Paul Mattick
Marxismo: ayer, hoy y mañana
Índice
Introducción
Según las ideas de Marx, los cambios en las condiciones sociales y
materiales modifican la consciencia de las personas. Esa idea también
es aplicable al marxismo y a su desarrollo histórico. El marxismo comenzó
siendo una teoría de la lucha de clases basada en las relaciones sociales
específicas de la producción capitalista. Pero su análisis
de las contradicciones sociales inherentes a la producción capitalista
se refiere a la tendencia general del desarrollo capitalista, mientras que la
lucha de clases es un asunto de la vida cotidiana y se ajusta por sí
misma a las condiciones sociales. Estos ajustes también tienen su reflejo
en la ideología marxiana. La historia del capitalismo es también
la historia del marxismo.
El movimiento obrero fue anterior a la teoría de Marx y constituyó
la base real para el desarrollo de ésta. El marxismo llegó a ser
la teoría dominante del movimiento socialista porque era capaz de revelar
convincentemente la estructura explotadora de la sociedad capitalista y a la
vez desvelar las limitaciones históricas de este modo de producción
particular. El secreto del vasto desarrollo capitalista la explotación
cada vez mayor de la fuerza de trabajo era también el secreto de las
dificultades diversas que apuntaban a su colapso final. Mediante métodos
de análisis científico, Marx fue capaz en El Capital
de ofrecer una teoría que sintetizaba la lucha de clases y las contradicciones
generales de la producción capitalista.
La crítica de Marx a la economía política tenía
que ser por fuerza tan abstracta como la economía política misma.
Solamente podía referirse a la tendencia general del desarrollo capitalista,
no a sus múltiples manifestaciones concretas en un momento dado. Como
la acumulación del capital es a la vez la causa del desarrollo del sistema
y la razón para su declive, la producción capitalista procede
como un proceso cíclico de expansión y contracción. Ambas
situaciones implican condiciones sociales diferentes y, por tanto, reacciones
diferentes del trabajo y del capital. Ciertamente, la tendencia general del
desarrollo capitalista supone dificultades cada vez mayores para escapar de
un periodo de contracción mediante una expansión ulterior del
capital, e implica así una tendencia al colapso del sistema. Pero no
se puede decir en qué momento concreto de su desarrollo el capital se
desintegrará por la imposibilidad objetiva de continuar su proceso de
acumulación.
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