Paul Mattick
La inevitabilidad del comunismo
Índice
VII - La comprensión de las crisis y del derrumbe del capitalismo
Puesto que, para Hook, Das Kapital es sólo una crítica
de economía política, así también la teoría
marxiana del valor, para Hook, no puede indicar nada más de lo que ya
es conocido. Escribe (p.220): "Con todo, ni la teoría
del valor del trabajo ni cualquier otra teoría del valor pueden predecir
algo que no se conozca ya por adelantado. La Guerra y la crisis, la centralización
y el desempleo, eran ya fenómenos totalmente familiares cuando Marx formuló
la teoría de valor". Es un error asumir, viene a decir Hook,
que uno puede predecir algo específico con la teoría del valor
del trabajo. Ahora, después de todo, el capitalismo todavía está
lejos de haberse derrumbado, y todavía la ley marxiana de la acumulación,
sobre la base del valor, es la ley del derrumbamiento del sistema capitalista.
Eso ya se mostró en el primer volumen de El Capital como "la
ley general de la acumulación capitalista". Sin embargo, esta
ley del derrumbamiento no opera "puramente" sino que, como
cualquier otra ley, es más o menos modificada en la realidad. Estas modificaciones
son establecidas con mayor detalle en el tercer volumen, especialmente en la
sección que trata de la ley de la tasa decreciente de ganancia.
Así como la ley de la gravedad sólo opera en realidad de una forma
modificada, así también la ley del derrumbamiento capitalista,
que no es nada más que la acumulación capitalista sobre la base
del valor de cambio. Cuando Hook aparta la ley marxiana del valor de su
poder predictivo, ha renunciado completamente a Marx. Y cuando además
declara que "uno puede aceptar la metafísica
evolutiva marxista y no estar comprometido inmediatamente con su teoría
de la revolución social" (p.251), la afirmación es
falsa por la misma razón de que, en primer lugar, el marxismo no tiene
ninguna metafísica evolutiva, y segundo, que nosotros realmente no
podemos comprometernos con una teoría de la revolución social
sin practicarla. Si Liebknecht fuera, en el sentido científico,
un peor marxista que Hilferding (p.249), y sin embargo mejor en la práctica,
como Hook asegura, la comparación todavía es totalmente gratuita.
Para Marx, él mismo "no era marxista", pero identificó
el marxismo con el proletariado actuante, que sólo puede actuar [como
clase] de modo marxista, no de otro. ¡El Marxismo no es simplemente una
ideología, sino la práctica de la lucha de clases! La revolución
es realizada por las masas que puede que no sepan nada sobre Marx: ¡la
revolución les hace marxistas!
En lo que respecta a la teoría, de cualquier modo es imposible rechazar
la doctrina económica de Marx y al mismo tiempo esperar ser un marxista
en todas las demás materias, como lo inverso también es imposible.
Con el rechazo del poder predictivo de la teoría del valor, o sea, el
rechazo de la teoría marxiana de la crisis y el derrumbe, Hook, aunque
contra su voluntad, rechaza el marxismo no parcial sino completamente. El rechazo
del contenido real de la teoría del valor por Hook, explica simultáneamente
el contenido idealista de su dialéctica, como esto último es a
su vez la explicación de lo primero.
La debilidad de Hook en la teoría económica se ilustra en el
mismo hecho de que se dedican sólo veintidós páginas de
su libro a la economía marxiana. En relación con esto, también
es interesante referirse al pasaje en cual trata de la diferencia entre Rosa
Luxemburgo y Lenin.
La disputa entre ellos giraba en torno a la cuestión de la realización
de la plusvalía. Con respecto a Luxemburgo, Hook escribe (p.61):
"En su Akkumulation des Kapitals (La acumulación de
los capitales) sostuvo que, con el agotamiento del mercado interno, el capitalismo
debía ir de un país colonial a otro y que el capitalismo únicamente
podría sobrevivir mientras tales países estuviesen disponibles.
