Semana Santa en Córdoba
Un viaje junto a las estrellas

........................................................... por Cristian Willemoës
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Es común que al vivir en la ciudad, a pesar del gusto por la naturaleza, suceda que uno olvide la belleza del entorno que nos rodea, ya sea observando sin alzar la vista o haciéndolo, la limitación de la perspectiva, la falta de horizonte o la agresiva polución tanto sonora como del ambiente, provocan un acostumbramiento que solo puede superarse con el alejamiento de las grandes ciudades.
Es común también que la decisión de alejarse del ruido o la luz de un reflector vecino en unas vacaciones, no sea siempre una decisión individual, muchas veces la familia determina si es mejor el mar o las sierras. Soy de aquellos que han perdido esa pelea en este verano y sin mas remedio me fui al mar...
Para que son las vacaciones de un aficionado a la astronomía?... son claro, para observar el cielo, pero el aire de mar, la sal y la arena exponen al equipo óptico a condiciones nada recomendables, fué así que llegué al mar con solo mis ojos y mi traje de baño con las constelaciones estampadas, como un recuerdo inmediato de lo que podría haber observado. Así pasaron mis vacaciones, junto a la familia, el diario, unas copas con amigos y la firme convicción de que tarde o temprano ganaría la batalla por las sierras de Córdoba.
Limitándome a esperar la oportunidad justa... llegó Semana Santa..., sin planes que discutir y a modo de sorpresa inesperada (je je), nada mejor que un pequeño viaje de una semana a las sierras. Con la ventaja del efecto sorpresa y la convicción de que el aire serrano sería para la familia un desahogo, nos fuimos para Bialet Massé y el Mirador del Lago San Roque en la provincia de Córdoba.
El plan, cuidadosamente estructurado en secreto constaba de dos equipos básicos, la caña de flote y el arsenal para la observación del cielo. Por la mañana temprano una buena pesca de pejerrey en el Lago San Roque, al mediodía una opípara comida de fresco pejerrey con salsa Metre de Hotel y ensalada criolla con puré, luego una pequeña siesta, luego los preparativos para la observación y al llegar la noche, disfrutar de la inmensa cantidad de estrellas que pueden observarse desde este lugar.
Salimos de La Plata el viernes 6 por la tarde y a la mañana siguiente ya estábamos en Córdoba, transitando el camino a La Calera se llega hasta el Dique del Lago San Roque, una espectacular represa que contiene el agua del lago y descarga por un gigantesco embudo las aguas para mantener el nivel.


Vista desde el Dique hacia el Lago San Roque

Vista desde el Dique hacia la descarga

Vista lateral del Dique y el embudo de descarga

Impresionante vista de la descarga en el embudo

Continuando el viaje desde el Dique del Lago San Roque hacia Bialet Massé, bordeando el lado Este del lago y al pié de las sierras se encuentra la Plaza de las Banderas o las Provincias Argentinas, punto geográfico que representa el centro de la República.


Vista del camino hacia Bialet Massé

Plaza de las Banderas o las Provincias Argentinas


Vista del Lago San Roque desde la Plaza. Al fondo el Mirador del Lago, a la derecha Bialet Massé.

A pocos kilómetros siguiendo el mismo camino al pie de las sierras se encuentra el pueblo de Bialet Massé, de unos 3000 habitantes, que sumado a los del Mirador del Lago, contabilizan unos 4500. El Mirador del Lago San Roque, a 820 Km de la ciudad de La Plata y a unos 700 m sobre el nivel del mar, se presenta favorecido por las notables características panorámicas del Valle de Punilla, con una ubicación excepcional, hallándose entre ríos, arroyos, caminos y montañas. La ubicación tanto de Bialet Massé como la del Mirador del Lago, se encuentra dividida por la ruta Nacional 38, a mitad de camino entre Carlos Paz (15 km.) y Cosquín (8 Km.).
El mirador es una zona típicamente montañosa con vistas al Lago que le dá su nombre, con grandes arboledas de ejemplares aborígenes que pueblan sus quebradas y valles en cuya continuidad se cuentan molles, talas, algarrobos y toda una gama multicolor de flores silvestres, formando tupidos bosques y encantadores paseos cuya atmósfera purifican.
Así llegamos al sitio elegido para el descanso y la observación, en una localización considerablemente alta respecto al pueblo de Bialet y con vistas hacia el Este de una particularidad montañosa de corte filoso denominada El Labio del Indio.


