez a ser territorios adeptos totalmente a la política imperial.

Para hacer valer su injerencia en Venezuela, el imperio tiene una gran cantidad de armas. El primer gran aliado de Estados Unidos, en estos países considerados por Washington de autonomía reducida, es la derecha instalada en el propio país. La derecha de las derechas tiene afinidad con el imperio, pues es con la cual tiene negocios, y en una palabra representa los intereses del Estados Unidos. La oligarquía de cuño más retrógrado y antinacional siempre está dispuesta a favorecer los planes del imperio.

La carta fundamental que juega el imperio en la región es el PLAN COLOMBIA. Ello le permite tener una injerencia en la zona para poder desestabilizar en cualquier momento. Hay que estar muy atentos, pues Washington no descansa ni de día ni de noche esperando la oportunidad —difícil en estos tiempos— de cambiar el rumbo de los acontecimientos. Maquinan mal y no saben como andar en la región...

Nuevas formas de desestabilización social y política

La Revolución Bolivariana juega un partido adentro de Venezuela, pero también juega otro afuera, en la región inmediata y en el continente. Aún no llega a inquietar fuertemente a Washington, pues lo integrantes del gran poder del imperio norteamericano y la alta clase alineada al mismo consideran que como siempre han actuado, pueden llegar a tomar otro tipo de medidas para truncar los cambios que pacíficamente y en democracia quiere transitar Venezuela.

Los expertos en desestabilización de Estados Unidos operan en varios niveles. Uno de ellos es por supuesto las agencias de inteligencia. Y esto es así porque las agencias así como otras instituciones norteamericanas cumplen con la política que invariablemente con diferentes matices agravantes o atenuantes aplica a rajatabla Estados Unidos.

Algo hay que aclararles a los que mandan en Washington y sus secuaces instalados en Venezuela: los tiempos son otros y actuar a la vieja usanza hoy en día resultaría intolerable. Aunque no es de extrañar que el imperio y sus satélites locales estén dispuestos a todo para impedir la normal gestión de Venezuela.

No debemos olvidar que el imperio no ha renunciado y no renunciará jamás hasta el final de sus días a las más disparatadas confabulaciones con elementos propios elaborados en los laboratorios de la C.I.A. y con los elementos locales más tenebrosos y reaccionarios. Esta es la moneda corriente que acostumbra acuñar Washington en su política exterior dirigida hacia el tercer mundo y en particular hacia América Latina.

Estados Unidos, la nación que privilegia todo imperialismo nacido de sí mismo, por ser mismo imperio con alcance mundial desde luego no ve con buenos ojos nada que se aparte de su injerencia latente y real en lo que ellos consideran como "zona de influencia e intrusión".

Venezuela es en verdad un gran laboratorio para los maquiavélicos planes de desestabilización que sin duda se fraguan en algún lugar recóndito de Venezuela y también de otros países, incluido los Estados Unidos. No se puede desestimar, por más retórica internacional en contra la influencia y los medios económicos financieros, corporativos y secretos que posee la superpotencia norteamericana. Nadie en su sano juicio, al valorar y estudiar el historial de intervención e injerencia de Estados Unidos en Latinoamérica y otras partes del mundo, puede desconocer que Washington siempre nos ofrece una creatividad en la materia y es portadora de los más inusuales, novedosos y llamativos instrumentos de desestabilización y procura permanente instalar gobiernos adeptos a su influencia y designios. No dudo que podemos estar asistiendo a una nueva estrategia de desestabilización con fuerte presencia de elementos conocidos en dónde la propaganda mediática es la impulsora de todo esta maniobra ordinaria de la mafia política y económica de Venezuela y Estados Unidos.

A corto y a largo plazo las posibilidades de desestabilizar en Venezuela son grandes dado que este país es vital para los intereses de las multinacionales y los gobiernos y grupos oligárquicos siempre están y estarán en el futuro dispuestos a todo tipo de maniobra para operar en función de sus intereses como siempre fue desde toda la vida. Sólo el pueblo, las clases bajas y medias, los trabajadores y los pequeños comerciantes y productores podrán unidos mantener a raya las maquinaciones que los privilegiados de la sociedad están inclinados a producir para que todo siga como siempre.

Lo que sucede en Venezuela es lo que previsiblemente puede suceder en cualquier país latinoamericano que estuvo acostumbrado por décadas a vivir en la injusticia social y a ser operados por grupos económicos políticos funestos que han estado instalados en el gobierno y la economía de nuestros países; grupos oligárquicos que nunca tuvieron ni tendrán un proyecto de país decente, sino que fueron y siguen siendo viles serviles ejecutores de una política imperial que les sirve directamente a ellos y a sus amos.

La Revolución Bolivariana es hoy en día el gran acontecimiento de Latinoamérica.

Es una esperanza para LATINOAMÉRICA.