Tan pronto como el mundo se repartiese entre los poderes imperialistas y se
industrializase, la revolución internacional estallaría por necesidad,
dado que el capitalismo no puede expandir sus fuerzas productivas y continuar
indefinidamente el proceso de acumulación en cualquier sociedad productora
de mercancías relativamente aislada, no importa cómo sea de grande."
Lenin, viene a afirmar, negó que el capitalismo se derrumbaría
alguna vez de tal modo mecánico. Y cita luego, con gran aprobación,
de un discurso de Lenin que data de 1920, un pasaje que no tiene ninguna relación
en absoluto con el debate sobre la realización de la plusvalía
en los países no capitalistas --un debate que había sido emprendido
previamente hacía ocho años--. El capitalismo necesita un mercado
no capitalista: esta había sido la posición de Rosa Luxemburgo.
Lenin mantenía que crea su propio mercado. Pero los dos sostuvieron la
concepción básica de Das Kapital, a saber, que el modo
capitalista de producción tiene un límite económico absoluto.
Mientras Luxemburgo buscaba este límite dentro de la esfera de la
circulación, Lenin ya lo vislumbraba correctamente en la esfera
de la producción. Mientras tanto, ambos, en el conocimiento que
el proceso de acumulación sobre la base del valor es el proceso de derrumbe
del capitalismo, lo que es idéntico a la revolución, atacaban
la posición reformista en su totalidad, por lo cual Hilferding dijo en
un discurso, en 1927 sin ir más lejos: "Yo siempre
he rechazado cualquier teoría del derrumbe económico. El derrocamiento
del sistema capitalista no ocurrirá por cualquiera leyes internas de
este sistema, sino que debe ser el acto consciente de la voluntad de la clase
obrera".
Si en el calor del debate, esa frase de Lenin, que ha sido citada hasta la
náusea, de que "no existe ninguna situación
para el capitalismo de la que no haya absolutamente ninguna salida",
poseyó una cierta justificación política en una situación
determinada, a saber la "crisis epidémica mortal"
que se presenta en 1920; no obstante, no presta consuelo al reformismo, que
siempre había negado a la teoría del valor cualquier capacidad
predictiva, y que fue utilizada para rechazar la teoría de derrumbe económico.
Todo el trabajo teórico-económico de Lenin, que se limitó
conscientemente a repetir a Marx, está opuesto a tal afirmación.
Para Lenin, la ley de valor es la ley del derrumbe.
Uno se sorprende, sin embargo, cuando Hook, después haber rechazado,
"con Lenin", la teoría "mecanicista"
del derrumbe de Rosa Luxemburgo, presenta, en su propia exposición económica,
nada más ni nada menos que una repetición de la posición
de Luxemburgo. Después de perfilar las teorías del valor y la
plusvalía, de la relación del capital en la producción,
la caída de la tasa de ganancia con el incremento en la productividad
del trabajo, la relación valor-precio, la acumulación y la crisis,
entonces añade (pp.204-209):
"Con el incremento de la composición orgánica
del capital la tasa de ganancia cae incluso cuando la tasa de explotación,
o plusvalía, permanece igual. El deseo de sostener la tasa de ganancia
conduce al progreso de la planta y al aumento en la intensidad y productividad
del trabajo. Como resultado, existencias de mercancías siempre mayores
son lanzadas al mercado. Los obreros no pueden consumir estos bienes dado que
el poder adquisitivo de sus salarios es necesariamente menor que el valor de
las mercancías que han producido. Los capitalistas no pueden consumir
estos bienes porque (1º) ellos y sus asistentes inmediatos hacen uso solamente
de una parte de la riqueza inmediata producida, y (2º) el valor del resto
debe convertirse primero en dinero antes de que pueda invertirse de nuevo. A
menos que la producción esté sufriendo un colapso permanente,
debe encontrarse un campo de venta para el excedente de mercancías proporcionadas....
Puesto que los límites en los que el mercado interno puede dilatarse
están dados por el poder adquisitivo de los salarios... el recurso debe
ser tener que exportar."
