Páginas WEB multimedia diseñadas por Pere-Enric Barreda,
cronista oficial de la Vila de Benassal

Desiderio Artola Tena, compositor

R. Monferrer - P.-E. Barreda


En la presente nota se pretende una aproximación al itinerario biográfico y a la trayectoria del compositor Desiderio Artola Tena, hijo del músico y preclaro benasalense Perfecto Artola. Su elaboración es fruto de continuas conversaciones mantenidas con el músico y su finalidad no es otra que la de descubrir esta faceta desconocida de nuestro autor para situarlo en el lugar que le corresponde.


1. Nota biográfica

Desiderio Artola Tena nace el 25 de mayo de 1924. Es el mayor de dos hermanos, ambos músicos e hijos de Perfecto Artola Prats. Comienza los estudios musicales con su padre en Málaga a los siete años, simultaneándolos con las enseñanzas primarias. En 1936 ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza de esta capital. En 1938 reanuda los estudios de Bachillerato, alternándolos con el ejercicio de la música como componente de distintas bandas juveniles, conjuntos y orquestas formados y dirigidos por su padre, en donde amplía los conocimientos teóricos con la práctica de instrumentista de saxofón alto (mi b) en una intensa actuación durante este período. Como ejemplo puede señalarse su participación, a los 18 años, con la Banda de Benasal en el Certamen de Castellón, en que la agrupación obtuvo el premio de interpretación de pasodobles.

En febrero de 1944 ingresa como soldado voluntario en la banda de nueva formación del Batallón del Ministerio del Ejército dirigida por el capitán Cándido Sanz Rojas, quien se encargaría de prepararle en los estudios de armonía como alumno libre del Conservatorio Superior de Música de Madrid. Al mismo tiempo, el también capitán músico y conductor de la banda de la Policía Armada, Martín Gil, le prepara en los conocimientos de solfeo, y puede examinarse en el referido conservatorio madrileño, obteniendo en todas estas materias la calificación de excelente, y sigue posteriores estudios de composición. Con grandes aptitudes para la armonía y, especialmente, el contrapunto, continúa los estudios hasta el último año de carrera, logrando siempre los mejores calificativos críticos de sus profesores, particularmente del maestro Sanz Rojas, por quien sentía gran admiración y cariño. Por la incompatibilidad con la rigidez horaria y disciplina del cuartel, en 1944 renuncia a la carrera de ingeniería aeronáutica, su ilusión preferida y ansiada en aquel entonces.

En 1950, al fundarse en Madrid la banda del Batallón de Infantería del Ministerio de Marina, ingresó en la misma tras la obtención de la primera plaza de saxofonista, en reñidas oposiciones con nutrida participación de músicos de la especialidad de toda España. Por motivos de salud, sus estudios superiores se vieron truncados al tener que suspender temporalmente los de composición, causa que le impide preparar oposiciones para director de bandas militares. No obstante, se presenta a las pruebas para obtener el título de profesor de saxofón como alumno libre en examen de todas las materias, lo que consigue en 1974. En esta situación, y con la graduación de subteniente, ha permanecido en la reserva activa desde 1982 hasta 1989, en que se le ha dado la jubilación definitiva, situación que le ha permitido «vivir» la música, actividad que nunca pudo hacer hasta la fecha indicada.

Durante esta etapa ha participado en todos los acontecimientos musicales en los que ha intervenido su banda; como miembro fundador de la Primera Orquesta Sinfónica de Jazz de Madrid (1978); en certámenes de bandas de música de la Feria de Julio de Valencia con otras agrupaciones valencianas de la sección especial, como La Artística de Buñol, popularmente los Feos, con la que conseguiría el segundo premio de la referida sección, con las de Cullera y su propia banda madrileña, la cual se hizo acreedora del primer premio. También ha sido componente y miembro destacado de otras orquestas y conjuntos de baile de Madrid como en el Biombo Chino y los famosísimas salas Casablanca, Pasapoga, etc. que todavía se recuerdan hoy en la capital de España con añoranza. En 1982, no acepta la plaza de profesor de saxo de la Escuela de Música de La Primitiva de Llíria ni en la Orquesta de RTVE, así como la dirección de la banda La Alianza de Vinaròs.

Desiderio Artola, desde su jubilación, reside en Madrid y Castelló. Lleva una vida retirada dedicándose a la composición y esporádicamente a la pintura con plumilla, pues el excelente músico también es un magnífico dibujante «amateur» que vibra ante el paisaje, su otra gran afición desde siempre.

Aunque por su itinerario biográfico-profesional, Desiderio Artola ha residido lejos de Benassal, en la actualidad sigue muy vinculado y ahondando raíces en la tierra que le vio nacer, muy recordada en su obra y a la que ha dedicado bellísimas páginas musicales. En la Biblioteca de Compositores Valencianos del Ayuntamiento de Valencia, fundada y coordinada por el benemérito y desconocido jesuita castellonense P.V. Tena Meliá (1905-1985) -con cuyo fallecimiento, en diciembre de 1985, se ha clausurado definitivamente la tan magnífica y gran labor recopiladora de la música de autores valencianos al no haber continuadores de tan laudable empresa- existe el único volumen de nuestro personaje titulado Obras Musicales de Desiderio Artola. Valencia, 1984, 102 pp. que contiene las siguientes composiciones: 1. Trofeo. Marcha deportiva (banda); 2. Plegaria. Marcha lenta (banda); 3. Ave María. Organo y canto; 4. 9a. de IMECARES. Marcha Militar (banda); 5. Estrellas para María. Marcha-canción juvenil (banda y piano), y 6. Merche. Pequeño vals. En el Archivo del Ayuntamiento de Benassal existe una copia de este volumen.