Vista desde El Mirador hacia el lago San Roque


Vista hacia el Valle de Punilla, el pueblo de Bialet Massé, y el Labio del Indio de fondo


El Labio del Indio


Artillería para observación


La cámara montada sobre el telescopio
lista para el registro de tomas de campo amplio.

Una vez instalado y con unas condiciones climáticas que parecían poco favorables para la noche, me dispuse a organizar el equipo y a estudiar las cartas que especialmente había preparado para el viaje. Por la tarde salimos a recorrer el Valle y a pescar en el Lago, conquistando algunos trofeos que degustaríamos por la noche.
Despues de cenar, salí a observar pero el cielo estaba nublado y comenzaba a soplar un viento que presentaba la posibilidad de limpiar el cielo para el día siguiente.
La mañana del domingo 7 fué realmente espectacular, un sol radiante y un cielo despejado, condiciones inmejorables para la noche, salvo que la Luna estaba llena e impediría observar en condiciones óptimas.
Por la tarde me dediqué a buscar un buen sitio para instalar la artillería de observación.
El equipo que llevé a la montaña, contenido en una sola valija, consta de binoculares, el pequeño telescopio portatil ETX de Meade, equipo fotográfico con rollos color de 800 ASA y blanco y negro de 400 ASA que pensaba forzar, cargador de pilas, linterna, oculares, filtros, brújula y nivel, asi como cartas celestes y el libro de Levy.
Lo primero a preparar fué una pequeña mesa donde colocar el ETX ya que al utilizarlo con el trípode que trae de fábrica, hace necesario tener una superficie bien nivelada donde colocarlo y alinearlo al polo Sur celeste. En la montaña, encontrar una superficie nivelada es imposible de modo que con ayuda del nivel, suplementé las patas de la mesa hasta encontrar un plano acorde donde apoyar el telescopio. Luego con la ayuda de la brújula, determiné los puntos cardinales e hice una corrección de 7 grados hacia el Oeste para tener una primera aproximación al polo celeste. A medida que se ocultaba el Sol, aparecían las primeras estrellas y mi ansiedad aumentaba. Con la ayuda de un ocular con retículo ajusté la alineación del telescopio hasta una posición aceptable. Si bien el ETX de Meade es un instrumento de muy buena calidad ótica, sus solo 90 mm lo hacen poco luminoso para tomar fotografías a foco primario, solo largas exposiciones permiten un registro aceptable y los errores periódicos del motor de seguimiento complican las tomas, de modo que mi plan se basaría en la observación y la fotografía de campo amplio de la Via Láctea con la cámara montada en el tubo del telescopio, utilizando la montura como tabla ecuatorial motorizada, mas que suficiente para tomas de 40 segundos con rollo de 800 ASA y diafragma de 1.7.

Así llegó la noche y las primeras vistas de la Vía Láctea, superaron mis espectativas. A pesar de la Luna, el cielo se veía majestuoso, Saturno y Júpiter aún a tiro para observar e increiblemente me resultaba mas dificil reconstruir las constelaciones entre tantas estrellas en el mismo campo.

La zona mas rica para observar estaba comprendida entre la Cruz del Sur y todo el paneo hasta Orion, una buena franja de cielo con destacados objetos que iluminaban el cielo.
Fué asi que comencé a tomar fotografías de campo ámplio de toda la Vía Láctea, para luego componerlas en un paneo y tomas que ilustran esta nota.