Luego muestra además cómo en el curso del desarrollo los propios
países importadores se convierten en países exportadores. A estas
alturas Hook ha alcanzado el límite situado por Luxemburgo; pero mientras
que ella salió de él, Hook no lo hace, pues claro, él rechaza
con Lenin la "naturaleza mecanicista" de esta idea del derrumbe.
En cambio, repite meramente una vez más su punto de partida (p.207):
"Este proceso está acompañado por crisis periódicas
de sobreproducción. Se vuelven progresivamente peores tanto en las industrias
locales como en la industria en conjunto. Las relaciones sociales bajo las que
la producción se mantiene, y que hacen imposible para los trabajadores
asalariados reapropiarse en cualquier momento de lo que han producido, conduce
a una inversión de capital más elevada en las industrias que generan
bienes de producción que en las industrias que producen bienes de consumo.
Esta desproporción entre la inversión en bienes de producción
y la inversión en bienes de consumo es permanente bajo el capitalismo.
Pero una vez acabados, los bienes de producción deben por último
emplearse en plantas que fabrican los bienes de consumo, las cantidades de mercancías
lanzadas al mercado, y para las que no puede encontrarse comprador, se amplían
aún en mayor medida. En el momento que estalla la crisis, y en el periodo
inmediatamente precedente, el trabajador asalariado puede estar ganando más
y consumiendo más que usualmente. Por consiguiente, no es el subconsumo
de lo que el obrero necesita lo que causa la crisis... sino su subconsumo en
relación a lo que produce. Consecuentemente, un incremento en el nivel
de vida absoluto bajo el capitalismo... no eliminaría la posibilidad
de la crisis."
Todos los factores involucrados en la interpretación de Luxemburgo
están aquí repetidos de una forma más primitiva. La diferencia
es que Hook no comparte con ella la conclusión que delineó. Tenemos
aquí en Hook la desproporción entre las dos grandes secciones
de la producción social, la sobreproducción de mercancías,
la imposibilidad de realizar la plusvalía en ausencia de mercados frescos
en los países no capitalistas. En resumen, como pasaba con Luxemburgo,
para Hook el mundo capitalista se ahoga bajo su superfluidez [o flujo
excesivo] de plusvalías que no pueden convertirse en dinero (realizarse).
La única diferencia entre las dos formulaciones es que donde Luxemburgo
habla de derrumbamiento, con Hook el proceso se detiene en la crisis. Pero todos
estos factores de la crisis tienen sus puntos de apoyo en el proceso de circulación,
y de aquí que no estean encajados en la esencia del capitalismo.
Sabemos, sin embargo, que Marx desarrolló su teoría de la acumulación
primero sobre la base del capital total; en éste, no existe ningún
problema de circulación, no hay ni una sobreproducción absoluta
ni incluso un "subconsumo" relativo, y los obreros reciben
constantemente el valor de su fuerza de trabajo. Incluso en este capitalismo
"puro" pintado por Marx, aunque todos los factores de la
crisis dados por Hook están ausentes, Marx demuestra todavía que
incluso ese capitalismo ideal deberá derrumbarse, y con ningún
otro fundamento que el de la contradicción contenida en la producción
de valor. Cuando Engels, en el pasaje que Hook cita del Anti-Dühring (p.213),
dice que "en la forma de valor de la mercancía
hay ya encubierta embrionariamente la forma total de la producción capitalista,
la oposición entre capital y trabajo, el ejército industrial de
reserva, la crisis", esto sobreentiende que los fundamentos de la
crisis serán buscados en la esfera de la producción, no de la
circulación. El mismo Hook dice (p.213):
"De modo similar, en interés del análisis,
él (Marx) fue compelido a asumir, al comienzo, que el intercambio de
mercancías tenía lugar bajo un sistema de capitalismo "puro"
en que no había ningún vestigio del privilegio feudal y ningún
principio de monopolio; que la totalidad del mundo comercial pudiera considerarse
como una nación; que el modo capitalista de producción domina
toda la industria; la oferta y la demanda estaban constantemente en equilibrio:
que habiéndose abstraído de los inconmensurables valores de uso
de las mercancías, la única calidad relevante y mensurable que
salió a determinar los valores por los que se cambiaban las mercancías,
era la cantidad de fuerza de trabajo socialmente necesaria gastada en ellas."
