Mahà
Prajnà Paramità (La
perfección de la Gran Sabiduría) HUI-NENG (Sexto Patriarca)
Benévolo auditorio, la sabiduría del Despertar es inherente a
nuestra naturaleza. Es por causa de las ilusiones segregadas por nuestra
mente, que no alcanzamos a verla. Desde el punto de vista de la naturaleza
de Buda, no existe ninguna diferencia entre un Despierto y un ser común,
salvo que uno la conoce y el otro la ignora. Es por ello que debemos
recurrir a las instrucciones de los despiertos si queremos conocerla. El
Sutra dice que busquemos refugio en el Buda que está en nosotros, no dice
de tomar refugio en otro. Si ustedes no toman refugio en vuestra propia
naturaleza, no encontrarán refugio en ningún lado.
Ahora, voy a exponerles la ley de la perfección de la Sabiduría
(prajnà) que conduce a la otra orilla (paramita), para que cada uno de
ustedes pueda acceder a ella. Escuchen, pues, con atención.
Mahàprajnaparamità
es un término sánscrito que nos llegó de la India junto con el Budismo.
No se trata de pronunciar esas palabras si no se les pone en práctica.
Recitar sin practicar es crear una quimera. Por qué se dice Mahà? Mahà significa "grande", la capacidad del espíritu
es tan vasta como el espacio vacío. Vacío no quiere decir
"nada", el vacío del espíritu no significa su aniquilación.
No cometan errores a este respecto. El vacío ilimitado del espacio
contiene el sol y la luna, las estrellas, la tierra, todos los seres
vivos, los seis mundos (samsara),
el cielo y el infierno. Todos están comprendidos en la vacuidad. Tal es
la vacuidad de la naturaleza humana.
La propia naturaleza abarca las diez mil cosas, las diez mil cosas
constituyen la naturaleza propia. Si, frente a lo que juzgamos bueno o
malo, justo o injusto, no experimentamos ni atracción ni repulsión,
entonces, nuestro espíritu está vacío como el espacio. Pero hay seres
ciegos que vacían su espíritu al punto de no pensar en nada y se
autodenominan "grandes". Sólo es grande el que reconoce, por la
práctica, la capacidad inmensa del espíritu que penetra el Dharmadhattu
("el mundo de la Ley", el universo entero, la totalidad
inmutable), donde se producen los fenómenos que nacen y que mueren.
A qué llamamos prajnà? Prajnà es la Sabiduría Suprema. Que en cada instante, ningún
pensamiento provenga de la ignorancia, tal es la práctica de la Sabiduría.
Basta que un solo pensamiento provenga de la ignorancia, y la Sabiduría
desaparece. Pero si un solo pensamiento nace del conocimiento, la Sabiduría
nace con él.
A qué llamamos paramità?
La palabra quiere decir "alcanzar la otra orilla". Comprender
esto es romper con el ciclo de producción y destrucción, ir más allá
de la existencia y de la no-existencia. Si ustedes quedan apegados a las
circunstancias, a las apariencias, quedarán a la deriva en un mar
agitado. Tal es esta orilla. Si uno puede desligarse, no hay más ni
nacimiento ni muerte, sino una corriente apacible, sin remolinos ni
espuma. Esto es alcanzar la otra orilla, paramita.
La boca del ciego recita, el sabio practica. Si
ustedes no se ejercitan permanecerán seres comunes. Pero, si al menor
pensamiento, ustedes se aplican a ejercitarse, vuestro cuerpo de la Ley (
Dharmakàya) será como el del Buda. Sépanlo, son las pasiones las
que dan nacimiento al despertar. Mientras el pensamiento está cegado, se
es un ser común, pero desde el momento en que la mente despierta, el Buda
está ahí. La Gran Sabiduría que conduce a la otra orilla ( Mahàprajñaparamità)
es primigenia e insuperable, no va ni viene, no tiene ni presente ni
pasado ni futuro. Todos los Budas de todos los tiempos proceden de ella.
Por la Sabiduría suprema, los cinco agregados ( skandha),
pasiones, angustias y tormentos son aniquilados. Transforma los tres
venenos de la existencia, en disciplina, concentración y serenidad.
Benévolo auditorio, mi Ley, que es la puerta del Despertar, nació
de las ochenta y cuatro mil sabidurías. Eso por qué? Porque en este
mundo existen ochenta y cuatro mil tormentos. Sin los tormentos, la
Sabiduría sería invencible, no se desprendería de la naturaleza propia.
El que despierta a esta ley queda liberado de los pensamientos, de los
recuerdos, de los apegos. No rechacen, pues, ni vuestras mentiras ni los
errores de la mente! Ellos forman, en sí, la naturaleza de vuestra Asidad
( tathàta). Contemplen cada
cosa a la luz de vuestra Sabiduría! Así, sin atarse ni renunciar a
ninguna, ustedes verán vuestra naturaleza y alcanzarán la Vía del Buda.
Esta Ley del Vehículo supremo se expone por complacer a los seres
sabios dotados de altas facultades. Cuando los seres poco sabios escuchan
esta ley, ninguna confianza nace en sus espíritus. Es como si un enorme
dragón volcara una lluvia torrencial sobre Jambudvipa. Las ciudades, los
pueblos, las aldeas, todo sería arrastrado como pastos, como hojas
flotantes. Si este diluvio cayera sobre el mar, ni lo aumentaría ni lo
estremecería.
Al escuchar la enseñanza del Despertar súbito, los seres dotados
de pequeñas facultades se parecen a las plantas cuyas raíces son cortas.
Si una gran lluvia las inunda se descuajarán y no podrán crecer. Así
sucede con los seres de pequeñas facultades. Y sin embargo poseen, por
naturaleza, el conocimiento de la Sabiduría suprema, y desde ese punto de
vista no son diferentes de los más altos sabios. Pero los seres cuyo espíritu
está cegado por las pasiones y las vistas erróneas, buscan al Buda a
través de prácticas externas y ni siquiera aspiran a reconocer su
verdadera naturaleza. Si escucharan la enseñanza del Despertar súbito y
lo pusieran en práctica, aún los seres más obtusos despertarían en ese
mismo instante.
No tengan morada ni exterior ni interior! Vayan y vengan en total
libertad! Rechacen de vuestro espíritu, sólo aquello de donde apegarse!
Cuando vuestro espíritu se haya ejercitado en esta práctica, ya no
existirá, en esencia, ninguna desigualdad entre ustedes y la Gran Sabiduría
que conduce a la otra orilla. Este material es un
regalo del Dharma, puede ser reproducido para uso personal y puede ser
distribuido sólo en forma gratuita, para el despertar de todos los seres |