La primera noche me dediqué a reconstruir las constelaciones dentro de esta franja y luego con la ayuda de las cartas y la linterna roja, empecé a buscar detalles en tan rica zona.



Esta primera noche fue muy productiva tanto para mis binoculares como para el telescopio, pero un hecho desafortunado terminó con la observación. Alrededor de la 1 de la madrugada del lunes 8, descuidé mis instrumentos y entré a la casa a preparar un té caliente, al volver me dí cuenta que mi linterna había desaparecido, tropezando con la mesa y el enfado por un supuesto descuido de mi parte al extraviar mi linterna, decidí irme a dormir. A la mañana siguiente un gentil vecino traía mi linterna en mano la que había encontrado entre otros objetos con los que jugaba su perro.



Las siguientes noches fueron más que productivas, la Luna se aparecía cada vez mas tarde tras las montañas, dándome tiempo para observar y fotografíar las maravillas del cielo. La Cruz del Sur, siempre como referencia celeste, aparecía tras los árboles y podían observarse numerosos objetos en sus alrededores. Alpha Centauri, la estrella mas brillante del Centauro, espectacular doble para ser vista con cualquier telescopio. El cúmulo Omega Centauri (ngc 5139), que podía verse a simple vista como una mota de luz de magnitud 4 y el mas bello del cielo visto con telescopio. Las estrellas de la Cruz, el Joyero (ngc 4755) con su magnífica vista con algo de aumento donde se destaca una gigante roja entre el contraste de sus compañeras. El Saco de Carbón, la mas conocida de las nebulosas oscuras......



Pero sin duda la atención se orienta hacia el punto mas rico de esta parte del cielo, la comprendida por la nebulosa Eta Carinae y sus alrededores.

Comenzamos el recorrido puntual por la zona mas brillante de la Vía Láctea, la estrella variable rojo-anaranjada Eta Carinae, incrustada en la magnífica Nebulosa de Eta Carinae (ngc 3372). Esta es una de las nebulosas mas delicadas de la Vía Láctea, con dos grados de ancho y con senderos claros y oscuros entremezclados, su vista es majestuosa tanto con binoculares como con pequeños telescopios.

Unos 5 grados mas abajo, encontramos el cúmulo abierto disperso IC 2602. Visto con prismáticos se presenta una vista magnífica, con la estrella brillante theta Car en su centro, rodeada por unas 30 estrellas de magnitud 5 y otras tantas menos brillantes. El cúmulo tiene un diámetro de 1 grado, siendo apropiado observarlo con telescopios de campo ancho o con baja potencia.
IC 2602 puede ser uno de los cúmulos abiertos más próximos a nosotros.

Un poco mas alto y hacia la derecha, encontramos el cúmulo abierto ngc 3293, rodeado de nebulosas de reflexión. Se encuentra a 1500 años luz y no presenta conexión con la nebulosa Eta Carinae. Si bien es un cúmulo compacto, visto con prismáticos aparece como un pequeño punto brillante. Con aumentos moderados puede obtenerse una buena vista con docenas de estrellas de diferentes colores.

A unos 3 grados hacia la izquierda y algo mas alto, encontramos el soberbio cúmulo abierto ngc 3532. Es un cúmulo grande y alargado, aparece como un punto difuso a simple vista y se ve muy bien con un telescopio de campo amplio. Su estructura presenta unos 400 miembros, de los cuales mas de 150 estrellas tienen brillo de magnitud 12 o mas brillantes. John Herschel, en 1930 consideró a este cúmulo como el mas bello que había visto.

Algo mas alejado de Eta Carinae y desplazandonos hacia la derecha, encontramos el cúmulo 3114. Es un objeto notablemente visible con prismáticos con estrellas que rondan la magnitud 7 y menores y cubre un área de medio grado.
Visto a simple vista se observa como una mancha de luz de magnitud 4, pero con telescopio de bajo aumento y campo amplio, pueden separarse los componentes donde se destacan estrellas de diferentes colores.

