Los Animales tienen La Palabra...

Animalistas Célebres

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Jesús de Nazaret
El Buen Pastor
http://www.corazones.org/jesus/a_jesus.htm

"Yo instruí así a los Míos: el hombre no debe matar intencionadamente a ningún animal, ni consumir la carne de animales que han sido matados para el consumo de su carne".
[Evangelio Nuevo de 1989]


Los primeros cristianos eran vegetarianos
A los animales se les hubiera ahorrado mucho sufrimiento si se hubiera escuchado a Jesús de Nazaret, quien dio a Sus seguidores el mandamiento de no comer carne.

“Jesús también comió carne”, dicen algunos queriendo justificar el consumo de carne con este hecho de la religión cristiana tradicional. Esto es un error: Jesús no trajo ninguna justificación para los chorizos ni los filetes de ternera. El Hombre de Nazaret y los primeros cristianos eran vegetarianos.

Este hecho ha sido ocultado, falsificado y transformado en lo contrario en los pasados 2000 años. Ha sido una traición al pacifismo del Nazareno y ha llevado a que el matar y alimentarse de animales se convirtiera en un sangriento hecho cotidiano en el “occidente cristiano”. ¿Cómo fue posible que fueran transformadas la vida y las enseñanzas de Jesús en un punto tan importante?

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Los Evangelios de la Biblia que informan sobre la vida de Jesús no fueron escritos de una vez, sino que fueron tomando forma a lo largo de los siglos, en los que se debatió reiteradamente sobre lo que se debía incluir o no en las “Sagradas Escrituras”. Además hay que añadir que los textos a escoger no estaban escritos por los testigos oculares del Nazareno, sino que fueron escritos en base a lo que se habían transmitido unos a otros. Cuando Jerónimo, “padre de la Iglesia” por encargo del Papa Dámaso I (s. IV d.C.) compuso la primera edición completa en latín del Nuevo Testamento, le fueron mostradas numerosas contradicciones, materia bíblica dudosa incompleta y que ofrecía diversas posibilidades en su interpretación. El escribió a quien le había encomendado esta tarea, que las generaciones venideras le iban a condenar por falsificador de la Biblia, por haber tenido que elegir en cada ocasión y decidir según su criterio lo que era correcto y falso, lo que estaba incompleto y lo que necesitaba de añadidos. El introdujo algunas cosas y cambió otras. Pero en esto fueron dejados totalmente de lado los llamados evangelios apócrifos (ocultos), que no fueron incluidos en los textos oficiales bíblicos. Una parte de ellos fue destruida, y otra parte quedó perdida unos 1800 años, habiendo sido recuperada recientemente. En resumidas cuentas la Biblia se presenta como una farsa. Muchas de las cosas que hizo o dijo Jesús de Nazaret no están incluidas en ella. Esto lo confirma la Biblia misma, pues en ella se encuentra que “hay también otras muchas cosas que hizo Jesús” que no fueron escritas (Juan 21,25).

Pero como para el cristianismo de Iglesia actual solo cuenta lo que se encuentra en la Biblia, con ello se está admitiendo que sólo se reconoce como válido lo que fue escogido de lo que Jesús enseñó. Otra cuestión es si fueron verdad las cosas que fueron escritas en la Biblia.

¿ Comió Jesús el cordero de Pascua?

Supuestamente preguntó Jesús según las palabra del evangelio de Lucas: “¿Dónde está el aposento donde he de comer el cordero de pascua con mis discípulos?” (Lucas 22,11). En aquel entonces ya eran sacrificados y comidos miles de corderos en la fiesta de pascua, siendo degollados cuando aún estaban vivos (los sacerdotes postulaban por esta forma de matanza según tradición judía), como conmemoración y agradecimiento por haber sido salvados de la esclavitud en Egipto. Notorio es que Jesús precisamente en esa ocasión diera aclaraciones sobre la Cena Sagrada del cristianismo originario con ayuda de pan y de vino y que no mencionase el supuesto plato principal de carne. Pero así son al menos las informaciones de la Biblia. Según el evangelio (extra bíblico) de Ebionio, a la pregunta de dónde le ha de ser dispuesto el cordero de pascua, Jesús responde: “¿Es que acaso anhelo yo comer carne con vosotros en esta pascua?” (cita según Epifanes; contra Haereses 30,22,4). Esta aseveración concuerda con el hecho de que Jesús rechazara los sacrificios de animales. El citó una y otra vez la palabra de Dios dada a través de profeta Josué “misericordia quiero y no sacrificios” (Mateo 9,13;12,7). ¿Qué sucedió realmente?.