2. Su obra musical

Comprende dos aspectos bien definidos que merecen recordarse, aunque sólo sea brevemente: como solista e intérprete, por una parte, y como compositor, por otra.


2.1. Solista, intérprete

Durante toda su vida profesional, la faceta de intérprete y de solista ha sido la más prodigada por nuestro personaje y con la que más se ha identificado, pues constituye su mayor dedicación y contribución a la música, y a la que bien cabría destacar las características más importantes, que podríamos resumir brevemente: a) el dominio de la técnica, b) su amplio conocimiento de la especialidad y c) su fina sensibilidad de artista e interpretativa, que no en balde le han catalogado en las décadas de 1950-1970 como uno de los mejores saxofonistas de Madrid, es decir, de toda España. A pesar de que D. Artola ha manejado magistralmente el saxofón alto (mi b), su instrumento preferido, también domina el resto de la gama de saxofones, el clarinete y acordeón.

Aunque la docencia no ha sido el campo de su actuación profesional, D. Artola, de una manera totalmente altruista, ha formado a varios elencos destacados de la especialidad a través de clases privadas y siempre desinteresadamente, sin el menor provecho crematístico. Actualmente algunos de sus alumnos ocupan importantes puestos en las bandas de Marina y del Ejército, y también en Francia.


2.2. Compositor

La faceta de compositor de D. Artola es corta, pues ésta es una manifestación de nacimiento tardío, despertada y desarrollada en su etapa de madurez, cuando lejos del cuartel dispone de tiempo que le han permitido disfrutar las inmensas posibilidades del campo de la música. De aquí que el listado de su producción musical no sea excesivamente numeroso en cuanto a la relación de títulos se refiere, pero sí suficiente en calidad, lo que justifican estas líneas.

Entre sus obras más notables, enumeradas por orden cronológico, cabe citar: Merche (1975), pequeño vals; 9a de IMECARES (1981), marcha militar estrenada por la Banda de Infantería de Marina de la Escuela Naval de Marín en 1982, y seleccionada para incluirla en una muestra de música antológica de la Armada; Plegaria (1982), marcha lenta; Ave María (1982); Estrellas para María (1983), marcha juvenil con letra del poeta Carles Pons; Trofeo (1984), marcha deportiva.

Los pasodobles de concierto son Perfecto Artola (1984), Benasal (1985), Marifé Garrido (1986), L'entrà dels ròssecs (1988), Tomás Campuzano (1990), María de las Mercedes (1994), y el pasodoble-marcha Rogelio Tena (1994), todos ellos estrenados por la Banda Municipal de Castelló, con muy buena acogida y excelentes comentarios críticos. Los pasodobles inéditos son José María Puyana (1995) y Recuerdos (1996), con retazos melódicos esbozados por su padre. Además, la marcha mora Abencerrajes (1987) y la marcha cristiana Arqueros reales (1989).

Dentro del apartardo de la música cofradiera cuenta con las marchas Plegaria (1991), Misericordia (1993) -instrumentación de la última obra póstuma de su padre-, Dolorosa del Puente (1993), Eterno Cofrade (1993) -«in memoriam P. Artola»-, Mater Misericordiae (1994), Perdón (1995), Dulce Nombre (1995), Nazareno de la Misericordia (1997). También ha hecho algunos arreglos como De Cazorla a La Iruela, pasodoble de César García, y de obras inconclusas de su padre.

No obstante, entre todas sus bien elaboradas obras, tenemos que mencionar especialmente: En las cumbres del Maestrazgo (1988), Acuarela tropical (1988), de mayor empaque sinfónico, y Seidia (1994). En las cumbres del Maestrazgo es un poema-obertura, profundo y de sobria estructura, que pretende y logra describir un día estival en las recias montañas norteñas (Benassal). Un suave amanecer rasgado súbitamente por un rayo de sol; despertar de la vida preludiado por las trompas que inician el tema principal. Una tormenta irrumpe en el escenario, que finaliza con la calma expresada por el canto suave y bucólico de una flauta de melodiosos trinos. Un allegro non troppo desarrolla un nuevo tema de tonalidad menor y presenta seguidamente la vida alegre en el valle. El allegro vivace resume los temas desarrollados a lo largo de la obra y ofrece un apoteósico final. Esta preciosa página sinfónica descriptiva -unas veces recia y honda, otras dulce y suave según el motivo y ambiente- afianza a Desiderio Artola como un buen compositor que ha sabido aprehender y expresar la esencia de esas vetustas tierras y de sus curtidos y sufridos habitantes. Fue estrenada el Z7 de julio de 1988 en el concierto de San Cristóbal, por la excelente Banda Municipal de Castelló dirigida por F. Signes.