Ya en Vela, a unos 2 grados y algo arriba de Delta Velorum, encontramos el cúmulo IC 2391, también conocido como cúmulo Omicron Velorum. Sus componentes estan algo sueltos y amontonados alrededor de Omicron Velorum, que es una estrella blanco azulada de magnitud 3. Este objeto es mejor observarlo con prismáticos ya que sus componentes son de importante magnitud y se desarrolla en un campo bastante amplio.

Estirando una vez y media el brazo mas corto de la Falsa Cruz, encontramos Gamma Velorum. Es una estrella doble muy bella, con componentes de magnitud 2 y 4 y separadas 41 seg. de arco pueden separarse con prismáticos. A unos 2 grados mas abajo y a la izquierda, encontramos un pequeño cúmulo abierto, ngc 2547, con estrellas de moderada magnitud que cubren un tercio de grado, pudiéndose observar con telescopios de 100 mm.

Extendiendo el eje mayor de la Falsa Cruz y apuntando hacia él, encontramos el cúmulo ngc 2516, se localiza facilmente a pocos grados de Epsilon Carinae. Es un cúmulo muy bello para ser observado con prismáticos ya que ocupa un medio grado de ancho y contiene estrellas de magnitud 7 y mas débiles, entre sus estrellas de distinguen un par de color rojizo.

Ya en Puppis y muy cercano a la estrella SAO 198545 (izquierda) encontramos el cúmulo abierto y denso, ngc 2477. Un cúmulo realmente interesante para ser visto bajo el telescopio, con una magnitud 5.8 y muy denso en estrellas. A su lado (derecha) encontramos ngc 2451, un cúmulo abierto muy brillante, de magnitud 2.8, muy expandido y poco comprimido con una estrella de magnitud 4.5. Se destacan estrellas de diferentes colores.

Ya en la parte mas alta de Puppis encontramos M46 (centro) y M47 (abajo izquierda). M46 (ngc 2437) es un cúmulo abierto descubierto por Messier en 1771 y que contiene un gran número de estrellas oscuras siendo interesante observarlo con telescopio, a diferencia de M47 (ngc 2422) que puede verse a simple vista si bien es mejor con prismáticos para diferenciar sus componentes con estrellas de magnitud 6 y 7 junto a otras mas débiles.

Ya de un gran salto al Can Mayor, encontramos Sirius, protagonista por excelencia del cielo. Su gran luminosidad se debe a que es unas cuarenta veces mas brillante que el Sol y se encuentra a 8,7 años luz. Muy cercano a Sirius encontramos M41 (izquierda), un bello racimo abierto. Al observarlo con telescopio, puede detectarse entre sus componentes una estrella roja cercana al centro del racimo.

Nuestro recorrido en el cielo de Córdoba termina en la majestuosa constelación de Orión, impresionante ante cielos oscuros, con las clásicas Tres Marías en su cinturón, Alnitak, Alnilam y Mintaka. Con la doble Riguel, claramente visible a simple vista y pudiéndose separar sus componentes bajo el telescopio. Betelgeuse, la gigante roja, posiblemente la estrella mas grande en nuestra parte de la Vía Láctea, con un brillo que varía significativamente cada 6 años.
Finalmente concentramos la atención en uno de los objetos mas bellos del cielo, La Gran Nebulosa de Orion, M42, resplandeciente nube irregular que puede verse con claridad con pequeños prismáticos y que encuentra asombrosos detalles al ser vista con telescopio y con gran campo. Su coloración rojiza, se destaca claramente en las fotografías, si bien su coloración es algo debil para ser vista con telescopio.

De este modo pasaron los días bajo este espectacular cielo difrutando de recuerdos inolvidables junto a la familia y esperando el próximo viaje a las estrellas....


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