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Milagros
Bankei estaba un día hablando tranquilamente a sus discípulos, cuando
su discurso fue interrumpido por un Padre de otra religión. Estos creían en el poder de los milagros y
decían que la salvación venía de la repetición de las palabras sagradas. Bankei se calló y preguntó al Padre lo que quería decir. El Padre comenzó a alardear que el
fundador de su religión podía quedar sentado y quieto durante meses, u dejar
de respirar durante muchos días, y pasar por el fuego sin quemarse. El Padre preguntó, "¿qué milagros puede hacer usted?". Bankei contestó, "apenas uno, cuando estoy con hambre, como; y
cuando estoy con sed, bebo". |
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