Los cambios propiciados por Hugo Chávez en su país ciertamente son una semilla que puede germinar muy bien en otros sitios de una Latinoamérica castigada por políticas internas y foráneas unidas por lazos comunes de dominación y dependencia. Un continente que no ve la luz al final del túnel, con poca o nula esperanza de salir adelante, en función del aplastamiento sistemático de su economía, de su comercio, de su cultura, de su derecho a genuina independencia, sin injerencias, sin atropello de militares nacionales al servicio del imperio, o mismo sin el desembarco de los marines o paracaidistas venidos de las bases de Estados Unidos.

Haciendo un análisis de los resultados de las políticas implementadas en Venezuela durante el mandato de Chávez, y teniendo muy en cuenta el entorno internacional y de Latinoamérica, puedo concluir enfáticamente que independientemente del resultado final de la confrontación que tiene el gobierno con la oposición ultraderechista que defiende los intereses de muy pocos grandes burgueses y entre ellos los intereses habituales impuestos por los grupos de poder de Estados Unidos, —multinacionales y gobierno como un todoLA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA es un éxito con implicancias presentes y futuras, difíciles de borrar, anular, o desconocer, pues dicha revolución está comprometida con el destino manifiesto de toda la nación latinoamericana. Dicha dirección que ha tomado el genuino pueblo venezolano encarna la más natural y auténtica demostración de real independencia política y económica de los lazos de usurpación, vergüenza, usura y atropello a que nos tienen acostumbrados la dirigencia claudicante y entreguista que ha gobernado nuestras repúblicas hermanas.

Hugo Chávez es un gobernante que trae un discurso de esperanza para un país y un continente agobiado por problemas económicos y de corrupción generalizada de una clase política oligárquica que fué y sigue siendo incapáz de presentar un proyecto de desarrollo genuino e independiente en la región evitando los voraces centros de poder del mundo. Trae la justicia y la igualdad de oportunidades para su pueblo y el ejemplo de que en democracia se puede. En estos momentos Venezuela está pasando momentos muy duros pues los cambios no se pueden hacer de un día para el otro, pero desde el punto de vista ideológico este país está en el camino cierto para poder traer más justicia social, desarrollo y prosperidad, independencia y real soberanía.

La hermana República Federativa del Brasil tiene un nuevo presidente: Ignacio Da Silva "Lula", lo cual significa un viraje muy importante en el continente en cuanto a las políticas a llevar de ahora en más, significa un viraje hacia políticas que tengan un gran arraigo popular, con sentido de pueblo y para el pueblo, contraria a las políticas neoliberales, de reconcentración de la riqueza, de exclusión social y de pobreza que caracterizan al continente sudamericano. Sin duda, Venezuela tendrá un aliado en el gobierno brasileño que se inaugura, dándole respaldo total a la permanencia de las instituciones, el respeto a la democracia y los valores y derechos que cada país se ha dado. Otros planes de apoyo a su gobierno en el exterior son de algunos gobiernos europeos, como Suecia, Alemania, Rusia y en nuestro continente Canadá, Argentina y Cuba.

No importa las maniobras desestabilizantes de adentro y de afuera, sólo el pueblo venezolano movilizado y consciente de su papel en la sociedad podrá siempre hacerles frente y triunfar.

La O.E.A. así como cualquier organización internacional que quiera colaborar con el gobierno venezolano y la confrontación a la cual es sometido por parte de la oposición, deberían entender que la preservación de las instituciones y el respeto a la carta magna que el pueblo venezolano se ha dado en reiterados plebiscitos debe ser preservados, pues de lo contrario, cualquier gobierno que emerja por medios que violenten el orden institucional no tiene y seguramente no tendrá en la comunidad internacional el reconocimiento imprescindible para poder operar normalmente internamente y en el exterior. Aparentemente sólo Estados Unidos y sus aliados pueden reconocer lo irreconocible. ¿Hasta cuando podrán aplicar una política que va contra el genuino desarrollo de la comunidad internacional?

Latinoamérica ha vivido en los últimos 30 o 35 años una historia negra, sangrienta, de miseria, de hambre, de guerras de liberación, de desaparecidos, de violaciones de todo tipo, de robos y saqueos de dictaduras. Y aún hoy muchos países latinoamericanos viven "en democracia" un infierno desde el punto de vista económico y social. Pero las "democracias" que tenemos hoy, las democracias que siguieron a los terribles y desastrosos gobiernos de dictaduras militares han sido un terrible fracaso. Han sido gobiernos civiles infames y descarados, porque basándose en la inocencia de los pueblos los han engañado una y otra vez. Es la hora del cambio en democracia y en nombre de las más amplias mayorías populares. Es la hora de la "auténtica democracia". Venezuela y otros países como Brasil quieren transitar otra democracia. Pues la democracia de los mafiosos no tienen futuro, ni aquí, ni en el primer mundo. Los acontecimientos regionales y mundiales son una expresión real que avalan en un todo estas líneas de pensamiento...

Copyright © 2002 Yuri Aleksander

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