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T E C N E Historia.

Tucídides. (.......)

Se trata del caso de Aristogitón y Harmodio, un caso de amor como lo dice textualmente Tucídides y cuya crónica la encontramos en el Libro VI, fragmentos 54 al 59:


Historia de la Guerra del Peloponeso


 

. . . IV . . .

[54] La proeza de Aristogitón y Harmodio tuvo su origen en un caso de amor, caso con el que, extendiéndome algo más, demostraré que ni los propios atenienses ni los demás hablan con exactitud ni de sus tiranos ni de lo sucedido. Cuando murió Pisístrato, ya anciano, detentando la tiranía, obtuvo el poder no Hiparco, como muchos creen, sino Hipias, que era el mayor. Como Harmodio estaba en la flor de la edad, Aristogitón, un ciudadano de clase media, se enamoró y estuvo ligado a él. Objeto Harmodio de los tanteos amorosos de Hiparco, no se deja persuadir y se lo revela a Aristogitón. Éste, muy dolido por su amor y lleno de temor ante el poder de Hiparco, por si intenta atraérselo por la fuerza, empieza a tramar el derrocamiento de la tiranía recurriendo al prestigio de que goza.
Entre tanto, Hiparco, como tras nuevos intentos no consiguió por ello persuadir más a Harmodio sin recurrir a acciones violentas, buscaba un modo encubierto de vilipendiarle y que no se diese a entender que era por eso.
Ni siquiera resultaba molesto para la mayoría en las otras facetas del ejercicio de su poder, sino que su actitud no provocaba antipatías. Esos tiranos actuaron en la inmensa mayoría de los casos con generosidad e inteligencia, y, exigiendo a los atenienses tan sólo la vigésima parte de sus productos, embellecieron su ciudad, sostuvieron las guerras y continuaron con los sacrificios. Por lo demás, la ciudad seguía gobernándose por las leyes vigentes antaño, con la única excepción de que procuraban ejercer siempre algún cargo. Entre otros que ejercieron una magistratura anual, está Pisístrato el de Hipias, el tirano, quien llevó el mismo nombre que su abuelo y dedicó, cuando fue arconte, el altar de los Doce Dioses en el Ágora y el de Apolo en el santuario de Apolo Pítico.
Como el pueblo ateniense aumentó después el tamaño del altar del Ágora, desapareció esa inscripción; pero en la actualidad aún se puede ver la del altar de Apolo Pítico, que con trazos borrosos dice lo siguiente:
'Pisístrato, hijo de Hipias, erigió este recuerdo de su arcontado en el santuario de Apolo Pítico.'

[55] Que Hipias ejerció el poder en razón de su mayor edad lo sostengo porque lo sé con más exactitud que otros gracias a la tradición; pero cualquiera podría darse cuenta de ello por lo siguiente:
De los hermanos legítimos parece que él fue el único que tuvo hijos, como indica no solo el altar sino también la lápida sobre la iniquidad de los tiranos colocada en la Acrópolis ateniense, en la que no aparece inscrito ningún hijo de Tésalo ni de Hiparco, pero sí cinco de Hipias, que le dio Mirsina, la hija de Calias el de Hiperóquides. Es de esperar que se casase antes el mayor.

. . .

[56] El caso es que Hiparco, tal como lo había planeado, humilló a Harmodio por haber rechazado sus intentos. Efectivamente, después de haber invitado como canéfora de una procesión a una hermana suya que estaba soltera, la despidió diciendo que para empezar ni siquiera se la había invitado por no creerla digna de ello. Aunque Harmodio lo tomó a mal, mucho más se enojó Aristogitón por su causa. Habían llevado a cabo todos los preparativos junto con los que colaboraron en la empresa, pero aguardaban a las Grandes Panateneas, único día en el que no resultaba sospechoso que formaran grupos armados los ciudadanos que participaban en la procesión. Ellos deberían empezar y enseguida les apoyarían en su lucha contra la escolta. Por razones de seguridad no eran muchos los conjurados, pues esperaban que incluso quienes no lo supiesen de antemano, mientras tuvieran armas, querrían al instante colaborar con ellos a la propia liberación en cualquier golpe de audacia que intentasen.

 . . .

[57] El día de la fiesta, mientras Hipias estaba en las afueras, en el llamado Cerámico,acompañado de su escolta , y organizaba cómo debía ir cada grupo en la procesión, Harmodio y Aristogitón armados de puñales se aprestaban a la acción. Pero cuando vieron que uno de los conjurados hablaba familiarmente con Hipias, pues era fácil abordarle, se llenaron de temor pensando que habían sido delatados y prácticamente estaban presos. Entonces, antes de que fueran apresados, quisieron tomar venganza, si podían, del que había cauzado su aflicción y por cuya culpa corrían peligro. Sin más, se lanzaron puertas adentro y encontraron a Hiparco junto al denominado Leocorio; atacándole de inmediato de manera irreflexica y airada, el uno por amor, el otro por el ultraje, le hirieron repetidamente hasta matarle. De momento, Aristogitón logró escabullirse de la escolta, al arremolinarse la muchedumbre, pero apresado después, no fue tratado de modo agradable. Harmodio pereció allí mismo al instante.

. . .

[59] De este modo, por una pena de amor, se inició la conspiración y se dio en Harmodio y Aristogitón un atrevimiento irreflexivo ...

 

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La fuente de la cita textual es:
Tucídides: "Historia de la Guera del Peloponeso".
Editorial Cátedra, Letras Universales 97, págs. 530 a 534.
Madrid, España, 1988.

© 1997 / 2002

 

 

 

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