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La Cuesti�n Homosexual en el Renacimiento:
Siglos XV y XVI

Inquisici�n y represi�n sexual en Valencia


Venimos empleando indistintamente, para designar un mismo comportamiento sexual, tres palabras o expresiones: homosexualidad, sodom�a y pecado nefando. Conviene que nos detengamos sobre esta terminolog�a. La primera palabra pertenece a nuestro mundo contempor�neo. Aplicarla a los hombres del siglo XVII, sobre todo dentro de un contexto procesal, es naturalmente un anacronismo. Sin embargo vamos a ver que su significado, aunque sea m�s amplio que el de 'sodom�a', corresponde en realidad al tipo de conducta que sancionaba la justicia. Pero no corresponde en absoluto al 'universo mental' del los hombres del Barroco, que es lo que nos interesa ahora. Para nuestros antepasados del Siglo de Oro, s�lo exist�a el pecado nefando o sodom�a. Vamos pues a intentar definir precisamente estas palabras y tambi�n analizar las posibles relaciones que se pueden encontrar entre el concepto antiguo de acto sexual contra natura y la noci�n moderna de homosexualidad.

Los inquisidores, siguiendo el uso com�n de la �poca, heredado de la terminolog�a m�s generalmente difundida por todo el occidente medieval, llamaban 'pecado nefando de sodom�a contra natura', no s�lo la sodom�a propiamente dicha -que ocurriera entre dos hombres o entre un hombre y una mujer-, sino tambi�n las relaciones sexuales entre mujeres y la bestialidad o zoofilia. La reuni�n de todos estos campos de actividad sexual bajo la denominaci�n com�n de sodom�a ven�a de su car�cter com�n de actos sexuales 'contra natura'. En la jerarqu�a de los pecados de lujuria fijada por ... Tom�s, figuran la fornicaci�n, el estupro, el adulterio, el incesto, el sacrilegio y al final, el peor de todos, que es el 'pecado contra natura'. Pero �ste comporta tres especies que son, por orden creciente de gravedad, las 'molicies', la sodom�a y la bestialidad. Son contra natura por ser medios de conseguir el placer vertiendo el semen fuera del �nico recept�culo que la naturaleza ha creado para recibirlo en el acto de generaci�n. La sodom�a consiste en el coito, ya con una persona indebida, es decir del mismo sexo -sodom�a perfecta-, ya con una persona del sexo opuesto pero en un lugar indebido, es decir extra vas naturale -sodom�a imperfecta.

La idea que domina en este pecado es la de la penetraci�n y particularmente, la de penetraci�n anal. La imagen de la fornicaci�n 'por el orificio m�s sucio' monopoliz� r�pidamente toda la carga afectiva que conten�a la idea de lujuria. El coito anal se transform� en el acto contra natura por antonomasia. Paralelamente se fue cubriendo de connotaciones ambiguas, libertinas y aristocr�ticas, propias de las esferas superiores del placer prohibido-paraiso cerrado para muchos- al que s�lo se llega mediante la transgresi�n. As� lo expresa, m�s sencillamente, don Luis Margarit, noble valenciano, acusado en 1587 por Isabel Andreu, joven prostituta de 20 a�os, de haberla sodomizado: le gusta hacerlo de muchas maneras porque es joven, caballero, y 'amigo de muchos placeres'. Pero lo que hizo del coito anal un punto muy sensible dentro del imaginario colectivo, fue su asociaci�n con la homosexualidad ..., tan estrecha, que lo uno se volvi� sin�nimo de lo otro ...

La palabra sodom�a ten�a pues un triple significado: en su sentido propio, era uno de los pecados m�s graves de lujuria, sin que el sexo de los interventores contara para el caso; en su sentido m�s general, vino a ser sin�nimo de toda forma de sexualidad reputada contraria a la naturaleza, incluida la bestialidad; en su tercer significado, por fin, designaba la penetraci�n anal entre hombres, y de ah�, la homosexualidad masculina en conjunto. Esta �ltima aceptaci�n fue la m�s corriente y difundida, no s�lo durante la Edad Moderna, sino ya en todo el mundo medieval europeo. En cuanto a la per�frasis 'pecado nefando', expresa claramente el sentimiento de repulsi�n dominante, relegando estas realidades al dominio prohibido de lo impronunciable: 'Nefando: indigno, torpe, de que no se puede hablar sin empacho ... Pecado nefando. Se llama el de Sodoma, por su torpeza y obscenidad'.

En los docuentos inquisitoriales, a partir de los a�os 80 del siglo XVI, se distingui� definitivamente la 'sodom�a bestial' o 'bestialidad', de la 'sodom�a' a secas que vino a designar exclusivamente la 'c�pula carnal contra natura' tanto homo como heterosexual. Pero de hecho ... el 99% de los casos se refer�a a la homosexualidad masculina. El uso com�n de la �poca, tal como nos lo transmiten las deposiciones de los testigos o de los acusados en los procesos, y tambi�n la literatura er�tica, jocosa, festiva o picaresca, no le daba otro sentido a la palabra. Sodomita -y sus deformaciones: sodomista, sodom�tico,, y sobre todo som�tico, m�s popular- era sin�nimo, aunque menos malsonante, de bujarr�n, puto, marica, mari�n, etc. Sin embargo, cabe se�alar que en la concepci�n, muy cr�tica, que tuvo aquella sociedad del homosexual, verdadero recept�culo de todos los vicios, permanece la idea m�s general de pecado contra natura. Los textos son bastante conocidos.


La fuente documental del texto es:
Rafael Carrasco. Inquisici�n y represi�n sexual en Valencia. Historia de los sodomitas (1565 - 1785)
Laertes. Barcelona, Espa�a. 1986. P�gs. 30 a 33.


 
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