Asimismo esta agrupación musical castellonense, que ha estrenado e interpretado algunas composiciones de D. Artola, gratamente impresionada por la calidad y variedad de su obra, ha incluido en su repertorio otra pieza suya de ambición sinfónica, cual es la Acuarela tropical (1988), a su vez la pieza obligada en la primera categoría en el Certamen Provincial de Bandas de Música de Castellón. Esta es una composición en tres tiempos, todos originales, que pretenden representar igual número de escenas, correspondiendo a una magna concentración de tribus de la Amazonia para festejar a sus dioses. Están concebidas para poder ser interpretadas por un ballet moderno de las características propias del género tropical (afro-cubano), ya que requiere una escenografía especial, por su colorido, riqueza de ritmos y estampas rituales propias de la zona en que se desarrollan.

Así, la Llamada en la jungla se inicia con un fuerte redoblar de timbales y tambores acompañados de estridentes llamadas del metal que conducen a un tema melódico, en ritmo de «bolero-afro», que finaliza con una coda lenta. El tema del Canto desarrolla una melodía a ritmo de «rumba-kalipso» coloreado por típicos y variados instrumentos de percusión, que a su vez representa el acto de la propia concentración tribal hasta que se retiran a descansar y preparar la apoteosis final. La Exaltación y danza constituye el momento más importante de la obra: es el momento en que las tribus engalanadas con sus atributos guerreros exaltan a sus dioses solicitando protección, para iniciar a continuación una Danza excitante y frenética, culminada en el éxtasis en el momento de la exposición del Canto, para que, una vez finalizada la danza, agotados por la excitación y agradecidos a sus dioses con el tema de la Exaltación, termina la obra.

Se trata de una preciosa pieza musical, al modo de suite en tres tiempos, agradables efectos, riqueza rítmica, variedad melódica y exótica, constituye una página brillante, de gran colorido y sugestiva que gustó mucho al auditorio. Su estreno absoluto fue el 17 de diciembre de 1988 por la Unión Alacuasense Musical dirigida por Jesus Perelló Fuster y la primera audición en Castelló tuvo lugar en el concierto extraordinario del 29 de julio de 1989 por la Banda Municipal dirigida por su titular.

Finalmente, Seidia es una fantasía escrita con motivo del 750 aniversario de Benassal, a partir de un boceto de Pere-Enric Barreda. Narra musicalmente, en breves diseños y paso a paso, la historia de esta villa, simbolizada en la pugna entre musulmanes y cristianos: comienza por un tema melancólico que evoca la decadencia islámica, marcada con un contraste entre el instrumento solista (saxofón) y el resto de la banda. Tras estos contrastes, aparece el segundo tema, más rápido y de evocación bélica, con intervenciones de los clarinetes. Una serie de redobles marcan el comienzo de una pugna, en que la melodía representativa de los cristianos muestra reminiscencias de los Goigs al gloriós Sant Cristòfol de mossèn Sebastià Marín (1730). El final de la batalla viene marcado por el contraste entre los triunfadores, unas notas alusivas al Himne a Benassal de Perfecto Artola (1928 / 1974), y unas notas de neta inspiración artoliana que marcan el lamento de los vencidos. Otro redoble da paso a un tutti en tono solemne de victoria, al que sigue un tema festivo con aires de danza que va tomando poco a poco tonos marciales de desfile, previo a la conclusión de la obra, con la orquesta en pleno interpretando las notas iniciales del mencionado himno benasalense.

Por otra parte, aunque la aportación fundamental de D. Artola se centra en la música «culta», especialmente para banda, no por ello ha olvidado otros aspectos no menos interesantes, como lo son los de la música popular. Así, p.e., inspirado en sevillanas populares, ha escrito Canta Sevilla (1984), sevillanas para baile. También ha transcrito los toques de campanas de Benassal y de Vilafranca, por nosotros recopilados, y algunas canciones del folklore popular infantil de Vilafranca.

En cuanto a la estética se refiere, podemos anotar que D. Artola, admirador de la estilística wagneriana y con claros influjos del postromanticismo, es un autor de corte clásico que se mueve dentro del campo tonal con afinidad por los acordes disonantes. Con gran oído, destaca por el gusto en el repertorio y delicadeza en la ejecución musical. Armoniza con facilidad e instrumenta con total conocimiento de la técnica, con la consecuencia obligada de títulos y partituras muy bien elaboradas, de impecable factura musical y sinfónica de su contexto, de denso contenido y severidad de estilo, en las que abundan momentos de elevado lirismo.

* * *

Son unas constantes de calidad que avalan firmemente el inmediato devenir y futuro de este novel compositor benasalense, para que con su aportación contribuya a potenciar el caudal musical de la familia y de la tierra, así como enriquecer la cultura musical y dignificar más, si cabe, con gloria y gozo el nombre de Benassal.


Diseño Web: Pere-Enric Barreda, 1997.
Última actualización: 30 de agosto de 1997.

1