¿Por qué, podemos preguntar, Marx demostró primero el
funcionamiento de la ley del valor en un capitalismo "puro"? Encontramos
una excelente respuesta en los textos póstumos de Lenin: "Procediendo
de lo concreto a lo abstracto, el pensamiento... con tal de que sea correcto...
no se aparta de la verdad sino que se acerca. La abstracción de la materia,
de la ley natural, la abstracción del valor, etc... en resumen, todas
las abstracciones científicas reflejan la naturaleza de la forma más
completa y más profunda. De la contemplación viva al pensamiento
abstracto y de este a la práctica... ése es el camino dialéctico
hacia el conocimiento de la verdad."
La ley del valor reveló lo que la realidad concreta, el mundo superficial
de la apariencia, ocultó; el hecho de que el sistema capitalista, como
por la necesidad de una ley natural, debe derrumbarse. Marx abstrayó
en primer lugar todas las contradicciones secundarias de ese sistema,
para mostrar el efecto ejercido por la ley de valor como una "ley
interna" del capitalismo, para posteriormente, con las modificaciones
introducidas por la realidad concreta, señalar el carácter puramente
temporal de las tendencias que surgen de las modificaciones y operaciones contra
las tendencias al derrumbamiento, que confirman la ley del valor como el
factor determinante en última instancia. La ley de valor explica
la caída de la tasa de ganancia --un índice de la caída
relativa de la masa de ganancia--. El crecimiento de la masa de ganancia puede
compensar la caída de la tasa de ganancia sólo durante un tiempo.
Si la masa de ganancia cayese primero relativamente, respecto al capital total
y al requerimiento de la acumulación ulterior, a largo plazo caería
de un modo absoluto.
No es lo que Hook aduce como un factor de crisis lo que puede considerarse
como lo principal; al contrario, la cuestión debe entenderse exactamente
de la manera inversa. Hook puede citar a Marx para apoyar su planteamiento de
que la causa de la crisis es la contradicción entre la producción
y el consumo. Pues de hecho, de acuerdo con Marx, "la
base final de todas las crisis reales es la pobreza y el consumo limitado de
las masas, en contraste con el impulso de la producción capitalista para
desarrollar las fuerzas productivas como si su único límite fuera
la capacidad de consumo absoluta de la sociedad"... "Pero
no podría haber nada más insensato", escribe Lenin
(La teoría marxiana de la realización), "que
deducir de este pasaje del Capital que Marx habría planteado la imposibilidad
de realizar la plusvalía en la sociedad capitalista o que habría
explicado la crisis como el resultado del consumo insuficiente".