Un evangelio nuevo de 1989 fue el que trajo al fin mucha más seguridad sobre los hechos y también un resultado sorprendente: En la manifestación de Cristo Esta es Mi palabra, El mismo a través de boca profética rectifica y profundiza los diferentes puntos de vista y especulaciones dentro y fuera de la Biblia y explica: “Ni por los apóstoles ni por los discípulos fue ordenada una matanza de un cordero; pero tanto a Mí como a los discípulos nos fueron servidos, como ofrenda de amor, trozos de un cordero aderezado. Nuestro prójimo nos quiso obsequiar con ello; no sabían hacerlo mejor... Yo instruí así a los Míos: el hombre no debe matar intencionadamente a ningún animal, ni consumir la carne de animales que han sido matados para el consumo de su carne. Pero cuando hombres que todavía son ignorantes han preparado carne como alimento y se lo ofrecen al huésped como regalo y se lo sirven en la comida, el huésped no debería rechazar la ofrenda; pues hay que diferenciar el hecho de comer el hombre la carne por avidez de la misma, del comerlo en agradecimiento al anfitrión, por su esfuerzo. Sin embargo; el que esto sabe, si le es posible y las circunstancias externas y el tiempo lo permiten, dará indicaciones generales al anfitrión, pero sin querer escarmentarle...” (Más sobre este tema en el libro Esta es Mi Palabra, la manifestación de Cristo que entretanto conocen los verdaderos cristianos en todo el mundo, Pág. 799- Editorial Vida Universal).

Jesús no atendió por tanto a las costumbres de las fiestas, pero tampoco actuó amonestando a quienes eran los anfitriones, en tales situaciones tomó tan sólo pequeños trozos de carne. El también sabía que no se puede ganar el Cielo por tomar alimentos y bebidas sanas, y que por ejemplo los pensamientos de una persona pueden influir decisivamente sobre su propia vida, más que lo que come. Así que quien tome como ejemplo la forma de vida vegetariana de Jesús, tendrá que preguntarse a su vez si en su forma de “pensar” también es vegetariano. Pero si uno no quiere creer en lo que Cristo ha manifestado a través de boca profética y desea seguir justificando el consumo de carne con el actuar de Jesús, podría por otro lado preguntarse si también cumple los demás mandamientos que El nos trajo.

La vida de Jesús y Su muerte son un símbolo para la humanidad. Nació entre los animales en el establo, unos cuantos corderos se cuentan entre las primeras visitas que recibió el recién nacido. Este símbolo indica que Cristo no sólo vino por los hombres, sino que también por los animales. Unos 30 años más tarde murió torturado ante las puertas de la ciudad cuando justamente se iniciaba la matanza de los corderos que iban a ser servidos en breve como asados. Y poco han ido cambiando las cosas hasta llegar a nuestros días: aún continúa colgado el Hombre de Nazaret de la cruz en las iglesias y aún, según el calendario eclesiástico, se siguen consumiendo los corderos, los terneros y los cerdos.

http://www.vida-universal.org/espanol/

El Maestro Jesús y los Animales

En 1928 Edmond Szekely había publicado un manuscrito cuyo original estaba en lengua aramea, conocido como EL EVANGELIO DE LOS ESENIOS.

Szekely dijo haber encontrado esta obra antigua en uno de los archivos secretos del Vaticano. Actualmente se guarda en los Reales Archivos de los Habsburgo austríacos.

Este libro identifica a Jesús con el Maestro de Justicia que predica la renunciación, la austeridad y la vida sencilla, las ideas elevadas y la purificación mental.

Citemos un pasaje de este evangelio:

Cierto día Jesús habló así a las gentes que le rodeaban y que le oyeron con asombro:

"No busquéis la Ley en vuestras escrituras, porque la Ley es vida y las escrituras son obra muerta. La Ley es la palabra viva de Dios vivo para los profetas vivos que hablan a los vivos. En todo cuanto vive veréis escrita la Ley, la hallaréis en la hierba, en los árboles, en el río, en la montaña, en los pájaros del cielo, en los peces del mar. Pero,sobre todo, debéis buscarla en vosotros mismos. Dios no ha escrito la Ley en libros, sino en vuestro corazón y en vuestro espíritu".

Aún antes, en 1881, Ouseley halló un antiguo evangelio arameo en un gompa o monasterio tibetano.

En dicho texto se cuenta, entre otras cosas, como Jesús entró en una aldea y recogió una gatita abandonada, guardándosela entre los pliegues de la túnica. Luego le dio de comer y de beber, y los aldeanos, sorprendidos al ver este comportamiento, le preguntaron si todas las criaturas eran hermanas y hermanos para El, a lo que respondió Jesús:

"En verdad os digo que estas criaturas son vuestras compañeras en la gran casa del Ser Eterno, y son en verdad hermanos y hermanas, ya que alienta en ellos el mismo hálito de vida del Dios Eterno y respiran el mismo Espíritu".

Artículo realizado por el equipo de redacción de MascotAmigas™
http://www.mascotamigas.com/jesus_animales.htm

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