Una sobreproducción o subconsumo (lo que finalmente
equivale a lo mismo) está necesariamente circunscrito a la forma física
de la producción y del consumo. Pero en la sociedad capitalista el carácter
material de la producción y del consumo no juega un papel que podría
explicar la prosperidad o la crisis. Por mucho que esto pueda ofender "a
la lógica", el capital se acumula, de hecho, por causa de la
acumulación. La producción material, así como el consumo,
se deja en el capitalismo a los individuos; el carácter social de sus
trabajos y de su consumo no está directamente regulado por la sociedad,
sino indirectamente por la vía del mercado. El capital no produce
cosas, sino valores (de cambio). Pero incluso aunque no sea así,
sobre la base de la producción de valor, en condiciones de adaptar su
producción y su consumo a las necesidades sociales, estas necesidades
reales deben ser tenidas en cuenta, no obstante, si la población no va
a perecer. Si el mercado ya no está en las condiciones adecuadas
para satisfacer estas necesidades, entonces la producción para el mercado,
la producción de valor, será echada a un lado por la revolución,
para hacer sitio para una forma de producción que no estea socialmente
regulada mediante el rodeo del mercado, sino que tenga un carácter directamente
social, y pueda, en consecuencia, ser planificada y sea apta para ser dirigida
de acuerdo con las necesidades de los seres humanos. Desde el punto de
vista del valor de uso, la contradicción entre producción y consumo
en la sociedad capitalista es demencial, pero tal punto de vista no se sostiene
para la producción capitalista. Desde el punto de vista del valor, esta
contradicción es el secreto del avance capitalista, y cuanto mayor es
esta contradicción mejor se desarrolla el capital. Pero por esta misma
razón, la acumulación de esta contradicción debe llegar
finalmente a un punto que conduce a su abolición, puesto que las condiciones
de vida y de producción reales son, después de todo, más
fuertes que las relaciones sociales objetivizadas. Por eso, la base última
de todas las crisis reales es todavía la limitación del consumo
de masas, en contraste con el impulso para, así, desarrollar las fuerzas
de producción como si la capacidad de consumo fuese ilimitada. En la
producción capitalista de valor, la apropiación de la plusvalía
está limitada por la posibilidad de la explotación. El consumo
de los obreros no puede reducirse a cero; y es sólo por esa razón
que hay un límite económico absoluto, puesto que la producción
de valor sólo puede tender a acercarse más y más a este
cero punto. Las contradicciones capitalistas surgen de la contradicción
entre los valores de uso y el valor de cambio. Esta contradicción convierte
la acumulación de capital en acumulación de empobrecimiento. Si
el capital desarrolla el margen del valor, asimismo simultáneamente,
y en idéntica medida, destruye su propia base, con lo cual disminuye
continuamente la parte de sus propios productos que desembocan en los productores.
Esta parte no puede ser suprimida absolutamente, ya que el instinto natural
de autoconservación por parte de las masas es más fuerte que una
relación social, y también porque el capital sólo puede
ser capital mientras explote a los obreros, y los obreros muertos no pueden
ser explotados.
Para asumir por un momento la posición imposible adoptada por Hook,
uno podría decir mucho mejor que la crisis acontece porque este "subconsumo"
relativo, y posteriormente absoluto, por parte de los trabajadores no es suficientemente
grande, porque no puede aumentar suficientemente a causa de que el "subconsumo"
se presenta demasiado poco. No es el subconsumo, sea relativo o absoluto, lo
que produce el desempleo; sino que es el subconsumo insuficiente, o sea,
la masa insatisfactoria de beneficios, la imposibilidad de aumentar la explotación
en la proporción necesaria, la pérdida de perspectivas para la
acumulación rentable, lo que produce la crisis y el desempleo.
No es porque esté presente demasiada plusvalía por lo que
no puede convertirse en dinero; sino porque no le basta para satisfacer las
necesidades de la acumulación ulterior sobre la base de la producción
de beneficios, por lo que no se reinvierte. Debido a que se produjo demasiado
poco capital, ya no puede funcionar más como capital y hablamos de sobreacumulación
de capital. Mientras la masa de plusvalía podría incrementarse
correspondientemente, para ser suficiente para la acumulación ulterior,
seguimos adelante de crisis en crisis, interrumpidas por periodos de prosperidad.
Mientras era posible en los puntos de riesgo de la crisis incrementar la apropiación
de plusvalía a través de la agudización de la explotación
y a través del proceso de expansión, era posible superar la crisis
únicamente para reproducirla en un plano más elevado del desarrollo.
Una vez que las tendencias que actúan contra el derrumbe son eliminadas,
o han perdido su efectividad en contraste con las necesidades de acumulación,
la ley del derrumbe se afirma. La abstracción marxiana del capitalismo
"puro", la ley de valor, resulta ser una ley o proceso
interno de la realidad capitalista; ley o proceso que en última instancia
determina su desarrollo necesario1.
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1 Nos llevaría demasiado tiempo desarrollar más
plenamente la teoría marxiana de la acumulación y el derrumbe.
Este asunto se tratará extensamente en otra parte.
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